Me convertí en una puta virtual buscando autosatisfacción

Bien está dicho que el aburrimiento puede tener efectos peligrosos. Así estaba yo, en casa con mi marido, el viendo televisión y yo jugando Apalabrados, jugando en modo aleatorio rogando saliera un bombón con quien jugar y con el que pudiera matar el tiempo de un domingo por la tarde.

Salió un argentino y bien empecé a jugar, empezó con las preguntas de cajón: Hola! ¿Cómo te llamas? ¿De dónde eres? ¿Qué edad tienes? Bla bla bla. A punto estuve de no responderle, ya que me habían aburrido bastante los tipos que me abordaban y querían fotos de coños y bubis, ya me parecían lo mismo. Cuando hizo la clave ¿Te gusta la leche?. Me dije a mi misma: ¡Claro! Por su puesto que me gusta… ¿Quién carajo se atreve a preguntar? Dejamos de hablar.

Días después, entre preguntas de cómo te gusta el sexo y anécdotas de lo bien que él lo pasaba con las putas que se cogía. Me encantó, simplemente me encantó leerlo, de imaginar como follaba con cada puta que encontraba. Llegaron las fotos y Dios! Su verga era exquisita… me dejo mojada todo el día solo de imaginarla en cada orificio de mi cuerpo. De esas vergas grandes, firmes, con el glande rosado, descubierto y húmedo, mmmm muy apetecible, una verga que sin duda querrías tener en tu boca y saborear toda su leche.

Después hablar un par de veces, me preguntó que, si quería ser su puta, yo dije… con tremendo tesoro entre las piernas… claro. Obviamente sexo “híbrido” como él lo dice… ni real ni imaginario.

Cada vez que hablábamos y me contaba como disfrutaba del sexo, como me llevaba de la mano para imaginar todo lo que disfrutaría con él, me dejaba deseando más y más su verga… empezó a pedirme hacer cosas para que yo me ganará el premio de ver como se masturbaba u obtener una foto de esa verga tan deliciosa. Y vaya que es fácil que un jugador de esa aplicación te mande foto de su verga. Pero él NO, sin embargo tiene una magia inexplicable que me hace rogar por ella.

La penúltima vez que hablamos, me pregunto como de costumbre que le contará como había follado esa semana, le conté que no había hecho nada nuevo, salvo follar con mi marido y recordé que ese fin de semana me había masturbado con tres jugadores de Apalabrados. Vaya, no espera esa reacción, ¡Estalló en furia! Me hizo recordar que yo era su puta, que si bien podría coger con quien yo quisiera él debía estar enterado, debía yo pedirle permiso para poder hacerlo. Pensé que estaba loco y me dio un poco de risa. ¿Cómo podía alguien a miles de kilómetros controlar lo que yo hiciera? Eso no es lógico, sin embargo, lo logra. En cada palabra que me dice. En cada orden. Mi cabeza me dice que soy una pendeja por ser tan complaciente con él. Pero ese hombre causa en mi un efecto, que aún con tanta distancia me hace humedecer mucho más que hombres presenciales. Me hace rogar por ver esa verga tan jugosa…

Pues me dijo, estas castigada por PUTA!. Para ti no hay más verga porque eres una PUTA, y a las putas como tú merecen que se les castigue. Me preguntó que, si tenía preservativos en casa, contesté que no, me dijo que quería ver cómo me metía un vegetal por el ano, un pepino o una zanahoria, pero al no haber los preservativos, le ofrecí meterme el consolador. Se molestó, pero no quedaba de otra. Dios porque me vuelvo tan obediente con él. No lo sé. Me ordenó que me pusiera a cuatro patas con el consolador por el culo. Él bien sabe que mi culo es casi virgen, ya que a mi marido no le gusta hacerlo por ahí. Bien sabía él que eso me dolería y quería oírme gemir de dolor al meter el consolador en el culo. Subí a mi habitación, acomodé la cámara, me puse en cuatro y empecé a introducir lentamente el consolador, una sensación extraña, dolorosa… imaginar su verga rompiéndome el culo… ahí es cuando empecé a sentir placer… sentir sus embestidas en mi ano. Que delicia… imaginar de nuevo esa verga, me hacía sentir en un punto de éxtasis inimaginable. ¡Cuánto deseo albergó por ese macho! Sentirlo en mis entrañas, mmm.

Le mandé el video grabado y con su tono de desprecio, me contesto que estaba bien, pero que aún estaba castigada por ¡PUTA!, que me iba a quedar sin verga. Me sentía frustrada, como podía despreciarme así, el muy cabrón. Me preguntó que si tenía leche. Le conteste que si. Me ordenó traerla y grabar mi boca desbordándose de leche. Baje a la cocina, no había leche… pfff que fastidio, sabía que si tardaba empezaría a recordarme que estaba castigada y no podía hacerlo esperar, que cómo si tenía tiempo suficiente para masturbarme con los otros jugadores. Vi que había yogurt, llene un vaso y lo subí a la habitación, me grabé con el yogurt en la boca… desbordándolo por las comisuras de los labios, escurriéndome en los senos… lo embarre con las manos en las tetas, vaya me sentía tan excitada al imaginar que era su leche la que estaba saboreando y distribuyendo por toda la piel. Agarre más yogurt y lo vertí en mi concha… empecé a imaginar cómo su leche la había vaciado afuera de mi vagina y comencé a frotarme con el yogurt para mí era como sentir su leche en mis labios… Dios estaba yo tan caliente, sentía lo PUTA que me recordaba en cada momento que yo era. Sentí como todo se tensaba en mí, vientre se tensó y sentí la liberación como se irrigaba ese placer en mi cuerpo… vaya que orgasmo tan delicioso. ¿Qué se sentirá tener a ese macho en persona? Dios solo de escribirlo me he mojado de nuevo.

Le mande el video, creo que le pareció aceptable. No refunfuño demasiado. Llegó el momento de despedirnos. Le pregunté que, si podía masturbarme con un jugador de tiempo que me lo había pedido, me dijo que tenía el permiso, que había cumplido con mi castigo. Me recordó que no debía olvidar quien era mi dueño y que yo era su PUTA, que yo le pertenecía a él.

Y aquí estoy ahora de nuevo con él cumpliendo sus órdenes, me ha pedido que inmortalice ese día, me dijo ve a este sitio y escribe lo que hiciste por PUTA. ¿Por qué lo hago? No lo sé. Sólo sé que su verga me vuelve loca.