Una maestra disfrutando de sus alumnos

Hola. Tengo 30 años, me llamo Lore, soy morena, senos pequeños y cadera ancha con culo grande. En ocasiones doy clases y una de mis pasiones es enseñarles (a los niños que lo solicitan) unas clases de sexo para que se vayan a la universidad preparados, listos para cogerse a sus amiguitas. Hoy les contaré del primero que me escribió, le diremos Fabián, este chico, desde el primer día de clases que me vio lo hizo de una manera morbosa… era el clásico chico nuevo, callado, que iba a pasar su último año de bachillerato en una escuela diferente, era nuevo en la ciudad y no conocía nadie. Le vi el rostro y pensé que todavía era un niño, tenía carita de niño, pero su cuerpo me parecía atractivo, por el siempre hecho de ser un adolescente que le urgía ser comido y aprender en el sexo.  Me contactó por una red social, fue muy directo y hábil, bastante inteligente el muchacho. Me citó primero para darme unos besos, porque al final de cuentas era un chico tierno, y quería ver cómo iba a responder su profesora. A los dos días me escribe que le dieron permiso de escaparse toda la tarde y si le interesaría verlo para enseñarle acerca de lo que acordamos. Me gustaba que todo fuera tan rápido y al mismo tiempo me asustaba ¿él estaba guiando la situación o yo? Daba lo mismo, yo también andaba tan necesitada de que me incendiaran el coño que ni hablar, cedí. Fuimos al motel y yo estaba comentando algunas cosas para encender el asunto cuando torpemente se abalanza sobre mí y me avienta en la cama, comienza a darme besos muy apasionados, con la urgencia de la adolescencia. Aún traíamos ropa y abrí las piernas, yo traía un vestido y al abrir las piernas le dejé ver mi lencería. «Cómetela, quiero saber cómo lo haces, acaba de empezar tu examen» -le dije-, y puso ojos de alumno preocupado para después sonreír y decirme: «no te la voy a comer como experto porque no lo soy, pero te la voy a comer como un bebé desesperado por su leche», acto seguido de que me dijo esto, empezó a lamer el calzón y a dar pequeñas mordidas en los labios y el clítoris… sacó su lengua y dio varios lametones directos sobre la tela que cubría la vulva, yo me estremecía al ver sus ojos de lujuria, de no poder creer que tenía ahí a la putita de su maestra con las piernas abiertas, gimiendo, rogándole porque metiera su lengua y abriera ese par de labios húmedos que podía sentír cómo estaban chorreando jugos. Fabián separó la tela y pegó sus labios a mi vagina chupando, absorbiendo todos mis jugos; dio un trago pequeño y se chupaba los labios «qué rica estás, qué dulce estás Lore, no voy a cansarme de comer esto». Me subí el vestido y me quité el sostén para dejarle ver mis senos, me encantaba sentirme observada por ese niño tan deseoso de nuevas lecciones; disfrutaba ver cómo se sobaba la verga mientras no apartaba su cara de mi coño. Por fin me quitó el calzón, para después empezar a chupar deliciosamente mi coño, dios! pensé que ese cabroncito iba a hacerlo medio bien, dejar unas babas por aquí o por acá, pero en verdad lo hacía con gusto, en verdad disfrutaba meter su lengua y sus dedos en la panochita de la maestra, no me hizo llegar pero me dejó satisfecha te tanta succión. En ese momento me puse en cuatro puntos encima de la cama y le dije: «todo tuyo, a ver qué vas a hacer, esta es la segunda parte del examen». No lo dudó ni dos veces y nuevamente metió su cara a mis nalgas, primero comiendo el clítoris, mordiéndolo torpemente, y aunque me dolía me gustaba, me gustaba que ese niño me hiciera lo que quisiera, para eso estaba ahí, para que me diera como se le antojara. Mientras yo seguía en el sueño de su lengua en mi panochita de repente sentí el golpe intenso de su verga… «papito no me avisaste»; «no no Lore, cállate siente mi verga, así te gusta? te gusta cómo te está cogiendo tu alumno Lore?»… «sí chiquito, me encanta que la tengas ahí adentro, se está quemando, la sientes? sientes como se está quemando en mi conchita?»… Fabián comenzó a darme rápidas embestidas de hombrecito que no quiere quedar (luego mejoramos muchísimo), pero sus movimientos eran como desconocidos, como si fuera la primera vez que lo hiciera.Aún así una verga es una verga y yo estaba gimiendo como perra por tenerla ahí fundida entra las piernas, llega de mis jugos y las babas de Fabián, siento clavada por el alumnito que quiso chingarse a su profesora. Yo seguía disfrutando cuando escucho un «me vengo, me vengo Lore», «vente adentro chiquito, quiero sentir tu leche calientita»; «en seri..?aaaah Lore, Lo… aaaah»; me llenó la panochita de esa leche jovial y deliciosa que dan los muchachos, me la siguió enterrando mientras yo de tanta calentura de sentir su leche le dije «dame más papi, dame más, más, méteme un dedo en el culo», y así lo hizo, en ese momento incrementó sus movimientos mientras me metía un dedo en el culo y me gritaba «Lore eres una perra, gimes delicioso, anda aulla como una perra». A mí sólo me salían sonidos como de animal, como de perra en celo que por fin había cogido después de mucho tiempo, temblaba, quería más, quería que me reventara toda en ese momento. Me vine muy fuerte y después me recosté, estaba exhausta, el examen había sido largo, cansado, pero con buenos resultados. Después conversamos un rato y nos despedimos. Las otras lecciones con este chico las contaré en otros relatos. Si quieres conversar conmigo por correo estoy abierta. Aún no envío fotos pero si te gusta escribir nos podemos calentar. Me encanta el sexo, escribo para explorar. Besitos.