Me desperté considerablemente caliente, tanto que hasta mis pezones estaban demasiado duros, pero un encuentro bastante interesante se dio como por arte de magia y tuve que aprovecharlo

Algo fortuito e inesperado

Antes de nada, agradecer tantos a todos aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, pues por vosotros sé que hago bien contando mis confidencias. Soy de esos que siempre digo… “Que no nacemos sabiendo, pues lo aprendido viene de la enseñanza y la práctica”, cosa que intento aprender y realizar cada día… mmm.

No me considero un experto en la materia, simplemente pienso que soy curioso por naturaleza y sobre todo en el ámbito sexual, no voy de sabelotodo… no es lo mío, cuando veo que algo no va a funcionar, simplemente me marcho. A veces pongo una escusa no queriendo ser descortés, aunque otras por no ser un hipócrita y calienta pollas, acabo accediendo aunque no me guste y acabo cumpliendo… mmm.

Muchos son los que me dicen que las experiencias fortuitas o casuales o imprevistas se ven venir, no siendo eso verdad la mayor parte. Mirad antes de comenzar, os voy a poner en antecedentes… vale. Con dieciocho años (07/1992) comencé a cumplir con la patria, finalizando con diecinueve años (06/1993). Tras el servicio militar vino la época de continuar con mis estudios, iniciando mi época universitaria y de paso buscar mi primer empleo, pues mi idea era poder independizarme y para esta tarea, era esencia encontrar un trabajo para poderme comprar un piso

Con veinte años (1994) encontré mi gran oportunidad, mi búsqueda tuvo su recompensa y encontré un empleo, pero este iba de la mano de un curso preparatorio, curso que debía de realizarlo en Madrid. Curso que inicie y de paso nació Alba (una Crossdressers), durante este y quizás algo mas, proporcione las fantasías de un follamigo y de paso a todo aquel que a este se le antojara. Este hombre no dejaba de decirme…

“Todos tenemos una parte femenina en nuestro interior, no significa que no te gusten las mujeres que deben de gustarte”.
“No avergonzándote de convertirte en mujer, aunque se signifique en hacerlo a escondidas, pues de esta forma conseguimos que de esta forma viva”.
Palabras que me llegaron muy al fondo de mi corazón y de paso al fondo de mi culo… mmm. Pero bueno continuo, ya con veintidós años (1996) pude independizarme, acabando por comprarme un piso, claro está con hipoteca de veinte años. Piso que se encuentra a las afuera de Sevilla, yo era uno de esos que como muchos dicen…

“Eres muy joven para independizarme”.
Viví solo algo más de seis años, viviendo más tarde cuatro años en “pecado” con mi novia, tiempo que estuvimos hasta casarnos. Mirad en aquellos años, mi puesto laboral me permitía estar una semana de mañana libre y una no, pues los turnos eran alternando. Esa semana me permitía realizar gestiones administrativas u otras obligaciones de esta índole. Pero si no, me quedaba en casa realizando tareas o descansando, tiempo que me llevaba con la música alta, estando normalmente en calzonas como única prenda o en calzoncillos, siendo estos de tipo short de algodón, calzoncillos gastados no por viejos sino por la cantidad de lavados. Cuento esto por explicaros de alguna forma algunos acontecimientos, acontecimientos que no han sido el único y que de alguna forma, fue mi quebradero de cabeza…

En aquel tiempo y sobre todo en los meses de julio y parte de agosto me encontraba solo, lógicamente tanto la familia como mi novia estaban de vacaciones. No cogiendo hasta la primera o segunda quincena de agosto, quincena que dependía de mis compañeros que las cogiera. Pero durante esos meses lo llevaba lo mejor que se puede y llevado por el calor.

Recuerdo ese día, no porque tenga una memoria de elefante, sino por tenerlo escrito de una forma una detallada con ocurrió. Pues me gusta tenerlo tal como paso, pues me sirven para poderlo recordar y de paso masturbar, llevando mi leche a la boca y saborearlo… mmm. Bueno pues ese día me levante realmente caliente, bueno normalmente siempre lo estoy, pero me refiero a estar salido del todo, tanto que tenia los pezones duros y me dolían. Esto significa que deseaba hacer una locura y en esos momentos con el tremendo calor que hacía, no me apetecía salir por lo que comencé a ver porno… mmm.

No apeteciéndome salir y a veces ni ir a comprar el pan, pero recuerdo una mañana como tantas, una mañana que sonó el timbre de la puerta y como estaba sin caer fui a abrir, si ni siquiera caí en mi primer error… menos caí en el segundo, pues sin tan siquiera mire por la mirilla cuando abrí, encontrándome con un señor mayor corpulento canoso y con barba. Sorprendido solté…

«Si».
Este me miro tan sorprendido como yo, me miró de arriba hacia abajo sin decir nada, dibujándose en su rostro una sonrisa pervertida y con esos ojos de color azul clavados en los míos. Mirada que me corto del todo, dándome cuenta rápidamente a raíz de esto de mi estado, me oculte medio cuerpo detrás de la puerta. Llamando mi atención la imagen que aparecía en su tarjeta, tarjeta que colgaba en su camisa, donde venia su nombre y empresa a la que pertenece. No siendo en ese momento inoportuno mi mente al confundirlo con un actor porno, aunque fue escasos minutos pero ese hombre se me pareció al actor Colton Ford. Pues en verdad se le parecía o es que mi cabeza por ver escenas porno, me hizo creer eso, ya que su altura de un metro ochenta al menos, su cuerpo corpulento aunque con algo de barriga que no pesaría mucho mas de los noventa kilos, y esa edad que rondaría entre los cincuenta y cinco y los sesenta años. Este rápidamente deteniendo la puerta con su fuerte mano, me rogó…

«Si me lo permite, solo le robaré unos minutos de su tiempo.
Volviéndose a disculpar al verme cogido como estaba, cosa que me avergonzó y me sentí culpable al no haber mirado antes por la mirilla. Acabando por soltarle al tiempo que intente cerrar la puerta…

“Vale, espere un momento, me pongo algo más decente y vuelvo en tan solo un minuto”.
He hice como solemos hacer, cerramos la puerta con la mano sin mucho esfuerzo, dando por hecho que esta se cerraría al tiempo que me gire. Puerta que no llego a cerrarse y por el rabillo del ojo, vi como esta volvía a abrirse al tiempo que este hombre, no solo la detuvo con su mano sino que me contesto…

“Da igual hombre, no vaya usted a cambiarse por mí, además está usted en su casa y en su casa, uno va como le viene en gana».
«Por otra parte, no debe usted avergonzarse, somos hombres y no debería de haber ningún problema. Sí es por la moral o por lo que puedan decir los vecinos, pues con dejarme entrar todo se arregla».
Este continúa explicándose…

“Yo vengo solo a ofrecerle un seguro y de paso, si usted fuera tan amable me podría dar un vaso de agua”.
Claro está intente echar a este de mi casa, no siendo el motivo otro que encontrarme en ropa interior. Y aunque estoy acostumbrado estar delante de amigos en calzoncillos, no me parece igual y más aun en mi propia casa. Este comenzó a hablarme, soltándome el temario sobre eso que quería venderme, intentando yo cortarlo y hacer que volviera otro día. No dejándose cortar como buen vendedor, mientras este hablaba no dejaba de mirarme, sintiendo esa mirada diferente, cuyo ojos transmitía todo menos cordura. Su mirada transmitía una mezcla de perversión, depravación, degeneración e incluso vicio, pero quise pensar que eso parte de mi cabeza y de mi estado, no queriendo caer en mis propios deseos.

Pero cuando su mirada deja de clavarse en la mía, momentos en que me da por pensar que sus pretensiones son otras, pues de sobra se como son esa manera lujuriosa de mirar. Ya que su mirada descendió un par de veces desde mis ojos hasta mis calzoncillos, clavándose en mí entrepierna unos minutos, miembro que para ese momento estaba morcillón… mmm. Pero esa mirada que hizo que se me endureciera poco a poco, intentando ocultarla, pero me era un poco difícil más aun cuando sobresalía mi glande por el pernil de mis calzoncillos… mmm. Unos minutos de silencio que se hace insostenible, no dándome por decir como manera de romper el hielo…

«No quería usted un vaso de agua».
Este movió su cabeza como afirmación. Soltándole…

“Espere usted aquí que ahora le traigo el vaso de agua”.
Momento en que me giro para ir a la cocina, caminando hacia el fondo de esta, pues es donde está el fregadero. Escucho el ruido detrás de mí de como se cierra la puerta, mirando como un acto reflejo y verlo caminar detrás, acabando este por justificarse…

“No es de buen anfitrión dejar a alguien esperando en la calle”.
No le respondí nada, directamente me fui hacia el fregadero, inclinándome al tiempo que abría el cajón inferior, cajón que se deslizo y mostraba en su interior los vasos y platos, muy bien ordenados. Pero cuando me incline a coger uno de los vasos, escuche sus pasos, pudiéndolo ver por sus pies como pasaba detrás de mí a escasos centímetros de mis nalgas. Esto me puso un poco nervioso y al mismo tiempo excitado, sentí como posaba una de sus manos en mi cintura, presionando hacía el al tiempo que note como algo duro se restregaba por mis nalgas… mmm.

No me levante por temor… seguí inclinado, quizás vergüenza o quizás… mmm, aprecié el tamaño del bulto de su entrepierna y aun mas su endurecido miembro… ooohhh. Trague saliva… espere quedándome inmóvil, sinceramente no lo esperaba, ojo… no digo que no lo deseara, pero no pensaba que fuera tan directo. Poso su mano en mis nalgas, acariciándome mis glúteos… uuummm, fingí protestar…

“Oiga… que hace”.
Siseándome me mando a callar…

“Sssssssssssssss”.
Este callado… continúo, descendiendo sus dedos entre mis nalgas… mmm, viendo como yo cedía a sus mimos y acto seguido tras pellizcar la cinturilla de mis calzoncillos, comenzó a tirar de ellos hasta que estos se deslizo por mis piernas hasta mis pies… mmm. y comenzó a claramente su tronco deslizarse entre mis glúteos… uuuffff. Magreando mis nalgas a su antojo, deslizando sus dedos por mi orificio una y otra vez… aaahhh. Siendo el mismo quien cerró el cajón con uno de sus pies, mientras trabajaba con mis nalgas y orificio anal… uuuffff.

Acabo por presionar su entrepierna contra mis nalgas, no pudiendo aguantar mucho más y tras escuchar el bajar de su cremallera, pude sentir la calidez de su tronco alojarse entre mis glúteos. Comenzando este a deslizarlo una y otra vez… aaahhh, tomándome con ambas manos por las caderas y fingir la penetración, acabando por impregnarme de su líquido preseminal… uuummm. Aprovechando por acariciarme espalda, pecho, vientre, pezones y cuello… mmm. Acabando por soltarme…

“Chúpamela… venga hazlo”.
Me gire y tras ver ese pedazo de vergajo, cogí y lo tome al tiempo que me arrodillaba, llevándomelo a la boca y comenzar a lamer su glande. Mostré torpeza e incluso miedo, mostrando inseguridad al tiempo que fingía mi inexperiencia, mostrándome torpemente. Soltándome este…

“No temas, yo te voy indicando como debes hacerlo, veras como al final disfrutas y todo”.
Me incline al tiempo que se la cogí con mi mano derecha, alce la vista hacia sus ojos mientras él me instruía de como hacerlo, comenzando por besar su glande y lamerlo… mmm, continuando por inclinar su miembro hacia su vientre y descender mi rostro hasta lamer desde sus genitales hasta su glande… mmm, una vez tras otra… aaahhh. Este suspiraba y gemía de placer.

Seguí por introducírmela dentro de mi boca, chupándola una vez tras otra al tiempo que movía mi mano por su tronco de arriba hacia abajo… mmm. Dejando de nuevo de saborear su glande para pasar de nuevo a sus genitales, chupándolos e incluso metiéndomelos dentro de mi boca… mmm. Mientras este me decía…

«Aaahhh… qué rápido y que aprendes maricona, que manera de chupar… uuuffff».
«Como sea tu culito tan aplicado como la boca, menuda follada te voy a dar… mmm».
Deje sus genitales y me dedique tras lamer de forma ascendente por su tronco hacia su glande, para introducírmelo poco a poco… mmm. Llegando a notar la mano de este sobre mi nuca y acto seguido la presión de esta, presionando y no quedándome otra que tragar hasta la base de sus genitales. Sentí arcadas por la falta de aire y por el tamaño de su glande, sentí nauseas una vez que paso su glande mis amígdalas, llegando a saltarme un par de lágrimas. Viéndome enrojecido, me soltó…

«Vas a ser que me corra… maricona, pero como me corra vas a tragar hasta la última gota… uuuffff».
«Además no pienses que porque me haya corrido, te vas a librar de que te folle… uuuffff».
Seguí chupando, lamiendo cada centímetro de su tronco y genitales, continúe tragándomela hasta enrojecer, no dejando de masturbarla… mmm, no dejando de magrear sus genitales… ooohhh. Hasta sentir el primer chorro en mi boca y la presión de su mano en mi nuca, me obligo a tragar el resto, resto que trague al tiempo que continúe chupando, no sacándome su polla de mi boca. Yo continuaba chupándosela con la idea de dejársela limpia, pero para mi sorpresa a este no se le bajaba, continuaba dura y erecta. El tío me hizo levantar y tras girarme… se agacho, poso sus manos en mis nalgas y me soltó…

“Te han comido alguna vez el culo”.
Claro está dije que no, cosa que este comenzó a lamer mi orificio, separando mis glúteos y sentir su lengua… ooohhh. Incorporándose al tiempo que fue despojándose de sus ropas, me soltó…

“Te voy a follar”.
Respondiéndole…

“Tienes preservativo… ooohhh”.
No acabe de preguntárselo, cuando sentí como deslizaba su miembro por entre mis glúteos… mmm, deteniéndose en mi orificio anal y comenzara a presionar… uuumm. Sintiendo como me fue entrando… aaahhh, deteniéndose tras tener su glande dentro de mí… mmm, comenzando a acelerar hasta introducírmela por completo… uuuffff. Me fue penetrando muy lentamente mientras yo gemía y suspiraba, disfrutando de mi macho… aaahhh.

Tras sacármela, me hizo girar y en esta ocasión no le mire a la cara… por vergüenza, me hizo subir sobre la encimera y tras colocarse delante de mí, volvió otra vez a introducírmela… uuuffff. Levantando mis piernas hasta colocarlas sobre sus hombros… ooohhh, dándome una embestida tras otra… aaahhh. Llegando a perder la noción del tiempo, ignoraba cuanto tiempo llevábamos follando, mientras me follaba no dejaba de acariciarme el pecho o cuello… uuuhhh, besándome cada vez que podía a pesar de mi insistencia a no besar… mmm.

Comenzó a acelerar, comenzaron sus embestidas cada vez más violentas… aaahhh, llegándole yo a pedir…

“Uuummm… despacio… ooohhh”.
“Despacio… uuuffff”.
Pero él en vez de ir despacio, no dejo de acelerar y penetrándome sin compasión, acelerando hasta ver como se convulsiona y se endereza, como su cara coge un color rojizo al tiempo que se contrae. Acabando este por gemir y sollozar, entre insultos y sentir como descargaba dentro de mí… uuummm, dejándome preñado… aaahhh. Sacándomela de mi dolorido y escocido culo, cojo y con rapidez me bajo de la encimera, arrodillándome para meterme su flácida polla en mi boca… mmm. Disfrutando u hacerle a él disfrutar, mientras yo se la limpio entre lamidas… uuuffff.

Se ducho y se vistió, aprovechando por rellenarme la ficha de la póliza, aprovechando y quedarse con todos mis datos, no perdiendo el tiempo cada vez que me daba la vuelta, pues cogía y me daba un ate en las nalgas. Cuando se marcho de casa, satisfecho y con su póliza realizada, marchándose con todo realizado. No quedándome otra que acusarle de acoso y violación, soltándome este sonriente…

“¿Cómo que acoso y violación?. Si lo estabas tú pidiendo a gritos chaval… no dejabas de provocar, no me digas que salir en calzoncillo con todo el capullo fuera, no es provocación”.
Aprovechando antes de irse por decirme…

“Bueno maricona… me marcho, pero te preocupes que siempre que pueda voy a venir, quiero follarme ese pedazo de culito que tienes… mmm”.