Una intensa lucha por quedarse con el campo para entrenar entre chicos y chicas termina en algo doloroso y complicado para los chicos, que igualmente lo disfrutan bastante

Las chicas del equipo de kickingball habían llegado al campo de futbol y estaban entrenando para el torneo de la semana próxima. Ellas llevaban sus sensuales uniformes, faldas bastante cortas color rojo y blusas aun más cortas que dejaban ver todo su tonifico abdomen y el borde inferior de sus senos. Todas eran chicas entre 16 y 18 años. Ya era tarde y creían que estaban solas en la escuela pero se equivocaban, los miembros del equipo de futbol estaban entrando al campo en ese momento al verlos, Beatriz la capitana, supo que habría problemas, ella era alta y hermosa atleta de piel muy blanca y cabello largo color negro, con una cadera ancha con unas nalgas y piernas carnosas pero firmes las chicas la conocían mejor como Bety. El jefe del equipo, Leo les dijo todo prepotente que le dejaran espacio porque tenían que entrenar para un partido y Beatriz le respondió que ellas habían llegado primero y no se irían porque necesitaban entrenar pues su juego estaba más cerca que el de los chicos. Ellos rieron diciendo.

-¿Juego? ¿Crees que esto es un deporte?

¡Esto es solo un jueguito de niñas!
¡El futbol es un deporte que si vale la pena practicar!

– Dijo uno de ellos a las preocupadas chicas, ellas eran 4 de las más hermosas y atléticas de toda la escuela Laura, una rubia de cabello corto y senos grandes como melones les dijo que el kickingball no tenía nada que envidiarle al futbol.

-¡Nosotras entrenamos incluso más duro que ustedes, podemos ganarles en cualquier deporte!

– Dijo la chica envalentonada.
Uno de los cuatro chicos dijo:- ¿Eres tonta? Nosotros somos los más fuertes y los más resistentes de la escuela, jamás un grupo de putillas como ustedes podrá vencernos.

–Entonces Leo habló:
-Bien les propongo un trato- Le dijo a Laura-

Ya que tu “deporte” es el kickingball entonces estarás acostumbrada a patear pelotas, pues este es el trato: ustedes podrán patearnos una vez en nuestros testículos y luego nosotros les daremos un puñetazo en una de sus tetas, al final el equipo que más jugadores tenga en pie será el que pueda usar el campo.
Inmediatamente todas las chicas rieron ante la cara inerte de los varones.

–Jajaja ¿Quieren quedar estériles? ¡Hay mejore formas para eso queridos!-

Dijo Yeni la más bajita y delgada de todas, con aspecto infantil por sus coletas a cada lado de la cabeza aunque tenía un buen culo y unas fuertes piernas pero tetas pequeñas.

–En serio Chicos ¿De verdad creen que podrán aguantar una buena patada de estas piernas?-Dijo Helena, una pelirroja con piernas como columnas y un marcado abdomen sobre el cual se balanceaban dos buenas tetas.
-Solo hagan la prueba perras.-Dijo uno de ellos convencido.

Beatriz sospechó que algo andaba mal con esta propuesta pero de todas formas pensó que no había forma de que ellos pudieran soportar una solo de esas fuertes piernas estrellándose contra sus frágiles testículos. Así que aceptaron, ellas pensaron que sería divertido ver a los chicos tirados en el césped gimiendo de dolor con sus huevos destruidos de una sola patada. Se pusieron en línea los chicos frente a las chicas, ellos con las piernas abiertas y ellas con las manos en la cintura y una sonrisa picara en sus caras.

Primero fue Yeni, la pequeña, se paro frente a su rival y le dijo:- No temas, te daré una suave para que no llores mucho.- El no respondió nada y solo respiro profundo. Yeni tomó impulso y lanzó una rápida patada a la entrepierna enemiga. Todas las chicas quedaron impactadas cuando vieron que el muchacho ni frunció el seño como si no hubiera sentido nada. Yeni no entendía ella en realidad no se había medido y le había dado muy fuerte como para tirarlo al suelo pero no paso nada.

Las muchachas pensaron que se debía a que Yeni era delgadita y tal vez no tenía suficiente fuerza. Sin mediar palabra Bety lanzo su patada contra el chico que le correspondía y este ni se inmuto ante su fuerte patada que sonó estridentemente haciendo que incluso las muchachas sintieran el dolor y dijeran: ¡UUiiii! Pero nada, el solo la miro con desprecio y se sonrió. Bety no sabía que ocurría, miro a sus compañeras con cara de duda pero no dijo nada. Era el turno de Laura que estaba frente a un rubio como ella que parecía muy confiado, ella decidió no repetir el fallo de sus amigas y se concentro y calculo bien la posición de los huevos del rubio, pateo con fuerza sus cojones y sintió la masa de estos rebotando contra su pie calzado por tenis addidas, pero una vez más el chico no sintió nada.

Ellas ya no tenían esa sonrisa de optimismo y sus cerebros no podían comprender lo que pasaba. Entonces Helena era su única esperanza, aquella muchacha era puro musculo en sus piernas, las más gruesas y largas del instituto, era la que más lejos mandaba la pelota cuando jugaban, la jugadora estrella del equipo. No había forma de que Leo su rival pudiera hacer frente a una patada de aquella amazona.

Ni siquiera tomo impulso la chica solo llevo su talón a sus grandes nalgas y desde allí disparo a gran velocidad contra la ingle de Leo que tomo aire con los ojos cerrados tranquilamente, ella estaba muy confiada de que lograría doblarlo de dolor, el resultado fue el mismo Leo incluso rio en voz alta, junto con todos los demás chicos, sabían que era su turno de pegar. Ellas no querían, pues pensaban que para ese momento ya ninguno estaría de pie y el campo seria suyo. Pero habían hecho una apuesta y tendrían que cumplirla.

Primero fue el oponente de Yeni que le dijo:- No temas, como no tienes tetas, te pegare suave para no romper tus costillas.- Yeni se ruborizo de la rabia pero no pudo hacer más que esperar el golpe. Pup! Sonó un golpe seco en el pecho de la niña, que se llevo las manos a su tetita derecha llorando de dolor y casi cayendo al suelo. Los muchachotes rieron a carcajadas y las chicas preocupadas por Yeni quisieron ayudarla pero el segundo dijo, ¿A dónde vas? ¡Es mi turno! Y acto seguido estrelló su fuerte puño contra la redonda teta izquierda de Bety, que gimió de dolor pero se mantuvo de pie a pesar del inmenso sufrimiento en su seno magullado. Luego fue Laura y después Helena sus tetas se balancearon por los puñetazos pero aguantaron el dolor para no ser inferiores a los chicos, aunque era obvio que les había dolido en el alma.
Era el turno de las chicas de nuevo pero Bety entendió todo, ellos no habían sentido nada por tener protectores bajo sus pantaloncillos, entonces le dijo arregañadientes a Leo.

-¡Ya descubrí tu truco, cerdo tramposo tienes puesto un protector en tus huevos y por eso nuestras patadas no te hacen nada! Las muchachas entendieron y se alegraron de que su capitana hubiera descubierto el engaño. -¡Oh! ¿En serio crees que tenemos protectores?- Dijo Leo burlándose, bien pues subiremos la apuesta, podrán patearnos con nuestros testículos totalmente desnudos, ¿a ver si les parece bien?- Los otros no se preocuparon de que su capitán comprometiera sus huevos de esa forma pero no dijeron nada.

¿Quieres decir que no tienes un protector? Preguntó Laura, sobándose el seno aun adolorido.

Los chicos se bajaron sus pantalones dejando al aire sus colgantes testículos totalmente desnudos, no había ningún protector. Bety y las demás no lograban creer aquello ellos mágicamente lograron aguantar sus patadas sin nada más que sus ropas. –¡Jajajaja! Esto es otro cosa!- Dijo Helena riendo confiada- ¡Con sus huevos al aire no podrán aguantar y esta vez estoy muy molesta, voy a darte tan duro que te los clavaré en la garganta, maldito bastardo!- Le dijo a Leo.

-¡Bien esa es la actitud dijo el rubio, pero como nos estamos jugando nuestros huevos, ustedes tendrán que poner algo de igual valor!- Bety pensó que esto estaba poniéndose demasiado serio, tenían a 4 chicos con sus genitales en frente en un campo de futbol, afortunadamente desierto, dispuestos a dejarse patear por usar el campo, pero ahora querían más.
-Si ganamos cada uno tendrá sexo con su rival.- Dijo Leo con voz grave.

Yeni y Laura jamás habían visto un chico desnudo y a pesar de su aparente madures, Bety solo había tenido sexo oral una vez con un chico, solo Helena ya no era virgen aunque solo había estado con uno. Todos ellos eran apuestos y fornidos y ya habían probado algunas vaginas. Pero esto se trataba del orgullo de ambos sexos y las chicas aceptaron dispuestas a ganar y a destruirlos, aunque esto no se viera favorable para ellas. Cada chico tomo su pene y lo levanto para que no entorpeciera la patada, parecían burlarse de Bety y sus amigas invitándolas a patear su hombría sin temor. Todas patearon a la vez confiadas en que ahora sí podrían vencerlos, un pie calzado no puede perder contra unos testículos desnudos pensaron todas.

Esta vez los chicos hicieron gestos de dolor pero sin perder la postura, normalmente el efecto se propaga y se hace peor a los 10 segundos del golpe pero pareciera que solo les dolió un segundo, Yeni comenzó a derramar lagrimas al ver que ninguna podía derrotar a su oponente y que ahora sería el turno de recibir un golpe en las tetas. – ¿No te lo esperabas enana?- Dijo el chico frente a Yeni y terminando de hablar le pegó un terrible puñetazo en el mismo seno de la otra vez, la niña no aguanto y cayo desmallada sobre el campo.

Bety y las otras estaban coléricas, pero no podían hacer nada, habían perdido a una jugadora, el chico no subió sus pantalones en lugar de eso comenzó a masturbarse diciendo a sus compañeros, ¡Qué pena me toco la menuda del grupo, pero ese culo se ve muy bien, hacía rato quería tener sexo anal!- Ellos rieron y el segundo golpeo a Bety en el mismo lugar pero la capitana era increíblemente resistente y no cayo, luego Laura y aunque ya estaba a punto del colapso siguió en pie, Helena recibió todo el peso del cuerpo de Leo al golpearla este con un puño descendiente. La pelirroja grito de dolor y le dijo a Leo con odio:- ¡Hijo de perra, voy a convertir tus huevos en papilla!

Diciendo esto la pelirroja no siguió el orden y lanzó una patada contra los peludos cojones que los levanto y los hizo llegar a su ombligo, sus enormes tetas brincaron hacia su cara llena de furia y antes de que los boliches volvieran a su lugar lanzó otra que los recibió y los dirigió hacia atrás estrellándose con el ano de Leo. Este dijo colorado:- ¡Aaahgg! ¿Perra así que pegando doble? Las muchachas no entendían como dos patadas seguidas de las fuertes piernas de Helena no hubieran hecho más que dolerle a este sujeto.

Leo no espero y tomo las dos tetas de Helena en sus fuertes manos y las torció por completo, haciendo que la muchachona se arrodillara de dolor y cayera gimiendo al piso. – ¡Voy a disfrutar mucho cuando te penetre por todos tus agujeros, puta! Luego Laura y Bety volvieron a patear pero paso lo habitual, luego de una tanda de puñetazos solo Bety quedo en pie con sus tetas ardiéndole terriblemente, pidió un momento para recuperase y los chicos sabiendo que ya tenían un increíble sexo asegurado la dejaron descansar un minuto. Ella aprovecho y pensó que estaba pasando, y entonces se le ocurrió algo para salvar la dignidad de sus amigas y la suya, no estaba dispuesta a entregarle su virginidad a esos tipos.

Ella pidió que se enfrentara con Leo y este acepto pero dijo que Helena era suya de todas formas, Bety se paro frente a las piernas abiertas del varón con la mirada clavada en sus bolas rosadas y que colgaban hasta la mitad de sus muslos, sobre ellas el semi erecto pene de Leo, ella le dijo. ¿Puedo tocarlos? El asintió confiado, Bety tomo un testículo en cada mano y los palpo suavemente reconociendo todas las estructuras internas del testículo. A Leo esto le gusto, pues era una bella chica la que le estaba sobando todo su escroto, le dijo a su compañero que si quería podía tomar el a Helena pues él quería ser el primero en tomar a Bety, ella seguía tocando sus genitales, y de pronto tomo el pene de Leo con delicadeza y comenzó a acariciarlo, lo miro agachada entre sus piernas y le dijo:¿Quieres meter este enorme pene en mi pobre vaginita? Dijo en tono juguetón, eso te mereces por ser tan zorra, como te atreves a discutirnos nuestro campo.

Dijo Leo claramente excitado por los manoseas que Beatriz suavemente le hacía. Todos los demás estaban un poco excitados también pensando en el sexo que iban a tener. Bien entonces daré la última patada antes de que me violes. Dijo Bety y se alejo de Leo pero se inclino sin doblar las piernas para ajustar su zapato, dejando ver a los 4 chicos los labios de su vagina que se marcaban por encima de la sudada ropa interior blanca que Bety usaba ese día. Eso puso al pene de Leo totalmente erecto y cuando la capitana lo noto se incorporo y dijo: ¡Allá voy! Leo intento detenerla diciendo: ¡No espera aun no lo hag…! Su voz fue interrumpida cuando el pie de Bety choco a gran velocidad contra los enormes testículos apretujándolos contra el cuerpo de Leo que grito como si su cuerpo se abriera por la mitad llevando sus manos a su magullado paquete genital.

Los demás chicos no entendían la causa de aquello pero la chica no perdió el tiempo y se abalanzó sobre el rubio junto a Leo clavándole su pie izquierdo en sus desprotegidas pelotas, este se encorvo de dolor mientras su líder ya estaba en el suelo gimiendo de agonía por sus huevos maltratados por una increíble patada. El que se enfrentaba a la propia Bety se abalanzo sobre ella pegándole un puñetazo en la barbilla que la sentó de golpe sobre el césped, se preparaba para rematarla pero en ese momento Laura lo tomó por detrás e inmovilizo sus brazos y Helena que se levantaba en ese momento le dio un doloroso rodillazo con su gordo muslo derecho en sus gónadas, el chico gritó e intento zafarse pero Laura no lo dejo y le dijo a Helena:-¡Dale duro!- La campeona de kickingball tomo distancia y como si se tratara de una final con las bases llenas le dio un soberbio patadón a los dos huevos del muchacho que cayó desmallado al suelo.

El último de ellos que había derrotado a Yeni, les dijo que ahora verían lo que les pasaba por meterse con el equipo de futbol y las chicas se prepararon para enfrentar al enorme jugador, pero en ese momento, él sintió un increíble golpe en la parte baja de su tronco que rápidamente subió hasta su garganta, sus bolas habían sido pateadas desde atrás, por la chica a la que pretendía penetrar por el ano. Yeni se había recuperado y ahora veía como su oponente caía al suelo con sus manos en su entrepierna.

Los 4 chicos estaban en el suelo uno de ellos desmayado, habían perdido en buena ley. Leo dijo arrastrándose y gimiendo: -Bien ustedes ganan, el campo es suyo, nos iremos ahora de aquí.- Pero Bety lo agarro de un pie y lo jalo hacia ella, mientras Laura y Helena inmovilizaban al rubio, Yeni se las había arreglado para tomar los dos pies de su enemigo por detrás obligándolo a soltar sus bolas para que su cara no se golpeara contra el suelo y dejo sus dos huevos colgando frente a los pies de Yeni que sin dudarlo los pateo desde atrás una y otra vez hasta 6 veces y el pobre muchacho cayo desmayado como su amigo.

Helena y Laura le estaban dando una paliza al rubio, Helena se sentó sobre su pecho y comenzó a darle puñetazos y codazos en la cara como en el cuello logrando hacerlo sangrar en la nariz y la boca mientras Laura “trabajaba” en los testículos que anteriormente no había podido destruir con sus patadas y ahora estaban bajo un intenso bombardeo de zapatos. El rubio solo duro pocos segundos antes de ser puesto fuera de combate por las dos tentonas. Bety puso a Leo de rodillas ante ella y le dijo que ella se había dado cuenta de que tomaban aire y se concentraban de manera especial para no sentir dolor en sus genitales.

Un amigo le había contado que el equipo de futbol había aprendido esto para cuando fueran golpeados durante los partidos. Y se imagino que esa era la técnica que estaban usando, es realmente increíble pero no pudiste concentrarte cuando te masturbe, luego viste mi culo y mi vagina, eso te hizo vulnerable pues no pudiste controlar el dolor de mi patada y ahora los hemos derrotado a todos por lo mismo.
-¡Si es cierto, pero ahora ya nos venciste, déjame ir!-

Dijo él agarrando sus huevos. Pero Beatriz no le interesaba la apuesta ni el terreno, no estaría satisfecha ni ella ni sus amigas hasta haberlos castigado muy bien por pretender violarlas, ahora solo pensaba en cómo darle una buena lección a este malnacido. Ella llamo a sus amigas para que la ayudaran, él temiendo la venganza de las chicas intento huir pero Bety le dio un rodillazo en el centro del pecho que le saco el aire y sus amigas lo sujetaron por cada brazo y pisaron sus piernas para que no escapara Bety ahora lo tenia de rodillas con sus enormes y grotescos huevos hinchados por la colosal patada de la capitana, tocando la verde hierva del terreno de futbol.

Ella lo pateo en el pene y en los testículos indiscriminadamente un total de 10 veces y a cada una Leo gritaba e imploraba que lo soltaran. Finalmente perdió el conocimiento y las muchachas lo soltaron sobre la hierba. Estaban sudadas, golpeadas y agotadas pero felices de haberlos derrotado a todos. ¿Qué hacemos con ellos? Preguntó Laura. ¡Yo no he tenido suficiente venganza! Protesto Helena, ella quería castigar personalmente a Leo por haber torcido sus hermosas tetas. En ese momento llego Yeni con un montón de artículos deportivos, sus amigas no comprendían que estaba haciendo con eso y ella les dijo que si querían demostrar que las mujeres eran mejores que los hombres en cualquier deporte debían jugar contra ellos y vencerlos.

Pero ya los vencimos, dijo Helena, si pero los vencimos en nuestro “Kickingball especial”. Dijo Laura. -Ahora los venceremos en los demás deportes incluido el futbol.- Dijo Beatriz y les dijo a cada chica que tomara el artículo que más le gustara, Yeni tomo un bate de Baseball y se puso un gorra, Laura agarro un palo de golf de metal, Bety se puso unos guantes de boxeo y un silbato y Helena solo tomo unas cuerdas, el resto de las chicas también tomaron cuerdas. Bety las reunió y les dijo que tomaran al chico que las había golpeado y lo llevaran a el lugar que quisieran, tenían 20 minutos para jugar con sus respectivos balones y quien consiguiera traer las pelotas en peor estado ganaría el juego. Así que cada una tomo a su víctima y se lo llevó a su rincón, Yeni necesitó ayuda pues el chico pesaba casi el doble que ella, se lo llevaron a unas barras paralelas de 140 cm de altura, donde entre todas lo acostaron bocabajo encima de ellas y lo ataron dejando sus genitales colgando, Yeni se encargó de atar su pene a su cuerpo para que no colgara.

Ella medía 1.57 metros así que los testículos quedaban a la altura de sus codos y podía jugar bien.
Laura ató a sus huevos “rubios” entre dos árboles, a uno sus brazos y a otro sus piernas cerradas, y puso otra cuerda alrededor de sus huevos para levantarlos y poder hacer muchos agujeros en uno Mientras tanto Bety y Helena se habían ido al campo de futbol donde ataron a sus balones a cada arco, Bety amarradas las manos del chico que le había pegado 4 veces en sus hermosos senos al travesaneo y sus pies bien separados en la maya de atrás de la portería quedando este inclinado hacia adelante con sus testículos colgando frente a la chica.

En el otro arco Helena ato a Leo, lo puso bocarriba con los brazos atados a la maya y cada pie atado a los postes de cada lado con sus piernas bien abiertas. Y así comenzó la competencia cuando todos los chicos despertaron. En las paralelas Yeni decía a su chico –Me gusta mucho el Baseball ¿Sabes? Creo que es por lo duro que hay que pegarle a la bola para botarla del estadio, así que tu y yo vamos a jugar mucho, pero antes de eso… ¿Recuerdas que querías tener sexo anal?

El chico totalmente asustado suplico que lo dejara ir que sentía mucho haberle pegado, que todo era idea de Leo, pero ella solo se coloco frente a su culo, sus dos piernas estaban abiertas por estar amarradas a las barras, ella escupió entre sus nalgas y empezó a introducir el bate en su culo, él grito de miedo pidiendo ayuda pero en la persona más cercana a ellos era Laura que le dijo al rubio que nunca había jugado Golf pero que siempre le había llamado la atención como una bola podía viajar tanto el compredió lo que estaba a punto de pasar y con sus testículos aun hinchados comenzó a implorar a la colosal rubia que lo perdonara, que ya había aprendido la lección ella se paro sobre el de frene a sus bolas amarradas y levantadas por la cuerda a su alrededor el vio entonces el culo y vagina de la deportista cubiertos por una sensual tanga negra eso hizo que su pene se endureciera y sus huevos se llenaran de semen en el momento en que Laura grito: -¡Hoyo en uno!.

Helena estaba muy feliz pues podría vengarse de Leo, el capitán del equipo de futbol con una tanda de penaltis cobrados en la portería. Al despertar el muchacho con un corte de cabello muy corto, vio parada entre sus piernas abiertas a la sensual chica con los ojos llenos de odio clavados en sus rojizos testículos, ella se inclino hacia adelante, poniendo sus manos sobre sus rodillas y casi susurrando le dijo al campeón.- Ahora vas a aprender cómo se cobran los penales, cochino machista, te dije que convertiría en papilla tus cojones y lo voy a disfrutar pero tú no disfrutaras ninguno de mis agujeros.

– ¡Espera por favor! ¡Estás loca! ¡Te voy a demandar por esto! ¡No lo hagas o te vas a arrepentir!-Dijo Leo intentando liberarse de las ataduras sin éxito.

Beatriz ya estaba lista para comenzar a boxear con el “saco” de su chico, cuando este despertó, ella lo miro a los ojos, tenía sus huevos a la altura de sus bonitas tetas y le dijo que era el momento de devolverle los puñetazos que les había dado en las mismas. Ella se acerco y coloco sus huevos sobre sus senos, ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentir como me duelen las tetas por lo que me hiciste? Pues no te preocupes, ahora lo vas a sentir pero primero te daré un último placer como hombre. El con sus ojos llenos de lágrimas imploró: Espera, yo solo estaba jugando, tú también me pateaste en mis testículos y solo te di ese puñetazo para defenderme, yo no quería hacerte daño, yo…¡ahhh!- Dijo él mientras Bety lamia la punta de su pene sosteniéndolo entre los guantes, dándole un increíble placer, ella metió el falo en su caliente boca dejando que el muchacho disfrutará, cuando sintió que su pene estaba bien erecto lo saco y le dijo con vos suave: -¿Te gusta? -¡Sí, oh si!- Respondió. –Bien, ¿te gusta esto?

Y acto seguido le dio un potente gancho ascendente que impacto en sus huevos llenos de leche haciéndolo estallar en un grito de dolor. El se cimbro todo, pero nada se soltó, la boxeadora amateur comenzó a lanzar golpes rectos a la desprotegida bolsa que rebotaban a increíble velocidad haciendo un sonido elástico que hacia sonreír a la capitana.
Helena tenía un método diferente para hacer que los huevos de su víctima se llenaran ya Bety los había llenado un poco pero seguro que la más culona de las 4 podía hacerlo mejor, ella se paro sobre la cabeza de Leo y se quito sus tanga que era un hilo dental azul que no dejaba nada a la imaginación se quito la ropa interior y Leo comenzó a tener una repentina erección al ver la vagina de Helena en todo su esplendor, estaba rasurada pero algunos vellos se asomaban alrededor y su culo era una obra de arte, ella se aseguro de que la viera bien y luego se sentó en su cara dejando su sexo cubrir la boca del chico y en su nariz su sudado culo, ese había sido un día muy movido así que su ingle no olía a rosas, pero la idea de estar con esa codiciada vagina en su boca lo volvía loco a pesar del mal olor.

–¡Lame como el perro que eres!- Ordeno ella tomando su carnoso pene y masturbándolo fuertemente, al punto del dolor.

Él lo hizo, dándole placer a Helena que se mordía los labios pensando en cómo torturaría a este cerdo, que tan mal rato les había hecho pasar.
Laura no tuvo tanta imaginación y sin perder el tiempo comenzó a golpear con su palo de Golf al rubio bajo sus pies, los testículos parecían quererse salir volando cada vez que ella los golpeaba, y los gritos del muchacho eran insoportables, ella golpeo y golpeo hasta quedar exhausta, tomo aire pero no detuvo su tortura porque pisoteo las morados huevos del chico hasta que recupero la fuerza en sus brazos y continuo jugando al golf, el escroto estaba lleno de heridas y Laura tuvo una bizarra idea de repente se bajo su ropa interior, se agacho poniendo su vagina sobre los molidos huevos y orinando con su orina caliente fue suficiente como para hacer que el pobre muchacho se retorciera de dolor en un insoportable grito de dolor por el ardor en sus heridas testiculares.

Laura subió su tanga y siguió pisoteando y golpeando.
Entretanto Yeni ya había penetrado y desgarrado el culo de su oponente que estaba hecho un mar de lágrimas, pero al menos había tenido el sexo anal que quería aunque no de la manera que quería. Yeni saco el bate y le limpio la sangre con el pantalón corto del muchacho y luego la uso como guante para no tocarlo pues había estado en su culo, se coloco en posición de bateo como toda una profesional y le pego a los colgantes huevos estrellándolos contra el abdomen del chico, y así conectó muchos homeruns en esos 20 minutos, haciendo llorar a más no poder al pobre muchacho, cada batazo parecía poder sacar los testículos de su bolsa pero no pasó y solo quedaron moradas como uvas y grandes como peras.

Helena termino de estimular a Leo y se levanto de su cara dejando su cara totalmente cubierta de fluido vaginal y saliva, le coloco su hilo dental en la boca de Leo para no oír los gritos de dolor que emitiría en un momento. Parada nuevamente entre sus piernas, le dijo: -Es hora de hacer tortilla.- Y le pego un fuerte pisotón en su cojones hinchados de semen, el se contorsionó todo intentando soltarse, pero ella sabía que podía hacer con él lo que quisiera, le pego con el izquierdo, luego el derecho y otra vez el izquierdo, sus fornidas piernas castigaban a los débiles testículos de manera sobrehumana y el chico miraba como la zorra más famosa de la escuela destruía sus huevos sin nada bajo la falda, en medio de ese infierno miraba su blanca vagina y se relamía el liquido de su boca mientras gritaba.

Helena pateaba con gran precisión y con cada patada sus tetas se salían de su playera ajustadas dejando ver sus pezones a Leo, termino quitándosela dejando a sus tetas en total libertad y tanto rebotaban estas como los testículos del muchacho, ataco solo el huevo derecho 5 veces, y luego 6 el izquierdo, después ambos unas 18 veces ya habían pasado 15 minutos de intensas patadas sobre los huevos de Leo que estaban al doble de su tamaño normal. Ella jadeante le preguntó ¿Te gustó pervertido de mierda? Soltándole una patada como signo de interrogación. ¿Soy una puta? (Patada) ¿Te gusta mi culo? (Pisotón) ¿Te gusta mi vagina? (Patada) ¿Mis piernas? (Patada). ¿Quieres que paré? (Patada). No te entiendo. (Patada y pisotón) ¿Quieres que siga? El siguió llorando y gimiendo ante el castigo de los pies de la furiosa adolescente.
Bety ya tenía frente a ella un enorme saco purpura y sangrante de huevos, sus guantes estaban manchados de semen y sangre y el chico estaba a punto del colapso, ella había alterado todo tipo de golpes de boxeo jabs, swings, ganchos, y patadas altas que alcanzaban los testículos con facilidad a pesar de su altura y dejaban ver su ropa interior blanca manchadas de sudor. Ya se habían cumplido los 20 minutos así que sonó el silbato y cada una trajo al centro del campo a sus “balones” incluso Yeni trajo sola al suyo tirando de una soga amarrada a sus genitales, todos estaban desmayados, entonces determinaron el estado de las 8 pelotas usadas esa tarde, y todas estaban moradas por igual, sangrantes, hinchadas a punto de explotar. ¿Qué hacemos? Pregunto Helena -Todas están igual de destrozadas.- Entonces Laura se fue a un cobertizo al fondo del terreno y volvió con unas enormes tijeras de jardinería, todas sabían lo que ella tenía en mente. -Bien declaremos esto empate chicas.

-Dijo Beatriz.- Todas hemos ganado en el juego de reventar huevos de hombre y ellos han sido humillados totalmente.-
-Bien, yo quiero llevarme de recuerdo estos huevos y este rabo, mi hermana es taxidermista, seguro que si se los llevo hoy podrá disecarlos y los colgaré en la pared.-

Dijo Laura agachándose con la tijera en la mano y agarrando los testículos del rubio que se despertaba junto con todos los demás, estaban atados pero aun sin estarlo no se atreverían a moverse.

Yeni dijo emocionada tomando del pelo a su chico:-¡Yo quiero cortar los de este estúpido, serán un trofeo como deportista! ¡Cortemos los de todos!- Helena tomo la tijera y se dirigió a Leo, se arrodillo y puso las hojas en la base de su escroto con solo cerrarlas cortaría sus testículos y su pene de un golpe.

-No necesitamos castrar a todos, con este bastará. -Dijo tranquila.

Al sentir el frio metal en sus huevos el chico comenzó a llorar más desconsoladamente, suplicando.

¡NO, HELENA, POR FAVOR, NO HAGAS ESTO! ¡HARÉ LO QUE QUIERAS, PERO ESO NO!
-¿Prometes no meterte más con nosotras?-Dijo ella.- ¡Nunca más les volveré a decir nada en mi vida, lo juró!-Dijo desesperado.

-¿Vas a respetar a todas las chicas de la escuela?- ¡A todas, a todas!
– ¿Me vas a comer la vagina como la de recién cuando te lo pida?- El perplejo dijo que sí.
-Bien entonces puedes quedarte con tus huevos y tu salchichita, pero no creo que las vuelvas a usar en tu vida.
– Diciendo esto Helena arrojo la tijera lejos. Chicas no necesitamos cortarles nada.- Dijo Bety.

-Miren esas huevos hinchados ¿Creen que les van a servir para algo?
– Los muchachos comenzaron a llorar pensando que habían sido castrados por aquellas hembras guerreras, en ese momento Bety sintió piedad pues su ira había desaparecido, ya había cobrado su venganza sobre los testículos agresores.

Entro a la casa club donde había una nevera y trajo cuatro bolsas de hielo, se agacho entre las piernas de su oponente personal y tomo su pene una vez más y le dijo que si había aprendido la lección. El respondió que si lleno de miedo. Sus compañeras no estaban tan contentas por la repentina compasión de su líder, pero cuando Bety comenzó a masturbar el pene del muchacho Helena hizo lo mismo con Leo pues había comprendido cual era la idea, les dijo a Yeni y a Laura que Hicieran lo mismo con los suyos.

Entonces el chico de Beatriz les dijo:-¡Esperen si nos venimos ahora, nos dolerá mucho!- Ella le respondió con ojos de maldad:- ¿Y por qué crees que lo estamos haciendo?- Todas rieron y los penes de los muchachos explotaron en grandes chorros de semen que las bañaron y llenaron de satisfacción lujuriosa, mientras el dolor de sus testículos fue el más agudo que habían sentido esa tarde.
Los dejaron tirados allí con sus genitales sobre las bolsas de hielo, dándolos por castrados y creyendo que eso no sería suficiente para salvar su masculinidad. Sin embargo ellos fueron encontrados esa noche por el conserje que llamo a emergencias y luego de varias operaciones y un mes de recuperación ellos volvieron a la escuela con sus testículos sanos y salvos, aunque no podrían jugar al futbol en todo el año. Helena le reprocho a Bety su bondad pero esta le dijo: -¿Te divertiste ese día jugando con sus bolas?- La pelirroja le dijo que sí.

-Entonces ¿Cómo vamos a practicar nuestro deporte favorito nuevamente si destruíamos esos huevos? Dijo Bety con una sonrisa en su rostro.