Visite al doctor familiar, me quiso follar amenazándome de contarle a mi madre que había tenido sexo por el culo. Me metía sus dedos fuertemente en mi culo sin importarle nada

Despues de que aquella noche cuando me escapé con mi tio al motel y terminara estrenadome en el sexo anal, mi tio tuvo que viajar a un compromiso fuera de la ciudad (o eso dijo pues) no sin antes darme pastillas para el dolor. A pesar de las dichosas pastillas, yo seguia sintiendo mucho malestar en mi ano, y no era para menos si el desgraciado de mi tio me lo había roto con su enorme verga. No niego que gocé como loca, pero no sin antes sufrir el peor dolor que haya podido sentir hasta ahora.

Cierto dia al salir de la escuela, decidí que no podia seguir con ese malestar y tome camino rumbo a la clinica del doctor familiar. El doctor Albarran habia sido nuestro doctor de cabecera de la famila por años, por lo tanto nos conocia a todos los miembros de mi famila.

Despues de viajar un corto trayecto en el transporte publico, llegué a la clinica del dr, quien al verme y por como dije, ser ya su paciente de toda la vida, me pasó a un cuarto sin tener que pasar a la sala de espera.

El dr Albarran es un señor ya entrado en años, unos 62 aproximadamente, al que yo siempre habia considerado un buen doctor, pero ya con el paso del tiempo se habia convertido en un viejito renegón y malhumorado. Ya dentro del pequeño cuarto me pregunta como estoy, como voy en la escuela y asi, la clásica plática de doctor y paciente para romper el hielo.

-‘A ver mija, que te trae por aqui?’ me dijo

-‘Pues sabe que traigo un dolor muy molesto, y quiero que me dé algo para calmarlo’ le dije.

-‘Ok, no te preocupes. Y tu mamá porque no pasa?’

-‘Es que, sabe……vine sola’

-‘Ah caray, y eso porque?’ me preguntó extrañado el doc.

-‘Bueno es que , mire….es algo penoso para mi. Traigo dolor en…..mi trasero’ le dije bastante apenada.

Con toda la pena del mundo le conté mis sintomas, pero tratando de evitar la verdadera razon por la que me habia iniciado el dolor. Le inventé que quizas habia agarrado una infección por usar un baño publico, cosa que por su cara, vi que no me creyó nadita. Despues de una sesion de preguntas y respuestas, me dijo que por ser menor de edad no podia examinarme sin la autorizacion de mi madre, a los cual yo me opuse y practicamente le rogué que no diera aviso a mi madre. Me dijo que cual era la razon de mi negativa, a lo cual no me quedó otra mas que confesarle que habia tenido relaciones sexuales y de ahi venian mis malestares. Dijo que haria una excepción, pero si encontraba algo de gravedad o alguna infeccion venerea, tendria que hablar con mi madre, lo cual volví a negarme. El doctor salió del cuarto para que pudiera yo ponerme la batita esa que tiene una abertura por detras y no usas nada de ropa por debajo. Ya de regreso me indicó que me acostara boca abajo, que me iba a examinar, mientras se ponia los guantes plasticos.

Y pues con la pena, pero no me quedó otra mas que mostrarle mi trasero al doc el cual abria mis nalgas, o glúteos como dijo el, para examinar a conciencia mi maltrecho ano. Me preguntó si habia tenido relaciones solamente, o si habia habido penetracion con algun otro objeto, dado de que mi ano se miraba ‘muy irritado’, segun palabras de el. Bueno, llegó a la conclusion de que no habia daño de gravedad, que no habia ningun tipo de infección y que me daría unas pastillas para el dolor y una pomada para bajar lo irritado y la inchazón. Sintiendome salvada, intenté levantarme a lo cual el doctor me lo impidió, diciendome que el mismo me iba a aplicar la pomada. Le dije que no era necesario, que me la diera y yo me la ponia en la casa.

-‘Claro que no, aqui mismo te la aplico. A menos que quiera que le hable a tu mamá diciendole el porqué de tu visita, y que ella misma te ponga la pomada’, me dijo.

Obviamente me lo decia sabiendo que me aterraba la idea de que mi madre supiera que tuve sexo. Y si llegaban lejos sus interrogatorios e investigaciones y supiera que fue con mi propio tio, hermano de mi papá, triste mi calavera. No quise ni pensar en cual podria ser mi castigo. A regañadientes no me quedó otra opción mas que aceptar que fuera el quien me aplicara el unguento ahi mismo en el consultorio. Volvi a tomar mi posicion boca abajo, mientras el doctor sacaba un tubo de pomada y empezaba a ponerselo entre sus dedos. Con una mano separó una de mis nalgas, mientras con la otra empezó a untarme la pomada por fuera de mi ano, a lo cual al instante solté un respingo por el dolor causado por el contacto de sus dedos con mi adolorido agujero trasero.

-‘Ugghhnn! Me quejé.

-‘Duele?’ me dijo.

-‘Si, duele mucho’

-‘Eso hubieras pensado antes de meterte no se que cosas por el ano, niña irresponsable’

-‘No me metí nada! Fue todo normal’ le respondí molesta.

-‘Por el ano no es normal, eso solo lo hacen las prostitutas. Acaso tu eres una prostituta?’ me lo dijo con tono de regaño.

-‘No, no soy prost…’

No terminé de hablar cuando sentí uno de sus rugosos dedos penetrar en mi ano, que no solo me tomo por sorpresa si no tambien me provocó nuevamente dolor.

-‘Mmmjnnhnn, ‘perese, que hace??’ le dije pujando.

-‘Pues te aplico la medicina, que otra cosa voy a hacer?’ me dijo al tiempo que metia su gruseo dedo mas al fondo de mi ano.

-‘Pos no lo meta tan adentro’ le respondí

-‘Eso le hubieras dicho al fulano con el que te revolcaste, niña estupida’ me dijo tomandome por sorpresa su insulto.

-‘Oigame, no me diga asi! No porque yo no quiera que mi mamá sepa, no por eso se va usted aprove….’ no acabé de reclamarle cuando me metió otro dedo mas, haciendome ver chispas de dolor.

-‘Ugggnnnnnnn! Espereseeee, me dueleee!’ Le dije con tono mas fuerte, pero evitando gritar. No pensaba descubrirme yo sola ante el resto del staff de su consultorio.

-‘Pues te tengo que poner la pomada por dentro, si no como te vas a curar?’ me dijo, al tiempo que movia sus dedos dentro de mi recto, mandandome oleadas de dolor.

-‘Pues si, pero me esta lastimando. Hagalo despacito, no sea tan brusco’

-‘Lo hago como debe de hacerse, no me digas tu lo que tengo que hacer. Mocosa engreída. No se como tu madre te aguanta’ me dijo el muy cabron.

-‘No hable de mi madre, respetela! Le dije con ganas de mentarle su progenitora.

-‘No dije nada malo! La que deberia de respetarla eres tu y no andar de calentorra metiendose con tipos. Abrete las nalgas para ponerte bien la medicina, andale!’ me dijo el puto doctor.

Pensaba replicar, pero con tal de que ya acabara mi suplicio abrí mis nalgas con mis dos manos, dandole la vista completa de mi ya para entonces doblemente maltratado ano. El doctor seguia moviendo sus dos pinches dedos dentro de mi, haciendo circulos y masajeando mi recto. Vació un chorro mas de pomada en la entrada de mi ano, y siguió haciendo sus movimientos. Mas ahora al tener una mano libre, vi como la bajaba y empezaba a tocarse su miembro por encima de su pantalon. No pude evitar sentir asco de la situacion en la que estaba, boca abajo con el culo descubierto, mientras un vejete que podria ser mi abuelo me mancillaba urgando mi recto con sus dedos.

-‘Ya acábe, chingado, yaaa! ‘Saque los dedos, no mame’ le dije.

-‘Callate mocosa grosera! Primero dices que despacito y ahora me das prisa de que acabe, pues quien te entiende. A ver si para la proxima piensas primero antes de hacer las cosas. Todavia no estas en edad para tener sexo’ me dijo arreciando el mete y saca de sus dedos en mi recto.

-‘Y usted tampoco ya no está en edad de andar pensando en sexo, pinche viejo marrano!’ le dije ya con un tono mas alto y con todo el coraje que tenia reprimido.

-‘Callate mocosa grosera!’ me dijo al tiempo que metia un tercer dedo a mi culo, pero esta vez de forma mas agresiva.

-‘AAAAHHHHH! ME LASTIMA PENDEJO!! le dije gritandole, valiendome madre si me escuchaban o no. Realmente ahora si el dolor en mi recto habia sobrepasado mi miedo.

No le di tiempo de sacar sus dedos, al moverme hacia a un lado para evitar mas su penetracion sus dedos saliron de mi maltrecho culo, Fue sentir alivio y dolor al mismo tiempo, pues el brusco movimiento hizo que sus dedos magullaran mas mi ano al salir. Como pude me levanté y empezé a recoger mi ropa, al tiempo que arrancaba la puta bata medica sin importarme el taco de ojo que el pinche doctor se daba viendome desnuda. Como ultima humillación el doctor estiró su mano y tomandome desprevenida, embarro sus dedos en mi cara, al tiempo que abandonaba el cuarto.

Terminé de vestirme y abandone el consultorio a toda prisa, no sin antes mentarle la madre a todos cuanto me topaba en mi camino hacia la puerta de salida, asi fueran pacientes o staff medico. No creo que el doctor se atreviera a contar algo de lo sucedido a mi madre, y arriesgarse a que yo lo delatara. Sali a la calle, y afortunadamente el transporte publico pasaba en ese instante. Me fui todo el camino maldiciendome y arrepintiendome por la situacion en la que yo misma por avariciosa me habia metido.