Una partida de mus que llevo a otra cosa

Recuerdo que de pequeño siempre fui un niño gordito y bastante afeminado, pero como solían decirle a mi madre siempre he tenido un rostro angelical, tenía el pelo corto y liso de color azabache, la cara redondita donde destacaban unos enormes y expresivos ojos miel y unos rosados y carnosos labios. Miguel era mi nombre, aunque en la familia todos me llamaban Miguelito en modo afectivo.

    Aunque siempre he sido un chico de ciudad, todos los veranos solía pasar un mes de vacaciones en “el pueblo”, como mis padres solían llamarlo. Siempre nos alojabamos en la que había sido la casa de mis abuelos, un cortijo de grandes dimensiones, varias habitaciones, un gran corral e incluso tenía una pequeña alberca donde mis primos y yo solíamos bañamos para mitigar el calor de los días de Agosto. Allí vivían de forma permanente mi tía Laura que era hermana de mi madre y su marido mi tío Paco. Mi tia era un encanto y a pesar de su edad y su estilo de vida rural siempre había sido comprensiva y cariñosa conmigo antes incluso de iniciar el tratamiento hormonal que comencé a los 12 años, ella solía decir que en la vida hay que buscar la felicidad y que antes había que agradarse a uno mismo que ser infeliz tratando de agradar agradar a los demás. Por el contrario mi tío Paco siempre había sido muy áspero conmigo, me miraba con recelo y era extraño que cruzara conmigo alguna palabra mas alla algun saludo o que me mandara a hacer algún recado. El tiempo que pasaba allí, solía vestir con ropa ligera, algun short menudo que casi enseñaba más que escondía y blusas ligeras, donde se intuían con facilidad los pequeños pechos redondeados, con grandes pezones que habían empezado a desarrollarse tiempo atrás, pero a fin de cuentas en verano lo importante es que no se cueza nada, aunque se vea demasiado. La diferencia de edad entre mi tía y mi madre era considerable, mi tía era la mayor mientras que mi madre era la 6 de 7 hermanas. Cierto día recibieron una llamada informándoles de que otra de sus hermanas mi tía Candela había tenido un accidente en el trabajo y tenían que operarla de urgencia de una cadera. Decidieron ir mi padre, mi madre y mi tía Laura, ya que mi tío Paco se tenía que quedar a cuidar de los animales y a mí decidieron ahorrarme el viaje. Así Que poco después de comer se marcharon y allí nos quedamos mi tío Paco y yo, él en sus tareas y yo pasando una aburrida tarde de Agosto sin nada interesante que hacer.

– Esta noche tengo partida de mus en casa del Federico.- Dijo mi tío sin levantar la mirada de la mesa mientras cenábamos.

– No llegaré demasiado tarde, pá eso de las 1:00 creo que estaré de vuelta.-

Un escalofrio me recorrio la espalda desde la parte alta de mi redondo y prominente culo hasta la nuca. La idea de quedarme solo en el cortijo me parecía aterradora y sin pensarlo siquiera conteste a mi tio.

– Tio  podria ir contigo, me quedare en la furgoneta dormido y prometo no molestarte hasta que termines.-

– ¿Qué necesidad hay de eso chiquillo? En el coche no dormirás bien y mañana no estarás descansado para cuando vuelvan tus padres .-

– No importa tio, de todas formas si mañana estoy cansado no tengo nada que hacer aparte de dormir.-

– Como quieras entonces, nos vamos en cuanto recojamos la mesa y friegues los platos.- Dijo con voz tajante mi tio.

Cuando termine de fregar, me di cuenta de que me había puesto empapado y con la humedad se me veian las tetas y mis pezones estaban erectos, pero decidí no cambiarme de ropa para no retrasar a mi tio. Cuando me subí a la furgoneta, mi tío ya estaba esperándome y mirándome de soslayo me dijo.

– ¿Miguelito estás listo? ¿No quieres cambiarte de ropa?.-

– No te preocupes tío, con el calor que hace se me secara la ropa en nada.-

– Esta bien, como quieras.- Dijo mi tío mientras arrancaba la furgoneta.

Durante el trayecto me pareció ver que mi tío me miraba de reojo de vez en cuando, pero no puede cerciorarme por lo oscuro que estaba y por que yo tampoco me atrevía a mirarlo directamente a la cara para no incomodarlo.

Cuando llegamos a casa de Federico, mi tío bajó un poco los cristales y sin volverse me dijo que no tardaría. Mire el reloj antes de quedarme dormido y vi que eran las 10:15 PM. 

   De repente me pareció escuchar un ruido fuera del coche, desorientado y sin saber muy bien lo que pasaba mire de nuevo el reloj y vi que eran las 3:45 AM, mientras miraba el reloj, percibí por el rabillo del ojo que a través de las ventanas había varias personas mirando al interior de la furgoneta, me sobresalte y me acurruque asustado, en el preciso instante que se abrió la puerta del conductor, la luz se encendió y apareció mi tío. Su semblante era serio y se sentó bruscamente en el asiento sin ni siquiera mirar hacia el lugar donde yo me encontraba.

– Vamos Paco, no te pongas asi, se que has perdido más dinero del que podías permitirte perder, pero otro dia habra mas suerte.- Dijo una voz desde el exterior.

– Venga hombre, sal aquí un momento y deja que veamos a tu sobrino, ¿seguimos siendo amigos, no?.- Comento en tono conciliador otra voz.

– Anda a tomar por culo, que os jodan.- Dijo mi tío casi ladrando

– 20 euros.- Dijo otra voz, – 20 euros te doy paco, si sales aquí y sacas a tu sobrino de la furgoneta.

Al escuchar aquello, mi tio se quedo quieto y resoplo, permanecio inmovil durante unos segundos que parecieron horas. Tras meditarlo, mi tío se bajó del coche y me abrió la puerta para que yo también me bajara, ande despacio hasta la parte delantera de la furgoneta donde los faros me alumbraban de cerca recortando mi figura y allí me quedé inmóvil sin saber muy bien lo que ocurriría a continuación. Los cinco hombres que estaban alrededor de la furgoneta se acercaron a pocos pasos de mi, podía sentir sus miradas rodeándome, mientras susurraban cosas entre ellos que a mi me resultaban inaudibles. Mi tío por el contrario se alejo un poco del corro que habían formado alrededor mía, mientras miraba nervioso que es lo que iba aconteciendo. De repente uno de los hombres dijo en casi en un susurro.

– 30 euros te doy si me dejas tocar un poco a tu sobrino.-

Estuve a punto de contestar enojado a ese depravado, pero antes de poder articular palabra alguna, escuche la voz de mi tío decir.

– De acuerdo 30 euros por toquetear un poco al chico.-

Casi al instante, el hombre que había hablado, se situó detrás de mí, y mientras agarraba con firmeza una de mis pequeñas tetas, mientras pellizcaba suavemente entre dos dedos el pezón, comenzó a pasar la palma de su otra mano por el interior de short, acariciando bruscamente mi entrepierna. En ese momento, pensé que me iba a desmayar, el olor a tabaco, alcohol y sudor, unido a la tensión del momento hizo que comenzara de marearme, pero justo en el instante en que me rendí a la evidencia, ocurrió algo que me puso de nuevo en alerta, despertando de nuevo todos mis sentidos. El hombre que me abrazaba se alejó levemente de mi y cuando pensaba que aquella pesadilla había terminado, de repente sentí como mi short se bajaba bruscamente hasta mis tobillos dejando desnudo mi cuerpo. 

– ¡Coño, el mariquita se ha empalmado!.- Dijo otra voz.- Mirar que polla mas pequeña tiene.-

Mire hacia abajo avergonzado lo más rápido que pude, para ver como mi pene estaba duro como no lo había estado en los dos últimos años que llevaba de tratamiento hormonal, trate de agacharme para subir de nuevo mis shorts, ya que la vergüenza que sentía era mayor que la sensación de mareo que crecía por momentos, pero al agacharme, me trastabillé y caí de bruces al suelo.

– 50 €, 40 €, 60 €, 20 €.-

 Las voces a mi alrededor se sucedían ofreciendo cantidades de dinero y antes de que pudiera levantarme noté como varias manos ásperas y curtidas por horas de trabajo me levantaban del suelo con una facilidad pasmosa. Para cuando recupere un poco la orientación, me encontraba totalmente desnudo, tumbado boca arriba sobre el capo de la furgoneta y sufriendo las embestidas de varias pollas enormes que embestían con brutalidad buscando hacerse con algún orificio que aún no estuviese ocupado de mi cuerpo.

– Me encanta su pequeña polla, parece de juguete, si no fuese por que es de maricones se la chuparia después de correrme en su cara.- Aquel comentario me hizo gracia y estuve a punto de reírme, pero en ese preciso instante una gran arcada subió súbitamente desde mi estomago a mi boca, pero no pude vomitar ya que mi boca estaba siendo follada por la polla de alguno de los amigos de mi tío que gemía de placer, así que para no ahogarme con mi propio vómito tuve que sin dudar volver a tragarmela. 

– Joder que tetitas mas ricas tiene el marica.- Escuche decir otra voz entre gemidos.

   Estaba exhausto, tenía una polla en cada mano, otra me follaba por el culo y otras dos se alternaban para follarme por la boca, entonces mi mirada se cruzó con la de mi tío y creí ver  un atisbo de la culpabilidad y de arrepentimiento en su rostro. Pero nada más lejos de la realidad, en cuanto quien me follaba se retiró un poco de mi culo buscando que se la chupara un poco antes de correrse, mi tio me embistio salvajemente, a la vez que agarro mi pequeña polla y comenzo a masturbarme con violencia. 

– Paco dale fuerte al mariquita de tu sobrino, que se entere de por que en el pueblo te llaman “Paco el tronco”.- 

   La polla de mi tío era casi el doble de grande que cualquiera de la de sus amigos pero en esta ocasión sentí más placer, a pesar de que el dolor en el esfínter de mi ano era casi inaguantable. Mientras me follaba, su mano derecha me masturbaba con tanta violencia que en un par de ocasiones noté que su mano hacía un gesto desacompasado y pensé que me había fracturado la polla, pero cuando me asome para mirarme esperando lo peor, vi que en realidad, ya me había corrido dos veces sin que el parara de masturbarme.Todos fueron terminando llenando mi cara y mi cuerpo de su semen por todos lados, menos mi tío que no paró de follarme hasta que puede sentir como su leche se derramaba dentro de mi llenándome entero por dentro.

   En aquel momento comprendí que mi tío nunca había sido áspero ni distante conmigo, solo había sido un hombre que ardía de deseo por poseerme y hasta hoy no había encontrado la forma de poder acercarse a mi.

   Un rato después aún continuaba desnudo y temblando sobre el capó del coche, los fuertes espasmos de mi cuerpo no habían cesado, pero los amigos de mi tío ya se habían marchado no sin antes ajustar cuentas con el.

– Miguelito, Miguelito.- Me dijo mi tío – Siento mucho lo que ha pasado te dije que era mejor que te quedases en casa o mañana estariás hecho polvo, pero no te preocupes, les diremos a tus padres que has cogido un resfriado y que solo te apetece cama. Lo mejor será que esto quede entre nosotros dos, lávate un poco antes de irnos y aqui tienes tu parte.- Me dijo mientras sacaba 50 € del bolsillo y los dejaba en el capo sobre los restos de semen que aun quedaban.

– Gracias tio.- Pense – Pero no era necesario que me dieras nada, lo que he disfrutado esta noche era pagó más que suficiente.-

   Pues aqui concluye mi primer relato acerca de mi juventud, espero que me perdonéis por lo extenso, pero no había forma de contarlo sin la introducción del principio. Prometo que los proximos seran mas cortitos. Espero vuestras opiniones y muchos besitos, donde vosotros los querais. Ciao