Mi novio quería una puta y eso es lo que obtuvo

Soy colombiana, tengo cabello largo una cintura pequeña y un gran culo que llama la atención, soy morena y muy cachonda. Les contaré cómo me volví la puta de mi novio.

En ese momento tenía 21 años y llevaba poco tiempo con mi novio, el sexo era bueno y lo hacíamos cada vez y en cada lugar que podiamos, le encantaba que siempre le permitía acabar dentro de mi boca o de mi conchita.

Un día me propuso añadirle un toque de lujuria para hacerlo emocionante, siempre me ha gustado complacer así que busqué en internet y compre ropa interior provocativa, y un aceite de sabores para hacer más cachondas las mamadas, también una bebida que me ayudaba a estar más cachonda para el y que así pidiera disfrutar bien de mi cuerpito.

Cuando nos encontramos en su casa me besó, me pidió ir gateando hasta su habitación y que al llegar él estuviera abierta y masturbándome. Lo hice de inmediato y cuando entró, su rostro cambió al ver mi diminuta lencería con abertura que dejaba ver mi depilada rajita, trate de verme tan zorra que no pudiera resistir.

Se incorporó a la cama y empezó a comerme mi conchita, mientras jugaba con mis tetas, apretándolas y jugando con mis pezones. No tardé en suplicar por su polla dentro de mí.

-Damela toda, la quiero dentro, quiero tu leche ya, ahhh, ahhh.

Me puso de rodillas a darle una mamada con la que usé el aceite que lo puso muy duro y baboso, yo chupaba y saboreaba casa gota de sus ricos fluidos, esperando de recompensa su rica y tibia lechita.

-Sigue asi putita, chupala más, que buena putita eres. Mi puta sabe hacer feliz a mi polla.

Me puso a cuatro patas pidiéndome estar abierta para él:

-Prepara todos tus agujeros para mi polla, te dejaré abierta y rellena como la puta que eres.

Me detuve y me negué a dejarme follar por mi entonces virgen culito, el dolor iba a ser terrible.

-Vamos putita no te hagas de rogar, al probarlo pediras mucha mas polla.

Me negue e intenté volver a darle una mamada para que se olvidara, pero no dejo de insistir.

-¿Dijiste que eras mi puta cierto?

-Si. Respondi avergonzada.

-¿Y si te pago como a una puta me vas a entregar tu hoyito?

No respondí. -Pero si no te niegas, tienes una verdadera puta dentro. Cuanto me pides por follarte el culo?

Para ese momento tenía el capricho de comprar un celular así que le pedí ese precio.

-Me parece justo para tu culo virgen. Pero si te pago me permitirá a disfrutar de ti a mi gusto.

-Si señor, dije. Qué quiere que le haga?

-Quiero que andes de perrito hasta la cocina y busques algo que te quepa en la panochita.

Obedecí y busqué, encontré un gran pepino y se lo llevé en mi boca como una perrita.

-Ahora vas a meterlo en tu panochita mientras me chupas la polla.

Meter ese pepino frío me hizo sentir algo de dolor pero no podía oponerme a sus instrucciones. Chupaba su polla que se puso muy dura al verme con un gran pepino dentro y gimiendo.

-Ahhh, que rico se siente estar tan abierta para recibir tu polla.

-Sigue así puta, ahhh. Y senti un abundante y tibio chorro de semen en mi boca el cual tragué.

Descansamos un poco hasta que me pidió chupar su polla de nuevo.

-Ahora si vas a gozar, putita. Ponte a cuatro patas y sigue con el pepino.

Obedecí y me fui poniendo muy cachonda y humeda. Senti la punta de su polla en mi hoyito y le suplique que lo hiciera despacio.

-Pague por tu culo, yo decido como follarlo puta. Y de un empujón me hizo gritar tanto que me salieron lágrimas. De inmediato empezo a bombearme tan rápido que no tenia tiempo de recuperarme entre jadeos.

-Ahhh que apretado esta tu culo putita, lo dejaré lleno de leche. Te gusta sentirte doblemente follada?

La sensación que tenia era indescriptible, pero poco a poco sentía cómo volvía a tener mi concha húmeda y escurriendo sus jugos mientras estaba siendo pollada por dos de mis agujeros.

-Ahhh me encanta ser tu puta y ser follada en dos agujeros al tiempo. No pares, ahhhh, ahhh, dame máaaah, siii papi , que rico ahhh.

Y un chorro salió de mi conchita.

-Mi puta es la mas puta, le gusta que le rellenen sus agujeros ahhhh, ahhhh, sigue empinada perra que te voy a rellenar. Y me lleno el culo de su tibia leche, la cual salía poquito a poco y a la que no resistió tomar una foto de recuerdo.

-Que buena puta has sido, ganaste tu recompensa.

Me dio mi pago y me dejó ir. -Harás mis fantasias realidad porque para eso estás hecha putita.

Cada vez me pedía mas cosas que contaré en otros relatos, así le daba gusto a mi panochita caliente, a mi recién abierto año y a mis caprichos.