Mi mayor fantasía era hacer el trío perfecto, algo que muchos quieren cumplir y que, por fin, después de tanto tiempo logre

Desde hace mucho tengo la fantasía de hacer un trio, pero no uno con dos mujeres, esos ya los he hecho, más bien uno con dos hombres, quiero saber que se siente ser poseida por dos sementales…

Desde hace unos días esta fantasía no me deja en paz, se ha aferrado a mi mente y no me deja trabajar, mi desempeño en el trabajo ha bajado y no sólo en la oficina, en casa también he estado un tanto ausente, incluso en la cama con mi esposo, esta fantasía no me deja en paz.

He pensado en contratar a dos gigolos, pero no lo he hecho antes y siento cierto temor, un día en el gimnasio, sin querer escuche a dos de los instructores hablando sobre lo bien que se la habían pasado con “x” chica y pensé ¡Esta es mi oportunidad!

Entré a la habitación como si no hubiese escuchado nada, tomé un vaso de la repisa y me serví agua, justo cuando iba a beber, el vaso “accidentalmente” se me cayó y me moje la playera, pero para que esto funcionara segundos antes me había quitado el brasier, mis pezones se erectaron por lo frío del agua y además, por lo mojado de la playera, podían verse sobre ella.

Ellos de inmediato trataron de ayudarme y como por instinto comenzaron a secarme con unas servilletas, como era de esperar el papel se deshacía y dejaba bolitas sobre la playera, uno dijo: -Disculpa creo que estoy empeorando las cosas… le respondí que no se preocupara, que mejor me ayudarán a quitar las bolitas…

Al sentir sus manos tocando, relativamente, mis senos, me excité, di un gran suspiro y alcance a comentar: -Dios que bien se siente esto…

Cuando me escucharon, sus miradas se cruzaron, como en una especie de telepatía, fue como si se pusieran de acuerdo sin decir palabra, uno puso la palma de su mano sobre mi seno y comenzó a amasarlo, mi respuesta… cerré los ojos y deje ir mi cabeza hacía atrás… entonces el otro instructor no perdió tiempo, metió la mano por debajo de la blusa y apretó mi otro seno, no sentí dolor sólo un enorme placer…

El primero tomó mi cabeza y la giró para darme un beso tan apasionado que me robo el aliento, al mismo tiempo el otro chico desabrocho mi pantalón para tratar de deslizar su mano dentro de el, pero no era muy fácil… con un movimiento de su pierna abrió las mías (recuerden que sigo de pie, recargada sobre una encimera) y su mano entró entonces con facilidad dentro del pantalón, burlando sin problemas el boxer, cuando sentí sus dedos juguetear con mis labios mayores y la punta del clitorís emití un leve gemido, que fue ahogado en los labios del primer chico… nuestros labios se separaron y me dijo: – Me llamo Rubén… abrí los ojos y vi al otro chico – Soy Dario, dijo…

En ese punto no me importaba si alguien más entraba y nos veía, quería que continuaran, moría de ganas por ver sus miembros, sentirlos y probarlos… cuando Rubén me sacó del trance diciendo que podían descubrirnos y ellos perderían su trabajo en el gimnasio, pero que si quería podíamos vernos por la tarde noche tal vez tomar unos tragos y terminar en uno de sus departamentos… la idea me encantó y acepté…

Las horas se me hicieron eternas, estaba inquieta y algo ansiosa, así que tomé una larga y deliciosa ducha para calmar mis nervios, lo mejor era que mi esposo estaba de viaje por negocios, así que no existía inconveniente alguno por salir toda la noche, de ser el caso.

Salí cerca de media hora antes, no quería llegar tarde, ni tampoco antes que ellos, el punto de reunión fue un bar en Avenida Juárez, realmente no sabía cómo decirles que había llegado pues no compartimos nuestros números celulares, así que sería cuestión de preguntar y ya, justo en ese momento recordé que en la mañana ellos me dijeron su nombre, pero yo no les di el mio.

Llegue con el hostess y pregunte por Rubén y Dario, lo bueno es que ya habían llegado y me llevó directo a la mesa con ellos, tomamos unos tragos, platicamos para conocernos un poco y bailamos mucho, lo mejor era bailar con los dos al mismo tiempo, los besaba en cada vuelta, los acariciaba sobre la camisa, pellizcaba sus glúteos, la pasamos genial.

Pedimos la cuenta y los chicos muy amablemente se ofrecieron a pagar, les dije que estaba en deuda con ellos y que tendría que existir una manera de pagar por el favor, -Lo harás, dijo Dario y me dio un beso.

Llegamos al edificio, entramos al ascensor y cuando la puerta de este se cerró, explotamos, Rubén tiro de mi cabello y comenzó a besarme mientras Dario amasaba mis senos encima de la blusa, no podía hacer mucho en ese momento así que sólo me deje hacer.

Cuando entramos al apartamento me dirigieron a la sala, me subieron en una mesita de noche y me pidieron que bailara para ellos, nunca lo había hecho, pero al final de cuentas traer una copas encima tiene sus ventajas, me sentía desinhibida en esos momentos, Dario tomó un control y puso música, rock, genial!

Mientras bailaba, de la forma más sensual que podía, me quitaba la ropa, primero fue la blusa, luego la falda, me moví dejando que me vieran en ropa interior, les di la espalda para que vieran como desabrochaba el brasier, giré y con una mano sostenía las copas del sostén sobre mis senos, Dario se levantó y con su mano tomó el brasier y me lo quitó… Rubén se acercó y tomó mi pantaleta… la empezó a bajar…

Rubén me sostuvo entre sus brazos y me recostó en el sofá, abrió mis piernas y me hizo sexo oral, Dario se abrió el pantalón, sacó su miembro y lo puso en mi boca… esto es una delicia…

Cambiaron de lugares, Dario coloco su pene sobre mi entrada vaginal y de un solo movimiento penetró hasta el fondo, emiti un gran gemido inundado de placer, Rubén empezó un mete y saca muy rápido en mi boca, me tomó de la mano y me levantó, Dario se sentó me colocaron a horcajadas sobre él, trataba de moverme lo mejor que podía.

Rubén se colocó tras de mí, apuntó directo a mi ano, me puso saliva con la mano y en su pene, empezó a follar mi culo, al principio fue un poco doloroso, pero admito que después de unos cuantos movimientos se sentía genial!

Era lo que había fantaseado, ser penetrada por dos hombres al mismo tiempo, querían empalarme, me besaban, daban nalgadas, me mordían, era un deleite total.

Cambiaron de posición, ahora quien se follaba mi culo era Dario, mientras Rubén cogia mi vagina, me cargaron, me penetraron mientras lo hacían, me cogian en el aire.

La forma en la que me tomaban era brutal, ruda, daban manotazos en mis senos, nalgadas que dejaban marcas muy rojas, daban golpecitos sobre mi pubis, las mordidas.

Sacaron una cuerda, me ataron de brazos y piernas y me elevaron en el aire, como en una especie de columpio, igual que al principio mientras uno follaba mi culo el otro se cogia mi boca, luego mientras el otro me daba por la vagina el uno me empalaba la boca…

Mis orgasmos fueron múltiples y deliciosos, pero quería más, además ellos no paraban, creí que nunca se vendrían…

Seguimos cerca de media hora más, me desataron, pero seguíamos cogiendo como animales en celo, pero todo estaba por llegar a su fin… Dario me jaló, regresamos al sillón, me tiró sobre el respaldo, con el culo al aire y entonces me dio tan duro por el culo que pensé que me desgarraría, hasta que escuche sus gemidos al eyacular… salió, era turno de Rubén, también quería venirse en mi ano, pensé que Dario había sido salvaje, pero Rubén fue peor, además su falo era más ancho, así que su final me causo dolor, pero lo resistí, había valido la pena todo, resistí su fuerza y movimiento bestial, cuando pensé que por fin se venía, vino al frente del sillón, quedó sobre mi, sosteniéndose sobre el respaldo, me follo tan duro por la pucha que me hizo venir otra vez, me moje al grado de escurrir, y regresó a mi culo para su glorioso final…

Cuando terminaron, no podía ponerme en pie, mi cuerpo era el de una marioneta que necesita ser guiado por el titiritero, pero jamás olvidaré esa experiencia…

Ahora sólo me falta encontrar a los que podrían ser los nuevos Dario y Rubén.