Me convierto en la hembra de mi macho

Hola a todos y todas, quisiera contar mi primera experiencia en la zoofilia, algo que jamás pensé que pasaría, pero que me abrió una puerta de orgasmos y placeres que me llevaron a ser la perra sumisa de mi macho.

Primero me presentaré soy Samara, tengo 27 años, soy morena, ojos café, 1.68, 69kg.

Cuando tenía 21 años la cosa me iba bien y pues decidí emanciparme, por lo que empecé a buscar casa. Encontré una casa, con tres habitaciones, cocina, salón, dos baños y una despensa, estaba muy bien el piso por lo que decidí comprarlo. Tras solucionar las cosas con el banco y la posterior mudanza por fin estaba independizada.

A las semanas de establecerme en mi nueva casa no me habituaba a tanto silencio, con algún amigo que venía a tomarse algo o se que daban a dormir… ya me entendéis, pero me decidí a adoptar un perro, ya que yo siempre me crié con perros y sabía que me iban a dar compañía.

Cogí el coche y fui a un albergue de perro que hay a las afueras de la ciudad, era curioso porque tú no elegías al perro, el perro te debía elegir a tí y allí estaba yo en un recinto y me iban trayendo los perros, los cuales algunos pasaban o se acercaban, hasta que llegó Danko, un perro negro, grande y de tres años, nada más entrar en el recinto se vino a mi, muy juguetón y pues decidieron que me lo podía quedar. Tras arreglar los papeles más entregar lo correspondiente por el perro para que la organización siga financiandose (yo le di mucho más) pues pude llevarme a Danko.

Nada más llegar a casa ya tenía su cama, cuenco y de la para que cuando llegara se hiciera a la vida casera. Danko dio dos vueltas por la casa y se tumbó a mi vera.

Pasaron los días y Danko ya se habituó a su nuevo hogar y yo a él. Una noche estaba yo en mi cuarto durmiendo pero algo me despertó, Danko estaba en su cama al lado mia y yo pues al ver que estaba dormido intenté conciliar el sueño, no podía así pues me quité la ropa y me predispurse a masturbarme para cansarme y así dormir. Me quité toda la ropa y empecé a masajearme el clítoris, suave, haciendo círculos, como nos gusta a todas. Algo despertó a Danko, me imagino que o mis gemidos o el olor de mi flujo, pues de subió a la cama y se quedó sentado mientras yo seguía a lo mío. No le di mayor importancia, hasta que se acercó, yo cerré las piernas para impedirle (por dios que asco pensé), pero el seguía con insistencia. Estaba a punto de correrme pues ya no podía estar a dos cosas y eso lo aprovechó para lamer mi vagina, dios, que placer sentí al sentir esa lengua áspera lamerme toda la vagina, me recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo con una explosión de flujo acompañado por un gemido que seguro que se escuchó. Danko aprovechó mi cansancio para lamer mi flujo, pero al sentir esa lengua yo arqueaba la espalda, era tan rico….

Danko se subió encima mía, me intentaba penetrar, pero eso sí que no me atrevía, no podía, pareció que el entendió mi miedo y se volvió a sentar y ante mí se dislumbró su miembro, con la punta fuera, Danko jadeaba, se le notaba superexcitado, así que me envalentoné y sentándome con mucho cuidado empecé a acariciarle la panza. Él se puso boca arriba, poco a poco mi mano de acercaba a su miembro, parecía que captaba el mensaje pues su pene estaba ya casi fuera, pues lo cogí y empecé a masturbar cual pene humano, pero no es igual, pero a Danko parecía que le gustaba pues su pene salió por completo. Menudo pedazo de carne salió, no me lo esperaba y lo peor (o mejor) me llamaba a metermelo en la boca, mi boca ensalivaba a más no poder así que mire a Danko y pareció que me dio el visto bueno. Me acerqué despacio, con cuidado mientras lo seguía masturbando. Mi boca llegó a su pene, le lamí la punta y un poco el tronco. Es mas duro que el del hombre y las venas se sienten más, de sabor estaba riquísima por lo que decidí meterla entera. Danko parecía que le gustaba, ya que solo soltaba algún que otro gruñido pero no quejándose si no como de gusto y eso me ponía más cachonda. Seguí metiéndome su pene en la boca mientras le sobaba los testículos, hasta que al rato sentí su leche calentita y abundante en mi boca, ya os digo que la saboreé y mucho, me encantó. Terminé de lamerle el pene y de limpiarselo, al apartarme el seguía con ganas de penetrarme pero no podía, no me atrevía:

-Amor no te preocupes que tendrás a esta hembra pero déjame investigar – le dije mirándole a los ojos

Pareció que me entendió pues se recostó a mi lado y aproveché para dormirá su lado abrazándolo.

Espero que os guste, este es mi primer relato, es real, intentaré subir pronto el siguiente donde mi macho me hizo suya, pero debéis entender que no me atrevía cosa que me arrepiento….

Besos