Marta haciendo todos los fetiches como lluvia dorada

Marta Sánchez llegó de correr y se encontró con que Paz Vega se encontraba ya en casa de vuelta. Estaba tumbada en el sofá, con sólo una camiseta y un tanga, se estaba tocando cuando Marta entró en el salón, y no disimuló ni dejó de hacerlo. Estaba viendo algo en la tableta, porno obviamente.

Al ver entrar a Marta, y después de pegarse un par de apretones en el chocho, se levantó de un saltó y se la abrazó asaltando su boca y posando sus manos en el culo, dando fuertes apretones:

Marta: espera Paz, tengo que ir al baño, me lo estoy haciendo, déjame ir o me lo hago encima.

Paz: no puedo esperar cariño, necesito comerte ahora mismo.

Paz empezó a lamer el cuerpo de Marta, su rostro sudado, su cuello, se las arregló para meter la cara en las axilas de Marta y lamer el sudor con fruición. A Marta todo eso la ponía cachondísima, que la comiera toda sudada era algo que la superaba, y los apretones en el culo. Paz bajó a los pechos de Marta, los lamió por encima del short que llevaba puesto y luego puso sus manos sobre ellos y los apretó mientras la besaba profundamente en la boca. A continuación se puso en cuclillas y hundió su rostros en la entrepierna de Marta, completamente sudada, sintiendo un olor penetrante a pis. Se agarró de nuevo a su culo y lamió su entrepierna restregando el rostro por ella. Marta volvió a protestar:

Marta: ME LO HAGO ENCIMA PAZ, DÉJAME.

Pero Paz, en vez de dejarla se abrazó a ella:

Paz: pues háztelo encima y yo te limpiaré.

Nada más decirlo sintió que un líquido caliente bajaba por sus muslos hasta sus pies, Marta se estaba orinando encima, pero no sólo tenía ganas de mear:

Marta: cógeme las mallas y estíralas.

Un ruido y un hedor a caca inundaron el salón rápidamente, Marta cagaba en sus mallas, facilitando la salida de la caca el que Paz las estirase para separarlas del año. Marta apretó varias veces hasta que decidió que ya no saldría más. Paz soltó las mallas e inmediatamente puso sus manos de nuevo sobre el culo de Marta, notó perfectamente la mierda debajo, cómo abultaba las mallas. Comenzó a apretar con las manos esparaciendo la caca por las nalgas de Marta y manchándose las manos. Apretó su cuerpo contra el de Marta restregando su chocho contra el suyo. Se besaban profundamente dejando caer saliva sobre sus pechos. Dieron comienzo a un ritual de escupirse y lamerse sus rostros sin que Paz dejara de amasar la caca de Marta por todo su culo. Desnudaron sus pechos y los escupieron para luego lamerlos y chuparlos con verdadera ansia. Paz dio un paso adelante y metió sus manos en las mallas de Marta, encontrándose con las heces calientes que aplastó contra las nalgas. Rodeó el cuerpo de Marta y en cuclillas metió su rostro en el culo de Marta lamiendo sus mallas manchadas, al tiempo que con sus manos sucias sobaba sus pechos manchándolos de caca. Lamió y restrego su rostro hasta que de un tirón le bajó las mallas hasta los tobillos, separó las nalgas de Marta y buscó su ojete con la lengua metiendo literalmente su rostro entre ellas. Marta no resistiá tanto placer y se frotaba el clítoris intuyendo un orgasmo muy pronto. Paz sacó la cabeza del culo de Marta y le quitó las zapatillas de deporte y las mallas, se quitó el tanga que llevaba puesto y se puso las mallas de Marta frotándose con las manos chocho y culo, a continuación se tumbó en el suelo y le lamió los piés a Marta; ésta le ponía los pies en la cara en claro gesto de humillación. Paz se levantó y volvió a besar a Marta para luego chuparle los pechos y lamerlos limpiando la caca que había dejado en ellos.

Marta: te toca Paz, ahora tienes que cagar tú.

Paz se concentró, y ayudada por Marta que separaba las mallas de su ojete, empezó a apretar. Su pis cayó enseguida en sus pies y los de Marta y un largo chorizo de caca empezó a salirle del culo:

Paz: baja más las mallas que sale entero!!

Marta bajó las mallas hasta que Paz hubo terminado, entonces las subió de nuevo y las apretó con sus manos. Notaba perfectamente la forma cilíndrica de la caca de Paz. Metió las manos en las mallas y cogió sendos trozos con ellas llevándoselas a su cara y a los pechos de Paz que enseguida se puso a comer desaforadamente. Paz lanzó un tremendo gemido y levantó el rostro de Marta para besarla tomando de ella su propia caca.

Absolutamente locas de placer compartían sus heces en sus bocas, en sus pechos y en sus culos. Se desnudaron ambas completamente y recogieron todas las heces mezcladas de las mallas para embadurnar sus cuerpos de los pies a la cabeza y comerse la una a la otra, de pie o tiradas en el suelo sobre sus propios orines.

En esos momentos de máximo placer sonó el timbre de la puerta, la sobrina de Paz y su entrenador llamaban. Ninguna de las dos querían renunciar al tremendo placer que estaban gozando y optaron por hacer una locura. Marta se quedó en el salón lamiendo las mallas mientras Paz se fue a abrir la puerta. La abrió retrociendo con ello de modo que no podían verla. El entrenador y su sobrina interrogaban ante el misterio.

Paz: pasad pasad, es que estoy desnuda, pasad

Ambos pasaron, y en cuanto estaban en el recibidor Paz cerró la puerta y poniéndose de rodillas se fue a por la entrepierna del entrenador que llevaba ropa de deporte. Le bajó los pantalones sin que éste, estupefacto, pudiera ni supiera reaccionar. al segundo siguiente Paz tenía su verga en la boca. Su sobrina la miraba atónita, incapaz de reaccionar.

Entrenador: pero Paz qué haces!!! oh!! oooooooh!!!!!!!!! qué haces por favor!! tu sobrina…aaaaaaahhhh!!!!!!!!

En esas Marta entró en el recibidor y se abalanzó de rodillas sobre la sobrina de Paz besándole la boca. Ésta intentó zafarse de Marta:

Sobrina:aaah qué haces, hueles a caca, déjame.

Pero Marta, sabedora de cómo estarían las hormonas de la niña comenzó a frotarle su chochito por encima de las braguitas, metiéndole la mano por debajo de la falda.

Sobrina: hueles mal, hueles mal!!!!!! ah! ah!

Marta volvió a acercar su boca a la de la niña y esta vez obtuvo toda la colaboración de ella, inundó su boca con su lengua, paladeó sus encías, sus dientes, sus labios, la propia lengua de la niña. Paz la miraba con envidia y tremenda y se sacó la verga de la boca y cogiendo el rostro de su sobrina le metió la lengua en la boca. El entrenador buscó entonces la boca de Marta y cogiéndola de la cabeza le aproximó el pene a la boca y sin oposición ninguna lo introdujo hasta los huevos recibiendo unos tremendos masajes de la experimentada lengua de Marta que tantísimas pollas había chupado.

Paz le quitó las braguitas a sus sobrina y tendiéndose en el suelo la sentó sobre su boca penetrando su chochito inmediatamente con la lengua, la pequeña abrió los ojos como platos y empezó a gemir y cabalgar la boca de su tía de forma incontrolada. Paz buscó su ojete a tientas y le introdujo un dedo hasta los nudillos. la niña no aguanta tantísimo placer y cerró los muslos sobre el rostro de su tía alcanzando el orgasmo, aunque Paz no dejaba de lamerle el chochito con lo que enseguida comenzó otro ciclo de placer.

El entrenador había cogido a Marta por la cabeza y le estaba follando la boca a lo salvaje, pero ya había puesto sus ojos en la boca de la niña. Se deshizo de Marta y desnudándose por completo se puso frente a la sobrina de Paz, acercó su pene grueso a sus labios y pasó el capullo mojado por ellos. La niña lo rechazó en un primer momento pero presa del placer que le proporcionaba su tía abrió su boca y comenzó a chuparlo, para el entrenador aquello era demasiado y se corrió enseguida sin poder evitarlo, lanzando un chorro de semen que inundó la boca de la pequeña, ésta, sorprendida al principio y sin saber qué hacer, optó por tragarlo todo. El hombre empujó la cabeza de la pequeña introduciendo más y más su pene, notando sus dientes y encias, su lengua y descargando pequeños chorros que ella tragaba hasta terminar y tenerla casi toda metida en su boquita. Así estuvo un rato hasta que Marta lo empujó hacia atrás y ocupó su lugar, cogió suavemente el rostro de la niña y posó su chocho sobre él comenzando a restregárselo por toda la cara:

Marta: saca la lengua pequeña, tienes que meterla ahí dentro, hazlo vamos pequeña, dame placer.

La pequeña obedeció, y haciéndose consciente en ese momento que el olor desagradable y profundo de Marta la ponía más cachonda de lo que la disgustaba metió su pequeña lengua en el chocho sin importarle el sabor ni el olor, y dejando que Marta restregara su clítoris en su nariz. Marta sintió el placer de ser penetrada por la pequeña y cedió ante un placer que la llevó al descontrol total, comenzando a pasear su chocho por toda la cara de la niña compulsivamente hasta alcanzar un orgasmo que la hizo casi desfallecer.

La niña, también poseída por mucho más placer del que su inexperiencia le permitía controlar, alcanzó un segundo orgasmo que la llevó a orinarse encima de la cara de su tía, ésta por su puesto no apartó la cara, si no que abrió su boca para probar el pis de su sobrina. La niña se retiró buscando en el rostro de su tía un gesto de compresión, y por supuesto que lo vió, comprensió y aprobación, y mucha satisfacción. Cuando Paz miró el dedo que había metido en el culo de la niña se dio cuenta de que estaba sucio, miró a la niña y se lo chupó hasta dejarlo limpio.

Paz: tienes que vaciarte pequeña, ven aquí otra vez.

Paz volvió a tumbarse y puso a su sobrina en cuclillas sobre ella, le dijo que empujara hasta cagar. Paz vio cómo se dilataba el ojete de la pequeña y la caca empezaba a asomar, hasta que empezó a caer sobre su cara y su boca abierta. Paz tragó la caca de la niña y se aplicó con la lengua para limpiarle el culo una vez hubo terminado. Marta se abalanzó en seguida sobre Paz y cogió un trozo de la caca de la sobrina para probarla comenzando de nuevo a gemir de placer. Ambas embadurnaron el cuerpo de la pequeña con su propia caca y la lamieron y comieron por todas partes, se metían sus pies en la boca, sus pequeños pechos, le tomaban las manos y se las metían en sus chochos y en sus culos.

Cuando el entrenador se recuperó, volvió hacia las tres mujeres y ni corto ni perezoso le metió un dedo a la pequeña en el culo, luego dos y luego apoyó su glande en el pequeño ojete que comenzó a dilatar ante la presió. Paz y Marta abandonaron su actividad para ver la primera penetración anal de la pequeña, escupiendole en el ojete para facilitar la entrada del pene. No sin dolor, el pene se abrió camino en el culo de la pequeña y ésta sintió cómo se dilataba un barra de carne ardiendo iba inundando poco a poco su interior. En cuanto la tuvo toda dentro, con una dilatación grotesca del ojete de la pequeña, empezó a empujara presa de un tremendo placer sin que Marta y Paz dejaran de escupir en el culo de la niña y de sobarle al mismo tiempo los pechos, o de meterle los dedos en la boca. El entrenador no pudo tampoco aguantar mucho y en una última embestida descargó su semen dentro de la pequeña. Esta vez cayó tendido sobre el cuerpo de ella sin sacarse la polla. Marta y Paz aprovecharon entonces para lamerle los huevos al entrenador y follarse los chochos con los pies de la niña hasta alcanzar un orgasmo que ya las dejó rendidas.

Cuando el entrenador se recuperó, ya con su pene flácido y fuera del culo de la pequeña, se vistió y se marchó sin decir una sola palabra. Las tres mujeres se quedaron sentandas mirándose las unas a las otras, sonriendo, sucias y pensando cada una en que esa noche no había hechos mas que empezar.

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