Un trío con mi mujer, viendo como otro hombre se la folla

He leído muchas historias, en casi todos los hombres son perfectos, musculosos, con unos rabos enormes. Pues yo soy un tío de los que hay a montones. Mido 1,77 hago poco deporte, pero me mantengo más o menos en forma. Soy moreno, media melena, ojos oscuros y creo que estoy en la media en lo que se refiere a dotación. Juego mucho a futbol y tengo 32 años. Trabajo como un cabrón y gracias a ello vivimos medianamente bien. Como supongo que hay que ponerse un nombre diremos que me llamo Rubén y mi mujer que es de la misma edad que yo la llamaremos Pilar. Es muy hermosa, regordeta, pero sin ser gorda, un buen par de tetas y un culo en proporción al resto de su cuerpo. Mide 1,65. Tenía unos labios muy bonitos y se lo arreglo, quedándole ahora de una forma que a cualquiera le vienen muchas cosas a la mente. Es morena y sus ojos son verdosos. Siempre se anda quejando de que no se ve bien, pero es por quejarse y para que le diga lo buena que esta. Ni para ella ni para mi es nuestra primera relación. Íbamos a la universidad juntos y ella salía con otro chico y yo con otra chica. La vida da muchas vueltas y al tiempo estábamos saliendo los dos juntos.

A mí siempre me había gustado, se la veía muy explosiva. En cambio, a su novio se le veía poca cosa para semejante hembra. Desde el primer momento descubrí lo caliente que era Pilar, no pasábamos un día sin follar. Daba igual la hora o el lugar. Le gustaba todo, sexo oral, anal, todo. Paso un tiempo y al acabar la carrera nos casamos. Al poco de estar ya viviendo como marido y mujer, empecé a introducir fantasías en nuestros momentos de folleteo. Pilar con alguna pequeña protesta, mas por hacerse la escandalizada, entro al final y se notaba que lo pasaba muy bien. Yo desde hacía mucho entraba en páginas porno de videos y relatos, me ponía muy cachondo cosas que veía y leía, sobre todo lo de los tríos, ya fuera con una mujer o con un hombre. Empecé a pergeñar como hacer que Pilar tuviera por lo menos la misma curiosidad que yo. Lo hice sin prisa, no quería asustarla y poco a poco, en nuestras fantasías la fui imbuyendo en mis deseos y fantasías. Llego un momento en que cuando yo de forma intencionada no introducía las fantasías, ella me provocaba para que lo hiciera y así tener una buena follada.

El problema con Pilar es que era y es muy poco expresiva en esos menesteres. No es como en su vida normal, que es muy decidida y con las ideas muy claras. Llegamos al momento esperado por mí, que era que cuando follábamos le decía siempre que sería muy cachondo tener a una persona comiéndole el coño mientras la follaba y últimamente me decía que sí, que sería lo más. Como también cuando la follaba y a la vez le metía un consolador en el culo, que se volvía distinta y decía lo mismo, pero una vez pasada la calentura, no había forma de hacerla entrar en conversación. Sin esperármelo un día me dejo continuar con el tema y nos llegamos a poner tal vez demasiado serios, yo le explique lo que quería y ella con mirada impertérrita una vez que acabe me dijo que se lo tenía que pensar, que dejara que lo madurara y me pedía que no la estuviera preguntando todo el día, que cuando lo tuviera claro me lo diría.

Pasaron muchos días y un día me llamo para saber si comíamos juntos. Ella se había escapado de su trabajo y me fui a comer con ella. Comimos en un autoservicio al que íbamos mucho y luego como solíamos hacer, nos fuimos a tomar un café a una terraza cercana. No sospechaba nada y una vez que nos trajeron el café y nos quedamos solos, ella me dijo que ya lo había pensado. Cuando oír salir de su boca las palabras de que no le importaría probar mi rabo se puso en acción. No todo podía ser tan fácil, porque después de decir eso añadió, pero…, ese, pero me hizo volver a la realidad. Pilar me decía que no estaba dispuesta ni a tener relaciones con otra mujer y tampoco a intercambiar parejas. Rematando la conversación diciéndome que, si yo quería verla con un hombre, que era un problema mío y que ahora era mi tiempo de reflexión, que lo madurara y que por ella podíamos seguir como estábamos. Desde el día que lo hablamos yo había pensado varias formas en la que ella me podría responder y en mi cabeza tenía distintos argumentos para rebatirle los posibles inconvenientes que me pudiera poner, lo que pasa es que este supuesto no había entrado en mis cálculos.

Lo tenía claro, a mí no me importaba, pero no quise decirle nada en ese momento. Prefería sobre todo pensar como decirle que estaba de acuerdo. Nos despedimos para volver cada uno a su trabajo y me tuvo toda la tarde pensando en lo mismo. Llegue a mi casa tarde como siempre, ella ya estaba en casa. Cenamos y nos fuimos a la cama. La esperaba metido en la cama y cuando llego ella, nos pusimos a hablar de lo que yo había pensado. Le decía que estaba de acuerdo y que lo haríamos como ella quisiese. Pilar me pregunto si estaba preparado para verla follando con otro tío y le dije un sí rotundo, ella me dijo entre sonrisas, que una esposa tiene que complacer a su marido en todo y nos pegamos el mejor polvo hasta esos momentos, contándole todo lo que le haríamos entre otro hombre y yo. Lo que, si me dejo claro después, fue que ella tendría la última palabra, que el tío en cuestión tenía que estar bien físicamente, que no fuera más bajo que ella y que estuviera muy bien dotado, que ya que estábamos que por lo menos la tuviera como la mía. Por la mañana mientras nos preparábamos para ir a trabajar me recalco una cosa que no me dijo la noche anterior, que no era partidaria de ir a locales de parejitas a exhibirse como mercancía y no dio más opciones.

En mi trabajo y en hueco que me hice, me metí en dos páginas que conocía de anuncios para buscar algún hombre o más que para buscar, tantear. Digo tantear porque, aunque yo veía a mi mujer como todo un pibón. Lo mismo otros no la veían igual. Prepare varias fotos de mi mujer en la playa. Fotos que nadie había visto ni siquiera ella y protegiendo su cara las publique en los anuncios. Al no publicarse las fotos al momento, continúe con mi trabajo y ya no hice más caso a los anuncios. Llegue a mi casa con nervios, salude a mi mujer y me acerque al ordenador por echarle un ojo al anuncio, menuda avalancha de respuestas. Lo dejé tal cual y me fui a cenar. En los postres le confesé lo de los dos anuncios y su actitud no me dijo nada, le dio igual. Hasta que le comenté lo de las fotos, en ese momento se puso como una energúmena. Al finalizar todos los improperios, le explique que ni ella se reconocería, que había tratado antes las fotos, me dijo que se lo enseñara.

Le dije que estaba la página abierta y se sentó a mirarlo, o no perdía detalle de sus expresiones, vi cara de asombro y me pregunto que como había puesto ese texto en el anuncio (SE BUSCA HOMBRE PARA TRIO CON MI MUJER, QUE ES UNA MUJER GUAPA, IMPRESCINDIBLE ESTAR FISICAMENTE BIEN CUIDADO, A SER POSIBLE BIEN DOTADO O DENTRO DE LO NORMAL, MEDIR COMO MINIMO 1,70, ABSTENERSE ZAFIOS, PATANES… GENTE CON UN MINIMO DE CULTURA) le pregunte que si le parecía mal el texto y ella con un gesto de duda me contesto que lo sentía muy frio. Se le escapo una exclamación y me dijo que había 132 respuestas. Había todo tipo de respuestas. Algunas con fotos demasiados explicitas que Pilar automáticamente descarto. Quedándose con las que o bien no había foto, pero si un comentario, aunque fuese muy atrevido o con fotos normales y con comentarios del mismo tipo. Los comentarios eran muy subidos de tono y sobre todo a cuando se referían al cuerpo de Pilar. Que, si sus tetas eran una joya, como su culo y que era una pena que llevara bikini. Que con ese culo se tenían que hacer virguerías y casi todos que entendían que su marido necesitase refuerzos, aunque algunos pusieron en vez de marido cornudo y otros lo pusieron, pero con comillas. Pilar después de leerlos fue quitando un montón de ellos y en uno que había una foto de un tío de nuestra edad en bañador, que estaba muy bien físicamente y se podían notar buenos atributos, me miro y me dijo que era una pena tener que descartar a ese y a mi pregunta de porque, me dijo por haberme llamado cornudo. Le dije que no me había ofendido y que era un término que no tenía mayor importancia que la que le diéramos, que al final, aunque consentido lo seria. Me dejo los que había seleccionado y dejo claro que era yo el que tenía que hablar con ellos y que ya le fuera contando. Nos fuimos a la cama y estaba totalmente mojada, no podía negarlo se había puesto muy caliente y el polvazo de esa noche lo demostró.

Empecé a hablar y a descartar a hombres, el número se reducía de manera importante. Cada noche nuestra cama era una bacanal. Follábamos sin para, en nuestras fantasías era muy habitual meter hombres conocidos por los dos o conocidos por ella sola, teniendo unas corridas descomunales. Quise tratar de convencerla de ir a algún sitio de parejas, con el compromiso de no hacer nada con nadie, solo de ir a mirar, su no, era rotundo. Era demasiado dura en sus decisiones.

Muchas noches ella me provocaba contándome cosas sobre dos compañeros que ella tenía, que yo conocía a uno de ellos al otro no. Al que conocía que era de nuestra edad, me daba cuenta de que Pilar le gustaba, se le caía la baba mirándola y le cace muchas veces haciéndolo, era Sergio. El otro era un chico que hacia las prácticas y era más joven que nosotros, Damián. Ese tipo de provocaciones nos llevaban a follar como fieras. Con el tiempo eso no me bastaba ya, a Pilar le debía de pasar lo mismo, la diferencia que yo lo decía y ella no. En mi trabajo había un compañero que no vicia en la misma población que nosotros y venia una vez al mes, quedándose entre 3 días y una semana. Era un tío muy bien conservado, agradable, lo que se dice un guaperas y que Pilar lo conocía también, era Eduardo. Siempre le decía cosas bobitas, piropos y algunos de ellos con mucha intención provocadora. Siguiéndole Pilar el rollo y diciéndole que se lo contaría a su mujer. A la cual no conocíamos.

No quería apremiarla ni atosigarla, pero un día tomando café, aproveche y saque la conversación, puse mi plan A en marcha. Trate de convencerla para que se ligara a Sergio o al tal Damián y la espolee añadiéndole, que salvo no fuera capaz. Con un punto de rabia me dijo que era tonto, que, si ella quería, chascando los dedos los tendría como perritos falderos. Aproveche que se había picado para seguir espoleándola y al final bastante cabreada me mando a freír puñetas, me dijo que eran compañeros de trabajo y que eso los descartaba. Tenía que pasar a mi plan B, era Eduardo. Desde ese momento en todos nuestros juegos sexuales aparecería Eduardo. La sombra de Eduardo estaba ya siempre presente, conseguí que hasta lo llamara cuando se corría, no siempre, pero alguna vez.

Una tarde llame a Pilar para avisarla de que un compañero cenaría con nosotros, eso no era nada extraño en mí, no le dije que sería Eduardo para que fuera una sorpresa. Al llegar y ver que el invitado era Eduardo, después de saludarse se acercó a saludarme a mí y me arreo un buen pellizco en mi brazo. Nosotros nos fuimos al salón, nos quitamos las chaquetas y decidimos que nos tomaríamos un vino para ir haciendo boca. Eduardo se quedó sentado en el salón y yo fui a por una botella de vino a la cocina. Al oírme entrar Pilar me miro y me dijo textualmente que era un cabrito. Me reí y le di un azote en ese culo tan apretadito que tiene y como no me pude contener metí mi mano por debajo de su falda y ante mi asombro descubrí que tenía sus bragas algo más que húmedas. Le dije con mucha malicia, que no sabía que la pondría así nada más verle, que podía ser la noche indicada y me sorprendió nuevamente lanzándome esa mirada tan misteriosa que ponía algunas veces y diciéndome que no me equivocara, que no tenía que ser por él.

Eso que dijo me dejo desorientado, Pilar no era de las personas que dicen algo por decir. La cena fue muy entretenida y a diferencia de otras cenas, Pilar ante los comentarios de Eduardo sobre su persona, le provoco constantemente, llegándose a unos puntos muy interesantes. Nada más irse Eduardo, ni recoger la mesa ni nada, nos fuimos desnudando apresuradamente y ya iba metiendo yo a Eduardo por medio, le hacía comentarios obscenos, como que Eduardo tenía más rabo que el demonio, eso era lo que decían y Pilar excitada me decía que era un guarro y cuando yo decía que no diría más, ella me decía que no fiera así. Quería que me confesara que nada más verlo se había mojado sus bragas y me corto cuando me confeso que en la cocina no estaba así por él, pero que ahora sí. Estuvimos follando hasta que tuvimos que darnos un respiro y volví a preguntarla. Me conto que estaba mojada, por un vecino. En cuestión de segundos hice memoria y no conocía ningún vecino que se pudiera decir que estaba pasable, eran todos bastante más mayores que nosotros y aunque yo no trataba muchos con ellos, porque paraba poco en casa, me dejo muy despistado. Solo se me ocurrió decirle que no sabía que le gustaban los abuelitos.

Me dijo que era tonto. Que se refería a un familiar de los vecinos de enfrente. Recordé entonces que un hijo de los vecinos un día que nos encontramos me comento que lo mismo pasaría una temporada con sus padres, que por trabajo vendría ya que vivía fuera. De todas maneras, me extraño que le gustara a Pilar porque tenía más de 40 años y más bien regordete. No lo veía su tipo. No quise en ese momento opinar sobre él, por no cabrearla. Lo que si hice fue preguntarle más detalles. Me decía que solo verle ya le ponía muy caliente. Que todo había empezado con miradas y frases insinuantes, que con los días han subido de tono y que hoy había sido algo excepcional. Me conto que habían subido los dos vecinos, él y la pareja/novia/mujer y ella. Al ser el ascensor tan pequeño para tantos, él se quedó justo detrás de ella, pegada a su culo y sintió como le crecía. En ese momento estábamos los dos muy cachondos y nos pusimos a follar nuevamente los dos. Le pregunte si estaba bien dotado y solo me contesto que por lo que sintió pequeña no la tenía. Seguía sin ver a ese hombre como el prototipo, pero si lograba ponerla así, pues sería ese.

En días sucesivos cada vez que llegaba a casa Pilar estaba muy salida. Me contaba que cuando ella llegaba a las 6 él se hacia el encontradizo para subir a la vez que ella y que luego en el descansillo, se quedaban hablando antes de entrar y que la ponía ardiendo. En ese momento decidí que al día siguiente estaría en casa para ver la película en directo. Así lo hice, dije que no me encontraba bien y me fui para casa. No me podía asomar a la ventana porque me verían, me quede junto a la puerta para ver y escuchar cuando llegaran. Pilar era siempre muy puntual y ese día no me defraudo, fue puntual. La vi salir del ascensor y venir hacia la puerta, oigo una voz masculina, no logro ver quien es, porque Pilar sin querer me tapa la mirilla.

EL- No corras tanto, mujer. Si no te espera nadie.

ELLA- No corro es que tengo cosas que hacer, que soy un ama de casa también.

EL- Pues un ama de casa que está muy buena y ya querría yo que en esas cosas que tienes que hacer, me las tuvieras que hacer a mí también.

ELLA- Que descarado que eres y que mentiroso.

EL- De mentiroso nada, si me invitaras a tomar algo en tu casa lo comprobarías.

ELLA- Seguro que te cortarías.

EL- ¿Cortarme yo? Déjame pasar solo 5 minutos.

ELLA- No, no puede ser.

EL- Seguro que estas, mojada, ¿Verdad?

ELLA- No te pases.

EL- Lo que daría yo por…

ELLA- ¿Por qué?

EL- Por follar contigo. ¿No me digas que no te apetece?

ELLA- Hala, como te pasas.

EL- Si, pero no dices que no.

ELLA- Tampoco que sí. Yo todo lo hago con mi marido, sin mi marido presente no hago nada.

EL- Pues convéncele. Solo tienes que llamar a mi puerta y con cualquier excusa voy.

ELLA- Tú estás loco, como vamos a ir a buscarte, es que no estás bien.

EL- ¿Sí? Pues prepárate que esta noche, no sé con qué disculpa, pero a las 10 llamare a tu casa.

ELLA- No te creo.

En ese mismo momento no pude ver al interlocutor de mi mujer, aunque por la voz, no me sonaba la voz del hijo. Al sentir como metía la llave me marche al cuarto de estar y me senté mirando la televisión, como si no me hubiera movido de ahí. Al entrar se sorprendió de verme en casa y le dije que había terminado antes. Cuando se acercó a darme un beso, fue cuando me di cuenta de que llevaba desabrochado dos botones más de la blusa de los que ella llevaba siempre. Metí mi mano por debajo de su falda y solo le dije si ya había estado con su pretendiente. Afirmo con su cabeza y le comenté que la había dejado hoy más que otros días. Pilar me resumió lo sucedido y se mostró preocupada/nerviosa/excitada, con la idea de que apareciera llamando a la puerta. Como no nos ocultamos nada, le dije para que supiera que lo había visto y oído, aunque me parece joven, veo que es muy lanzado. Pilar me sonrió me toco por encima de mi pantalón y al notar mi rabo, me quería llevar a la habitación. Con decisión le dije que no, que se reservara para la noche. Pilar decía que no, que solo tendría unos 20 años. Que no. Que, seguro que no venía, que lo había dicho por fanfarronear. Mi última frase fue decirle, Pilar haz lo que quieras. Si quieres arréglate para ponernos a los dos como tigres o no hagas nada y si viene abro yo y lo despacho con sutileza. La respuesta fue decepcionante, mejor lo que acabas de decir, abres tú, pero sé muy delicado. Que estoy mala, que ya me he acostado que estaba agotada y me dijo que se iba a quitar los tacones. Me quede hecho polvo. Me bajo el empalme de golpe.

Estaba perplejo, confundido por su respuesta y porque me sentí como aliviado. Fue cuando me di verdadera cuenta, que una cosa era fantasear y jugar y otra distinta la realidad de verla con otro tío. Seguí viendo la tv, pero no lograba céntrame en lo que veía. Pensé que coño, quiero verla y mi rabo estaba otra vez dispuesto a la batalla. Fui a la habitación y al entrar nos miramos, nos entendimos y Pilar me pregunto si estaba seguro, le dije que seguro no, lo siguiente. Me confeso que le ponía nerviosa y que le excitaba mucho, que lo podíamos intentar siempre que el chico viniese. Para que no se desilusionase, le comente que lo mismo no venía o que si venia lo mismo no se atrevía. Pilar como no dándole importancia me contesto que bueno, que si no se atrevía luego tendríamos nuestro momento particular. Me conmino a que me marchase de la habitación que ella se iba a arreglar para la ocasión. No me dejo opinar ni decir nada más, me empujo y me echo de la habitación.

Cuando llevaba ya un rato esperando, con la excusa de que hacer para cenar, me acerque a la habitación y no pude entrar, desde fuera le pregunte que quería cenar y me contesto que nada, que si eso luego, que ahora no le entraba nada y a mí tampoco. Mi estado emocional en ese momento era contradictorio, quería, pero no quería o no sabía. No estaba sucediendo como había pensado en multitud de ocasiones. Vi en la puerta del cuarto de estar a Pilar, estaba de pie mirándome, llevaba un vestido que sabía que me encantaba que se lo pusiera, llevaba mucho sin hacerlo, porque se le había quedado un poco pequeño. Eso la hacía más voluptuosa. El vestido que llevaba puesto era amarillo llevaba unas flores estampadas, que yo siempre decían que eran mariposas, porque era a lo que más se parecían. Era abotonado por delante, con pocos botones, pero grandes, en la parte de arriba los llevaba desabrochado permitiendo ver sus buenas mamellas. Al preguntarme como la veía no podía decirle nada más que perfecto, aunque le dije que sería muy bueno que se desabrochase un botón más abajo, no estaba muy convencida, decía que al sentarse se le vería todo. Seguí insistiendo y se lo desabrocho, luego se sentó y me dijo que como estaba, se veía algo, pero para mí no lo suficiente y la anime a soltar otro botón, lo dudo, pero lo hizo, ahora sí, le dije, porque estaba que pondría cachondo a cualquiera que la viera.

No llevaba sujetador y se notaba perfectamente, porque Pilar en muchas ocasiones se había puesto gasas en el sujetador para que los pezones no se le notasen. Porque aun no estando excitada se le marcaban enormemente y esa noche era desproporcionado lo que se le marcaban. Para hacer tiempo y tranquilizarnos nos tomamos un par de chupitos cada uno de tequila. Nos sentaron muy bien. Tanto que me atrevía a animarla a que se quitara las bragas. A eso me contesto que si ya quería lo recibia en pelotas. No insistí más porque vi que se podía enfadar. No habían dado las 10 y retumbo en la casa el sonido del timbre de la puerta. Pilar se levantó y me indico que me esperara, que actuara con normalidad. Abrió la puerta y yo no perdía detalle, puse bien atento mi oído. Se saludaron y aunque el chico bajo el tono de voz, oí como le dijo que le quitaba los botones a mordiscos, Pilar con tratando de poner voz seria le decía que se comportara y se lo pedía de por favor, aunque yo conocía ese tono de voz y me indicaba que le había excitado lo que había dicho el chico.

Entro primero Pilar y me decía, Rubén es Xavier el nieto de los vecinos, que venía a hablar contigo. Me levante para saludarlo y me quede prácticamente inmóvil. Era un chaval joven, más alto que yo, yo mido 1,77 el mediría el 1,90. Pelo rapado y esa barba de tipo casual de un par de días. Ojos claros y penetrantes, sonrisa astuta y el resto del cuerpo dejaría amas de una con la boca abierta. Recupere mi estado cuando note el apretón que me dio en la mano al saludarme, que animal. De forma nerviosa empezó a decirme que había hecho la misma carrera que yo y ahora no sabía por dónde tirar, que le podría recomendar. Hablamos de las salidas que había y prácticamente hablaba yo, porque el solo miraba a Pilar y Pilar a él. Cuando el llevaba un raro mirando, Pilar se las arreglaba para agacharse a coger cualquier cosa de la mesa baja y cambiar las piernas de posición, que era cuando a Xavier se le saltaban los ojos. Pilar se fue a la cocina para poner mas aperitivos y yo le dije que iba a por una cosa para enseñarle. Fui a mi habitación y cogí documentación sobre algunos masters que tenía, luego pasé por la cocina para tener unas palabras con Pilar.

YO- No me habías dicho que era tan grande.

ELLA- No me lo has preguntado y no me ha dado tiempo.

YO- Sabes que, si ese te pilla, te empala fijo. (RISAS) ¿Has visto el bulto de su bragueta?

ELLA- Que bruto y que cochino eres. (SONRISA)

YO- ¿Qué piensas, querrá, se atreverá?

ELLA- Querer quiere seguro, se lo noto. Y le voy a dar una sorpresa, que hará que se atreva. Lo que no tengo claro es si tú quieres y si lo aguantaras.

YO- Si es por eso, ya verás lo que te espera esta noche y cuál es la sorpresa que tienes pensada.

ELLA- Lo descubriréis los dos a la vez.

Le di todo lo que llevaba a Xavier, que me dijo que mejor le llamara Xavi. Era propaganda que me hacían llegar de distintos masters que se impartían. Pilar trajo una bandeja con los aperitivos y nos dijo que ya estaba bien de hablar de estudios y de profesiones, que ahora bebiéramos tranquilamente. Después de colocar los distintos aperitivos en la mesa con mucha parsimonia, dejándonos ver su magnífico escote, se fue a por bebida y quedando a espaladas de Xavi, se levantó el vestido dejándome ver que se había quitado las bragas. Me fijé en la cara de Xavi y me di perfecta cuenta cuando descubrió que Pilar no llevaba nada debajo, sus ojos se le clavaron. Cuando mi mujer estaba de pies, sus tetas quedaban a la altura de la boca de Xavi y ella que es muy traviesa, se acercó a él y se estiro para coger el mando a distancia del equipo de música. Un poco más cerca y le mete el pezón en un ojo y eso que el vestido impedía que viera su pezón en todo su esplendor.

Xavi muy grande muy fuerte, pero muy cohibido y nervioso. Tal como lo veía si no ponía remedio no pasaría nada, no le veía decidido a hacer nada y Pilar lo había provocado mucho y se le notaba en su pantalón, pero para ser nuestra primera vez, no veía yo a Pilar lanzándose ella. Es muy cachonda, muy caliente, pero es más de que la lleven, que se deja llevar. Una vez que se la enciende todo va mejor y hoy era fácil encenderla, la conocía de sobra. Había que actuar y ya, mientras ella ponía la música y servía nuevas bebidas, salí zumbando del cuarto de estar, abrí nuestro cajón de juegos del armario y saqué un antifaz y unas esposas. No se dieron cuenta de lo que llevaba, las esposas las metí en un bolsillo y el antifaz lo dejé entre los cojines del sillón.

Mi mujer se volvió a sentar en el mismo sitio y echándome a un lado le dije que se sentara con nosotros, le deje hueco entre los dos, ella no entendió que hiciera eso. Estábamos los tres sentados en el mismo sillón, Pilar con sus piernas cruzadas y al tener más botones desabrochados, sus cachas se veían totalmente. Hablábamos todos y mientras yo con un dedo como haciendo dibujos jugaba con los muslos de mi mujer, ante la atenta mirada de Xavi. Deliberadamente hice un comentario de que cada día tenía más suave la piel, que esa crema que le habían recomendado era muy eficaz. Mi mujer me dio la razón siguiéndome la corriente y añadió que no estaba tan conforme como yo. Ese fue mi momento. Ella decía que no, yo que sí y me vino a huevo para invitar a Xavi a tocar la pierna de Pilar para que dijera quien tenía la razón. Ni él ni mi mujer se esperaron que yo dijera eso y ante la duda de él, me eche un poco sobre mi mujer para llegar a la mano de él, más que mano, manaza. La cogí y se la puse en el muslo de mi mujer y le ayudé a tocarla, la expresión de Pilar era de haberse mojado toda. Xavi a mi pregunta dijo que era yo quien tenía la razón y tardo tiempo en quitar la mano. Mi mujer con los ojos vidriosos por la excitación se levantó y se fue al baño.

YO- Xavi voy a ser rápido y directo que Pilar no tardara en volver. Sé que te quieres follar a mi mujer y a mí no me importa, todo lo contrario, ahora si no me he equivocado, solo queda convencerla a ella, que si nos lo proponemos será más bien fácil. ¿Qué dices?

EL- Es que, no sé, ella es que.

YO- Cojones tío, si es bien fácil o quieres o no quieres.

EL- Si, si querer si quiero. Es que no me esperaba que me lo dijeras. Vale y ahora que hay que hacer.

YO- Tu sígueme la corriente y no te cortes, que mucho cuerpo, muy grande, pero eres un poco cortado.

EL- De eso nada, es que nunca he estado con un matrimonio, pero ya verás cuando me ponga.

YO- A ver si es verdad.

EL- Que se puede hacer y que no, que le gusta. Que se le puede decir.

YO- Se puede hacer todo salvo que ella diga que no, pero si la ponemos bien, no dirá a nada que no. De escatología nada de nada y de decirle lo que ella tolere. Ahora cuando vuelva vete al baño 5 minutos, no más, que la tantee.

No me contestaba, parecía que le había dado una crisis catatónica, sus ojos fijos mirando al infinito de forma fija. Pilar llego preguntándonos si queríamos beber algo más Xavi reacciono, pidiendo otro chupito y preguntando si podía usar el aseo. Le dije que puerta era y se fue. Pilar se había ido a tranquilizar y echarse agua en la cara. Estaba poniendo los chupitos y me puse a su altura, hable a su oído preguntándole si se atrevía y me contestaba que si no parábamos ella al final no aguantaría más y le dije que de eso se trataba y ella me dijo que no se había dado cuanta hasta ahora de lo vicioso que yo era. Ante la estupefacción de pilar, le dije a Xavi que estábamos discutiendo porque ella decía que tenía la piel tan sensible que era capaz de saber quién le tocaba. Sin dejar tiempo de reacción me acerqué a donde había dejado el antifaz lo cogí y se lo coloqué de tal manera que no pudiera ver nada.

Pilar se intentó resistir, pero no la di opción, porque en cuanto se despisto le puse las esposas con las manos a su espalda. Xavi miraba y no colaboraba nada, estaba callado, pero no perdía comba. Pilar me conminaba a que la soltara y le quitara el antifaz. Me llego a crear dudas el tono con el que lo decía, podía ser que si estuviera enfadada. Seguí con mi rollo y le dije que se estuviera quieta y que dijera quien era quien le hacía algo. Ella estaba molesta, no era una pose. No quise parar y seguí, sabía que al final me lo agradecería. La lleve hasta una silla y la ayude a sentarse. Una vez sentada se relajó un poco más y dije de empezar el juego. Hice señas a Xavi para que se acercara y le indique que la tocara algo. El toco una mejilla. Pilar no decía nada y al preguntar yo, ella contesto que había sido Xavi. Ahora yo pase mi mano por el interior de sus muslos y ella cerrando fuertemente las piernas me dijo, que era yo y que me estuviera quieto. Xavi tocaba siempre por partes no sensibles y eso y el tamaño de sus manos hacían que Pilar siempre acertara.

Mi siguiente toque fue en sus marcados pezones, pasando las yemas de mis dedos, suspiro un poco y me volvió a nombrar a mí. No deje que Xavi tocara la siguiente ve y toque por su cuello, dudo y al final dijo que Xavi. Cuando le dijimos que se había equivocado se llenó de sorpresa, le indique a Xavi que fuera más atrevido y agarrando su mano la lleve a las piernas de Pilar. Ella se dejó tocar, debía saber seguro que era Xavi, pero dijo que había sido yo. Para dar más emoción sin consultar con nadie dije que desde ese momento cada error llevaría el desabrocharle un botón del vestido. Volvió a protestar y yo continúe con el juego. Mucho protestar, pero perdió las siguientes 5 pruebas, seguro que hizo trampas. Desabrochando sus botones, con sus protestas, pero conociéndola sabía que excitada por saberse expuesta a ese joven. Las testas se veían plenamente y tenía cruzada sus piernas para que no se viera su delicado y abultado bollo como diría ella.

Xavi ya se le notaba animado e integrado en el juego, puso su mano entre sus piernas y esta vez Pilar puso una resistencia de risa, porque sus piernas se relajaron y Xavi metió completamente su mano. Le dije que no hacía falta que dijese quien era, que ya lo sabía de sobra y ella no contestaba, solo gemía y abría la boca. Xavi cada vez estaba más lanzado, le deje seguir y yo me desnude, me acerque a mi mujer y puse mi rabo cerca de su boca, cuando noto mi rabo se lo metió en su dulce boca y con cuantas ganas esa vez me la chupaba, nunca lo había hecho con tantas ganas. Xavi miraba como me la chupaba y sus ojos querían lo mismo, no lo podía disimular. Dejo de meter mano y se empezó a desnudar, me cambié de sitio y me fui a comerle el bollo, bizcocho, nombres cursis que utilizaba mi mujer o a comerme ese coño insaciable.

Empecé a comérselo y ya no había protestas, casi se escurría de la silla, porque se echó para adelante para que pudiera hacerlo mejor. Vi desnudo a Xavi y me llevé tal impresión que me tuve que parar. Menudo trasto que se gastaba el jovenzuelo madre mía. Se acercó a la boca de Pilar y aunque no lo podía ver seguro que se estaría relamiendo al notar semejante bicharraco en su boca. Con lo menudita que era Pilar ese tío la atravesaría. Un poco bruto si era porque le saco un par de arcadas a mi mujer. Pilar me pedía que soltase sus manos, seguro que quería agarrar ese pedazo de carne dura.

Pilar se corta mucho y es muy difícil sacarle todo lo que siente en esos momentos. Tuvo un orgasmo riquísimo lo pude notar, fue largo e intento. Me fui a comer uno de esos pezones que eran como bellotas, oscuros, duros y pronunciados. Xavi se puso con el otro, se los comíamos sin respirar. Pilar entre sollozos y gemidos me pedía que la soltase, no la escuchaba. La devorábamos todo su cuerpo y no aguantaba más, cuando estábamos los dos solos y se ponía al máximo provocaba que la penetrara, ahora le sucedía lo mismo estaba necesitaba de que un rabo la follara. Se hacia la dura no pedía nada, se limitaba a dejarse hacer, sabía que eso no sería por mucho. Quien lo estropeo un poco fue Xavi, que dijo, ya es hora de que nos follemos a esta puta, que lo está deseando. Me quede callado por saber la reacción de Pilar, su única reacción era deshacerse de gusto. Tienes razón Xavi tenemos que follarnos a esta puta, pero antes nos lo tendrá que pedir. Pilar sigue resistiéndose hasta que no pudiéndose aguantarse más, nos pidió que se lo hiciéramos los dos a la vez. La seguimos ignorando hasta que nos dijo que la folláramos. La levantamos en volandas y la llevamos hasta la cama. Le quite las esposas y ella se quitó el antifaz, miro a Xavi y yo me coloque en la cama, se besaron y luego se vino hacia donde estaba yo y se clavó mi rabo, se movía provocando a Xavi. Ella le miro le dijo que se pusiera un condón y que se pusiera por detrás.

Mi mujer y yo follábamos esperando a que Xavi estuviera preparado, me miraba con intensidad nunca la había visto tan puta. Xavi dudando nos dijo que no sabía si por detrás sería capaz de aguantarlo Pilar. Mi mujer me miro sonrió con mucho vicio y dijo con toda chulería, provocando, menos hablar y más hacer, que no tenemos toda la noche. Xavi ya no dijo nada más se puso detrás de mi mujer, esta se paró y no me perdía las expresiones de su cara. Hasta que me miro y con cara de orgullo me di cuenta de que se la había metido toda. Nos costaba encontrar el movimiento adecuado, se notaba nuestra inexperiencia en esas lides. Mi mujer me dijo que yo me estuviera quieto y a Xavi le dijo que no parase. Podía notar con toda perfección el rabo de Xavi entrando y saliendo, el roce se notaba.

Todo se puso al máximo, cuando Xavi decía, que había deseado mucho follarse el culo de la puta de mi mujer, que es una provocadora y me decía que destrozaría a cualquier hombre, que menuda fiera y no se equivocaba. Pilar se ponía al borde del orgasmo oyendo todo lo que Xavi le decía. Por cómo me miraba sabía que empezaba a tener otro orgasmo y tuvo dos más seguidos, lo que nunca le había pasado. Luego me corrí yo dentro de ella y ella tuvo un nuevo orgasmo junto a la corrida de Xavi. Lo curioso es que Xavi una vez que se corrió se levantó, se quitó el condón lo anudo, se vistió y sin esperarse a mas recogió su condón y se fue dándonos las buenas noches, diciéndonos que, si algún día queríamos algo, estaba en la puerta de enfrente.

PD:

Sé que mucha gente y sobre todo muchos hombres no lo entenderán, algo que me da igual, así que con las críticas por el contenido me causarán el mismo efecto. Emails, ahorrarse el mandármelos los que quieran hacer un trio o cosas parecidas, los que sean para decir que no me entienden, etc. Solo contestare a aquellos que estén en mí misma situación o a aquellos que ya lo hayan experimentado o estén a punto y quieran compartir dudas, experiencias… y sin ser borde, al resto de curiosos que lo hagan por medio del apartado de comentarios del relato.