Una amiga de juegos online, un sábado por la mañana me dice que quiere tener una aventura conmigo y terminamos disfrutando de nuestros cuerpos

Quiero tener una aventura contigo !!! ésto es lo que me dijo una amiga de juegos on line un sábado por la mañana de hace un año.

 

Nos conocíamos por jugar un juego on line de clanes por nuestros teléfonos. Nos caímos bien desde el principio. Ya me había comentado sus problemas matrimoniales pero nunca había pensado que aquello ocurriría.

 

Ana es una joven de 35 años, morena, simpática y casada en aquel momento, separada a día de hoy porque lo que estaba roto no se podía volver a juntar. No nos conocíamos físicamente pero estaba claro que de alguna forma habíamos conectado.

Hablamos, nos intercambiamos fotos y finalmente quedamos sin saber que ocurriría en el minuto siguiente a vernos.

 

Sucedió en una mañana de un día de diario en un pueblo distinto del suyo. Tendríamos toda la mañana para nosotros. Llegamos como a las 10 h. Ella aparcó. Bajó de su coche y vino a verme y la química se encendió. Es complicado de explicar pero desde el primer contacto visual surgió la magia. Charlamos, nos dimos tiempo y fuimos acercándonos sin prisa pero sin pausa. Primeros besos. Ella lo tenía híper claro, yo no tanto en aquél primer momento pero su decisión derribó las barreras.

 

Buscamos un lugar para conocernos más. Había un hostal en un pueblo cercano y nos acercamos. Cogimos una habitación y casi ni nos dió tiempo a entrar para dejarla desnuda entre mis brazos.

 

Nos miramos, la cogí y la subi de pie sobre la cama para admirarla. Ninguno somos modelos ni lo pretendemos. Pero sus rotundas caderas y su pecho me pusieron a sus pies. Estaba muy nerviosa en ese instante pero mi experiencia la tranquilizó. Tengo unos 15 años más que ella. Creo saber como amar a una mujer y sin ninguna prisa comienzo a acariciarla. A recorrer su piel, a besar su cuerpo, sus pechos, a recorrerlos totalmente, a explorar su cuerpo. Su excitación era evidente. Jamás la habían dedicado su tiempo y se sintió la mujer más maravillosa del mundo. En aquel momento, lo era.

 

Siempre he pensado que un buen amante, ha de procurar el placer de su pareja y en ello me concentré. La cogí en brazos y la tumbé sobre la cama sin dejar de besarla y acariciarla. Me desnudé y me concentré en recorrer sus piernas con pequeños besos y caricias. Su sexo ya relucía y su humedad era apreciable. Pero aún, me tomé un tiempo para seguir ascendiendo con besos desde su cintura hasta su boca ansiosa de besos.

 

Ella quería acariciarme pero no la dejé. Aquel momento era mío y quería que lo disfrutara como nunca. Su pubis ascendía pidiendo guerra y acerqué mis labios para probar sus flujos. En ese momento, la química aumentó sus poderes y mi boca se apoderó de su sexo. Mientras mi lengua recorría sus labios, mis labios no paraban de besar su zona pélvica que se movía sin control. En pocos minutos, gritaba de placer y sus flujos vaginales se multiplicaron mojándome todo mi rostro. Que felicidad !!! Es difícil de explicar la satisfacción que sentí al sentirla gozar así. Su primer orgasmo había llegado y con ello la sonrisa a su bello rostro.

 

Ahora solo había comenzado la mañana. Subí hasta su boca para besarnos y compartir su sabor entre los dos. Nos abrazamos y seguimos besándonos sin dejar de acariciarnos. Ella quería ser penetrada pero aún no era el momento. Ahora mi mano y mis dedos recorrían su sexo mientras mis labios besaban su pecho. Su pubis seguía pidiendo a gritos silenciosos, placer y más placer. Mis caricias, mis susurros a su oído, mis besos hacían que su sexo no pudiera parar de emanar fluidos. Así como estaba cerró sus piernas, aprisionó mi mano y se corrió sobre ella. Que delicia de mujer !!!

 

Reímos, conversamos, nos besamos y en cuanto se recuperó se subió a mi sexo. Entrar en ella era sencillísimo en aquel momento de excitación. Su humedad me caía entre mis piernas, y nuestros sexos encajaron como si se conocieran de toda la vida. Nos abrazamos y comenzó a cabalgarme sin descanso. Mi mente estaba concentrada en dar el máximo placer y así sucedió. Nuestros sexos chapoteaban ante cada movimiento. Jamás había logrado esa conexión en una primera cita con nadie. Química en estado puro.

 

Se volvió a correr y ésta vez se quedó quieta sobre mi en un abrazo eterno y compartiendo besos mientras seguían unidos nuestros sexos. Unos minutos donde el tiempo se había detenido fuera de aquella habitación.

 

Tras recuperar unos minutos, volvieron las risas, los comentarios y las confidencias del momento pero aún nos quedaba tiempo. Jugando y jugando su humedad no se reducía y su olor me atraía como un imán. Aunque intentó acariciarme no la dejé demasiado y la coloqué a horcajadas sobre mi cabeza. Todo su sexo para mí. Mi lengua se volvía loca. Mi nariz recorría su sexo y mis labios no paraban de jugar y de besar sus labios vaginales. Que mujer !!!  Rápidamente se concentró en su placer. Agarró mi cabeza y pedía más. Su pelvis saltaba sobre mi boca y las corrientes eléctricas saltaban por todos los lados. Era mía y lo sabía. Quería ser mía en aquel momento y se entregó al placer una vez más. Unos minutos eternos de caricias muy muy íntimas para de pronto sentir su cuerpo arqueado por el placer y mi boca llena una vez más de sus flujos vaginales. Que placer !!!

 

En fin, se nos acababa la mañana. Miramos los móviles en silencio y sabíamos que debíamos retornar al planeta en algún momento. Ella quería que yo me corriera y yo quería darla todo. Así, que volvió a introducirse mi miembro en su húmedo sexo y comenzamos a cabalgar como si no hubiera un mañana. Cuerpos sincronizados en el placer. Éramos uno solo buscando placer y llegó sin remedio unos minutos después. Un orgasmo conjunto que nos hizo explotar a ambos. Increible esa compenetración entre 2 cuerpos que no se conocían hasta ese día. Besos, mimos y caricias acabaron con la mañana. Las obligaciones personales nos reclamaban pero ya nadie nos podría quitar ese momento nuestro.

 

Besos de despedida. Buscar su coche en el pueblo cercano y cada uno retornar a nuestras vidas habituales con las piernas temblando por el placer y la promesa de volver a vernos. Experiencias que no puedes olvidar aunque pase mucho tiempo.

 

Vivencias que les seguiremos contando si son de su interés.