Ya mi polla estaba erecta por los tres pares de pechos que tenía enfrente, mi mente se había calentado y necesitaba desatar todo mi calentón

Esta historia comienza en una tarde realizando un trabajo con unas compañeras de la carrera. Llegamos a eso de las 17 horas, fuimos a la biblioteca y pedimos una sala de estudio pero no había libre así que fuimos buscando un aula que estuviera vacía.

El Aula 307 de la tercera planta estaba vacía, por las tardes la facultad estaba vacía, las aulas las dejaban abiertas para que limpian las aulas, nos metimos los 4 del grupo. Ya en el aula mientras mis compañeras de trabajo estaban haciendo el proyecto yo hacía que buscaba información por Internet pero en realidad lo que estaba viendo eran fotos de pechos.

Ninguna de mis compañeras se daba cuenta porque todas estaban frente de mí. Yo miraba, miraba pechos y más pechos de vez en cuando les comentaba algo a mis compañeras pero básicamente estaba viendo a mujeres enseñando sus pechos. Empecé a fijarme en los pechos de mis tres compañeras. Elena tenía unos pechos muy grandes, Miryam tenía unos pechos no tan grandes como los de Elena pero su figura delgada hacía que le resaltan más. Carmen era la más delgada de las tres y sus pechos eran más pequeños que los de sus compañeras, por supuesto los pechos más apetecibles eran los de Miryam y más siendo la que llevaba la ropa más ajustada, un jersey azul marino. Ya mi polla estaba erecta por los tres pares de pechos que tenía enfrente, mi mente se había calentado y necesitaba desatar todo mi calentón pero no podía levantarme ya que verían mi erección, así que esperé a que se bajar mi erección trabajando con mis compañeras pero mirada de reojo los pechos de Myriam sobre todo. A las 20 ya habíamos casi terminado el trabajo cuando dijo Elena que tenía que irse y Miryam también dijo de irse, quedándonos Carmen y yo solos. El trabajo estaba casi terminado pero había que darle formato y comprobar que las cosas que estaban escritas eran coherentes pero ya era muy tarde y estábamos muy cansados así que le dije a Carmen de tomarnos un descanso y luego acabar, ella aceptó.
Caminando hacía la máquina de cafés, Carmen se adelantó a mí con su medias, su falda verde oscura corta y su jersey verde oscuro. En el camino nos encontramos con dos compañeras de nuestra clase ambas nos saludaron con un gesto muy frío. De vuelta con nuestro café estuvimos riéndonos de ellas y metiéndonos con ellas sobretodo con una de ellas, la más alta que era la más sosa de ellas, la llamábamos “La dama de hielo”.

– Vaya tía más sosa.- le dije a Carmen.
– Si seguro que en su casa para enfriar las bebidas se la dan a ella. – me respondió Carmen.
– ¿Te imaginas en la cama con su novio?, el novio corriéndose y ella con cara de poker diciéndole “ ¿Ya has terminado? ”.- le dije a Carmen.
– Ja ja ja ja ja- Se reía Carmen.
– Seguro que en vez de pezones tiene estalagmitas. Seguía hablando yo.
– Ja ja ja ja ja- Se reía Carmen.
– Además seguro que los pezones además de pequeños serán azules – le dije.
– ¿cómo sabes cómo son su pezones?, ¿ es que se lo has visto?
– No pero por su piel y su forma que su pezones son pequeños.
– No me lo creo, tu se lo has visto.
– Que no, además también puedo saber el color de tus pezones.

En el aula 307 donde estábamos los dos solos hubo un silencio.

– A ver listillo ¿cómo son mis pezones? – me dijo mientras que se tapaba sus pequeños pechos bajo sus manos.
– si te lo digo… ¿ qué gano?. – le dije.
– ¿quien dices que vas a ganar? – respondió ella.
– ¿qué gano yo? – le repetí.
– ¿ Qué quieres ganar? – respondió ella.
– Bueno mi recompensa será tocarte las tetas. – le dije yo.
– vale si lo averiguas podrás tocarme una teta. – respondió ella.
– Ambas tetas! – le dije yo.
– Sólo una. – respondió ella.
– Tocar y un apretón. – le dije yo.
– Solo tocar. – respondió ella.
– Tocar y hacer la bocina. – le dije yo.
– Solo tocar. – respondió ella.
– ok, sólo tiene que tocar, pero durante una hora. – le dije yo.
– Durante un segundo. – respondió ella.
– Veinte minutos ambas tetas.- le dije yo.
– Treinta segundos una teta. – respondió ella.
– Cuatro minutos, ambos pechos, tres apretones.- le dije yo.
– Un minuto, dos tetas, y un apretón. – respondió ella.
– Vale. – le respondí yo.
– Pero si pierdes tú terminarás todo el trabajo solo.- me quedé callado y asentí con la cabeza. – respondió ella.
– Vamos ¿ cómo son?- me dijo ella mientras me miraba tapándose con las manos los pechos.
– Eso no vale, debe quitarse las manos para poder ver.
– Ok – se retiró las manos y sacó pecho.

Estuve mirando los pechos, para decir la verdad no necesitaba estar mucho tiempo mirándola pero merecía la pena ahora que podía verle los pechos con su permiso, ya durante el curso había observado los pechos de Carmen y muchas veces con el frío se le había puesto erectos por lo que ya sabían como eran y por el color de piel podía averiguar el color de los pezones.

– Vamos no tengo todo el día.- dijo ella.
– Tienes los pezones chicos con aureola marrón claro. – le dije.
– No. – respondió ella poniéndose algo colorada.
– Como que no. – le dije.
– Mis pezones no son así.- respondió ella siguiendo poniendo colorada.
– Bueno enséñamelo para saber que no es son así. – le dije.
– No.- respondió ella estaba con los colores subidos.
– Si, es justo. – le dije.
– Ok..- respondió ella estaba con los colores subidos.

en un gesto metió las manos dentro de su jersey y con varios movimientos mirando a la puerta del aula se sacó el sujetador por una de las mangas, yo froté mis manos había conseguido lo que quería verle los pechos a Carmen. Ella se levantó el jersey dejándome ver sus pechos y tenía los pezones chicos con aureola marrón claro, había ganado.

Yo con mis manos las dirigí a sus pechos y empecé a acariciar ambos pechos los cuales tenían forma de pera como ya dije no eran muy grandes como los de mis otras compañeras pero por lo menos llenaban una copa D , acariciando sus pezones marroncitos. No habían pasado ni 30 segundos cuando ella me dijo que parara y se bajó el jersey.

– ¿Qué ha pasado?, No ha pasado el minuto.
– Es que me estoy poniendo mala..- Me dijo
– Tu novio no te toca los pechos.- Le dije
– Mi novio más bien me ordeña, con sus manos enormes me los coge y tira de ellos.
– Entonces te estaba gustando lo que te estaba haciendo, ¿no? – pude ver por su jersey que sus pezones se había puesto erectos y casi sobresalen de su jersey verde.- pues si te gusta disfruta el tiempo que queda – le dije al oído con una voz melosa. Ella poco a poco empezó a subirse el jersey descubriendo su ombligo, su barriga de piel blanquecina y por último sus pechos. Yo acerqué mis mano a sus pechos y seguí acariciando sus pezones.

Ya había agotado el tiempo de la apuesta y seguía acariciando sus pechos y sus pezones sin que ella me parara entonces acerqué mi boca a sus pezones y comencé a chuparlo, ella gimió un poco y terminó de quitarse el jersey. En ese momento estaba muy cachondo y mientras que con una mano acariciaba su pecho izquierdo con la boca besaba, chupaba y lamía su pezón, ella se cogía con fuerza la silla mientras disfrutaba de la comida de pechos que le estaba haciendo. Mi erección se había hecho muy grande y mi calentón había vuelto entonces me levanté y la levanté a ella poniéndola sobre la mesa, mientras le besaba su boca le fui desabrochando la falda y fui bajándole la falda junto con sus medias y sus bragas blancas, ellas con sus dedos finos acariciaba mi cinturón desabrochándolo y abriendo mi pantalón vaquero y bajando mi cremallera metiendo sus manos dentro de mis calzoncillos y tomando con sus manos mi polla, luego sacándola. Mi pantalón se había resbalado por mis piernas y mis calzoncillos le habían seguido cuando mi polla entró dentro de su coñito, con relativa facilidad, mi boca besaba su boca y mi manos acariciaban sus pechos, mi polla entró varias veces más cuando la tomé del culo y atrayendo su cuerpo al mío y fue cuando empecé a clavarle la polla con más fuerza, ella me mordía el labio fuertemente mientras que yo le levantaba las piernas poniendo sus rodillas en mi codos y penetrándola hasta el fondo consiguiendo que su coño empezara mojar la mesa, señal que mi polla había hecho que se corriera a mí aún me quedaba un rato por lo que empecé a acelerar mi ritmo, ella me cogió del pelo para separarme de su boca y verme la cara, ver la cara de el tío que había hecho que se corriera teniendo el primer orgasmo de su vida, cosa que me confesó más tarde, por fin me corrí dentro de su coño. tal y como me corrí caí en la silla derrotado con mi culo desnudo, ella se quedó tumbada sobre la mesa.
Escuchamos el carrito de la limpiadora a lo que rápidamente subí mi pantalón y me senté en la silla otra vez y Carmen se puso su falda y su jersey, guardando sus medias y bragas en su maleta, y se sentó a mi lado, se abrió la puerta del aula y entró la limpiadora nosotros nos dimos la vuelta exaltados y le dijimos que ya nos íbamos recogimos y nos fuimos al bar de la esquina de la facultad a tomarnos una cerveza. Tuvimos más sesiones de sexo pero eso es otra historia que os contaré en otro momento.