Mi amado hermano.

Mi nombre es Adriana y tengo 19 años.Este relato me aconteció este mismo verano.

Soy una chica morena de piel, pelo castaño y largo, ojos verdes, mido aproximadamente 1,64 y peso 55kg y según considero yo, tengo unas medidas muy buenas 100-63-95.

Era un día caluroso y yo acababa de volver de la playa a nuestra casa de verano.Estaba sofocada y tenía que ducharme.Y lo hice claro, lo único es que no supe lo que me iba después a pasar.

Yo tengo un hermano mayor, tiene 21 años, y a veces es muy despistado. Su nombre, Miguel.

Cuando acabé de ducharme de repente alguien abrió la puerta del baño. Era mi hermano. Yo estaba completamente desnuda. El venía con una camiseta blanca de manga corta y un pantalón corto y todo sudado después de hacer deporte. Nos quedamos quietos y entonces noté algo raro en mi hermano. Se le puso la polla completamente dura. Nos miramos. No sabíamos que hacer. Fue cuando cogí una toalla y me marche a mi habitación. Dejé a mi hermano en la ducha.

«Joder que polla» pensé. Entré en mi habitación y me vestí con uno de mis bikinis más sexis que tenía.Completamente rojo y con el cual se marcaban bien mis pechos y mi culito. Salí de mi habitación y volví al baño. Primero golpeé la puerta haber si estaba mi hermano y también pregunté pero al ver que no había respuesta entré. Lo que ví me sorprendió aún más. Era mi hermano, completamente desnudo y masturbándose. No sabía que hacer y entré en el baño. El paró de repente. Dejé mi toalla en el baño y me fui, pero esta vez me fui cachonda de verdad.

Pasó esa mañana y la comida y nuestros padres se marcharon a dar un paseo. Nos quedamos solos. Mi hermano estaba en su habitación y yo en la mía. Fue entonces cuando decidí ir al salón cuando escuché un sonido desde la habitación de mi hermano. Fui a ver que era. Y lo ví de nuevo. Estaba desnudo y meneándosela. Empecé a sentirme muy cachonda. Ver a un chico con un cuerpo tan perfecto y con una polla tan grande me excitaba, pero era mi hermano lo cual me podría convertir en un depravada. Sin embargo hice tripas corazón y entré en su habitación.

-Dios, pero que haces Adriana-me dijo mi hermano intentando vestirse.
-Perdona hermanito, pero tenía que hablar contigo.
-Te escucho-me respondió.

El estaba sin camiseta y con la polla apunto de explotarle el boxer. Su sudor recorría sus pectorales y sus abdominales.

-Miguel, cuando te ví entrar en el baño y se te puso…bueno, se te puso dura, me excité mucho-le confesé
-Lo se. Se te vió en tus preciosos ojos y en esos pezoncitos tan ricos que tienes
-Por favor, que me sonrojo. Miguel, a lo que quiero llegar es que me han entrado ganas de follar contigo.
-Bien, hermanita, me has leído la mente. Llevaba esperando mucho tiempo por este momento.-me respondió excitado.
-Y eso porque?
-Siempre quise verte desnudita hermana, tocarte tu cuerpo y poder follarte.

Estaba excitada. El se quitó el boxer y sacó a relucir su enorme polla. Yo me quedé quieta y dejé que mi hermano me posellera. Me quitó el bikini. Estabamos desnudos y nos empezamos a besar. Sentía su lenga y sus manos me recorrían el cuerpo hasta llegar a mis pechos. Fue bajando poco a poco con su boca hasta que alcanzó mis pezones. Los empezó a lamer y a tocar. Cada vez estaba más y más cachonda. Jugó con mis tetas, las apretó. Le encantaban.

-Dios que tetas tienes.-dijo mi hermano.

Me dijo que me agachara. Yo lo hice. Observé su enorme polla mientras se la tocaba y le hacía una paja.

-Oh si, Adri, chupamela.

Empecé primero por sus huevos y fui poco a poco lamiendo su enorme capullo. Empecé a lamer con cuidado la puntita de su polla cuando el me agarró la cabeza e hizo que me tragase toda su polla entera. Se la chupe como nunca tragandome su polla hasta la garganta y hasta sus huevos.

-Oh si, hermanita. Túmbate boca arriba y ábrete de piernas, anda.

Le hice caso. Echó saliba en mi coño completamente depilado y empezó a lamerlo a la vez que metía sus deditos. Primero uno, después dos y luego tres.

-Ooooh sii, si, si, Miguel, me vengo.- gemía yo toda mojadita.

Me vine en su carita. El se levantó en la cama mientras yo acostada le miraba a su enorme capullo. Me abrió las piernas , se las subió hasta los hombros y me empezó a penetrar salvajemente. Yo gritaba de placer como una putita mientras sentía su polla en mi. El seguía follándome salvajemente mientras además me agarraba las tetas.

-Quiero que te pongas a cuatro patitas.-me dijo mientras retiraba su polla de mi coño.

Me puse a cuatro patitas para el, con el culito bien dispuesto para el. Durante un momento siguió follandome por el coñito, penetrándome con violencia pero sintiendo un placer que nunca antes había tenido. Me quitó su polla del coño y me hizo un preguntita de lo más cachonda.

-¿Te han follado alguna vez por el culito?
-No,nunca, pero me encantaría probar.-le respondí

Me escupió en el culo. Me abrió un poquito el agujero y sentí su enorme polla entrando en mi. Fue poco a poco, pero cuando su polla ya estaba dentro de mi, empezó a aumentar la velocidad. Yo gritaba de placer como una descosida y gemía a más no poder.

-OHhhhhh siii, siiii
-Dios, hermanita, me voy a correr

Me quito la polla de mi culo, nos fuimos de la cama y arrodillada en la alfombra de su habitación tenía la boquita abierta esperando por la corrida de mi hermano. El echó una enorme y espesa capa de su semen caliente. Habíamos follado.
Pero algo más ocurrió en aquel excitante instante. Nuestra madre había vuelto del paseo, sin nuestro padre que se había ido al bar. Ella debió oír ruidos desde la habitación de mi hermano por lo que vino. Cuando entró nuestra madre, vio a mi hermano echarme todo su semen por mi boquita y mis tetas.
Yo me tragué su semen y cuando nos giramos vimos a nuestra madre gritar como una loca e irse corriendo a su habitación.

Estábamos avergonzados. Nos vestimos y fuimos a la habitación de nuestros padres. Hablamos con nuestra madre y le explicamos que fue algo que fue culpa mía y que no volvería a ocurrir. Ella, después de un rato, se quedó tranquila y acordamos no contárselo a nuestro padre.

Desde ese momento mi relación con mi hermano cambió pero aún así seguimos teniendo sexo juntos durante estos dos meses.

Esta historia es completamente real y la cuento yo misma para intentar «desahogarme» y compartirla con vosotros.

Colaborador: Adriana