Mi amiga Laura se ofreció a hacerme un masaje relajante después de que me diera un tirón muscular durante un partido. Esto obviamente llegaría a un final feliz

Todo sucedió cuando yo estaba estudiando Medicina en Madrid, pero como era de Extremadura el primer año me fui a una residencia de estudiantes, una modesta donde éramos pocos alumnos y todos teníamos habitaciones dobles. Ahí hice una muy buena amiga, Laura, una chica también de Extremadura (aunque éramos de diferentes pueblos y nunca nos habíamos visto) que estudiaba Fisioterapia. Nos hicimos muy amigos porque ambos éramos del mismo sitio y a los dos nos gustaba mucho el futbol sala y éramos buenos jugadores. Ambos seguíamos fielmente este deporte, siempre veíamos los partidos por la tele o incluso íbamos al campo del Intermovistar que jugaba en Madrid. Yo jugaba en el equipo de mi universidad y aunque no esté bien decirlo era el mejor jugador del equipo.  Laura venia a verme muy a menudo y siempre comentábamos las jugadas después del partido.

Ella era una chica morena, de unos 165 cm y muy guapa de cara pero que al ir siempre de chándal no resaltaba sus atributos y por eso los hombres no se fijaban en ella mucho, aunque yo tengo que reconocer que me encantaba fantasear con su culo porque como hacia deporte regularmente me lo imaginaba bien duro y con una figura bien marcada, por eso cuando salíamos a correr yo me dejaba adelantar para mirarle cuando se descuidara. En cuanto al pecho tenia, pero poco, eso sí. En un par de ocasiones le pude ver en sujetador deportivo y marcaba bastante el pezón.

Yo no quería algo serio con ella a pesar de que fantaseaba con convertirme en su follamigo y disfrutar de vez en cuando de un polvo y el resto del tiempo de su fabulosa amistad. Ella no mostraba el mínimo interés en mi hasta el día del partido de la final del torneo de universidades.

Medicina se enfrentaba a Informática (quien diría que son tan buenos jugando al fútbol sala), como ellos eran manifiestamente superiores planeamos que yo jugaría casi todo el partido, en los primeros 15 min jugué muy bien y metí dos goles, pero me lesione el muslo derecho, aún siento el dolor de aquel tirón (todos lo sintieron porque mi grito fue atronador). Decidí dejar de jugar, pero nos remontaron y quedando diez minutos para el final íbamos perdiendo 3-2. Entonces salí al campo cojo y con mucho esfuerzo y dolor marqué otro gol, pero en el último minuto nos metieron el gol definitivo y perdimos. Todos estábamos jodidos y nos fuimos para casa, yo como habitualmente hacía me fui con Laura que había venido a verme. Ella estaba realmente emocionada por el partido que había hecho, no solo por los tres goles sino por jugar lesionado, cosa que como supe más tarde a ella le encantaba y le ponía mucho (por lo visto se había masturbado varias veces pensando en un portero que acabó un partido aún con el dedo roto ya que eso le ponía cachonda al ser un señal de fortaleza).

Al llegar a la resi yo seguía con mi dolor y ella se ofreció a darme un masaje muscular que según ella los daba muy bien, yo obviamente accedí y  como tenía un compañero que se pasaba todo el rato con el portátil decidimos ir a su habitación. Una vez dentro para romper el hielo le pregunte:

– Y Eli – era su compañera- no vendrá?

– Tranquilo, suele venir cerca de 23:30, vamos que tenemos más de una hora.

– Genial, y, por cierto, ¿qué tal es vivir con ella? Porque se rumorea que se trae muchos tíos.

– Pues veras, muchas noches se trae a tíos y me tengo que quedar en la puerta o en la biblio esperando que termine de follárselos, e incluso se ha llegado a masturbar al lado mío – sus camas estaban contiguas- mientras hablaba por video chat con su novio que por cierto lleva más cuernos que el Barça copas del rey.

– Lo de llevarse tíos lo puedo comprender, pero lo de hacerse pajas al lado tuyo ya no.

– Lo de los tíos no sería demasiado problema si no fueran como 3 a la semana, y lo de masturbarse es flipante en serio, yo ya no sé qué hacer.

– Estoy flipando, es que es surrealista.

– Además, me manda indirectas diciéndome que soy una estrecha y me deja caer que ningún tío me va a querer conforme visto.

– Que cabrona, pero no te preocupes que seguro que a más de un tío lo llevas loco.

– Ya, bueno vamos a proceder que al final se nos hace tarde.

– ¿Y cómo lo hacemos?

– Pues para que te pueda dar el masaje te tienes que quedar en calzoncillos y ponerte boca abajo – suelta una risilla cuando vio mi cara de estupefacción-

– ¿Me estás vacilando?

– No que va, ah y si quieres te puedes duchar aquí cuando acabemos porque voy a usar aceite

Yo no sabía cómo reaccionar, quería que me quedara en calzoncillos delante de ella, que yo no tenia ningún problema si no fuera porque yo creía que ella no quería nada conmigo y que quizás me iba a poner cachondo quedándome en una situación comprometida. Ella viendo mi indecisión me dijo:

– Tranquilo que estas ante una profesional.

Finalmente me decidí y me quité la ropa pensando que lo peor que podía pasar era que una amiga mía se riera de mi (porque como la conocía sabía que no se iba a enfadar) y lo mejor que me llevara un polvo con una tía que me resultaba bastante atractiva.

Cuando me quede delante de ella vi como me miraba el paquete y ella se dio cuenta de que la pille, entonces me sonrió y con un gesto me indicó que me tumbara en la cama. Una vez tumbado me dijo:

– Lo que te voy a hacer no te va a curar porque de momento a ese nivel no llego, pero sí que te aliviará un poco para que al menos hoy duermas bien, primero te lo realizaré sin nada y después ya pasaré a usar el aceite. Cuando te diga te darás la vuelta y seguiré por el otro lado.

– Tú mandas.

Empezó a tocarme por la zona de atrás de la rodilla y poco a poco fue subiendo y luego bajando apretando en zonas de forma más fuerte y en otras más suave, ese movimiento de sube y baja me estaba poniendo a cien a pesar de que ella ni siquiera había llegado a estar cerca de tocarme el culo. Estuvo así un par de minutos hasta que finalmente empezó a tocar culo y mi reacción fue ponerlo duro (fue en parte sin querer y parte queriendo para que cuando me lo tocara le gustara) a lo que ella me dijo:

-Relaja el culo que sino no te lo puedo masajear bien.

Yo hice caso y ella procedió a tocármelo, y madre mía como lo hacía, no se dejó nada del glúteo derecho sin palpar y yo cada vez estaba más cachondo hasta que de pronto paró, entró al baño y salió con una botella de aceite de masaje, ahí empezó lo verdaderamente bueno. Otra vez empezó de la zona de atrás de la rodilla y fue subiendo poco a poco, pero esta vez fue al grano, directamente al culo sin entretenerse demasiado en las otras zonas. Cuando volvió a llegar a la zona del culo yo endurecí otra vez el culo a lo que ella respondió con una cachetada en el otro glúteo, lo cual me dejo claro que lo tenía que hacer a la par que me puso aún más cachondo. Cuando termino con el culo me dijo que me volteara, pero yo tenía mi polla muy erecta y dura y me quede sin moverme, no sabía qué hacer.

– Venga que se nos hace tarde, no tengas miedo.

Yo me decidí y me puse de pie, se me marcaba todo el miembro en el calzoncillo hasta tal punto que parecía que iba a estallar y no podía estar más apretado. Mis 20 cm no se podían marcar más y vaya que si  ella se dio cuenta, no podía parar de mirármelo.

– No puedes negar que te está gustando el masaje – y soltó una carcajada- bueno, túmbate boca arriba que tenemos que continuar.

Yo le hice caso, pero cuando me tumbé debido a un mal movimiento se me salió el glande del pene del calzoncillo. Cosa que ella no pasó desapercibida.

– Joder es difícil sujetar a tu amigo. ¿No te será más cómodo estar completamente desnudo? Porque parece que te debe apretar un montón.

– Supongo que sí.

No había acabado la frase y ella ya estaba quitándomelo. Rápidamente mi gladiador salió triunfante de su cárcel y su enorme tamaño dejó impresionada a Laura.

– Vaya polla, es la más grande que he visto en persona, aunque tampoco es que haya visto demasiadas, la verdad. Yo diría que es ella la que necesita el masaje.

Dicho esto, empezó a masturbarme lentamente con una mano mientras que con la otra cogía los testículos y los masajeaba. Me pillo de sorpresa pero hizo exactamente lo que yo estaba deseando que hiciera, entonces me acorde de su compañera y se lo recordé.

-Tranquilo, si nos pilla verá que no soy tan estrecha como ella se piensa ni que no atraigo a los tíos y por una vez será ella la que espere en la puerta- y continuó con su maravillosa paja.

Yo estaba en la gloria, mi inexperta amiga no lo hacía nada mal, pero de pronto paro.

– Yo creo que ahora toca que me toques tu a mí.

Empezó a quitarse el chándal que llevaba, primero dejando a relucir sus pequeñas pero bonitas tetas con unos pezones también pequeños, pero muy oscuros y en punta y un firme vientre que me resultaba muy sexi. Y después se quito el pantalón mostrando su peludo monte de venus, yo me levante le bese con lengua a ella y a sus tetas, pero enseguida le puse a cuatro patas para ver su culo y he de decir que tocas mis fantasías eran ciertas, tenía un culo no muy grande, pero con la forma perfecta y duro como una piedra, no sé cuánto tiempo estuve tocando y lamiendo esa escultura, pero estoy seguro de que no fue lo suficiente. Ella me aparto y se tumbó hacia arriba con las piernas hacia arriba y yo me dirigí a comerle el coño. Tenia el coño bien estrecho y en cuanto empecé ella se puso a gemir.

Entonces se abrió la puerta y entro Eli, su compañera de piso, y yo intente quitarme, pero Laura me sujeto con la cabeza indicándome que siguiera.

– Esto si que es una sorpresa, Laurita con un tío.

– Cosas que pasan más a menudo de lo que piensas ahhhh – continuaba gimiendo cuando acabo la frase- siento molestarte, pero si no te importa te aviso cuando terminemos para que entres.

– Al contrario, a mí no me incomoda estar en el mismo cuarto que tú mientras follas, además no tengo ganas de irme a otro sitio, me pondré el pijama y estaré en la cama mientras a ti te dan lo tuyo. A no ser que seas una estrecha y te moleste mi presencia o te de vergüenza el follar delante mío y que me dé cuenta de que eres una novata, en cuyo caso me iré.

– A mi no me importa complacerte con un buen espectáculo. – era mentira, pero sabía que no podía ceder por una vez que era ella la que tenía un tío en la habitación. Para recuperar el control de la situación me puso sentado al borde de la cama y empezó a chupármela, primero unos lametones y luego se la fue introduciendo poco a poco en la boca hasta proceder con el mete y saca. En lo que se refiere a la mamada a Laura ya no se le daba tan bien como masturbar.

Dos metros detrás suya estaba Eli mirándonos cuando empezó a desnudarse y yo aparte la vista de la preciosa imagen de la bella Laura mamando de mi polla para fijarme en su espectacular compañera de piso (ahí comprendí como se follaba a tantos tíos tan fácilmente) y antes de que me diera cuenta ella ya estaba desnuda, el culo se lo vi fugazmente y estaba bastante bien aunque el de Laura era mejor, lo que más destacaba de Eli era su rosado coño debajo de ese monte de venus sin ningún rastro de vello y sobre todo esas hermosas y grandes (aunque no demasiado) tetas con uno grandes pezones que estaban muy en punta y con una gran aureola rosada, nuestras miradas se cruzaron cuando de fondo solo se oía como Laura se atragantaba con mi polla haciendo notar su inexperiencia. Eli me miro y me guiño un ojo para después ponerse su corto pijama y se acostó en su cama.

Aparté a Laura de mi polla porque no iba a aguantar mucho más y me puse a comérselo otra vez para igualar la situación, después de un pequeño rato ella ya estaba muy húmeda y procedí a follármela en la clásica postura del misionero (después de haberme puesto el condón), cuando se la metí, me lleno de gran placer debido a su estrechez ya que notaba mucha presión en mi polla y ella no se quedaba atrás respecto al placer porque no paraba de gritar desde que se la introduje en una mezcla de placer e incomodidad por el tamaño de mi órgano, a pesar de ello no me dijo que redujera el ritmo para no darle motivos de burla a Eli. Empecé él toma y daca cuando me fijé que en la otra cama estaba Eli totalmente desnuda masturbándose a la vez que contemplaba nuestra escena. Poco después de la penetración Laura terminó corriéndose en un mar de gritos de placer y segundos más tarde era yo el que se corría. Cayendo los dos desplomados a la cama.

– Parece que no eras tan estrecha, al fin y al cabo- dijo Eli parando de masturbarse- aunque para la próxima vez límpiale la polla al tío con una buena mamada final que eso les gusta mucho. – me cogió la polla y la empezó a mamar enérgicamente, era una mamadora nata, la que mejor me lo había hecho hasta ese momento, con unos movimientos rapidísimos de arriba hasta abajo, al minuto ya la tenia durísima otra vez, y ella me empujo dejándome caer en su cama.

– Aunque tu lo has hecho bastante bien ahora vas a ver a una auténtica profesional. – se introdujo mi polla en su coño sin apenas inmutarse y empezó a cabalgarme violentamente al mismo tiempo que una cansadísima Laura nos miraba desde la otra cama atónita, pero sin la suficiente fuerza como para poder impedirlo. Sus tetas eran un espectáculo, se balanceaban violentamente para deleite de mis ojos. A los pocos minutos terminé corriéndome en su coño directamente ya que no llevaba condón (luego supe que ella tomaba la píldora), ella se plantó encima de la cama abriendo las piernas y se empezó a masturbar hasta correrse encima mío. Posteriormente bajo de la cama donde estaba (que yo después de tal salvaje cogida no podía ni moverme) y se fue hasta la exhausta Laura y le dio un beso en los labios y le dijo:

– Aún tienes mucho que aprender.