Una webcamer erótica y su mayor fan en una cita a ciegas

Dedicado a Paula…, por encargo de Mya,

¿o era al revés?… No sé, habrá que preguntárselo en su sala de chat

CAPÍTULO UNO. O de cómo la dulce Paula se convierte en la sexy Mya_27, webcamer erótica

Paula aún maldecía la hora en que se le ocurrió proponer aquel estúpido sorteo de una cita con ella en su sala del chat erótico… No había sabido controlarse a tiempo, pero le pasaba cada vez que dejaba que el papel de Mya, su alter ego en la webcam, la absorbiese completamente

Paula era una chica de 28 años con curvas, pero unas curvas de esas que volvían locos a los hombres, al menos, a juzgar por el éxito de las emisiones de su web erótica…

“¿A quién quiero engañar?, – pensaba ella para sí misma -, “¿Erótica?… ¡Si no puede ser más pornográfica!”… Pero sabía que Mya no estaría de acuerdo con ese pensamiento…

Sería mentirse a sí misma no confesarse que le producía un cierto placer morboso la idea de exhibir su cuerpo ante los tíos, – y tías, ¡oh, sí! -, que se conectaban a su webcam cuando emitía, sabiendo como sabía que se excitaban cuando se tocaba y acariciaba sus grandes pechos, aun cubiertos por sus sujetadores de ensueño, o cuando les enseñaba, casi al descuido, el lunar que tenía en el pecho derecho, un poco más arriba de su pezón, o cuando gemía al vibrar el lush metido profundamente en el interior de su vagina ante las aportaciones de monedas virtuales, o cuando deslizaba su pollón de plástico entre sus pechos o lo mamaba sensualmente, como si fuera una polla de verdad…, y últimamente sabía que se salía con su colita de zorra con un plug anal o su inseparable pingüi, su imprescindible succionador de clítoris…, mientras las monedas comenzaban a caer al ritmo de las peticiones que le hacían y más y más usuarios comenzaban a seguirla en el chat de sexo amateur.

“Ay, Fer, ¿para cuándo podré tener mi hush vibrando en mi culito?”, – pensó Paula, esbozando una sonrisa pícara, recordando una apuesta reciente con uno de sus “habituales”…, fergo2018, con quien compartía confidencias de vez en cuando a través de su cuenta de Twitter y que siempre solía conseguir hacerla reír cuando le decía que quería conocer a Paula, no a Mya…, y que su fascinación por ella era más emocional que sexual…, sin descartar un poquito también de esto último, claro.

La chica aún recordaba cómo empezó todo, cómo la simpática Paula, una chica normal, había acabado convertida en la pasional Mya_27, webcamer erótica, hacía ahora unos 12 meses, cuando había entrado en la sala de aquel chico, en novatas-tv…, y lo persistente que podía llegar a ser.

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Casi un año antes, en la habitación de Paula, en casa de sus padres…

“Ponme la cam, xfa… Quiero verte”

Con esta frase de aquel chico en una sala de chat de novatas-tv empezó todo…

Paula nunca se había sentido observada por webcam, ni sabía qué sensación le produciría, así que le dijo que no, pero no pudo evitarlo y se sintió sumamente excitada, así que mientras esperaba que él respondiera algo, fue corriendo a cambiarse de ropa y ponerse algo «más sugerente»… Una camiseta de tirantes que marcara bien frente a la cam el generoso escote entre sus grandes pechos, enmarcados por uno de aquellos sujetadores tan sugerentes que a Paula le encantaba comprarse desde que su pequeño sueldo le permitía algún que otro capricho de lencería.

Había decidido probarlo, para qué negárselo a sí misma, la excitaba tanto la idea… y algo dentro de ella iba tomando un aspecto cada vez más húmedo…, justo entre sus piernas.

Paula encendió la cam…, aquel escote se veía reflejado en la pantalla y le hizo gracia verlo y comprobar la excitación que le producía tocar sus pechos por encima de la camiseta y del sujetador…, su sexo se encharcaba por momentos, y bajó ligeramente la camisetita para que el chico pudiera ver mejor sus pechos, grandes, voluminosos, sensuales, con el lunar en el pecho derecho, un poco más arriba del pezón…

Metiendo sus manos bajo la tela del sujetador, se los sacó lo suficiente como para que él pudiera verle los pezones, erectos, duros como piedras, deseando más, y, casi sin pensarlo, se empezó a levantar sus pechos hacia arriba, tratando de alcanzar suavemente con la boca los pezones que, agradecidos, parecían estirarse para lograr unirse con su lengua. Mmmmmm más, Paula empezaba a querer más.

– “Baja más la cam, quiero ver tu coñito”

La excitación estaba creciendo en el interior de Paula a pasos agigantados, y no sabía si se atrevía a aventurarse más en ello, pero, en el fondo, le encantaba la idea de que aquel chico detrás de la pantalla la estuviese mirando mientras se masturbaba y que le fuera comentando lo cachondo que ello le ponía.

Algo dentro de ella rompió la barrera de sus dudas y se levantó para, dándole la espalda a la cam, mostrarle cómo se iba quitando las braguitas que llevaba puestas, presentándole su culito respingón, antes de irse a por un consolador con forma de polla bastante grande que tenía escondido en un cajón de su cómoda para que su madre no lo encontrase al limpiar o al colocar la ropa…

Al volver, lo puso delante de la cam para que lo viera y, después de enfocar la cam hacia abajo, entre sus piernas, se lo introdujo en su coño, entrando con mucha facilidad de lo lubricada que se sentía, mientras la cam recogía la acción como mejor permitía aquella posición forzada y ella veía en su propia pantalla cómo el consolador entraba y salía, dándola placer una y otra vez, cada vez más fuerte…

Pero ya no era suficiente para Paula, sorprendida de sí misma, de la libertad y el poder que le proporcionaba sentirse observada, y con solo el aliciente de las frases que aquel chico le dedicaba, cada vez más excitado, haciéndola ser consciente de que su polla estaría a estallar…Paula decidió ir aún más allá…

A partir de aquel mismo instante algo había cambiado en Paula, ya no era que experimentara una total falta de pudor, eran ganas de dar espectáculo lo que sentía, así que volvió a colocar la cam en su posición original, proporcionándole una imagen de sus pechos siendo ya magreados fuertemente por sus propias y desesperadas manos, y se abrió de piernas, colocando los pies encima de la mesa, mostrándole a la cam la mejor vista de su coño, que, después de deslizar sus manos por su cuerpo, fue abriéndose para el chico, muy despacio, para acabar volviendo a introducirse en su interior la gran polla de goma…

A Paula la excitaba sobremanera que la follaran a cuatro patas, con su pareja de rodillas entre sus piernas abiertas, y que se la metieran sin piedad y bombearan su coño en un frenético mete y saca hasta que no les quedaran fuerzas, pero, en aquella ocasión, sola en su habitación de casa de sus padres, delante de una pantalla desde la que él sólo la miraba mientras ella se lo metía y sacaba, clavándose el juguete erótico hasta lo más profundo de su vagina…, cambiando de posición para darle el mejor ángulo de visión de cómo la penetraba…, sabiéndole a punto de correrse y disfrutando de ello, cada vez más fuerte, más duro, mientras la chica, completamente desatada, notaba cómo su coño parecía querer engullir toda la enorme longitud del pollón, sintiendo cómo sus ansias sexuales eran sometidas por una polla de goma y por el deseo de ser observada mientras se masturbaba…

Finalmente, notando cómo se acercaba su inminente orgasmo, Paula se sentó sobre la polla de goma, notando cómo la penetraba hasta quedar profundamente alojada dentro de su cuerpo, y sintió que ya solo necesitaba acariciarse el clítoris levemente para poder correrse…, y lo hizo, – ¡vaya si lo hizo! -, sintiendo cómo sus fluidos vaginales resbalaban por sus muslos para él, su observador desconocido, notando cómo la recorría una fuerza arrasadora que nacía en lo más hondo de su vagina, ahogó un quejido más fuerte que los anteriores de placer, de un placer intenso, inigualable…, y se corrió como una loca, dando gracias mentalmente de que sus padres no estuvieran en casa, o no habría sido capaz de explicarles el por qué de sus gritos de placer.

Aquel chico había logrado romper una barrera de tabúes en Paula, la primera vez que se masturbaba ante una cam, sin vergüenzas, sin prejuicios…, la primera vez que se corría como una loca delante de un desconocido que la había mostrado las posibilidades de aquel sexo virtual…, y aquella sólo fue la primera vez de muchas, porque, desde aquel día, Paula se había creado una cuenta en novatas-tv con el nick de Mya_27, y había comenzado a emitir su propia webcam erótica…

En su sala, en su mundo virtual, ella era el Ama, la dueña…, y cuando la dulce Paula se convertía en la sexy Mya_27 se sentía a gusto con ello, pero nunca pensaba romper tres reglas que la prudencia de Paula la hacían respetar siempre: NUNCA decía de dónde era, NUNCA decía su verdadero nombre, y SIEMPRE era muy cuidadosa con el encuadre de su cámara para que NUNCA se viera su cara. Fugazmente, a veces, mientras se cambiaba de sitio, sí se veía su rostro durante un segundo, pero salía desenfocado por el movimiento…