Primera vez con otra chica y me gusto más que con un hombre

Ya tengo años de conocer a Paty, hemos sido muy buenas compañeras de trabajo, sabe todo de mí y creí saber todo de ella, es igual de caliente que yo, todo el tiempo le había estado invitando a que hiciera un trío con mi marido y conmigo, siempre se negó, me parecía muy extraño, le gustan los hombres, me decía que mi marido le parece muy galán, se llevan muy bien, pero nunca se animó, me salía que se ofuscaba por ser mi amiga, y el mi marido, total, deje de insistirle, no quería cansarle, me gustaba que pudieramos platicarnos todo a cerca de nuestra vida sexual, además de que la quiero, nos dejamos de ver por temporadas, ya que a veces nos mandan fuera de la ciudad, por diferentes comisiones, ella salió por dos meses, pero al regresar ella yo me tuve que ir, por tres meses, nos hablábamos por teléfono, pero nos extrañabamos mucho, la verdad es que si me afectaba mucho y al coincidir de nuevo era una verdadera felicidad, salíamos a comer, pasábamos todo el día juntas plática y platica.

Despues de una de estas salidas, ella regresó después de un mes, la invite a comer a casa, para ponernos al día, solo ella y yo, podriamos hablar como comadres, por una extraña razón yo decidí, ponerme vestido muy ligero, algo transparente, con una tanga y unas sandalias; ella llegó, muy contenta, nos abrazamos, de verdad me dio mucho gusto verla, ella llevaba unos nenas y una camiseta de tirantes rosa sin nada debajo (hago mención porque ella siempre tiene sus pezones bien paradatos nunca de le bajan).

Estaba de lo más a gusto, plática y platica, comimos, nos fuimos a la cocina, limpiamos todo, nos sentamos en la sala, como las grandes amigas; me dieron ganas de ir al baño, fui, pero cuando regrese me pregunto qué porque me había vestido así, me vi la ropa y le dije: comodo no! Ella solo se levanto, rapidamente me jaló de la cintura y me besó.

Tengo que confesar que ya me había besado con algunas mujeres, quiza pudimos habernos manoseado, chupe algunos pezones, me hicieron lo mismo… pero que ya que una mujer me haga el amor, ufff! Es otra cosa, para empezar, que beso, el mejor de mi vida, me gusta que me toquen, de hecho es lo único en lo que pienso en todo el día, pero lo que ella hacía me calentó en un, dos por tres, me masajeaba los senos no se de qué manera que pareciera que era una terapia de rehabilitación, pero ya para al bajar su mano a mi ya muy húmeda vagina, me rendí a sus deseos, me deje caer al sillón, ya temblaba de lo que me hacía sentir, pero cuando se arrodilló e hizo a un lado mi tanga para comerse mi conchita, yo no hacía más que gritar de placer, que manera de saber qué hacer con esa lengua, no tenía idea que se podían hacer esas cosas, logró hacer que me viniera casi de inmediato, pero no paraba, cosa que agradecí, movía la cabeza de un lado al otro, y otro orgasmo, ahora la cabeza de arriba a abajo, otro orgasmo, se ayudaba con su dedo dentro de mi, otro más, perdí la cuenta, de verdad me hacía aullar de placer, pero por un momento no entendí, que estaba pasando, pero no quería que parara, le dije Paty, por qué esto, me levante un poco le tome su cara para que me viera y me contestara, pues ya me contó, que desde hacía mucho me deseaba, por todo lo que le cuento y lo que sabe de mí le gusto mi forma de ser y se le fue metiendo la idea de hacerlo conmigo, se me recostó encima y entre besos y caricias, platicamos, que ella desde hace mucho es bisexual, no me había dicho nada por qué ella esperaba a que yo fuera la primera en decirlo, pero se dio cuenta de que no tenía experiencia, no la misma que tenía en hombres, así que fue eso lo que causó que yo me volviera una obsesión para ella, por eso es que no había aceptado mis invitaciones a que hiciéramos un trío, ella sólo quería estar conmigo y se le hacía feo pensar en que solo iba a ignorar a mi marido ya que ella sólo quería estar conmigo, y el hecho de que hoy me vistiera así fue demasiada insinuación para ella, le confesé que lo que había hecho con alguna mujer no tenía naaaada que ver con lo que ella me había hecho en ese momento, asi que si no te hago lo mismo que tú me has hecho por favor no te frustres, puedo aprender, le metí mis manos bajo su playera y seguimos con nuestra labor.

Ahora ya es cosa de cada semana reunirnos los tres para poder deleitarnos de los placeres de la carne. Por cierto que me vuelve loca verla penetrada por mi marido, pero ya se los contare en otra ocasión.