Sentada y atada, entre gritos y quejas, de esta forma viole a mi pareja

Con mi pareja decidimos pasar estas vacaciones en argentina, llevábamos quince años juntos y era un viaje especial sin los niños, somos de Madrid y siempre fue algo que queríamos realizar.

Llegamos a ese hermoso país y recorrimos mucho, fuimos a los glaciares, a las cataratas, cada lugar que visitábamos nos encantaba, fue así que estando en buenos aires, caminábamos por la calle florida, la misma es solo para peatones, hay muchos negocios, y Amaia no cesaba de hacer compras, los euros nos favorecían.

De pronto se acercó una joven que ofrecía lugares turísticos y entre ellos nos habló muy bien de las Islas de Tigre, había unas hermosas cabañas, el lugar era paradisiaco, solitario pero con todas las comodidades, nos entusiasmó la idea y fuimos al local que las publicitaba y decidimos alquilar una por tres días.

Nos pasaron a buscar por el hotel y nos llevaron al Tigre una bonita ciudad la cual estaba bañada por un rio y del mismo salían infinidad de lanchas particulares y de transporte de pasajeros.

Nos dejaron en la parada que salía nuestra lancha camino a la cabaña, muy similar a la parada de buses, se las llamaba lanchas colectivas, ya que llevaban pasajeros a las distintas islas y como había muchos ríos, cada una tenía su recorrido. A medida que navegábamos, se veían islas y cabañas, la mayoría solitarias ya que la gente solía venir a fines de semana y estábamos a miércoles.

Después de navegar una hora llegamos al lugar, la lancha aminoro su marcha, las islas cercanas no daban signos de que alguien estuviese en ellas.

Paramos en el muelle, al costado del mismo había una pequeña playa para tomar sol o bañarse. La cabaña estaba hecha a cierta altura debido a que cuando subía el rio en época de inundaciones, estando elevada no entraría el agua en ella, era muy acogedora y romántica, tenía dos habitaciones, un salón para comer y cocinar, una baño muy completo con agua fría y caliente, como no había gas se alimentaba de una garrafa o bambola como la llamamos en España, una parrilla para hacer un buen asado, reposeras, y un hermoso muelle para para pescar.

Ya instalados, y estando tomando sol, paso como nos habían informado la lancha almacén, le hicimos señas y se detuvo, compramos provisiones para los tres días aunque nos había dicho que a la tarde pasarían de nuevo cuando ya volviesen del recorrido.

El lugar era un paraíso, luego de almorzar una comida rápida, habíamos quedado en hacer un parrillada al día siguiente, ya teníamos la carne comprada, nos sentamos en las reposeras a tomar sol, yo estaba muy caliente, la soledad del lugar nos permitiría disfrutar a pleno, ella estaba sin la parte de arriba de su bañador, luciendo sus pechos. Me acerque a Amaia, puse mis manos sobre ellos presionando sus pezones, ella me dijo:

– Hector te he dicho que estos días no estoy con muchos deseos de follar

– Lo sé, te lo he escuchado varias veces pero bien sabes que estar así de vacaciones sin los niños me pone muy caliente.

– Bueno pero hoy no será posible

No quise decirle nada mas pero sobre mi cabeza rondaba una idea, necesitaba un escarmiento, me puse a recorrer los lugares de la isla, me encontré con una pequeña casucha en la que guardaban los elementos para mantener todo bien, cortadora de césped, herramientas. Entre ellas encontré lo que buscaba, un par de sogas, se adaptaban muy bien a mis pensamientos.

Subí a la cabaña, entre a la habitación que habíamos elegido para dormir, vi que la cama se adaptaba para mis deseos, coloque una soga en la cabecera de tal forma que quedara a ambos lados un extremo , igualmente a los pies, la deje a escondidas, esperando nos fuésemos a acostar por la noche

Transcurrió el día, sin nada importante, cenamos unos sándwiches, Amaia se ducho, y se acostó

Yo también lo hice, luego me fui a la cama decidido a llevar a cabo mis pensamientos, volví a la carga ella estaba recostada de lado, me puse detrás de ella y empecé a acariciar su espalda, bajando una mano hacia su culo y la otra hacia adelante para tocar sus pechos, ella saco mi mano de ellos y dijo:

– Héctor parece que no recuerdas lo que dije hoy

– Si, lo recuerdo, pero más recordaras tu esta noche

Me monte sobre ella y su cuerpo se volteo quedando boca abajo, estirando mi mano tome una punta de la soga y su mano, la cual comencé a atar, quiso zafarse y comenzó a gritar:

– BASTA., suéltame que pretendes

Yo sin hacer caso ate su otra mano sin dejarla reaccionar, pegue un salto tome la soga y ate una de sus piernas, ella pataleaba, gritaba, pero nadie la escucharía , la isla era un lugar solitario, un lugar perfecto para mis planes, ate su otra pierna, y así quedo con sus manos y piernas abiertas, pero ya sin hablar, ni gritar, seguro se pensaría que me volví loco, y no se equivocaba, esto no era un juego, yo estaba enloquecido luego que en 10 días que llevábamos de paseo, siempre habían sido excusas para no follar, hace un tiempo que se hacía rogar, pero en este viaje ya fue de lo peor, negada totalmente

La deje allí atada y me senté a mirarla, ya estaba a mi merced, nada podría hacer, cada tanto volvía a quejarse y a gritos decía

– Déjame libre DEGENERADO, ya pagaras cuando me liberes SUELTAME YAAAAAA eres un HIJO DE PUTA

– Y tú que eres, que en 10 días te venís negando a follar

– Pues yo follo cuando tengo ganas SUELTAME

– Pues que casualidad hoy yo follare con ganas

Fui hasta la cocina y tome un cuchillo me acerque a la cama y ella tenía la cabeza de lado y me miro con sus ojos desorbitados

– Que me quieres hacer SOCORRO

Nadie podía oír, yo sonreí y con el cuchillo corte el camisón que llevaba puesto quedando su cuerpo al desnudo, su espalda a la vista y un buen culo parado, corte la tanga que lo cubría, si bien tenía 36 años y sin ir al gym su culo se mantenía muy bien, unas hermosas nalgas que pedían a grito ser sodomizadas.

Salí de la casa tranquilo ya que ella no podría desatarse, la noche estaba hermosa, iluminada por la luna, todo era silencio, sabía que había unas ramas que había visto a la tarde, busque una larga y derecha, ya no tenía hojas se habían secado, entre nuevamente y me decidí a darle su castigo, con mucho esfuerzo puse una almohada debajo de su estómago, el culo quedo más parado, tome una toalla la moje y la puse sobre sus nalgas para no dejar marcas y comencé a fustigarla con la vara de a cinco golpes en cada lado,

Cada golpe era un grito

– Déjame HIJO DE PUTA, ME LAS PAGARAS, AYYY, NOOO, NOO , DETENTE

Luego de castigarla un rato, levante la toalla, las nalgas estaban rojas pero no había marcas, ella se retorcía, me arrodille en la cama, sus piernas estaban bien abiertas, mi polla estaba muy dura, apunte y sin mediar de un solo golpe la metí en su culo

– AAAAAAAYYYYYY que me haces, déjame, me rompes el culo, siento que me desgarras, SACALAAA

Mi polla entraba y salía, note su culo húmedo, entonces la saque mire hacia abajo y vi que estaba manchada de sangre, eso me calentó mucho, la volví a meter con más ganas, hasta que de pronto sentí que acabaría, la saque y me masturbe a la altura de su cabeza dejando caer mi semen por su cabello

No era todavía el momento que ella gozara, deje que se tranquilizara ya que le había roto el culo, busque una cerveza en el refrigerador y me senté en un sillón a saborearla.

Al rato volví ella parecía dormida pero no lo estaba

– Vienes a SOLTARME HIJO DE PUTA

– No , no lo hare ahora me toca gozar con tu coño, y la puta eres tu

Quería calentarla bien antes de metérsela, tome un tubo de un desodorante, era bien grueso, y con una tapa redonda, lo unte en aceite y comencé a jugar con su coño

– Eres un HIJO DE PUTAAAA,

Ella gritaba pero a medida que iba entrando y saliendo, note que se estaba calentando

– AHHHH, AHHHGG, que me haces

Sus gritos ya se iban acercando a un gemido, más que una queja

– Te gusta putita, veo que tus gemidos van aflorando

– No me hagas esto, desátame y hagamos algo tranquilo

– Eso lo hubieses dicho antes, quiero que aprendas quien es tu amo, y te entregues a mí, y no que me dejes muchos días sin follar

Ya el tubo de desodorante cuando salía de su coño se notaba bañado en jugos, me arrodille en la cama y acerque mii polla a su mojado coño, cuando salió el tubo la enterré mi de golpe, ella grito

– ERES UN BESTIAAAA,, NUNCA LO HAS HECHO ASI

– Pues de ahora en más se acabó el tiempo de los permisos, vino el tiempo de la lujuria y del placer

Note que ella si bien se quejaba por mi brusquedad, ya que la estaba violando, le estaba gustando lo que sentía, quizás necesitaba algo así para reaccionar en la cama

Sus jadeos aumentaban, note que estaba por acabar y acelere mis movimientos, mi polla entraba y salía del coño, sentía un charco de jugos en su interior, ahora ella también se movía

– Eres un hijo de puta, te estas saliendo con la tuya, haciéndome gozar

Ya su tono era distinto, si bien se quejaba, no gritaba, de golpe empezó a convulsionarse, en varios orgasmos repetidos, algo que nunca le había pasado, eso hizo que yo explotase y derramase en su interior una gran cantidad de semen

Me recosté a su lado, nos quedamos un buen rato quietos, al fin habíamos gozado como nunca, desate sus piernas y luego sus brazos ya no hizo ademan de alejarse de mí, y nos dormimos

A la mañana desperté sintiendo sus manos sobre mi cuerpo, ella me estaba acariciando, no esperaba esa reacción después de lo sucedido, yo estaba recostado de espaldas, cuando noto que mis ojos habían abierto dijo

– Ahora me toca a mí, se arrodillo en la cama – se puso a horcajadas y su coño quedo sobre mi boca – comételo, saborea los jugos que me has hecho

Empecé a chupar su coño me excito mucho eso, mi polla estaba activa nuevamente, ella lo noto y se corrió hacia abajo montándose sobre ese falo que se había puesto muy duro, sentí como la iba penetrando hasta el fondo, se movía desenfrenada

– Cógeme hijo de puta, demuestra que sigues siendo el amo que fuiste anoche

Como ella estaba montada de frente le di un cachetazo y le dije si soy tu amo, tenía sus tetas ante mí, comencé a cachetearlas como lo había hecho en su rostro, cada vez más fuerte, ella se quejaba entre medio de sus gemidos, había cambiado, como si esa violación la hubiese hecho despertar, fue una follada desenfrenada, me sorprendía mucho su actitud

Llego el momento que los dos explotamos en un orgasmo diferente al que siempre vivíamos, cuando acabamos ella se puso a mi lado, busco mi boca con la suya y me dio un beso muy apasionado y dijo

– Debería denunciarte por lo que me has hecho, pero me hiciste descubrir a otra mujer que había dentro mío, siento que ahora tendrás a esa hembra tan soñada

Nos levantamos y nos bañamos, enjabonándonos mutuamente, limpiando los jugos de esa noche de lujuria

Ese dia junte leña y comimos una rica parrillada. Los dos días que nos quedaban los vivimos apasionadamente, pero con un sexo fuerte, ella había cambiado, descubrió que le gustaba que fuese su amo, me pedía nalgadas y que la castigara con la vara, pero sin la toalla quería sentir esos castigos más fuertemente

Ella paso a ser mi sumisa y yo a ordenarle lo que debía hacer, gozaba de eso, en cierto momento que nos estábamos bañando le pedí que se arrodillara supongo que pensó que le pediría chupase mi polla, pero mi idea era otra comencé a orinar su espalda y luego sus pechos, ella los acariciaba, de repente abrió su boca, sin decir nada yo interprete eso y dirigí el chorro de mi meo hacia allí, mi orín inundo su boca, ella lo saboreo, tomo mi polla y la chupo como nunca lo había hecho, sin detenerse hasta que mi semen inundo su boca, lo saboreaba y cuando acabo mi polla salió limpia de todo fluido

Terminamos el baño, almorzamos y ya por la tarde habíamos preparado la maleta, aun nos faltaban un par de horas para irnos, le dije que recorriéramos un poco la isla había unos añosos arboles la tome de la mano y la acerque a uno que tenía unas raíces salientes,

– Súbete – era como un escalón más alto, como era más baja que yo al estar arriba nuestros labios quedaron a la par, comencé a besarla ella respondía a los mismos.

Mis manos jugaban con sus pechos y todo lo que podían alcanzar, Amaia cada vez respiraba mas fuerte, se había preparado para salir con una falda metí mis manos debajo y corrí la tanga hacia un lado, masajeaba su clítoris notando que mis manos se mojaban se había calentado, saque mi polla y comencé a penetrarla, justo pasaba un yate con una pareja a bordo, aminoraron la marcha y gritaron

– GUAUUUU dale duro, bravo – y siguieron su camino eso nos excito más,

Acabamos en un polvo cariñoso, pero a su vez con un toque de agresividad.

Arreglamos nuestras ropas y ya nos quedamos en el muelle hasta que paso la lancha de pasajeros y le hicimos seña, se acercó y subimos, ya camino a la ciudad, habíamos vivido algo soñado, lo cual cambio nuestras vidas, miramos hacia la cabaña a medida que nos alejábamos, sabíamos que allí había quedado nuestra vieja vida para dar paso a esta ansiada felicidad, nos abrazamos y saludamos despidiéndonos de ese lugar, siempre recordaríamos la fabulosa Isla del Tigre, que nos cambió tanto.

Ella me miro, me abrazo y susurro en mis oídos

– Empieza a pensar en cómo harás para violarme otra vez, quiero volver a sentir lo que vivimos en la isla

Ya les contare lo que paso en Madrid en nuestra segunda experiencia…