El portero se cepilló a mi hermana. Cuando llegábamos siempre le miraba el culo y las tetas cuando subíamos la escalera

Cuando llegábamos siempre le miraba el culo y las tetas cuando subíamos la escalera

Pues mi hermana tiene cinco años más que yo, y desde muy jovencita siempre fue muy putilla jeje.

Siempre me llevaba con ella a todos lados, incluso cuando ya era más mayorcita y tenía rollos con los chicos de mi barrio. Me acuerdo cuando empezaron a salirle las tetitas y los pelos en el chochito, se bajaba las bragas delante mío y me decía: “mira…tú no tienes todavia” y se reía. Siempre estaba salida, y en verano se echaba la siesta conmigo (compartíamos habitación, porque mis padres vivían en un piso pequeño) y frotaba su chochito contra mi rodilla y me decía que apretara, o me decía que le hiciera masajes en las piernas, se tumbaba boca-abajo sobre la cama y cuando le subía por los muslos, se abría más de patas para que le pasase la mano por la raja del chocho.
Mis padres vivían en el centro, en un bloque de pisos. Había un portero de edad avanzada. Era viudo, y vivía en la planta baja del edificio. Se encargaba del mantenimiento y de la limpieza de la escalera.

Cuando mi hermana y yo llegábamos del colegio, siempre le preguntaba cosas a mi hermana, y le miraba las tetas y el culo cuando ella subía la escalera. Desde que mi hermana empezó a tontear con los chavales de mi barrio, el viejo le preguntaba cosas cada vez mas picantes, como: “nena, tienes novio ya?, nena, te han besado ya?, nena, te han sobado ya?…nena, se la has visto a tu novio ya?”

Mi hermana al principio lo llamada “tío guarro, viejo verde”, y cosas así. Pero luego se fue relajando y solo se reía cuando le decía cosas. Así que el portero empezó a tomar confianza, y en vez de sólo decirle cosas, se rozaba contra ella cuando pasaba por su lado, o le ponía la mano en el culo cuando nos pillaba solos en el ascensor, hasta empezó a darle pellizquitos en los pezones de las tetitas cuando la veía de frente…y mi hermana le quitaba la mano, pero sólo le devolvía una risita jijiji.

Una tarde, mi hermana y yo volvíamos del colegio, y estaba lloviendo mucho afuera. Al entrar en el edificio el portero nos dijo que nuestros padres habían tenido que salir de urgencias, y le habían pedido que si no le importaba que nos quedaramos en su casa hasta que ellos volvieran (mi hermana y yo aun no teníamos llaves de nuestra casa porque mi madre no trabajaba, y siempre estaba ella allí cuando nosotros volvíamos del colegio).
Así es que el portero nos dijo que podíamos entrar en su casa y ver la tele hasta que mis padres volvieran. También nos dijo que nos dejaría solos un rato hasta que terminase su trabajo en la portería, pero que si necesitábamos algo fuéramos a buscarlo.

Como a la media hora, el viejo volvió, y se sentó en el salón con nosotros y nos preguntó que si queríamos algo para merendar. Mi hermana y yo le dijimos que sí, y nos hizo un par de sandwiches de jamón y queso a cada uno, con un vaso de zumo.
Mientras mi hermana y yo comíamos, el viejo empezó a preguntarle cosas a mi hermana: “Ayer te vi por el parque con el hijo de Julián”, “y vi como os besabais entre los matorrales, cerca de la fuente de los patos”. Mi hermana se puso muy roja, pero no decía nada…seguía dándole mordisquitos a su sandwich. Y el viejo seguía: “se bajó los pantalones y te enseñó su cosa verdad?”. Mi hermana casi se atraganta cuando oyó aquello. Yo mientras tanto pretendía no poner atención a lo que decían mientras miraba hacia la pantalla de la tele, viendo los dibujos. Pero el viejo seguía como si estuvieran los dos solos en el salón jijiji.

Siguieron hablando un rato hasta que el viejo le dijo a mi hermana: “y qué, le has echo ya una pajilla?”, “no se las mamao todavía?”, te ha tocao ya el chochito?”…mi hermana sólo miraba a su plato y se reía jijiji. Entonces, el viejo le dice: “has visto ya alguna polla de verdad?”, no de los niñatos del barrio, de un hombre hecho y derecho”. Mi hermana movió un poco la cabeza como asintiento que sí había visto alguna. Al viejo se le abrieron los ojos como platos, y le preguntó: “si?, a quién?”. y mi hermana contestó tan bajito que casi no se oía lo que dijo. Y el viejo le dijo: “a quién?, dilo más fuerte que no te he oído”. “A..mi…padre”, contestó mi hermana con voz entre-cortada. Y el viejo empezó a reirse.
“jajaja…a tu padre….menudo elemento, jajaja…que cabrón”, “ya me lo olía yo…jajaja”. “Pero, se la viste cuando la tenía grande?”. Mi hermana estaba roja como un tomate, pero negó moviendo la cabeza…con una sonrisa de pícara an la cara.

El portero volvió a reirse: “jajajaja…te quedaste con las ganas eh golfilla?, jajajaja”. mi hermana volvió a asentir con la cabeza indicando que sí, que realmente se había quedado con las ganas de verle a mi padre la polla tiesa.
Al portero se le volvieron a abrir los ojos, y le dice: “si quieres ver una….aquí tengo algo yo”. y conforme decía aquello, se echó hacia atrás en la silla, y abriéndose de piernas, se pasó la mano por el paquete lentamente, sin quitarle los ojos de encima a mi hermana.
Mi hermana se volvió a reir, pero esta vez dejó el plato en la mesita de café que había entre los sillones del salón, y puso ambas manos entre sus piernas, cerrándolas mientras le devolvia al viejo una sonrisa de putita caliente.

El viejo que no perdíó detalle alguno de lo que mi hermana le decía sin palabras, se levantó de la silla, y mirándome a mi me dijo: “tu quédate aquí viendo los dibujos eh campeón, que le voy a enseñar a tu hermana las plantas del patio. Y si te portas bien, luego saldré a comprarte una palmera de chocolate”. Y tomando a mi hermana de la mano, se dirigieron los dos hacia dentro del piso por una puerta del lado del salón. Yo me quede allí, sentado en el sillón, viendo unos dibujos animados.
Cuando pasaron varios minutos, a mi me dieron ganas de orinar, y como aún no habían vuelto, me levanté, decidido a encontrar el baño por la puerta por donde ellos habían salido. Y entonces oí la voz de viejo: “así nena, así”, “qué boquita más rica tienes”, “abre un poco más preciosa”. Yo me fui acercando silenciosamente por el pasillo, hasta llegar a la habitación donde ellos estaban. La cual resultó ser el cuarto de baño, y la puerta estaba entreabierta.

Al asomar la cabeza lentamente, vi al viejo de pie, con los pantalones bajados hasta los tobillos, y la camisa subida por encima de su gran panza. Mi hermana estaba sentada en la taza del water, con la falda del colegio subida hasta la cintura, las medias y las bragas bajadas hasta los tobillos, y la blusa entre abierta, dejando ver una de su preciosas tetitas. Le estaba haciendo una mamada al viejo, y con una mano le sobaba los huevos. Mientras que con la otra mano, ella misma se estaba sobando bien el chocho, haciendose una buena pajilla.
El viejo le decía: “que bien lo haces nena”, “te gusta eh guarrilla?”. Mi hermana solo podía emitir sonidos afirmándolo, ya que tenía la boca llena con el morcillón del viejo…que entraba y salía de su boquita con mucha desesperación.

De repente, el tío se la saca de la boca, y meneándosela con fuerza, empieza a decir: “ahhhhhhhhhh, grrrrr, ahhhhhhhhhhh…que vaaa! que vaaa!”. A mi hermana no le dio tiempo ni a reaccionar, el viejo empezó a soltar chorros y chorros de lefa, los cuales le fueron a parar en toda la cara, el pelo, la boca (que aún tenía abierta), y la teta que tenía fuera de la camisa…..buff, la regó de lefa jajajaja”.
Al ver que el viejo hacía el gesto para subirse los pantalones, me fui corriendo de vuelta al salón para que no se dieran cuenta de que los había estado mirando.
A los treinta segundos aparece el viejo por la puerta, con una sonrisa de oreja a oreja (el muy cabrón jejeje) apretándose el cinturón y colocándose bien los pantalones. Y me dicé: “tu hermana viene ahora…creo que está usando el baño”. “Vuelvo enseguida…que te voy a buscar la palmera de chocolate por haberte portado tan bien”.
Al rato salió mi hermana, con el pelo un poco humedo y recién peinada, y con un manchurrón de agua en la blusa. Yo la miré y le dije: “qué te ha enseñado el portero?”. Y ella me contesta: “nada…unos cactus que tenía en el patio”

Justo en eso, entró el portero con mi palmera de chocolate en la mano, diciendo: “vuestros padres acaban de llegar. Dicen que vayáis subiendo, que ya es casi la hora de la cena”
Al salir por la puerta, oí como le daba a mi hermana una palmadita en el culo….jajaja, el mu cabrón jaja!
Mi hermana ahora está casada, y tiene un niño, y en todos estos años nunca más hemos sacado el tema. Pero yo me hice muchas pajas acordándome de lo que ví aquella tarde jijiji!

########Segunda parte###########

Mi hermana siguió teniendo contactos con el viejo portero, y siempre me llevaba a mi con ella para que mis padres no sospecharan jijiji.
Se la mamó varias veces detrás de la portería, donde había un pequeño cuarto con un sofá y una tele pequeña. A mi me ponían a vigilar detrás de la cortina (el cuarto no tenía puerta), por si bajaba alguien.

Mi hermana se sentaba en el sillón, y el viejo se quedaba siempre de pie, sólo se bajaba los pantalones. Yo, detrás de la cortina, miraba de vez en cuando, y veía al viejo de lado, con su gran panza, su polla (que aunque no muy larga, era muy gorda) bien tiesa, y a mi hermana sentada abriendo la boca todo lo que podía para tragarse aquel trozo de carne en barra jejeje.
El viejo le acariciaba el pelo a mi hermana, o le sobaba las tetitas por encima de su blusa blanca.
Conforme fueron pasando los meses, el viejo se iba animando. ya no sólo le sobaba las tetitas a mi hermana, ahora también le sobaba el chochito, mientras ella se la mamaba, y le metía los dedos.

Yo siempre me quedaba detrás de la cortina vigilando, y como el truco de la palmera de chocolate ya no funcionaba, el viejo me daba dinero para que no contase nada a nadie (500 pesetas en moneda jijiji).

Hasta que el viejo pasó a mas, y empezó a desnudar a mi hermana por completo cuando se metían los dos en el cuartucho detrás de la portería. La dejaba completamente en pelota, con sus tetitas y su chochito al aire, y el viejo le lamía todo el cuerpo con una lengua gruesa y babosa, desde los pies a la cara. La abría de piernas, dejando su chochito completamente expuesto, y se lo besaba y se lo comía como si le fuese la vida en ello jijiji (y yo mirando desde la cortina jejej….me daba risa ver a aquel viejo gordo y panzón, con los pantalones bajados, y de rodillas en el suelo, lamiendole a mi hermana toda la raja del chumino jiji).

Mi hermana también parecía estar gozando. Al principio se la veía un poco cortada, pero luego se iba animando, se abría bien de patas en el sillón, completamente en pelota. Se metia los dedos en to el chumino, y miraba al viejo baboso con cara de putita caliente sacando la lengua jijijiji. El viejo se ponía como loco cuando la veía asi…..se iba acercando lentamente, con los pantalones por los tobillos, y machacándose la polla frenéticamente, la miraba a los ojos y le decía: “mira lo que tengo aquí para ti cacho puta”.
Se ponía de rodillas frente a mi hermana, la abría bien de piernas, y de un golpe se la metía en to el coño. Mi hermana daba un gemido profundo, y enroscaba sus brazos y sus piernas alrededor del viejo portero.

Yo, detrás de la cortina de la portería, veía como el viejo movía su culo peludo, embistiendo el chochito de mi hermana, en un rítmico mete-saca jejeje (ahí fue cuando me dí cuenta de que mi hermana seguramente ya había perdido la virginidad hacía mucho tiempo, porque el pollón del viejo le entraba y salía del chocho con una facilidad que no era normal para sus años).
El viejo siempre se la folló a pelo. Y muchas veces se corrió dentro del coño de mi hermana. Después de correrse, le sacaba la verga aún morcillona, y a mi hermana le rebosaba toda la leche por los labios del chochito, hasta salírsele casi toda fuera. Dejando un manchurrón blanco en el cojín del sofá jejeje.

Así estuvieron follando casi un año, y yo siempre vigilando detrás de la cortina. Hasta que un día el portero oyó a mi madre hablando preocupada con otra vecina, de que a mi hermana no le bajaba la regla. A los pocos días el viejo portero desapareció del edificio, diciendole al presidente que le había surgido una urgencia familiar (supongo que estaría acojonado pensando que había dejado a mi hermana preñada jajaja).

Lo que el viejo portero nunca supo es que mi madre llevó a mi hermana al médico, y casi al día siguiente le bajó la regla…así es que todo quedó en un susto.
Bufff, la de pajas que me hice yo con aquellas escenas, incluso de mayor y teniendo novias jajaja….