También me termine por follar a mi propia hija

(Primera vez con mi hija)

Los matrimonios muy jóvenes, generalmente están condenados al fracaso, mas aun cuando estos son bajo la presión de un embarazo adolescente, si bien no es mi caso, porque mi novia era una mujer joven pero adulta de 25 años, la inmadurez y poca experiencia de mis 18 años, me llevo a lo mismo, la responsabilidad y presión de un embarazo inesperado. Fue un matrimonio accidentado, donde el sexo nos mantenía unidos, pero luego de la eyaculación, no nos soportábamos.

Tuvimos una hija. Ella tenia un varoncito de su anterior matrimonio.

Cuando se produjo el divorcio, mi hija estaba cerca, no la volví a ver y desconocía su paradero.

Su Abuela materna nunca quiso darme su paradero.

Por mas esfuerzos que hice, hasta con publicaciones de prensa en mi país, Venezuela, Perú y México, donde suponía podía estar, nunca me llegaron informes reales para lograr su localización, hasta que supe con datos no muy confiables que vivían en la USA.

Perdí la esperanza de volver a verla. En mi mente tenia congelada su bella imagen de la adolescente un poco entradita en carnes, graciosa de rostro bello y extremadamente amorosa.

Por varias circunstancias, traslade mi residencia y los negocios a una ciudad situada a 300 kilómetros al sur de la Capital. El recuerdo de mi hija jamás me abandono.

Un día me llama al teléfono mi hermana y con un tono voz que desconocía en ella, me dice:

– Amor, si no estas sentado, hazlo, te tengo una noticia que te va a desmayar…

Pense que era una broma, pues acostumbraba a tomarme el pelo de vez en cuando, le respondí:

-Ya me sente, cuéntame mi amor…

Hubo un silencio desesperante de algunos segundos, en los que mi cerebro estaba a punto de estallar procesando mil ideas.

Rompió este desesperante silencio y dijo:

-Amor, tu hija llamo a casa, pregunto por ti, muy cariñosa, esta viviendo en Phoenix y viene a visitarte especialmente, llega en tres días.

Quedo en volverme a llamar mañana para saber tu opinión, teme que no la quieras ver…

Me quede helado…

Cuando logre recuperarme del impacto de esta inesperada noticia, pregunté:

-¿Como te localizo?. ¿Que dijo? ¿Desde cuando vive en la USA? Han pasado 15 años. ¿Que mas dijo?. Cuéntame…

Escuche su melodiosa risa y respondió:

– Le pregunte lo mismo mi amor, pero me dijo que cuando te vea podrás preguntarle lo que desees, que te ama y quiere verte pronto…

Prepárate, llega el viernes a las 5 pm de la tarde…Voy a organizar una cena para compartir y festejar este feliz reencuentro. ¿Te parece?

Casi vuelto un zombi le conteste:

– Si amor, saldré el viernes al medio día para estar a tiempo en el Aeropuerto. Si sabes algo mas me avisas por favor…

Esa noche casi no pude dormir de la emoción. Me cuestionaba: ¿Como estará? ¿La Reconoceré?. ¿Me reconocerá? ¿Que habrá pasado que nunca la pude localizar? ¿Mantendrá su sentimiento de amor filial al verme? ¿Como reaccionare al verla?. ¿Como deberé actuar?…

Bueno, miles de preguntas revoloteaban en mi cabeza.

Al filo del medio día, mi hermana llamó para decirme que habló con mi hija. Me dijo que estaba muy emocionada, que estará en el país 5 días.

Le ofrecí se hospede en mi casa, me agradeció y como buena «gringa» organizada, me dijo, que cuando llegue se alojara donde su Abuela materna, porque le trae unos paquetes que le envía su madre…

Que quiere pasar al menos 4 días contigo el ultimo día lo pasara con todos nosotros, ahí si llegará a mi casa y se regresara a la USA…

Llego el día, salí de mi casa a las 10 de la mañana, se hacen 4 horas hasta la Capital pero quería evitar cualquier imprevisto, llegue donde mi hermana, verlas a ella y a mi madre, siempre me emociona, nos abrazamos fuerte y los besos en las comisuras de los labios que ya se habían hecho costumbre cuando estábamos los tres.

Habían preparado el almuerzo que las dos saben me gusta y empezamos a especular sobre la llegada de mi hija. A las 3:30 pm salimos los tres hacia el Aeropuerto para recibirla.

La espera se hizo angustiosa. La gente salía y salía por arribo internacional, pero nadie se parecía a mi hija.

De pronto la imagen de una hermosa mujer, vestida elegantemente, chaqueta de piel, jean apretado al cuerpo, camisa blanca de cuello rígido, una bufanda de colores, cabello lacio, obscuro, suelto, con una clase notoria al caminar, hizo su aparición en el arco de salida.

Se detuvo por un momento, movió la cabeza buscando a alguien, fijo sus ojos en mi, camino rápido, halando su maleta, alzo el brazo agitándolo… ¡¡Era mi hija!!!!!…

Se lanzo a mi cuello en un abrazo eterno y exclamo:

– ¡¡Papa!!!. Estas igual, bello, guapo, te adoro…

Luego abrazó a mi madre a mi hermana, las beso, se notaba muy emocionada, los cuatro nos fundimos en un abrazo y no pudimos impedir que las lagrimas hagan su abundante aparición rodando por nuestras mejillas.

Ya en la noche en casa de mi hermana todo era algarabía…Se sentía un ambiente alegre como si nunca hubiese existido esta prolongada ausencia.

Mis hermanas, mi Cuñado, mis sobrinos, mi madre…

Nadie topo el tema de la separación. En un momento de la noche mi hija me dice:

– Papa, se que tienes muchas inquietudes y necesitas respuestas. Te agradezco a ti y a todos que no las hayan hecho y que me hayan permitido disfrutar de este ambiente familiar que nunca lo espere y jamás lo he vivido. Cuando llegue la hora de terminar la reunión, quiero que me dejes donde mi otra abuela y mañana sobre las 10 am pases a recogerme para irnos a tu casa. Ahí tendremos todo el tiempo para conversar… mi tía me comento que vives solo por lo que tendremos todo el tiempo del mundo para conversar sin interrupciones…

Tome la dirección y al día siguiente a la hora convenida, pase a buscarla.

Me indignaba saber que la Abuela siempre supo donde podía localizar a mi hija y perversamente lo ocultó.

Mi hija estaba pendiente, salió inmediatamente con sus maletas.

Nos dimos un «pico» en los labios igual como lo hacíamos cuando era pequeña y adolescente, cosa que a su madre le indignaba, pero era nuestra forma de expresar cariño y no había malicia en ello.

Emprendimos el viaje de mas de 3 horas hasta la ciudad donde vivía. Tenia un Jeep automático por lo que casi todo el tiempo íbamos tomados de la mano de rato en rato mi hija apoyaba su cabeza en mi hombro como demostración de cariño.

Llegamos a mi casa alrededor de las 3 p.m le instale el que seria su dormitorio y tanto ella como yo coincidimos que los dos tomaríamos una ducha y después nos reuniríamos pues los dos estábamos ansiosos por conversar.

A las 4 pm mas o menos nos encontramos en la sala, le pregunte si deseaba un whisky, vino o algo de tomar. Me dijo que un whisky estaría bien, pues lo necesitaba para lo que tenia que contarme.

Nos sentamos en el comedor, uno frente al otro y empezó:

– Papa quiero que sepas que por sobre todas las cosas te amo y me has hecho mucha falta en estos años.

Lo que hizo mi madre es imperdonable, pero yo no tenia forma de impedirlo por mi edad cuando me arranco de tu lado.

Cuando me hice mayor de edad, trate por todos los medios de encontrarte, pero me fue imposible, mi Abuela me asevero que sabia vivías en algún país de Europa y que desconocía donde.

Hace un mes conocí a un compatriota nuestro, me ofreció una guía telefónica y empecé a llamar a todas las personas con tu apellido paterno y materno.

Debo haber hecho unas 200 llamadas antes de dar con el numero de mi tía. La llame y este es el feliz resultado.

La escuchaba con mucha atención a la vez que me solazaba admirando su belleza.

Tenia la contextura física y los ademanes de mi hermana, y el color de piel de su madre… Prosiguió:

– No quisiera papa que topemos en este momento las causas de la «huida» de mi madre.

Si estas de acuerdo, quiero hacerte confesiones mías de cuando vivíamos contigo y que, me dejes concluir todo lo que debo decirte y luego veremos que es lo que piensas. ¿Te parece papa?.

Estaba como hipnotizado escuchándola, así que únicamente le respondí:

– Si mi amor, continua, no te interrumpiré hasta que concluyas…

Se froto las manos, apuro su vaso de whisky, estaba sumamente nerviosa, finalmente aspiro profundamente y empezó:

– Quiero decirte papa que ante todo eres mi ídolo, mi referente, mi todo. Un padre que era la envidia de mis amigas y por el que siempre sentí un orgullo superlativo. Nunca olvido cuando me llego mi primera regla y me convertí en señorita, te lo conté, me abrazaste, me besaste, me alzaste, me diste vueltas, me llevaste a tomar helados y dijiste, ni niña se esta haciendo mujer…

Dos lagrimas rodaron por sus mejillas, puse mi mano sobre la suya y le di un beso en la frente…

Prosiguió:

– Lo que tengo que decirte me ha atormentado toda la vida, no se como lo vayas a tomar, pero también se que si no te lo digo, nunca podre liberarme, me he sentido como mujer, una basura, degenerada, perversa, indigna y solo contándote, cualquiera sea tu reacción me sentiré libre al fin.

Quise opinar, pero me puso un dedo en los labios, pidiéndome silencio y continuó…

Aspiro profundamente y se lanzo al ruedo:

– Una vez, cuando aún era puber, no podía dormir y me dieron ganas de salir al jardín a pesar del frio.

Vi la luz del dormitorio de ustedes encendida, me dio curiosidad y me acerqué, la cortina estaba un poco corrida y espié, mi sorpresa fue enorme, casi me caigo, estaban haciendo el amor, tenias a mi madre en cuatro, ella mordía las sabanas desesperada y tu le dabas nalgadas fuertes mientras le hacías, me asuste y corrí a mi habitación al principio hasta pensé que la estabas matando…

Soltó una bella carcajada y acaricio mi mano….

Continuó:

– Esa noche fue terrible no pude dormir, sabia que estaban teniendo sexo, pero nunca me imaginé verlos, no podía asimilar lo que había visto.

Lo mas inquietante fue que sentía como mi vagina latía y al tocarme estaba mojada. Nunca había tenido esa sensación, me asuste. Fui al Colegio y no dejaba de pensar en lo que vi…

Llegó el sábado y le dije a mi madre que me dolía el estomago que ese día no iría a las compras con ella y mi hermano.

Tenia pensado, con la confianza que te tenia, que me explicaras lo que vi, en definitiva que despejaras mi inquietud…

Se fueron… entré a tu dormitorio… dormías profundamente…

Te moví varias veces, pero no hubo manera, al contrario te diste la vuelta y quedaste semi descubierto…

Ante mis ojos perplejos, quedo tu pene a media erección, estabas completamente desnudo, te cubrí asustada, pero luego te destape nuevamente, nunca había visto en vivo un pene, solo en libros de anatomía…

Perplejo la escuchaba sin saber que decir, pensando en la imprudencia de los padres al no tomar precauciones.

Continuó:

– Noté como mi vagina se mojaba, el corazón me latía a ritmo acelerado, no sabia que hacer, me gustaba lo que veía, pero eras mi padre y sabia que estaba mal, sin embargo saque fuerzas no se de donde, tome las frazadas con la una mano y con la otra tome tu pene… Fue una sensación impresionante, la respiración me empezó a faltar, pensaba, cual seria tu reacción si te despertabas…Ya no me importo nada, lo apreté suavemente, estaba caliente, y tu ni te movías…

Sonrió con picardía y continuó: ¿Sigo? Estas colorado.

Asentí con mi cabeza…

– Ahora como mujer entiendo que todo lo que sentía era excitación, pero entonces aún era una niña…

No podía mas, quería sentir ese pene cerca de mi, recordé como le hacías a mi madre y pensaba que yo quería que me lo hagas a mi.

Perdí el pudor, el temor al pecado, odiaba a mi madre, ya no me importaba nada, me saqué los pantys y me recosté a tu lado de espaldas a ti, me pegue a tu pene, abrí un poco las piernas, metí mi mano entre mis piernas hasta encontrar tu pene y lo coloque en medio de mi vagina…

Estaba absorto, no sabia que hacer ni que decir, como le había prometido esperar hasta que termine, callé…

Mi hija como que disfrutaba de estos recuerdos… Continuó…

– Sentir el calor de tu enorme y caliente pene me provoco despertarte y que me destroces como lo hacías con mi madre, pero sabia que lo mas seguro es que me reprenderías y la bella relación que teníamos como padre e hija, se rompería, así que en mi mente pensé que lo mejor era disfrutarte así mientras pudiera, pero me hacia ilusiones de que te despiertes y me poseas…

Ya para este momento mi pene pegaba saltos y mi hija lo sabia pues me lo había acomodado varias veces, ella sonreía con picardía, empecé a verla como mas como mujer y a imaginar su relato.

Prosiguió…

– Mi vida se altero prematuramente desde ese día. Todas las noches, especialmente los jueves y viernes, salía al jardín a espiarles…

Durante el día entraba a tu dormitorio y dejaba una esquina de las cortinas abierta para verles mejor.

Aprendí a acariciarme y disfrutar de ese delicioso placer imaginándote a ti entre mis piernas…

Yo transpiraba…

Mi garganta se ponía seca a cada momento…

De rato en rato apuraba un sorbo de whisky…

No sabia que pensar…

Mi deseo por mi hija se iba acrecentando, pero a la vez me estremecía de culpa al saber que una imprudencia le alteró la vida siendo a penas una púber.

Continuó:

– Las cosas entre ustedes iban cada vez peor, tenian peleas a diario, y te confieso, en mi afiebrada cabecita me alegraba porque pensaba que si se separaban, yo me quedaría contigo y en algún momento tendrías que hacerme tu mujer y yo iba a tratar de que así fuera…

La voz de mi hija no se sentía entrecortada ni nerviosa, alcanzo firmeza, parecía que disfrutaba con sus recuerdos, de rato en rato tomaba un sorbo y ya nos habíamos tomado como tres vasos.

Le hice un gesto con la mano para que parase un momento, fui a mi habitación y traje una foto suya, que fue la única que pude conservar, cuando ella tenia la edad de que me estaba hablando , la miró detenidamente y continuó:

– Papá en esta foto, si bien soy una niña en edad, pero de cuerpo soy una mujer, ahora creo que si te hubieras despertado y me sentías desnuda a tu lado con tu pene entre mis piernas, me habrías poseído, estaba buena… Sonrió….

Hice un gesto con la cabeza mas de desaprobación, pero en mi interior dudaba, si en verdad habría poseído a mi tierna niña en aquel entonces, a esa edad era un poco entradita en carnes pero bien formada, la gente que la veía pasado un tiempo, siempre exclamaba: «Pero si esta hecha una mujer, no parece la edad que tiene!!!!».

MI hija continuó:

-Papá, esto lo hice por casi un año una vez al mes.

Cada tres semanas tenias reunión de tu Asociación y te tomabas un par de tragos, descubrí que ahí podía hacer lo que quisiera contigo porque no movías ni un musculo, ya no necesitaba poner mas pretextos, mi madre, me decía, que me quede contigo por si necesitabas algo, perdí totalmente el temor, estaba dispuesta a lo que pase si llegabas a despertarte, mi audacia se hizo mas incontrolable, ya no solo ponía tu pene entre mis piernas, me desnudaba, me pegaba a ti y pasaba muchos minutos, moviéndome muy despacio, terminaba totalmente empapada con mis ansias.

Creo que tenia orgasmos, tu pene, amanecía casi siempre muy erecto por lo que en mas de una vez me lo metí en la boca y lo chupe con pasion…

Yo en esos momentos tenia una confusión de sentimientos, emociones y sensaciones a momentos deseaba intensamente a mi hija y en otros me conmovía su relato.

Continuó:

– Cuando esa mañana nos llamasteis a mi hermano y a mi para decirnos que habían decidido divorciarse, el mundo se me vino encima, no por la separación, ustedes se llevaban mal, mi madre todo lo arreglaba a golpes especialmente conmigo, era porque te perdería, yo me había enamorado de ti como hombre, reconocía la paternidad y eso me excitaba mas.

Si lo recuerdas papa, arme un berrinche de proporciones, finalmente le dije a mi madre que yo me quedaría contigo, ella no quiso ni oír, y me decepciono cuando tu dijiste que eso seria lo mejor…

Recordé el evento de aquel día…

Mi hija gritaba, lloraba, maldecía, no quería irse con su madre, tenia entonces 18 años, pero ni de lejos pensé que era por lo que había estado sucediendo entre ella y yo, excitante situación de la que siempre estuve ajeno hasta este momento y que me tenia excitado, con la boca abierta y anonadado.

Mi hija continuó:

– No quisiera papa contarte lo que vino luego del divorcio y nuestra estancia en Phoenix, Pero debo hacerlo, así lo comprenderás y solo quedaran nuestros recuerdos.

Mi indignación fue mayúscula, cuando al llegar a la USA nos recibió un señor mayor.

Resulta que era el primer esposo de mi madre. Ellos en el proceso de divorcio ya se habían puesto de acuerdo para llegar donde el…

Es el papa de mi hermano, pero no mío, odié a mi madre por su deslealtad, por eso fue que me oculto de ti por 15 años.

A ese señor jamás le di ni un beso en la mejilla, no lo soportaba, me parecía un ser bajo, ruin, un proxeneta con el autoestima por los suelos…

La cabeza se me quería reventar de la indignación, esta mujer podía hacer de su vida un trapo, pero no tenia derecho a hacernos lo que nos hizo a mi hija y a mi, el divorcio, pensé, fue de común acuerdo y civilizado, mi hija tenia razón, fue un acto rastrero, miserable e innecesario, iba a comentar, pero mi hija nuevamente puso la mano en mi boca y prosiguió:

– Papa, no le pongas mente a eso, solo piensa por un momento, como me he sentido yo durante quince años, avergonzada por amarte, desearte por todo lo que hice sin que lo sepas ni lo sientas, ya adulta, me he sentido una basura, porque di rienda suelta a mis sentimientos e instintos sin tu saberlo, eres mi padre y ahora solo quiero saber seis cosas papá…

Me miro a los ojos largamente, suspiraba, sus ojos estaban húmedos por las lagrimas que se negaban a salir, aspiro fuerte y prosiguió:

1) En verdad nunca me sentiste?

2) Te incomoda mi relato?

3) Crees que mis deseos de púber, fueron reprochables?

4) Si te hubieras despertado me habrías poseído?

5) Después de escucharme, ya adulta, me harías el amor, sabiendo que te amo y que aun te deseo?

6) Me harías tu mujer en secreto?

Respóndeme papa en una sola palabra, no quiero que lo razones en este momento quizás comprendas el porque deseo tus respuestas de esta manera. ¿Si papa?.

La mire con un amor infinito, me extasié en su hermoso rostro, me acerque, le di un beso suave en la comisura de sus labios, mi hija cerro los ojos, estaba temblorosa, tome sus manos y le respondí:

– No te razonare mi amor, pero lo que si quiero que sepas antes de responderte en monosílabos es que te amo mas que antes… Y mis respuestas a tus preguntas son estas :

A la 1) No.

A la 2) No.

A la 3)No.

A la 4) No.

A la 5) Si

y a la 6) Si, hasta el ultimo día de mi vida…

Abrió sus ojos, esbozo una amplia y hermosa sonrisa, se lanzo a mi cuello y me lleno el rostro con sus besos, se detuvo, nos miramos a los ojos, nos fundimos en un largo y apasionado beso, luego otro y otro y otro…

Las caricias se hicieron mas intensas, irreverentes, desesperadas…

Los dos jadeábamos de excitación…

Se detuvo, puso suavemente la mano sobre mi pecho y dijo:

– En tu cama papa, quiero embriagarme con tu aroma, amarte en el lugar donde duermes, donde sueñas, donde te desvelas, donde te dejare mi aroma, mis deseos y mis recuerdos. Llévame papá…

Subimos lentamente, abrazados, su cabecita sobre mi hombro…

De pie frente a la cama, hicimos caer sin prisa, todas nuestras prendas hasta quedar completamente desnudos, la recosté suavemente, encogió ligeramente su piernas, cerro sus ojos, abrió sus brazos, de rodillas junto a ella, me extasié, admire su bello cuerpo, su hermoso rostro, sus excitados y exuberantes senos, su vientre plano, su apretada cintura, su divino rincón del amor con su bello púbico corto y bien cuidado, sus magníficos muslos, sus pies perfectos.

Mi hija, mi adoración, mi mujer, haría lo imposible por borrar sus recuerdos ingratos. Merecía todo el amor del que sea capaz, moriría en ella si era necesario.

Bese su rostro, me eternice en su boca, su oídos, su cuello, acariciaba sus senos, su excitación y la mía aumentaba, la respiración se hacia difícil, introduje sus pezones en mi boca, me detuve en su vientre, mi hija intuyo las intenciones de mi amor y mis deseos, abrió sus piernas, hasta dejar expuesto su maravilloso nido de amor, su labios rosados, su entrada al éxtasis brillando de humedad, contrayéndose de deseo.

Me sumergí entre sus muslos, busque su semilla, empecé el religioso ritual del amor con la niña de mis recuerdos y con la mujer de mi realidad…

Apretó sus muslos, y con una larga exclamación de placer intenso, deposito en mi boca el chorro de sus ansias represadas, reprimidas.

Empapé mi rostro en ellas. Se relajó, jadeante, con la respiración entrecortada, sus senos agitados…

Entreabrió sus ojos y en un susurro me dijo:

– Ven papa, no esperes mas, te espere 15 años, ven, entra en mi, lléname con tu vida…

Lentamente fui ingresando en ella, elevaba su pubis, movía su cabeza de lado a lado, sus manos se crispaban aruñando las sabanas, hasta que mi sexo desapareció por completo dentro de ella.

Empecé a entrar y salir de ella, sus movimientos y los míos se iban acelerando… Susurró entrecortada:

– No pares papa, lléname de ti, no pares, toma mi vida…tómame…tómame…..tomameeee….te amoooooo!!!!!!!!

Al mismo tiempo le susurre entrecortado al borde de la asfixia:

– Recíbeme mi amor….recíbeme mi mujercita adorada… recibemeeeee….te adoroooo!!!!!!!.

Bello, intenso, sublime…

Buffff… Cuanto la amaba… Y la seguiría amando mas y mas hasta mi ultimo aliento de vida…

Pasamos juntos tres días amándonos y consintiéndonos como si cada vez fuera la primera o la ultima vez…

Nuestros recuerdos y nuestro amor nos mantienen siempre unidos a pesar de la distancia…

Espero con ansias el ultimo día de diciembre de cada año para volver a estar con ella… Dentro de ella…

Porque ella vive en mi….

Esta maravillosa relación la llevamos manteniendo durante los ultimos 5 años y cada vez que nos encontramos, despues de un año deseandonos, lo vivimos con la misma pasion y el mismo amor que la primera vez…

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Aclaraciones finales…

Mi madre y mi hermana viven en la capital y yo en el centro del país, a 300 km. Mi hija en Phoenix-USA.

Mi hermana sabe desde el principio lo de mi relacion con mi madre y también lo de mi relación con mi hija…

Ella siempre sospechó lo de mi madre antes de que pasara lo nuestro y lo de mi hija le pareció obvio después de tantos años de ausencia, el mujeron en el que se había convertido y la forma como dice me miraba durante la primera noche que nos encontramos.

Recientemente acordé con mi hermana que le contara a mi madre lo nuestro porque mi intención era que se vinieran a vivir conmigo y en esa situación, los tres lo teniamos que saberlo todo…

Cuando asi lo hizo, mi madre la dijo que ella ya se lo imaginaba desde que nos pilló en la cocina el dia de su cumpleaños…

(La primera noche que estuvimos juntos con mi hermana en el cumpleaños de mi madre, ella entro en la cocina cuando yo estaba apretado a las nalgas de mi hermana punteándola y estaba a punto de besarla en el cuello, nos vio y disimuló. Se dio cuenta.)

Y la manifestó que ella sintió que por el sufrimiento que pasaba mi hermana, que mejor, que se alivie en todos los sentido de la tortura y maltrato del que era victima por parte de su Esposo. Y que en vez de que caiga en su desesperación en manos de un extraño, mejor que lo haya hecho conmigo y que sigamos juntos, que eso le dio valor para divorciarse y ubicarse profesionalmente. Que ella siempre lo sospecho y que se alegra que ahora lo haya confirmado.

Sobre mi hija, dice mi hermana que no se atrevió a contarle, pero que intuye que mi madre también lo sospecha. Pero que quizás mas adelante yo o ella deberíamos también contarle o confirmarle. Pero que por el momento no es oportuno.

Sobre de que vivan conmigo. A mi madre le encanto la idea. Ella vendrá a radicarse ya aquí a finales de abril y mi hermana a finales de junio porque esta terminando un proyecto.

Le dijo que eso debimos haberlo pensado en cuanto mi hermana se divorcio de su marido, pero que faltó por ella también, pues debió habernos dicho que sabia que mi hermana y yo teníamos relaciones.

El saber que pronto viviré con mi madre y con mi hermana, me llena de emoción. Pero pienso que he desarrollado una parafilia con mi madre. La deseo frenéticamente a pesar de su edad, no se si es el amor intenso que le tengo o mientras mas le pasan los años mas la deseo.

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En cuanto a lo de tu madre, puedes tener una parafilia que consiste en la atracción por personas mayores, pero en tu caso yo creo que no es eso, porque tu has sentido atracción por tu madre desde siempre…

Yo creo que más bien es un «complejo de edipo» culminado…

La agradable sensación que debes sentir de ver satisfecho tu endémico deseo por ella, cada vez que la tienes entre tus brazos, cada vez que estás dentro de ella y sobretodo, cada vez que inundas sus entrañas con tu calor…

Es como si volvieras una y otra vez al lugar donde te tuvo durante nueve meses…

Debe ser una sensación muy especial… Única…

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