Más provocativas que nunca, exhibiendo sus esculturales cuerpazos de inmensas piernotas y despampanantes tetazas

Aquellas despampanantes muchachas por demás exuberantes y hermosas a grado sumo, parecían como extraídas de la más cochina fantasía porno.

Eran un grupo muy compacto de amigotas del colegio, y, juntas, habían logrado días atrás, entrampar a un grupito de chicos varones que andaban hirviendo de cachondos por ellas, y allá adentro del gimnasio del colegio, y a puertas cerradas, habían conseguido hacerlos caer en una muy astuta y bien pensada trampa en la cual los muy ingenuos cayeron como chorlitos, logrando ellas amarrarlos a columnas donde teniéndolos completamente desnudos, les practicaron todo tipo de eróticas cosquillas haciéndolos eyacular una y diez veces en una verdadera caravana vejatoria en la cual, además, les hicieron lamerles a ellas los pies…y muchas partes anatómicas más, que ellos debieron cumplir con obediencia absoluta.

Aquello, fue cosa que aquellos chicos, no podían dejar así no más como así en el anecdotario de un hecho insólitamente ocurrido, y decididos a vengar tan extravagante ultraje, deciden llevar adelante algo así como un “plan venganza”, donde se cobrarían de manera también ultrajante, aquella fechoría por ellas tan gordamente a ellos hecha.

“Triunfales!!! Triunfales, vamos a resultar en ésta nuestra justa empresa!!!”-Se dijeron, luego de culminado el plan que muy trabajosamente estudiaron.

Ahora, sólo restaba esperar, el momento par ejecutar lo planeado. Las muchachas, que continuamente vivían burlonamente mofándose de ellos por la suerte corrida con ellas en aquella tarde allá encerrados en el vestuario del gimnasio, continuamente iban acrecentando sus sornas hacia ellos, lo que alimentaba en aquellos chicos, un febril ardor insoportable y un deseo como alocado por lograr la venganza deseada, y saciar, además, aquellos apetitos desbordantemente lujuriosos que tenían hacia todas ellas.

Por fin, el día y el momento que los muchachos habían estudiado para consumar la venganza…¡había llegado!

Noche de fiesta allá en un antiguo palacio que solía utilizarse para fiestas juveniles, donde los chicos, habían planeado ahora a ellas entramparlas, haciéndolas caer en un ardid donde todas, deberían ir cayendo, una tras otra, encerradas en pequeños habitáculos donde, una a una, irían a ser violadas por todos ellos.

Sí: las irían entrampando haciéndolas caer ingenuamente encerrándolas una tras otra en aquellos pequeños calabozos que aquel antiguo palacio tenía, para, una vez ya todas encerradas….comenzar “la visita” a cada una.

Más provocativas que nunca, exhibiendo sus esculturales cuerpazos de inmensas piernotas y despampanantes tetazas y aquellos enormes culos que destacaban escandalosamente, las muchachas aquellas…al palacio, llegan..! La algaravía y la fiesta está en su apogeo, y aquellos chicos…fibrilaban en ese deseo por ver por fin, realizado el propósito de lo que tanto, habían estudiado lograr!

Unas chicas que repartían refrescos y cervezas les acercan sus bandejas repletas de copas rebozantes que ellos entusiasmados se sirven y beben, y…en cosa de segundos…van buscando un lugar donde tomar asiento, y algunas femeninas risas brotan siendo éstas, lo último que ellos lograban registrar antes de ese soporífero sueño que los dominara como de instantánea manera a todos, quedando por completo dormidos, mientras sonrientes chicas, iban ya ocupándose de transportarlos hacia donde los demás concurrentes dejaban de verlos pues por puertas que se cerraban tras ellas al llevárselos, no se sabía hacia dónde iban.

Cuando despiertan…se encuentran en algo así como una amplia mazmorra medieval, completamente desnudos, y amarrados a planas camas de madera en las cuales, brazos y piernas bien abiertas, estaban boca arriba y así viéndose todos, absolutamente todos ellos los integrantes de ese grupo, y…en una penumbra apenas alumbrada por candelabros aislados que hacían del lugar un ambiente fantasmagóricamente desesperante, y una soledad silenciosa donde sólo sus gemidos y palabras preguntándose que qué estaba sucediendo, era lo que allí se oía.

Pero pronto, el silencio y la soledad, comenzó a romperse: Femeninas risitas que iban progresivamente combirtiéndose en socarronas carcajadas, comenzaron a brotar, y, entrando por puertecitas que rechinaban al ir abriéndose, iban irrumpiendo con sus esculturales y femeninas figuras ya por ellos muy bien conocidas…¡ELLAS!

Brazos bien en alto, en grotescas danzas burlonas y dibujando en sus risueños rostros las morisquetas más socarronamente graciosas hacia ellos mirándolos, aquellas mucahachas…iban hacia ellos llegando.

Retorsiéndose desesperados ahí bien amarrados y completamente desnudos y sabiéndose ya perdidos, aquellos chicos no podían dar crédito a lo que les estaba pasando! Sus inmensos penes iban rápidamente engrosándose y cobrando erecciones despampanantemente incontrolables por ellos mismos que sabían ya muy bien que las manos de las muchachas comenzarían la tortura del cosquilléo atróz que ellos ya conocían de ellas muy bien, mientras ellas, al éso ver, irrumpían en carcajadas aún mayores, en un regocijo que las hacía hasta saltar y chocar en el aire sus manos en alborozado festejo.

Las manos de las muchachas…entre risas por demás socarronas y la desesperación de ellos, comenzaron sí, lo que ellos muy bien sabían que iría a suceder.

Suave y sutilmente, los dedos de aquellas muchachas, comenzaban a deslizarse por las desnudeces indefensas e hipersensibles de aquellos viriles machos jóvenes que comenzaban su gemir y suspirar, aullar y brincar, retorserse y bramar, suplicar y enloquecer. Aquello…recién, era el comienzo. Y mientras éso ya estaba así sucediendo, las muchachas, hablándoles, así les decían:

“Sois los más asnos de cuanto macho calentón en tierra exista! No habéis escarmentado con la paliza que no ha mucho habéis de nosotras recibido, y quréis revivir lo que ya conocisteis..! Pues os decimos que esta vez, será crecida y multiplicada la cochambre que vuestros masculinos cuerpos de machos calentones de nosotras recibiréis, y esta vez, les someteremos a nuevas técnicas del tormento erótico donde conoceréis el modo más cachondo de enloquecer a cosquillas y orgasmos, y seréis por nosotras inyectados con un poderoso excitante sexual que se les inyecta a los toros sementales, y ya veréis lo que sentiréis, por burros, cabrones, y bellacos!!! Preparáos, pues, que la cosa, ahora comienza!!!”

Y así diciéndoles, aquellas muchachas…¡comenzaron a hacer!!!

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