Así es como se tiene que follar a una cuñada caliente

Desde muy temprana edad se destapo en mi adicción por el sexo. Con apenas quince años comencé mi afición a la masturbación, viendo pelis en internet e incluso fantaseando con varias mujeres de mi entorno, que veía a menudo.

Crecí en una familia donde mi padre, contrajo matrimonio en dos ocasiones. Del primer matrimonio tuvo cuatro, hijos dos varones y dos hembras. Y por último con la última mujer, solo tuvo un hijo, en estado caso el benjamín de la familia, el que les habla. Por su parte, el varón más viejo, Leandro se había casado y tenía dos hijas, pero vivía bastante alejado de la ciudad donde vivimos. Las otras dos hermanas también habían contraído matrimonio y tenían su propia familia. Sin embargo, el más joven de mis hermanastros, esto es, Asdrúbal vino a contraer matrimonio a la edad de los cuarenta años. Pero, lo más asombroso es que sin ser bien parecido, mi hermanastro tuvo la enorme fortuna de encontrar una mujer ciertamente muy bella, que tenía por aquel entonces 34 años, llamada Sofia. Esta era y continua siendo el la actualidad un portento de hembra en todos los sentidos.

Ya había despertado en mi la actividad sexual, por lo que se puede decir que era un adolescente bastante precoz al respecto. Ayudado además, con los generosos atributos masculinos que la madre naturaleza me había concedido, donde a esas altura de mi vida destacaba un pene bastante grande y grueso, con unos testículos que guardaban proporción con el resto. Tal era así, que mis amigos del equipo de natación se asombran al contemplar mis genitales, lo que fue motivo de más de un que otro comentario, que obviamente trascendió y llego a conocimiento de mis amigas. Estas lo tomaron en las dos vertientes, las más lanzadas me hacían proposiciones bastante atrevidas, pero las más tímidas, y a la sazón las que más me interesaban, me esquivaban, quizás temerosas ante los comentarios exagerados de mis compañeros.

Volviendo al relato, mi cuñada, Sofía hizo buenas migas con mi madre y pasaba bastante tiempo en mi casa, por lo que comencé a verla con relativa frecuencia. Fueron pasando los años y pronto adquirí mi mayoría de edad, y me había matriculado para acceder a la Universidad. Ya en aquel entonces, poseía un cuerpo atlético, siendo algo más alto que mis hermanos, y en la opinión de mis allegados, no era mal parecido.

Desde los primeros momentos de mi efervescencia sexual, no eran pocas las veces que me quedaba embobado contemplando el hermoso trasero de mi cuñada, especialmente cuando usaba aquellos trajes algo ceñidos, tipo malla, o bien un pantalón bastante estrecho que marcaba perfectamente su anatomía femenina. Su delantera era también objeto de mis miradas, especialmente por la volumetría de sus pechos, que levantaban en mi adolescente cuerpo los más siniestros deseos y fantasías sexuales. En más de una ocasión ella se percató, aunque nunca dijo nada, limitándose a dirigirme una sonrisa, sin hacer mayor comentario.

Cierto día encontrándome dentro de mi dormitorio, salí a buscar unos aparatos que estaba en la sala de la casa, cuando escuche la conversación que en la cocina mantenían mi madre y Sofía. Mis oídos decidieron prestar atención al ver que estaban hablando de los hijos. Sofía le reconocía a mi madre que estaban intentando tener un hijo, pero que pese haberlo intentado no lo lograban. Ella le decía que habían pasado por ginecólogos especializados, y le habían indicado que ella estaba bien y que sus óvulos eran fértiles, pero Asdrúbal tenía el recuento de sus espermatozoides algo bajos, por lo que si bien había posibilidades de que quedara embarazada, era evidente que iba a depender un poco de la suerte. El se negaba hacer la fecundación in vitro, y le comentaba a mi madre que veía que con sus 36 años sus amigas ya eran madres, y el ginecólogo le había manifestado que quizás si esperaba, luego podría ser más complicado. El tono de voz denotaba una cierta tristeza, llegando a confesar a mi madre que, sin conocimiento de Asdrúbal tomaba un fármaco para favorecer la fertilidad. Añadiendo esta vez en plan humorístico, que cuando lo tomaba se ponía como una moto, lo que hizo que ambas rieran de lo lindo.

Semanas después, me encontraba en la parte baja de la casa, donde se encuentra un cuarto para hacer algo de deporte, y un baño con un plato ducha, al margen de un espacioso jardín. Había estado haciendo deporte, como en otras ocasiones, y me dispuse a darme una ducha, ya que aprovechaba aquel baño para no en ensuciar los baños de la casa. La realidad es que como poca gente bajaba allí, y ese día no tenía conocimiento de que hubiera nadie en la casa, salvo mi madre, no solía poner el pasador a la puerta. Ese día me estaba duchando, cuando de repente se abre la puerta y veo que hace su entrada en el baño mi cuñada Sofía, comprobando que venía algo apurada, por lo que sin apenas mirar entro hasta la misma taza del baño. En cuanto me vio se quedó como electrificada:

-oh Tony. Estabas aquí… ¡no te había visto!

-Sofía… oh que… ¡pero no ves que me estoy duchando!.

-Oh..¡lo siento Tony, pero es que no puedo más. Tu madre estaba limpiando el baño de arriba, y me estoy practicamente meando.

-Ya, pero….

– Por favor, anda…… gírate para el otro lado. ¿Quieres?

-Vale…- aunque ceo que ella sabía que no lo iba hacer. Me quede mirando cómo se bajaba la tanga tras remangarse la falda que llevaba, pudiendo observar aquellos muslos desnudos, y parte de la pelambrera de su coño, ya que el inodoro estaba justo enfrente del plato ducha. En esos momentos estaba completamente desnudo, verificando que ella disimuladamente, de reojo, estaba contemplando mi cuerpo. En ese momento acabada de terminar y me restaba coger la toalla. Pensé en pasar la mampara, pero iba a ser igual, que era completamente transparente.

Mi pene que colgaba entre mis piernas, pero ante la vista de aquel coño, se me comenzó a despertar, comprobando como mi cuñada quedaba alucinada al ver las dimensiones que estaba adquiriendo mi tranca.

-pero Tony… oh Dios mío…¡Joder Nene..Tapate eso!… Pero… ¡joder te estás empalmando! –

-!lo siento Sofía… pero ha sido sin querer…¡es que verte así!.- le dije algo acojonado, ya que tenía temor de que se lo relatara a mi hermano o a mis padres.

-Ya lo sé. Ha sido culpa mía- decía mientras terminaba de secarse con un papel higiénico y se subía la tanga- Tony….. No pensaba que el hermanito de mi marido estuviera tan bien dotado. Vaya,… vaya que callado lo tenias.

-No se lo digas a mi hermano, ni a mis padres, por favor. Qu ya sabes cómo se ponen.

-Debería conocerlo toda la familia. Vaya semental… ja ja. Venga tranquilízate-me decía mientras miraba mi cuerpo desnudo, comprobando que se retrasaba en salir del baño. Creo que se quedó como alucinada.

Luego poco a poco fue saliendo del baño, sin dejar de echar una mirada hacia atrás siempre manteniendo la vista de mis atributos masculinos. Me quedé preocupado de que se lo comentara a mis padres o a mi hermano, aunque ciertamente tampoco tenía yo la culpa. No obstante, me quede con una empalmadura de caballo, y me tuve que tocar una paja allí mismo.

Pasaron los días, y partir de ese momento se hacía permanente contemplar la sonrisa de mi cuñada cuando me veía. Una vez estaba ayudando a mi madre en la cocina, y constaté ella se agachaba a propósito más de la cuenta, justo cuando procedía a recoger algunos productos que se localizaban en la parte baja de la nevera. “La muy cabrona se estaba recreando mostrándome todo su culo”, muchas veces calzaba un pantalón casi malla, donde se constataba completamente su perfecto trasero. Ella era cautelosa de que, en esos gestos, no la viera mi madre, pero era evidente que se recreaba contoneándose, para luego echarme una mirada sonriendo. ¡Joder mi cuñada me estaba calentando de verdad!

A partir de ahí, se hicieron frecuentes sus provocaciones, lo que alimentó mis fantasías masturbatorias. Un día Sofía llego a casa, justo cuando mi madre había salido a comprar, por lo que nos encontrábamos los dos solos en casa. Yo me acababa de levantar de la cama, me dirigí al baño, y luego me fui a desayunar a la cocina. Ella se encontraba fregando la loza, y observe que llevaba puesta una malla, de esas bastante ajustadas, que modelaba completamente sus nalgas. Note su satisfacción al constatar mi nerviosismo, y me dice:

-Que pasa Tony. ¡Te gusta mi trasero!. …”joder nene que no paras de mirármelo”.

Me quede más nervioso, pero recuperándome, le dije:- Sofía, es que de verdad: ¡tienes un buen trasero!. Eso salta a la vista.

Me mira a la cara, se sonríe complacida y me dice:- Pero nene, no debes pensar en esas cosas. Apenas acabas de cumplir la mayoría de edad. Eres un desvergonzado.. ¿Lo sabías?.

-Que quieres que te diga. ¿Que no me gusta tu culo?. ¡Pues me gusta!…..mi hermano tiene que estar loco dejándote poner esas mallitas que usas.

-¿Crees que son muy provocativas? Me pregunta algo intrigada, pero a la vez coquetona.

-Eso salta a la vista cuñada. “No obstante, te diré que mi me encanta verte con ellas”.

-pero… Tony, ¿crees que de verdad se me marca mucho?- haciendo algunos movimientos sexy con su trasero.

-No seas boba. Estas muy bien con ellas. Muchas mujeres lo llevan para hacer deporte. Pero a ti te quedan mejor.

Se gira hacia donde estoy, y dirige su mirada hacia la parte de su pubis, y me dice:- no me digas que….. ¿De verdad se me marca también por delante?… Joder ¡qué dirá tu madre si me ve así!. ¿Creerá que soy una cualquiera!. Me los compré ayer, pero ¡no pensé que fuera a marcarse tanto!.

La mire con detenimiento comprobando que se le marcaba el coñito perfectamente, y se podía constatar claramente la abertura de los labios de su coño. Cuando se lo dije, ella colocó las manos delante, y me dijo:- ¿de verdad se me marcan?. ¿Estás seguro?

-tienes que fijarte detenidamente. Pero,…. Además, ¿qué te preocupa?: ¡que sufran los que vean!. Tienes un cuerpo precioso y es para lucirlo.

Ella me mira, me sonríe, y me dice:- Uy Tony para ser tan joven eres muy espabilado. Ya me supongo como tendrás a las chicas, especialmente ahora que vas a la universidad. ¡Las tendrás a todas en el bote!

No le dije nada, pero ella se volvió a agachar, esta vez abriéndose más, mientras me mirada y me dice:- joder nene… no me digas que…… “te estás empalmando”. Y me mira el paquete que se había formado en mi pantalón, comprobando como se azoraba un poco. Y continua: -¿no te habrás empalmado verdad?

Yo me puse la mano en mis partes como tratando de ocultar mi abultamiento, y ella me dice:- “serás cabronazo”. ¡Te has empalmado viendo a tu cuñada!…… No respetas que sea tu cuñada. ¡Coño….que soy la mujer de tu hermano!

-lo siento. Ha sido sin querer. Es que viéndote así…¡no puedo distinguir entre que seas la mujer de mi hermano o no?. ¡Debes entenderlo!

Me puse tan nervioso, que me levanté y me dirigí al baño. Ella entonces me sigue y me dice antes de entrar:- ¿no me digas que vas hacer lo que pienso….?.

No le dije nada, y la realidad es que me masturbé de lo lindo. Ya algo calmado, salí del baño. Mi madre para entonces había llegado, y note la mirada de enrojecimiento de Sofía al verme. Se dio cuenta de que me había desfogado.

Así fueron pasando los días, pero ella no dejaba pasar la ocasión para adoptar posturas sugestivas que me dejaban empalmado, sabiendo que lo hacía a propósito. Yo había adquirido confianza y le echaba alguna que otra broma. Un día, me encontraba en el jardín cuando ella bajo, y note que me mira algo desafiante. No paraba de mostrándome su trasero mientras recogía unas flores. Entonces me arme de valor y le dije:- Sofía, serás la mujer de mi hermano, pero estás para pegarte una buena “montada”.

-¡quee…! -me mira sorprendida de mis palabras, pero luego se sonríe y me dice:- ¿verdad que sí?…. Ya, te gustaría ser tu el que me monte ¿verdad chaval?.

-No lo pensaría dos veces. Le dije, aún sabiendo que era mi cuñada.

Me mira algo alterada y me dice:- Pues, … entérate chaval, “a mí el único que me monta es tu hermano”. ¡Habrase visto con el nene!….”ve y monta a la chavalas de tu cole”. Y regresó a la casa con cara de cierto enfado. Me quede algo perturbado. La cabrona de mi cuñada, primero de excitaba y luego venía con esas arrancadas.

Me percaté que a partir de ese momento, en cuanto mi madre se descuidaba se soltaba algunos botones de su blusa para dejar entrever sus pechos. Y aquello me excitaba sobremanera. Era obvio, que pese a todo, ella se lo tomaba como a broma, y era evidente que le gustaba excitarme.

Otro día, me encontraba en una fiesta familiar en un restaurante de la zona, donde había acudido casi toda la familia-. Por la tarde, ya estábamos algo cansados, y más de uno ya bastante ebrio, entre ellos mi hermanastro Asdrúbal. Tampoco las mujeres se quedaban atrás. Había salido hacia una especie de balcón-terraza que tenía el restaurante, con la finalidad de hablar por teléfono con un amigo, ya que el ruido de la fiesta no me lo permitía. Para mi sorpresa, observo que al rato aparece Sofía, la cual lucía ese día un traje rojo con una abertura a un lado, que le quedaba de maravilla. Su figura era un portento. En la terraza no había nadie más, cuando compruebo que se acerca hasta donde estaba y me dice:

-vaya. ¿Qué haces tan apartado de la familia?. Hay alguna chavala que estés rondando por aquí.

-pues… Salí hablar por teléfono. En la fiesta apenas puedo hablar con tanto ruido.

-yo también necesitaba Salir. ¡Me asfixiaba ahí dentro!.

Mientras me hablaba se sienta en un banco que encontraba en dicha terraza-balcón, percatándome que se le había subido un poco el traje dejando a la vista una parte de sus pantorrillas. Verifique que como se descuidara dejaría a mi vista sus bragas. Ella observa como la miraba, se gira para ver que no había nadie escuchando, y me dice:- Oye Tony ¿no me has dicho nada hoy?. ¿No te gusta cómo voy vestida?

La miro sonriendo y le digo. -estas preciosa. Pero ese vestido te queda muy bajo. Deberías haberte puesto una minifalda. Así resultas muy conservadora.

Ella me observa, me sonríe, y me dice:- ya ya. Tu lo que deseas es que la familia me crucifique. Especialmente tu hermano, ¡con lo conservador que es!.

-pero ahora no está presente mi hermano, solo nosotros. Podrías al menos, “ser más generosa y mostrarme parte de tus muslos”. Le dije sonriendo.

Ella me mira con cara de morbosidad, y me dice:- ja..ja y ¿porqué no enseñarte mis braguitas también?.

-creo que es lo menos que podrías hacer cuñi. Le conteste sonriendo.

-“que morro te gastas cuñadito”. Si se entera tu hermano de que eres tan salido…

Pero se me queda mirando, y seguramente producto de la bebida y del morbo, me dice: -¿de verdad te gustaría ver mis braguitas?, aunque…. ya sé que me viste en el baño sin ellas…

-por supuesto Sofía. Me encantaría ver cómo te quedan- le dije sorprendido ante sus palabras.

Ella comprueba de nuevo que no hay moros en la costa, y mirándome con cara de lujuria se remanga el traje subiéndolo hasta cerca de su cintura, con lo que pude contemplar sus bragas de color rosado. ¡Qué hembra!

Me acerque hasta donde estaba, y al ver mis movimientos, me dice:- nada de tocar. Solo te permito ver. ¡Qué te parece!

-joder cuñada. ¡Qué buena que estás!… ¡como envidio a mi hermano!

-de verdad te gusto. ¿Lo dices en serio? Me pregunta.

-totalmente cuñada. Eres una preciosidad. ¡Estas…. ufff! No quise terminar la palabra, pero ella se sonrió y me dijo:

-que ibas a decir… “que estoy buena para echarme un buen polvo” ¿verdad?

-No sabes cuánto cuñada. Le conteste casi sonriendo.

-Ya…pero… ya sabes….”solo puedes contentarte con ver, y tocarte”…ya sabes… ¡confórmate con eso!.

-Pues, yo aguardo la esperanza de que algún día seas mía. “Añoro montarte como una verdadera yegua”. – le dije totalmente excitado y sin medir las consecuencia de mis palabras. Sabía no obstante que mi forma de hablar tan obsceno la excitaba.

Ella me mira, y me dice:- Pero Tony… ¡qué forma de hablar es esa!… Sabes que eso nunca ocurrirá. Soy la mujer de tu hermano. Siempre le he sido fiel. Luego se lo piensa, y me mira fijamente a los ojos y me dice: “Eres tan cabronazo, que hasta serías capaz de cometer incesto con la mujer de tu hermano”. ¡Serás degenerado!.

La miro a la cara y le digo:- Te aseguro que no me lo pensaría dos veces. “Montarte debe ser una atentica gozada”.

-Pero…¡que te has creído? ¿Que soy una yegua?,

-¡Más bien una buena potra que necesita una buena montada!. No desesperes cuñada, “algún día te montare”

– eres muy engreído, cuñadito. Luego se baja el traje, se acerca donde me encontraba, y hace algo que me dejó perplejo: ¡me echa mano a mis atributos masculinos, aún separado solo por el pantalón, y los aprieta!. Yo me encontraba con una empalmadura, que ella evidentemente comprobó, y luego, excitada, me dijo: -Hijo puta….Qué bien dotado estas cuñadito. Y marcho para el interior del restaurante, dejando anonadado.

Paso no más de una semana, cuando mi madre me sorprende diciendo que tenía que acudir a casa de Sofía y ayudarle a limpiar el jardín de su casa, ya que según parece, el jardinero que tenía se encontraba enfermo y llevaba más de dos semanas sin ir. Intente protestar, pese a estarlo deseando. ¿Y? …¿mi hermano no sabe hacerlo?Le conteste.

Mi madre me dijo:- venga no sea gandul. Tu hermano está de viaje y no regresa hasta dentro de unos días. Le diré que mañana iras a ayudarla.

Me pase toda la noche excitado pensando en que iba a estar cerca Sofía. Los dos solos en su casa. A la mañana siguiente, nada más llegar note la cara de excitación de ella cuando atravesé la puerta. Me puse a limpiar el jardín con gran esmero. Pronto el calor hizo mella, y comencé a sudar por soleares. Me quité la camisa que llevaba y me quede solo con el pantalón corto, realizando el trabajo. Al rato aparece ella en el jardín, y me acerca un refrigerio. Note que se sorprendió al ver mi torso desnudo y sudando y me dijo:

-vaya…” te vas a tostar” así desnudo.

-es que hace bastante calor.

Ella me ayudo igualmente en las tareas, pero pronto el calor era casi insoportable, y me dijo: -anda entremos un rato a casa y descansemos. No quiero que cojas una insolación, y luego tu madre me reproche.

Y así lo hicimos. Note que ella portaba un traje bastante corto, y constatando que no llevaba sostén, lo que hacía que sus pezones se transparentaban a través de la ropa. Ella al rato me mira, y me dice: -Tony… ¿qué miras?…. “Joder, nene no me mires las tetas”.

-Que quieres cuñada… es que estás tremenda.

-No empieces vale. El que estemos solos no quiere decir que te puedas pasar. Será mejor que continuemos con el trabajo.

-creo que será mejor…si continuo aquí creo que….

Ella enrojeció, y algo desafiante me dice:-que ibas a decir ¿qué me violarías?

Antes de regresar al jardín le dije: -“Creo que en el fondo lo estás deseando”. Sé que necesitas “ser montada por tu cuñado”. Has visto y tocado mi polla y no puedes ya vivir sin ella.

Ella muy excitada, me contesta:-no me hables así Tony. ¡Estás loco! Respétame.

-vamos cuñi…sabes que estás loca por sentir mi tranca abriendo tu conejito. Le dije sin poder contenerme. Estaba muy excitado y eso hacía que no me controlara.

-calla joder… ponte a trabajar,…. ¡Pero qué te pasa chaval…¡eres un autentico salido!

Y entro para la casa. Era obvio, que me había sobrepasado, pero yo tenía una excitación de caballo. Terminé una parte del jardín y decidí dejar la otra para los días siguientes. Al entrar en la casa, y le digo: por hoy estaba bien. Ella me miro nerviosa.

Luego al verme todo sudado, me dijo:- Si quieres puedes ducharte. Estas muy sudado…¿no vas a ponerte la ropa limpia de esa forma?. Que diría tu madre.

Entre en uno de los baños, y me di cuenta, con sorpresa que no existía pasador ni tampoco estaba la llave. Tras desnudarme, entre en la ducha, y cuando estaba en medio de ella, escucho que ella toca en la puerta y sin esperar mi respuesta entra: -se me olvidó traerte una toalla. Esa de ahí es muy pequeña.

Yo estaba duchándome, siendo la mampara de cristal totalmente visible. Me fijo en que ella se queda contemplando mis atributos, sin que yo hiciera ningún esfuerzo por taparme. Ella pone cara de autentica lujuria, y luego tras dejarme la toalla, sale fuera.

Tras vestirme, viendo que ella estaba en la cocina. Estaba preparando algo de comida. Llegue por detrás, me coloque tras ella, y la tome por la cintura. Note su escalofrió. No dijo nada, y bese su cuello, y pase mi lengua por sus orejas. Aquello la excito, y me dijo:- pero que haces… ¡estás loco!

No le conteste, y por el contrario subí mis manos hacia sus pechos, siempre sobre el vestido que llevaba, logrando sacarle unos suspiros. Note que mi cuñada estaba caliente, su cuerpo ardía. Palpe sus pechos cogiéndolos en mis manos, siempre con la tela del vestido por medio, y luego fui bajando hasta palpar su trasero, logrando introducir mi mano por entre sus muslos, hasta lograr alcanzar por primera vez su braguita. Era obvio que estaba encharcada.

-oh estás loco… déjame… ¡pero qué haces …. Estás loco…. ¡cómo te atreves ¡ ooo

Lejos de retirarme, volví a la carga, y, tomándola en brazos, la coloque sobre el poyo de la cocina. Esta forma de actuar la sorprendió. La deje sentada sobre el poyo y procedí, en un abrir y cerrar de ojos, a separar sus piernas, quedando ante mi vista su braguita, donde pude descubrir una pequeña mancha. Sin poder evitarlo metí mi cabeza entre sus muslos y lamí aquellas braguitas, preciosamente donde estaba la mancha, que coincidía con la ranura de su coñito.

-oh que haces… pero… Tony….joder…. Como te atreves ooo

Al ver aquel par de piernas perfectamente lisas y bien formadas, sin poder contenerme le aparte las braguitas hacia un lado, dejando al descubierto el más ansiado manjar que podía llevarme a la boca en ese momento. Se veía que mi cuñada estaba mojada, por lo que acerque mis labios carnosos y lo bese, a la vez que acariciaba su trasero, lamí sus muslos y los chupetee como si fuese un caramelo aquel sabroso manjar. ¡Era el primer coño que saboreaba, pero además, aquel era delicioso!

-oh que me haces… me lo vas a comer ooo noooo cabron oooo

A ella se le erizaba la piel mientras que suaves gemidos escapaban de su garganta. Separe los labios de su vagina con las manos y con la punta de mi lengua le repase la rajita de principio a fin durante unos minutos. Pronto alcance su clítoris, el cual lo lleve hacia el interior de mi boca, y sorbo jugué con el, mientras mis labios lo aprisionaban, al tiempo que la punta de mi lengua entraba en el. Ella comenzó a moverse muy lentamente al compás de sus gemidos. Al momento sus fluidos empezaban a incrementarse dándome de beber, mojando mis labios.

Era obvio, que mi hermano nunca le había hecho aquello. El tacto de mis labios carnosos y mi lengua juguetona estaba consiguiendo aquel efecto en su entrepierna tan suave, tan hinchado por la excitación del momento, carnoso y delicioso a la vista y al paladar. Sin darme cuenta, constato que ella toma mi cabeza entre sus manos y la empuja contra su coño, momento en que alcanza su primer orgasmo.

-oh Dios mio ohhh Tony… oooooo cabron me vengo oooo siiiii

Tras acabar, me aparte, contemplando su maravilloso conejo totalmente lubricado. Entonces me levante y por primera vez me acerque hasta ella y la bese en la boca, con mis labios aún llenos de sus propios jugos. Ella se quedó excitada ante aquella acción, y note que entreabrió la boca y permitió que metiera mi lengua jugando con la suya.

-ohh cabronazo que haces ooo

Mientras la besaba logré retirar la parte superior de su vestido, quedando sus pechos desnudos ante mi mirada. Me quede maravillado al contemplar aquel par de buenos melones, perfectamente diseñados, y con aquellos pintones que formaban sus dos pezones. Y sin más, comencé a succionar sus pechos, haciéndola jadear.

-oh Tony para chico.. oooooo Dios no oooo

Al propio tiempo, mi manos descendieron por debajo de su traje atrapé sus braguitas e intenté quitárselas, pero ella me dijo:- ¡no las bragas no!. Por favor…eso ni hablar. “Follar no podemos…”

-acaso no me deseas- le dije.

Ella me mira y me dice: -aunque lo deseara, sabes que no podemos. Eres el hermano de mi marido… y además…¡estoy ovulando!, estoy en mis días fértiles.

No me lo esperaba. Mi cuñada estaba en sus días fértiles. Pero le dije:- me correré fuera.

-¿Sabes lo que ocurriría si por casualidad te corres dentro..?

Recapacite, y le dije: – pues ese trasero será mío. De alguna forma de la voy a meter. ¡Quiero montarte!”

-por el ano. Estás loco, me reventarías… he visto la polla que calzas, y nunca lo he hecho por ahí.

-“O tu culo, o tu chochete cuñada”. Te quiero montar de cualquiera de las formas. Y quiero llenarte con mi leche.

Me mira a la cara, y me dice:- joder Tony, parece que lo dices en serio. Y …encima pretendes correrte dentro. ¡Sabes lo que puede ocurrir! ¡Te das cuenta de las consecuencias!.

Sin esperar más, la tome en brazos y la lleve por todo el pasillo de la casa, en dirección a su dormitorio, y me dijo: pero que haces. Donde me llevas… oh.. no pretenderás… en mi dormitorio…no

La aventé sobre la cama, y tire de su vestido dejándola casi desnuda solo con las braguitas. Ella se puso nerviosa, e intento golpearme, pero la sujete, y la coloque en cuatro, con las rodillas en el piso y las manos sobre la cama. Con decisión tome sus braguitas y tire de ellas, las cuales bajaron hasta las rodillas. Me excite sobremanera al contemplar el orificio de su culito, aún virgen. Tenía a la mujer de mi hermano completamente desnuda.

-cabron que haces. Me vas a violar… eres un cabrón. Se lo diré a tu madre, a mi marido…

-calla de una vez. Me has estado calentando, y sabes que hoy serás mía de cualquier forma. ¡Desde hace tiempo estas queriendo que te monte!

– Esto no está bien, Tony… – me decía varias veces negando con la cabeza. Mientras yo aproveché para quitarme el pantalón y dejar libre mi polla, que a esa altura estaba como un misil. Mire el culito de Sofía y veía como imposible que mi tranca entrara en aquel orificio. Me parecía sumamente estrecho.

Cuando ella supo que me había desnudado, ya que se reflejaba perfectamente en el amplio espejo de la habitación, me dijo:- por favor Tony, … Dios mío…. la tienes enorme. Te has desnudado….Por el ano no.

Pase mis dedos por su coño, a través de toda la ranura del mismo, y viendo mis intenciones me dijo: :-ay Tony. Sabes que tu hermano y yo estamos intentando tener un hijo. Por ello no tomo nada, “no estoy protegida”… y, … para colmo creo que hoy estoy ovulando.

Pese a ello mi polla creció aún más. Saberla ovulando aumentó mis deseos de poseerla– Sofía, “preciosa, sabes tan bien como yo que, que necesitas que te monte. Eres una yegua en celo”.. mi yegua – le dije al oído, colocándome casi sobre ella, como quien quiere montarla.

– Hijo puta, estás loco. Sabes que no podemos, y menos en mi estado…. ¿acaso pretendes embarazarme? – me contesto. Estaba como loca, y en ese momento compruebo que ella echa la mano hacia atrás y palpa mis testículos.

-Dios mío los tienes cargados.

Era evidente que estaba ansiosa, como si deseara mi polla desde hacía tiempo, pero creo que al estar ovulando la retraía.

-Si preciosa. Los tengo repletos. No me importaría embarazarte. Te aseguro que la vas a recibir toda.

-eres un cabrón. ¿Lo dices en serio?… sabes que si lo hacemos puedes dejarme embarazada. Me decía excitada, y muy nerviosa.

– Sofía. Eres una putita, me has venido calentando día tras día. Has entrado en el baño sabiendo que estaba desnudo. Eres una putita que tiene falta de polla. Va a ser necesario que te folle. Además tienes el coño tan empapado que no puedes mas – le dije, mientras ella, sorpresivamente me seguía tocando los testículos.

– No aguanto más. Te voy a follar, cañuda – le dije mientras me incorporaba y me colocaba detrás de ella, logrando abrirle las piernas buscando con mi polla ese coñito sabroso.

– No, Tony, no. Follar noooooo – imploraba – lo que quieras pero,… follar noooo, por favor, además “no llevas condón, hijo puta” – gemía, mientras me arañaba y empujaba.

Yo no le hacía caso. Estaba muy cardiaco. Quería follarla a toda costa. Necesitaba follármela: montarla como una yegua. Y, en el fondo sabía que ella, realmente, quería que me la follara, aunque estuviera ovulando.

– Sofía estás deseando que te monte, grita si quieres – le dije.

– Tony, sin condón… Tony, sin condón… ¡Tony sin condón, no! me vas a dejar preñada – me repetía una y otra vez mientras gemía al tiempo que se defendía empujándome e intentando arañarme.

A estas alturas, yo ya tenía una excitación tremenda, y mi líquido preseminal brotaba por mi glande. Sabía que ella quería aparentar lo contrario, pero estaba cachonda. Era consciente de que en cuanto le metiera la puntita de mi polla se iba a abrir como un compás pero, no me dejaba con tanto empujón y arañazo. Eso me estaba poniendo más cachondo todavía, tenía mi polla a reventar. Quería follarla a toda costa. Necesitaba follármela, aunque fuera la esposa de mi hermano.

– Vamos putita, estás deseando que te folle, ¿a qué sí?

– Noooooo, follar noooooo – suplicaba a la vez que me morreaba y me masturbaba.

Al acercar mi polla a su coñito, comenzó de nuevo la guerra de empujones y arañazos. La verdad es que estábamos muy cachondos, y creo que esa situación nos estaba calentando a ambos, aunque ella pretendiera hacerse la decente.

– ¿Me dejarías jugar con mi polla encima de tu coñito sin metértela? – le pregunté cambiando de estrategia.

Fue sólo un atisbo de duda en su cara. La eche sobre la cama boca arriba, note la abertura de su coño, y puse mi polla sobre el coñito y comencé a recorrérselo por encima de su coño, sin metérsela, embadurnado todo mi nabo con sus jugos..

– Así está bien, Tony. ¡Ya no más, por favor! – gemía y me suplicaba, mientras notaba como mi tranca pasaba por todos los labios de su coño mojándola. Note la excitación en su cara.

No le hice caso y en una de las pasadas, apenas sin empujar, le metí una parte de mi cipote. El gemido, casi grito de Sofía, vino acompañado de nuevos arañazos.

– Tony, cabrón, me has engañado. Sácala que no llevas condón. Hijo de puta,… oh que grande….me vas abrir ….. Por favor, no te muevas. – me gritaba, mientras comenzaba a follármela.

– Oh Tony, me estas abriendo mucho… Cabron la tienes muy grande…oh cabrón como me abres ooo – gimoteaba mientras, cada vez con menos ímpetu, seguía defendiéndose.

Habrían pasado menos de diez segundos desde que estaba follándome a Sofía cuando se cambiaron las tornas y pasó de los empujones a agarrarme de la cintura y atraerme hacia sí misma. Ahora ella comenzaba a colaborar.

– Fóllame fuerte, cabrón. No pares, ahora no…. o que bien lo haces, hijo de puta – Me insultaba

¿Te gusta, eh, putita? ¡te gusta que te monte” – le preguntaba mientras le sobaba las tetas.

Soy una golfa. Trátame como una puta cabron. ¡Móntame soy tu yegua!… hazlo oooooo, Pero “no te corras dentro” – gritaba ya sin importarle.

Mis penetraciones fueron tan constantes y tan profundas que ella tuvo casi dos orgasmos casi seguidos. Luego la puse a cuatro patas, me situé detrás de ella y empecé a meterle y sacarle la polla a empujones limpios.

– Dame duro, destrózame el coño – me exigía mientras no paraba de bombearla una y otra vez, mientras alcanzaba un nuevo orgasmo. Mi cuñada se descubro como una ninfómana.

Estuve dándole caña mientras hasta llegar a otro sonoro y descomunal orgasmo que la quedó, literalmente agotada, sufriendo un pequeño desmayo sobre la cama. Pero yo seguí perforándola una y otra vez, hasta que me percate de que no podía más.

– ¡Me voy a correr, Sofía! Le dije.

– ¡Hazlo fuera. No puedes hacerlo en mi coño.

-estás segura de que no quieres sentir mi leche. Tengo los huevos cargados. Le dije tratando de excitarlo aún más.

Ella volvió a echar la mano hacía atrás y palpó mis testículos nuevamente, y exclamo: – oh cabrón los tienes llenos. Y girando su cara me dijo:- eres un cabronazo…, sabes que si lo haces….vas a preñarme.

-vamos putita quiero que seas tú la que me pida que me corra dentro. Le decía mientras la perforaba sin parar. ¡Sabes que necesitas mi leche!…¡quiero que me la pidas!

-Cabron me vas a perder… Y ante mi asombro, presa de locura, me contesta: Vamos córrete dentro. Quiero sentir cómo te corres dentro de mí! Venga hijo puta no te contengas…lléname– me suplicó.

Escuchar eso fue demasiado para mi así quien, tras unos segundos follándole el coño, note como mi pene comenzó a soltar dentro de su vagina ingentes lechadas que inundaron su fértil vagina. Fue una corrida bestial. Prácticamente le inundé el coño con mi semen. Si estaba ovulando las posibilidades de que la dejara preñada eran muchas.

Cuando salí de ella, se miro el coño, y verificó que aún manaba leche del mismo, y me dijo: – me has desgraciado. Te has corrido de una forma bestial…. Seguro que de esta quedo preñada…. ¡pero qué has hecho…!

Estuvimos unos minutos recuperando la respiración hasta que, luego me pidió que me fuera. Notaba que ella ahora estaba preocupada al haberme corrido dentro. También me entro cierta preocupación y angustia. Había sido mi primera mujer, pero ¿y si la había dejado embarazada?

Al día siguiente quede en volver para continuar limpiando el jardín. Ella al principio no me recibió con gran regocijo, pero cuando terminé, al subir a la casa, se dirige hacia mi y me dice: ¿Te quieres duchar de nuevo?. La mire a la cara, note como brillaron sus ojos, y entre al baño. Me fije que tampoco estaba la toalla, pero no dije nada. No obstante comencé a ducharme. Al rato observo que ella abre de nuevo la puerta del baño y entra con una toalla en la mano. Pero mi mayor sorpresa fue ver como venía vestida: Llevaba puesto un baby doll totalmente transparente, donde se veía que debajo que solo llevaba una pequeña tanga.

Mi pene se enderezó al momento. Ella se sonrió, aunque espero que terminara de secarme, y luego, acercándose donde me encontraba, se agacho y ante mi perplejidad se metió mi pene en su boca y comenzó a darme una soberana mamada.

Tras ponérmela a punto, se incorpora y me bese la boca, notando el intenso calor de su cuerpo, y me dice:

-anda cabronazo. ¡Quiero vuelvas a montar tu cuñada otra vez!… “vamos monta a esta yegua necesitada de polla”. ¿Quieres hacerlo?

No me hice esperar, con decisión y lujuria contenida, la coloque contra el lavabo mirando hacia el espejo y ante su morbosa mirada, allí mismo “la atravesé con mi nabo”.

-oh cabron como la tienes. Esta tan gorda como ayer… vamos cabron dame caña…ooo siii oooo

-si putita. Necesitabas mi tranca. Te gusta la polla de tu potro… te gusta que te monte.. ¿verdad cuñadita?

-si cabron. Sigue montándome… vamos .. Continua asíii oooo- se vino al momento, notando como apretujaba mi polla con sus paredes vaginales. Yo no me contuve, sino que seguí con mis penetraciones constantes. Cuando ella se percató de que me iba a correr, me dice:

-échala dentro cabron…. Vamos termina de preñar a tu cuñada.. Dame el hijo que tu hermano no me ha dado.. Préñame hijo puta… ooo si siento tu leche ooooo

Comencé a correrme como un surtidor dentro del ella nuevamente. Cuando salí de ella, me tomo de la mano y me llevó hasta su dormitorio, donde volvimos a follar esa tarde varias veces.

Pasaron las semanas, y una tarde al llegar de la Universidad mi madre me dijo: ¡sabes que vas a ser tio!. Me quede preocupado. Sofía nunca me lo confeso, pero era muy posible que fuera producto de aquellos alocados polvos.

Pero jamás me arrepentiré de haber montado una hembra como aquella. Aunque hiciera cornudo a mi propio hermano.

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