Una madre inicia a su hijo en el sexo, cometen incesto y no les importa nada. Solo les importo disfrutar de sus cuerpos

Hola,

Me llamo Antonio y tenía 18 años cuando todo sucedió. Era verano, y me sentía un poco triste ya que mis amigos empezaban a tener novia y al contrario de mi, empezaron a tener sus primeras experiencias sexuales. Yo apenas salía de casa ya que mis amigos tenían sus planes con sus novias, y lo cierto es que yo me sentía bastante triste.

Una mañana me levanté con la polla bien gorda y dura, y dado que mi madre estaba en el trabajo, aproveché para ir al salón y ponerme una película porno en el canal digital. Habían muchas películas donde escoger, pero me llamó especialmente la atención una película de incesto entre una madre y su hijo. Así que nada, la seleccioné y me puse en pelotas frente al televisor. Lo cierto es que me puso muy caliente lo que estaba viendo, asi que cogí un poco de aceite de masajes y empecé a frotarme el pene y los huevos lentamente mientras miraba la película.

Ya llevaba un rato haciéndolo cuando escuché detrás de la puerta del salón como caía algo al suelo, y al girarme vi a mi madre espiándome. En ese momento sentí mucha verguenza y me tapé mis partes con un cogín, y en ese momento mi madre (Carmen de 46 años) entró en el salón y se sentó a mi lado para charlar conmigo. «Cariño ¿sueles hacer esto mucho a menudo? no es sano que te inicies en el sexo de esta manera».

Entonces me puse todo rojo y le dije a mi madre: «Mamá, todos mis amigos tienen novia y ya saben lo que es tener sexo, pero debido a mi timidez no consigo encontrar una novia con la que iniciarme en el sexo». En ese momento mi madre me contestó «yo puedo entenderlo cariño, pero lo que me choca mucho es que estés viendo una película porno entre una madre e un hijo».

En ese momento le contesté: «Perdona mamá, pero la verdad es que me excita muchísimo y no he podido evitar empezar a masturbarme viéndolo·.

Entonces para mi sorpresa, mamá me quitó el cogín de entre las piernas y se quedó mirando mi polla bien armada fijamente y pude ver en sus ojos las ganas de cogerla entre sus manos, y me confesó algo.

«Cariño, debo decirte que desde que tu padre nos abandonó me siento muy sola, y algunas veces cuando te he visto cambiando de ropa he sentido deseos de poseerte debido al gran parecido que tienes con tu padre». En ese momento me quedé mirándola fijamente y mi mamá me tumbó hacia atrás y solo me dijo una cosa:

«Disfruta mi vida, nadie te iniciará en el sexo mejor que tu madre»

En ese momento se puso aceite lubricante en las manos y empezó a frotarme muy lentamente la polla y los huevos hasta que vió que la tenía tremendamente gorda y dura, y sin previo aviso agachó la cabeza y con la punta de la lengua empezó a lamente el glande en círculos mientras mis gemidos iban cada vez en aumento. Como mi mamá vió que me gustaba, se introdujo toda la polla en la boca y empezó a chuparla de arriba a bajo muy despacito para que no me corriera en un momento.

Una vez vió que si no paraba iba a salirme la leche a borbotones, dejo de chupar y me dijo: «No te muevas mi vida, mamá va a enseñarte lo que es introducir el pene en la vagina de una mujer». Entonces vi como mi madre se quitó los pantis y pude apreciar que sus muslos estaban completamente mojados del calentón que tenía.

Una vez con la ropa fuera se puso en cuclillas sobre el sofá y se introdujo todo mi pene en la vagina y empezó a moverse de arriba abajo mientras gemía, me besaba y me abrazaba. «Que rico mi niño, no solo tienes una polla bien gorda y dura, si no que estoy sintiendo mayor placer que cuando follaba con tu padre». Eso me puso tremendamente burro, asi que empecé a lamerle los pechos y a bombearla desenfrenadamente. Los gemidos y movimientos de mi mamá eran cada vez mas fuertes y no parabamos de sudar.

Pasados unos minutos sentí que me iba a correr irremediablemente asi que se lo tube que decir, y ella me contestó:

«Ni se te ocurra sacar la polla de dentro de mí o te inflo a tortazos, no te preocupes que mamá no va a quedarse embarazada»

Dicho y hecho, en ese momento mi polla estalló y empecé a llenar a mi madre de leche, eso no paraba de salir y mi mamá me lamía el cuello, la boca, y no dejaba de gritar, parecía que estaba poseida, e instantes después dió un fuerte grito de placer y sentí como salió un chorro de su coño que me empapó todo. Nos quedamos así como cinco minutos, abrazados y extasiados, hasta que por fin se levantó de encima de mí y me lamió la polla de nuevo para asegurarse que no me quedaba una gota de leche.

Y finalmente cuando acabó me dijo: «Ha sido increible cariño, no quiero otro hombre teniéndote a tí, y mas te vale que no te vea yo con ninguna otra chica porque sabrás lo mala que puede llegar a ser tu madre. De ahora en adelante mamá te dará todo el placer que necesites cada día».