Nunca me gustó la idea de que un desconocido me toque en un lugar lleno de gente, pero lo hicieron y me encanto

Siempre eh disfrutado sentir a los hombres tocándome cuando viajo en transporte publico

si me dieran a escoger en cual me gusta mas seria sin pensarlo el Metro de la CDMX
y mas después de lo que me sucedió el dia de hoy
Eran las 8:30 de la mañana, justo para llegar a tiempo a mi trabajo, todos los vagones del
metro estaban atascados de gente, cosa que no me molesta ya que no falta algún cabron
que meta mano, quede apretada entre 4 hombres dos de estatura baja que por mas que
se tallaban apenas alcanzaban mi rodilla, bueno un poquito mas arriba, pero el tipo que
quedo enfrente de mi hizo lo que ninguno, deslizo su mano por mi vientre, rozo mi pecho
cruzamos miradas y  me arranco una sonrisa, cosa que es difícil ya que no suelo tener
contacto visual en este tipo de encuentros ya que prefiero solo quedarme con el recuerdo
de sus caricias, siguió deslizando su mano ahora hacia abajo, hasta que sus dedos estaban
acariciando mi vagina muy sutilmente, mordi mis labios y abri un poco mas las piernas el al
notarlo acaricio un poco mas hasta que tuvo toda la mano jugando, apretando, pellizcando,
yo ya estaba super exitada y sin mayor problema en cuestión de segundos metió su mano
adentro de mi mayon jugo con mi ropa interior que es de encaje blanco con listones que van
de atras para adelante, los jalo al grado que termine con todo metido entre los labios, no pude
mas lo tome por el brazo y lo aprete estaba muy exitada ya muy mojada y lista incluso para ser
penetrada… El continuo metió su mano ahora adentro de mi ropa interior y sus dedos de encajaron
para jugar de una manera descarada con mi clitoris, no se que me preocuba mas si el hecho de gemir y que nos cacharan o el que ya estaba a una estación de mi trabajo, se acerco a mi oido y me pregunto si llegaría al final de la linea, con trabajo le conteste que bajaria en la siguiente, y sin mas metió tres dedos en mi y su pulgar acabando con mi clitoris termine en menos de dos minutos, baje del metro y el me siguió solo para decirme «Mañana a la misma hora» .