Nos conocimos en las redes sociales, decidimos vernos en la realidad y fue cuando empezó todo, fue cuando me di cuenta lo mucho que me gusta

Ya era miércoles y yo despertaba con cierta tristeza. No quería separarme de ella, no quería que ella fuera a trabajar ni ir a trabajar yo , pero lamentablemente el deber nos llamaba a ambas.

L: ¡Buenos días! ¿Ya estás despierta? Qué rico dormimos anoche, me gustaría pasar el resto del día juntita a ti y no tener que viajar. No obstante a eso nos separaremos por poco tiempo, ya el viernes estaré de regreso. Así podremos pasar el fin de semana juntas. Pero…

K: ¿Pero qué? ¿Qué ocurre?

L: Sé que quizás sea demasiado pronto, pero no sé como decírtelo o pedírtelo sin que suene raro o que pienses que estoy apresurando las cosas cuando apenas nos acabamos de encontrar hace dos días por primera vez.

K: Tranquila no le des tantas vueltas en tu cabeza y sólo dímelo. Lo que sea que quieras pedirme, el NO siempre está garantizado, pregúntame para ver si te ganas el SÍ.

L: ¿Crees que me lo gane?

K: Primero debería saber qué es lo que quieres preguntarme para poder decirte. No puedo adivinar aún tus pensamientos.

L: ¿No crees que sería buena idea volvernos a ver? Bueno… En realidad, más que eso no crees que sería bueno si tú y yo pudiéramos estar juntas más seguido. Que te parece si… Si vivimos juntas

K: ¿Vivir juntas?

En ese momento me sorprendí, esperaba que pidiera que nos volviéramos a ver, de hecho, si no lo hacía ella lo hacía yo, pero… ¿Vivir juntas? Eso era un paso demasiado grande que jamás cruzó por mi cabeza. Había muchas cosas que me detenían. Primeramente recién nos estábamos conociendo. ¿Cómo podría vivir con una persona, la cual, aunque la había conocido virtualmente desde hacía más de un año, la vi por primera vez hacía solamente dos días? ¿Cómo viviríamos juntas con nuestros trabajos? Ella como aeromoza siempre viajando y yo… Bueno yo aunque estaba más estable que ella de cierta forma, también viajaba cuando menos lo esperaba, por un día, una semana o por meses. Eso no era lo único que me frenaba… Estaba segura de que la quería, de que me encantaba y que no quería separarme de ella pero, ¿qué pasaba si ya viviendo juntas la distancia de nuestros viajes y el poco coincidir volvían a jugarnos una mala pasada? Y para cerrar con broche de oro mi familia no sabía que me gustaban las mujeres, mis amistades tampoco, puede que comentara alguna que otra locura con mis 2 amigas más cercanas, pero fuera de ahí nadie más sabía. Mi carrera, mi vida podría dar un vuelco de 180ª grados.

L: ¿Por qué tardas tanto para responderme? ¿No quieres?

K: No es que no quiera o que no me guste la idea pero es un poco prematuro. A ver, mejor vamos a tomar las cosas con calma. Permíteme pensarlo un poco más. ¿Sí?

L: Lo sabía, pero igual era un riesgo que quería tomar.

Lili me besó suavemente, yo no sentía el aliento matutino, al contrario, solamente sentía su dulzor, su rico aroma, nada me molestaba. Respondí su beso con dulzura pero poco a poco las cosas fueron cambiando. Sus abrazos y caricias alrededor de mis senos, por mi abdomen y por mi trasero hacía que yo me fuera calentando. Ella se subió arriba de mí y el nivel de sus caricias continuaron escalando, ya no besaba mis labios, besaba y mordía mi cuello, acariciaba con su lengua mi oído y con sus manos jugueteaba con mis senos. Yo le devolvía sus caricias, acariciaba su pecho pasaba mis manos por su espalda, continuaba dejando llevar mis manos hasta su trasero, se lo agarraba con firmeza mientras que ella comenzaba agitarse encima de mí. Lili se masturbaba contra mi cuerpo y yo la dejaba ser, contribuía acariciando sus senos y dejando que mi lengua jugueteara con sus pezones. Me encantaba ver como reaccionaba, como  arqueaba su espalda y su respiración se entrecortaba. Poco a poco volvió a suavizar el ritmo. – Aún no es tiempo de correrme, tenemos poco tiempo pero vamos a llegar juntas al orgasmo. – Me dijo Lili mientras colocaba su mano suavemente en mi sexo y lo comenzaba acariciar, sin apuro, como si de la vulva de una diosa se tratara. Me dio un beso tierno, dejando que nuestras tiernas se entrelazaran, nuestras salivas se intercambiaban creando una sola, me mordió fuertemente mi labio inferior y luego me pasó la lengua de forma curativa, haciendo que yo no sintiera ningún dolor, su lengua juguetona recorrió mis mejillas y la regresó hasta mi boca. Yo abrazándola por el cuello, mientras que colocaba mi mano en su entrepierna y le introducía levemente el dedo corazón continuaba respondiendo a sus besos con pasión y lujuria. Aquella mujer me fascinaba y no quería volver a tenerla lejos. La quería, aunque aún no supiera si debíamos vivir juntas la quería.

L: Eres mi diosa de ébano y quiero que reines solo en mi mundo. Te quiero sólo para mí.

K: Que no te quepa dudas mami.

Dejó mis labios hinchados y llevó los suyos hasta mis senos, me los trataba de unir suavemente e intentaba introducirlos juntos en su boca. Recorrió con su lengua la punta de mis pezones.haciéndome estremecer como sólo ella sabía hacer, rodeaba mis senos con sus manos sin poder agarrarlos totalmente por el tamaño de los mismo y les brindaba la electricidad de sus pequeñas mordidas. Yo me sentía volar, mi vagina ya quería ser penetrada, tomada por aquella mujer que tanto placer podía darle, pero ella aún quería atormentarme un poco más y en vez de penetrarme, sólo siguió con el trayecto que ella había planeado y continuó bajando, dejando el rastro de saliva de su lengua y besos apasionados. Se detuvo justo en mi ingle para abrirme las piernas y besarme el interior de los muslos, haciéndome sentir su presencia, la sentía cerca y eso hacía que mi vulva palpitara al compás de mi corazón. Me depositó un beso fugaz y la rozó despacio y levemente con el dedo pulgar mientras me miraba a los ojos y sonreía maliciosamente.

L: Yo no voy a dejar que esta preciosura se olvide de mí. Tu no me querrás a tus lado y ella siempre me llamará a gritos. – Decía ella mientras respiraba encima de mi vulva.

Besó mi monte púbico  y fue bajando con la parte inferior de su lengua hasta la entrada de mi vagina para luego subir hasta mi clítoris con la parte superior de su lengua y besarlo suavemente, fue pasando  y utilizando sus bordes linguales por mis labios interiores, mordió levemente cada labio externo y después de cada mordida los succionaba.

AH… Dejé ir un fuerte suspiro…

– Bebita estás chorreando, Me encanta verte así de mojadura y saber que yo soy la causa… – Mmmm lamió toda mi vulva llevándose mis flujos en su lengua y dejando un poco en mi clítoris- Esto esta delicioso. Tienes que probarlo. – Introdujo y sacó rápidamente su dedo índice y me lo llevó hasta la nariz para luego colocarlo en mi boca. – Huele que rico, todo es tuyo provocado por mis caricias. ¿Sabe delicioso verdad?

Y volvió  a colocar su boca en mi vulva como si quisiera ahogarse en ella, la succionaba completa, no dejaba de recorrer ni un solo lugar para después centrarse únicamente en mi clítoris y mis labios menores. Creo que era uno de esos tantos momentos en los que ella me hacía sentir que estaba en la puerta del cielo.

-Mami, necesito sentirte dentro de mí, deja de torturarme.- Le decía jadeante, sin poder contenerme.

Sentí uno de sus dedos juguetear con mi clítoris mientras se detenía en la entrada de mi vagina, su respiración tan cerca de mi clítoris hizo que yo enterrara su cara en mi sexo obligándola a que me la besara y succionara, de esa manera lo hizo, sin rechistar mientras iba introduciendo un dedo y lo movía de forma circular. Me daba leves mordidas en mi sexo mientras introducía el dedo corazón para que acompañara al otro a someterme en esa volcán de lujuria interminable. Bajé mi mirada y ahí vi esos ojos color miel que me miraban diabólicamente y agilizaba el movimiento de sus dedos. Sentía que me taladraban mi punto G haciendo que todo mi cuerpo se tensionara y mis flujos corrieran como cascada. Ella vió en mi mirada mi desesperación y eso le encantaba, llevó una de sus manos para fomentar mi excitación a mi seno izquierdo ofreciéndole pequeños pellizcos, esto hizo que comenzara a dar pequeñas convulsiones sentía mi cuerpo tensarse y mis piernas estirarse por inercia, venía mi orgasmo que era inminente. – Dame toda tu flechita mami. – Esas palabras fueron hasta el interior de mi ser, haciendo que este la obedeciera, que el orgasmo llegara y que todos mis flojos invadieran su boca.

Terminó de recogerlos todos, dejándome completamente limpia y subió hasta mi boca para compartirlos conmigo, nunca mis propios flujos había tenido tan buen sabor como cuando venían acompañados por su lengua. – Ahora viene la segunda ronda.- Me dijo mientras se paraba y comenzaba a buscar en mi maleta.

K: ¿Qué buscas en mi maleta?

L: Algo que trajiste como si estuviera destinado a ser usado conmigo. Pero no lo veo, lo vi ayer pero ahora no lo veo.

K: Si no me dices que buscas, ¿cómo te podré decir dónde está?

L: El dildo doble violeta que estaba junto con los demás consoladores.

K: jajajaa ah… Era eso lo que buscabas. Como se me rompió la caja donde venía lo coloqué envuelto en un pañuelo en el trasfondo de la maleta

L: Ah… Aquí está, ya lo encontré.

Sonreía como si fuera una niña que acababa de encontrar un paquete de chocolates y golosinas. Se acercó a mí y comenzó a rozarme con el dildo, tras algunos segundos lo colocó a mi lado sentándose ella en mi cara. – Estoy tan caliente por verte ten ese orgasmo tan intenso y escuchar tus gemido que no tendrás que hacer mucho. – Mmmm sentir su olor a mujer, tan húmeda, mejor dicho, ya mojada, era demasiado sensual y exquisito para mí. Paseé mi lengua por todo su sexo tocando de forma seguida su clítoris con la punta de mi lengua, se lo succioné con fuerza y seguí lamiendo sus labios interiores mientras le introducía un dedo en su interior. – Damn! Pon el otro dedo también, si… Ahí, ahí mami. – Le introduje ambos dedos y concentré mi lengua solamente en su botoncito rosado que estaba a punto de explotar, gordito y carnoso, exquisito… Pasaba mi lengua hacia ambos lados, arriba, abajo, de forma circular y luego succionaba con placer. Sacaba ambos dedos recogía un poco de esos jugos como si fuera nectar y regresaba a mi lugar. Cuando la sentí tensarse y apretar sus piernas, coloqué el dedo índice de mi mano izquierda en ese lugarcito mágico que hay en su trasero y estalló casi al momento en un orgasmo maravilloso mientras decía mi nombre. Al terminar comenzó a reírse como boba, eso es un efecto secundario que en ocaciones tiene luego de tener un orgasmo. Bajó a besarme y me dijo: – Beba, no tengo deseos de irme, quiero estar a tu lado.- Me besó como si jamás me fuera a ver para después tomar el dildo y virarse quedando ambas en un delicioso 69. Su vulva aún estaba caliente y palpitante, aún pidiendo más. Comenzamos a decorar nuestros sexos alcanzando rápidamente, ese climax perenne que tenemos mientras hacemos el amor. Sin dejar de pasar su lengua por todo mi sexo fue introduciendo poco a poco el dildo doble, se levantó y dió la vuelta para que viera mientras ella lo devoraba con si boca suavemente. Retiró el lado que estaba en mi interior e introdujo el que ella tenía en la boca para después saborear todo lo que emanaba de mi interior y luego lo introdujo on poco más en mi interior. Se alzó a besarme mientras que se sentaba arriba de mí, colocando ambas piernas al lado de mi cuerpo y comenzó a introducir lentamente el otro extremo del dildo apoyándose en mi pecho. Comenzó a mover sus caderas hacia arriba y hacia abajo, haciéndome sentir cada vez que se alzaba como salía y luego volvía a entrar en mí, su ritmo me enloquecía pero ver su cara de “esto está delicioso y no puedo parar” me enloquecía aún más. Succionaba mis pezones, yo le daba nalgadas, ella me mordía el cuello y yo apretaba su cintura. Yo pellizcaba sus pezones, ella gritaba como desquiciada, ese era el paisaje de mi habitación. La tomé de la cintura y la puse debajo de mí, su ritmo se debilitaba y yo no podía dejarla terminar arriba de mí. Poniéndome de rodillas con las piernas abierta para que el dildo tuviera movilidad y con sus piernas por encima de las mías, comencé a embestirla mientras es mi otra mano halaba su cadera hacia abajo. Estábamos en un exquisito éxtasi cuando llegamos simultáneamente al orgasmo, ambas nos corrimos al mismo tiempo y gemíamos desenfrenadamente. Cada una retiró la parte que leía en su interior y cambiando los lados, metimos el dildo en la boca limpiando y saboreando los jugos de la otra, dejándolo totalmente limpio. Terminamos abrazadas por alrededor de 10 minutos en posición fetal.

Pedimos un taxi para ir al aeropuerto. Saludé a sus colegas que nos miraban con cara de intriga y con unas risitas como si estuvieran intentando descifrar lo que habíamos vivido en esos días. Le dió su maleta a uno de sus colegas mientras decía que me iba a despedir. Me llevó corriendo hasta el baño…

L: Aunque nos despedimos en el hotel, mi cuerpo aún no dijo el último adiós.

K: Para con esto, vas a estrujar tu uniforme, tus colegas te están esperando y cualquiera puede entrar en cualquier momento. Estamos en el aeropuerto y no en un club cualquiera.

L: Eso a mí no me importa, si me subo la saya con cuidado no se verá estrujada. No seas pesada y déjame subir al avión con el adiós de nuestros cuerpo.

K: Ni que te fueras para siempre, solo te vas por dos dí–

No me dejó terminar, me besó apasionadamente mientras metía su mano derecha por dentro de mis leggings, metiendo mi mano en su boca y rozando ambas nuestras lenguas alrededor de los dedos. Estiró mi mano y la introdujo en su sexo, ambas movías nuestras manos lentamente, ahogando los gemidos en nuestros besos, ella con su otra mano se enganchaba de mi cuerpo mientras que la mía estaba apoyada en la pared. Luego de 2 minutos, ambas ya nos habíamos corrido. Ella se limpió, me limpió, nos lavamos las manos, salimos y nos despedimos con un fuerte beso…

Las horas parecían pasar más despacio que nunca. Yo estaba en Milán y estaba de viaje con Lili a la vez. Mi concentración era débil y mi trabajo era mi refugio. El jueves tuve una sesión de fotos en el hotel Château Monfort para la marca turca de trajes de baño OYE Swimwear. Ese hotel parecía un sueño y mientras todas las modelos gozaban de las instalaciones, yo solamente podía pensar en Lili y en lo mucho que nos divertiríamos ambas si estuviéramos juntas ahi. Ya en la noche después de que la piscina del interior se cerrara a los huéspedes teníamos las últimas fotos en grupo para culminar la jornada. Anya que había mantenido su distancia todo el día parecía haberse tomado el energizarte de la coquetería conmigo, todas reían pensando que ella apenas bromeaba pero yo sabía que no, ella me estaba provocando, al parecer Lili le importaba bien poco. Con la locación alumbrada por la tenue luz de un candelabro que colgaba del techo y decorada con velas y cortinas realmente hacían que el lugar fuera no solo acogedor, sino también sexy e incitante. El fotógrafo iba dictando si necesitaba algún cambio mientras que nosotras hacíamos el resto de forma espontánea. El fotógrafo nos mandó a colocar a las 5 modelos en el borde de la piscina, tres sentadas y dos paradas detrás. De las tres sentadas, yo quedaba en el centro por el contraste de mi tamaño, Anya quedaba del lado derecho y Melanie del otro. Cuando el fotógrafo me pidió que Anya y yo nos miráramos sensual y provocativamente mientras que le otra chica se apoyaba en mi hombro y miraba hacia abajo sabía que eso iba a generar vibras que había intentado evitar todo ese día. como lo pensaba Anya no se contuvo mucho y comenzó a susurrarme cosas como: ¿Que debería hacer? ¿Debería besarte espontáneamente o sólo decirte lo sexy que estás hoy? Yo no soy de hierro esa situación claramente me provocaba, más ella, conociéndola como lo hacía, pero debía contenerme. Estaba en un proceso con Lili en el que debía hacerlo, no me costaba porque la quería pero era sumamente incómodo. Entramos al agua y mientras hacíamos algunas fotos sentía q varias veces me rozaban mis nalgas, una parte de mí decía que era normal que podía pasar con todas nosotras juntas ahí, pero la otra parte de mí me decía que me mantuviera alerta. En una de esas, que Anya iba pasando, me comentaba algunas ideas de poses cuando sentí su mano apoderarse de mi sexo. Le lancé una mirada como de “¡Qué carajos estás haciendo, quitar tu mano!” Pero sólo se reía hablando con las demás, traté de correrme pero si me desprendía bruscamente, el bikini caería. No quería montar un espectáculo así que le pedí en un susurro que me soltara, me ignoró completamente y me rozó mi clítoris con su dedo. La empujé y le dije “What the fuck are you doing right know? Are you fucking kidding me?” Todos miraron como… “¿Aquí que sucede?” Terminamos la sesión sin más contratiempos pero a mí el enojo aún no se me bajaba.

Llegué a mi habitación e hice un FaceTime con Lili que estaba en Madrid esperando en uno de los hoteles a la madrugada que debía regresar a Milán. Le comenté de la sesión de fotos y su primera pregunta fue:

L: ¿Y cómo se comportó Anya la amiguita esa tuya?

K: Hmmm. Podría decirse que más o menos pero no tiene importancia. ¿Sabes de que tengo deseos ahora? De recordar viejos tiempos.

L: Mmmm… ¿Quieres hacerme el amor virtualmente en tu cabeza mientras te masturbas? Lo que me pidas te lo doy, mami también tiene muchos deseos de ti…

Nos alejamos ambas de la cámara mientras que nos desvestíamos lentamente. Mientras yo me quitaba mi enterizo de mangas largas negro veía como ella se despojaba de se albornoz, lo único que llevaba encima. Y se dirigió a su cama poniendo su iPad en la mesita de noche apoyada en un lámpara que había allí, yo me senté en el borde de mi cama y puse mi MacBook Pro en la silla del comedor que estaba casi del mismo alto de la cama. Nos empezamos a tocar simultáneamente, imitando cada una el movimiento de la otra. Comenzamos tocándonos nuestros senos lentamente, con el dedo índice recorriendo nuestras areolas, llevándolo después a nuestras bocas para dejar que untara nuestros pezones con nuestras salivas. Nos provocábamos verbalmente mientras que nuestros movimientos se hacían uno, Estábamos exquisitamente sincronizadas, al punto que nuestros gemidos comenzaron casi al unísono cuando pusimos nuestras manos en nuestra vulva, haciendo movimientos circulares con los tres dedos del centro y azotábamos sin medida nuestros clítoris llegando rápidamente al climax y corriéndonos mientras gemíamos por el placer de la auto-satisfacción. Mis muslos brillaban… – Si yo estuviera ahí para limpiar esos jugos. – Dijimos las dos a la misma vez y nos comenzamos a reír.

L: Mami vamos a descansar yo debo dormir 2 horas debo estar a las 2 en el aeropuerto, sabes que antes de un vuelo siempre tenemos que reunirnos, organizar las cosas en el avión y todas las preparaciones antes que los pasajeros comiencen a abordar. Duerme rico… Mañana estaré en tu hotel seguro antes de que abras los ojos. Hoy no vamos a dormir con la cámara prendida para poder recogerlo todo ya. Descansa, te adoro. Mándame un beso.

K: Buenas noches mi amor, descansa alguien y que tengas un buen viaje. Aquí te estaré esperando, te quiero mucho. Baci Mille. Ci vediamo domini cara mia. Buona notte.