Mi primera vez fue bien completo, aprendí demasiado

Siempre he sido apuesto e interesante, tantas horas en frente del computador y haciendo deporte me hacían una persona educada y atlética. Que sí, que también me hacía pajas viendo porno en el compu, pero creo que muy adentro de mi ya habia decantado mi sexualidad a eso, pajas y únicamente pajas.

Tuve novias, pero nunca las presioné para tener sexo, las mujeres me buscaban pero como siempre he trasmitido el típico prototipo de “keeper”, siempre termino de novio y nunca con un desfogue de una noche. Me has querido más los suegros que la misma novia.

Mi mejor amiga es una degenerada. A Laura le gusta la fiesta, las drogas, casi nunca va a clase pero la imbécil es demasiado inteligente y siempre aprueba las materias. Su familia tiene mucho dinero y la ha enviado a mi ciudad a estudiar, por eso tiene el apartamento para ella sola y allí se ha tirado bacanales que ni les cuento. Sexo, alcohol y drogas por doquier, hombres y mujeres han estado entre sus piernas y no le importa gritarle al mundo que disfruta de su amplia sexualidad.

Es mi mejor amiga a pesar de ser tan diferentes. Ella dice que yo soy quien la trae a la tierra cuando se intenta escapar. Yo escucho sus excitantes historias con comprensión y mucho cariño, pero al final del día termino haciéndome una paja pensando en ser partícipe de ellas, nunca pensé en estar allí, pues mi educación siempre fue muy puritana, no religiosa, pero si muy conservadora.

Laura sabía que yo era virgen, y siempre me reprochaba de mi actitud santurrona pues según ella era eso lo que me tenía allí.

-Carlitos, muéstrame si es que lo tienes chiquito. (Nunca me gustó que me dijera así, pero ella siempre hace lo que quiere)

-Laura cómo se te ocurren semejantes disparates. Déjate de tonterías y vamos a estudiar

-Que yo no necesito estudiar, necesito arreglarme porque me voy de fiesta.

-Pero si hoy es martes y el viernes tenemos un examen.

-No le veo relación.

Dijo mientras caminaba desnuda hacia la ducha. La estúpida me trataba como su amigo gay, como si yo fuera de papel higiénico o no sé.

Laura tiene un cuerpo muy atlético, antes de cumplir la mayoría de edad practicaba triatlón. Tiene unas piernas torneadas y unas nalgas grandes, casi no tiene pecho como la mayoría de las atletas pero tiene una cara de guarra que le hace buen juego con su culo. Creo que la llegada de la independencia y el alcohol se apropiaron de su tiempo libre (y el no libre también), dejó el deporte y se puso más buena que antes.

Laura salió de la ducha nuevamente desnuda.

-¿Todavía estás aquí Carlitos?

-No pendeja soy tu maldita conciencia en forma humana diciéndote que vas a reprobar por andar de fiestera,

-Pero si nunca he estudiado para aprobar un examen. ¿Qué tal que repruebe por haber estudiado? No voy a correr ese riesgo.

-Bueno, vete a tu fiesta yo me voy para mi casa que yo sí necesito estudiar.

-Carlitos con esa actitud de niño bueno, que no te sale nada con ese cuerpazo, no vas a llegar a ningún lado.

-Gracias Laura, yo también te quiero.

-No te enojes, si quieres te puedes quedar, tú tienes llaves. Pero tal vez vuelva con algún amiguito o amiguita, y si te quedas tal vez puedas aprender algo.

-Hoy paso.

-Siempre pasas.

Afortunadamente no uso ropa ajustada porque siempre sus provocaciones surten efecto y me manda a mi casa con una erección dolorosa. Me voy caminando a la espera que se baje, pero nunca lo logra completamente. Llego a mi casa y me encierro con la excusa de estudiar, me la jalo dos o tres veces, y bueno, luego sí me pongo a estudiar.

-Hola Laura ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en el examen?

-Hola Carlitos, bien bebé saqué 4.9. ¿Y tú?

– 3.5. Maldita ¿cómo demonios le haces?

-Ese verano tuyo no te deja pensar, tienes tanta leche acumulada que hasta te está nublando la inteligencia.

-Boba, eso no es cierto… Pero sí te confieso que ya estoy cansado de tanta paja, que las mujeres me tomen demasiado en serio.

-¡Lo tienes chiquito!

-Laura te estoy hablando en serio, ayúdame.

-¿Quieres que te de una mamada?

-Gas, hasta enfermedades debes tener en esa boca.

-Si me insultas Carlitos no te voy a ayudar.

-Lo siento Laura, no quise ofenderte.

-Te puedo presentar algunas de mis nuevas amigas. Si quieres organizo algo este fin de semana que no tenemos exámenes ni nada, para que no tengas excusas.

-Pero que no sean de esas fiestas raras que tu te montas, ese nivel de libertinaje no se me hace muy cómodo.

-También te puedo presentar amigos si te sientes más tranquilo.

-Laura que es en serio lo que te estoy diciendo.

-¿Y qué tiene que ver ser gay con ser serio o no?

-Que tú sabes bien que no soy gay.

-Yo creo que ni tú sabes eso bien Carlitos. No cierres tu mentes y mucho menos tus piernas.

-Es lo que te dices todas las mañana cuando te levantas ¿Cierto?

-No quieres que te ayude.

-Hoy estás muy delicada Laura. ¿Qué día y a qué hora?

-El sábado está bien a las 6pm

-Allí nos vemos.

Me tenía dando vueltas esa conversación, sabía muy bien lo malvada que podía ser Laura. ¿Me tendería una trampa? No creo, hemos sido amigos durante mucho tiempo y no lo ha hecho, no tengo razón para desconfiar de ella ahora.

Llegó la noche del viernes y yo tenía una aburrimiento de dimensiones galácticas. Cuando suena mi celular con el ringtone que le puse a Laura “Qué perra qué perra, qué perra mi amiga”

-¿Laura?

-Carlitos, necesito tu ayuda Carlitos. Estoy muy asustada Carlitos, no sé qué hacer.

-Cálmate Laura ¿qué pasó?

-Hay mucha gente en mi apartamento, nos estábamos drogando y no sé qué me dieron. Tienes que venir y ayudarme, no sé qué hacer, creo que tengo un ataque de ansiedad.

-ya voy para allá, no te preocupes.

-Carlitos, te amo.

Nunca me había dicho eso, tenía que estar drogada con algo diferente a lo que había usado antes. Tomé el auto de mi papá y salí muy preocupado hacia su apartamento.

Al llegar a su apartamento escucho música (reggaeton que detesto), abro la puerta con mi copia de las llaves y encuentro a un grupo de gente en la sala y todos gritan al unísono “Carlitooooooosssss” (Como lo odio). Sigo hacia adentro desesperado en encontrarla, busco en el baño de la sala, en la cocina, hasta que entro a su cuarto, tiene un olor extraño, pesado, no lo alcanzo a distinguir. Allí estaba, en una esquina entre la cama y el closet, sólo con una camiseta y una tanga, sin brasier… se veía tan sexy… la abracé.

-Ya estoy aquí Laura no te preocupes.

-Carlitos, Carlos.

Me mira y me besa apasionadamente. Yo no soy inmune a esos ataques, y menos con un verano de 22 años. Le correspondo torpemente, toma mi mano y se la lleva a su vagina, la siento muy húmeda. Dejo mi mano allí, ella toma mi verga que a estas alturas está a reventar, continúa besándome y desesperadamente baja mis pantalones y siento como su mano masajea mi verga. Esa sensación es completamente abrumadora, era lo mejor que había sentido hasta ahora. Se levanta conmigo mientras me sigue besando y me empuja para caer de espaldas en su cama, y se tira a mamarme la verga vorazmente. Definitivamente me faltaba mucho por aprender, una mamada supera en creces la paja.

Con su boca se concentra en mi verga, y con su mano me masajea el perineo y las bolas, levanta la mirada y se me hace tan sensual verla allí, entregada a su mejor amigo. No sé porque en ese momento no me importa, tal vez sea porque estoy a punto de correrme. Levanta su cabeza y me dice.

-Carlos lindo, como la tienes de grande y caliente, quiero que te vengas en mi boca.

Sus palabras fueron órdenes. Puso nuevamente mi verga en su boca y descargué allí todo mi nectar añejo 22 años. Una vez terminó mi primer orgásmo, Laura subió a besarme de nuevo y compartió mi semen conmigo. Extrañamente no me dio asco, supongo que porque no tenía ningún preconcepto de aquella experiencia, simplemente me dediqué a disfrutar de ella y de parte de mi. Una vez más estaba con una erección

-Laura, quiero más, quiero aprenderlo todo. No me importan las consecuencias, quiero seguir.

Se quitó la tanga y se sentó en mi cara

-Hoy ya no soy tu amiga, soy tu ama. Lame hasta que yo lo diga.

-Con todo el placer del mundo – y me golpeó el pene.

-Se dice “sí ama”

-Sí ama

Y comencé a lamer toda su vagina. Era entre dulce y salada, deliciosa. Me concentré en encontrar los movimientos y los lugares que Laura más disfrutaba.

-Cami, ven acá que tengo un juguete nuevo – No sabía quién era cami, pero suponía que con juguete se refería a mi.

-Mira que tan grande lo tiene pásame el juguete y ayúdame con esta verga. – Ok, no se refería a mi.

Otra boca se dedicó a chuparme la verga, esta lo hacía de manera más brusca pero igual se sentía delicioso. Laura cogió dicho juguete, lo llevó a mi boca y me ordenó que lo llenara de saliva para proceder a insérterselo en el culo. Emitió un gemido largo y excitante, su vagina se puso un poco más húmeda, algunas gotas cayeron en mi barbilla y continué chupándole.

-Cami lindo, métele un dedo en el culo Carlitos que yo sé que le va a gustar tanto como a mí.

Ni me inmuté, estaba tan absorto en mi cunnilingus y en la erección monumental que tenía que no me importó que Cami fuera un chico, y que me iban a profanar el culo. Alcé las piernas y laura dijo.

-Así me gusta Carla querida, eres una perrita muy obediente. Ahora toma el juguete, métemelo tú en el culo y que ni se te ocurra parar de chupar.

No sé como pero aquel dedo profanador ingresó fácilmente en mi culo, así como el siguiente, otro y hasta el cuarto. Estaba demasiado dilatado para ser completamente vírgen. Y mi excitación se hizo más grandiosa. Yo ya estaba fuera de mi, me sentía como otra persona, desinhibido, mi cabeza me daba vueltas y no había consumido ni una cerveza. Quería probarlo todo y así lo hice saber.

-Ama por favor llename el culo de alguna verga que la necesito.

-Carla mi amor, yo sabía que eras una marica. Hoy te vas a comer todas las ergas que quieras.

Laura se levantó de mi cara con el juguete apretado en su culo. Se hizo a mi lado, me dio un beso y me dijo

-Mira bebé cómo te van a desvirgar ese culito tan lindo.

Cami entró lento pero constantemente. Yo no podía creer el placer que me estaba proporcionando, mi pene perdió dureza pero mi cabeza estaba procesando otro tipo de placer. Cami bombeaba dentro de mi culo, mi verga saltaba ya completamente flácida, Laura me besaba y yo no aguanté más. A los pocos minutos de mi debut comencé a convulsionar, mis músculos se movían solos en una danza que irradiaba placer. Cami sacó su verga y yo me transformé, le dije con fiereza que la volviera a meter, que su trabajo no había acabado.

-Carla, no trates así a mis invitados – Dijo Laura y me escupió en la boca.

-Lo siento ama, me merezco un castigo.

-Es cierto, por esta insolencia no vas a recibir el semen de Cami, ni en tu culo ni en tu boca. Lo recibiré yo.

Estaba tan metido en mi papel de sumisa, que ese castigo me afectó realmente. Yo quería que Cami se viniera dentro de mi, quería luego probar ese semen con sabor a mi culo. Pero no sería en esta ocasión. Cami sacó su verga de mi culo y se vino en la boca de Laura, ésta continuó chupando la verga hasta que la dejó limpia.

Laura me agarró de mi pobre verga abandonada, me arrastró a la sala y me presentó a sus amigos.

-Qué buena droga que trajeron muchachos, miren Carlitos como se nos ha convertido en una perrita sumisa. Vamos a disfrutar todos de ella. Ve Carla mi amor, es hora de que aprendas a dar placer a mi y a mis amigos.

Yo sola me lancé a agarrar cuanta verga o vagina tenía a mi alcance, era mi oportunidad para aprender a ser la mejor perra sumisa que pudiera ser.