Mi madre le decía que si quería ver a su madre desnuda eso no tenía importancia y que no estaba bien que la espiara

El otro día me estaba aún desperezando en mi cama, era sábado y no había prisa, me mire y acaricié mis tetas, solo suelo dormir con mi braguita, estoy orgullosa de ellas, están muy tiesitas aunque uso una 95, bueno la verdad solo tengo 20 años.

Las ganas de orinar me hicieron por fin levantarme. Uff eran ya las 11 de la mañana. Cuando fui a salir de mi habitación, al entreabrir la puerta, vi a mi hermano en el pasillo, estaba con su polla fuera, agarrada y se la estaba meneando mientras miraba hacia el baño. La verdad nunca había visto así la polla de mi hermano, tenía una polla enorme, la verdad me quedé sin saber que hacer, quería cerrar la puerta pero no podía, dejé una rendija abierta y seguí mirándolo.

La verdad empecé sentir una sensación muy rica y pronto noté que me estaba empezando a mojar. Su polla parecía que iba a reventar, nunca había pensado que mi hermano tuviese ese cacho de carne así. Pero, ¿que hacía ahí?, ¿a quien miraba?

Noté que mis pezones se ponían duros, tenia una sensación tan rica, no pude evitar meter mi mano bajo la braguita y sentir la humedad de mis labios, sentir como mi clítoris se había puesto duro y comencé a acariciármelo, a sentir mis labios calientes y húmedos que se abrían mientras espiaba a mi hermano meneársela. De pronto se metió rápidamente en su habitación, entonces vi que la que salía del baño era mi madre, envuelta en una toalla. Se estaba masturbando viendo a mi madre en el baño. Me quedé aturdida, ¿mi hermano masturbándose con mi mama?. Seguía perpleja con lo de mi hermano, perpleja y excitada la verdad.

Salí de mi habitación y fui hacia el baño, al pasar frente al dormitorio de mi hermano no pude evitar poner la oreja, jadeaba, se estaba terminando de correr. Me metí al baño, estaba empapada, me bajé la braguita, la tenía hundida. Me senté en la taza y me empecé a tocar, pensando en mi hermano y mi madre, enseguida me corrí, me corrí como una loca, que rico.

Cuando luego bajé a desayunar estaba mi madre en la cocina, la verdad estaba muy bien, tenía unas tetas grandes, habré salido a ella, y desde la mesa mientras tomaba el café, le miraba su culo, tiene un culo muy hermoso pero muy tieso, bajo el vestido veraniego que llevaba se le marcaban los elásticos de las bragas, la verdad, estaba muy bien. Luego bajó mi hermano a desayunar, inmediatamente pensé en algo que jamás había hecho, la polla de mi hermano, nunca lo había visto como un hombre pero ya lo creo que lo era.

Llevaba un pantalón corto de deporte y se le marcaba muchísimo el paquete que escondía, y eso que acababa de relajarse pensé.

Se acercó a mi madre, que de espaldas estaba preparando una cazuela, y le dio un beso en la mejilla mientras con una mano se la ponía sobre el culo. Seguro que mi madre era ajena a lo que sucedía pero yo ahora no.

Lo cierto es que desde aquel día me dediqué a observar a mi hermano, y no me refiero solo al comportamiento que tenía con mi madre, sino que intentaba verle aquel cacho de polla que tenía. La verdad, en aquella época no tenía pareja, y me hice montones de pajas pensando en él y a pesar de sus 18 años ya no me parecía ningún crío.

Una mañana de domingo salí a dar una vuelta con mis amigas pero cambiamos de plan y decidimos ir a la playa, así que volví a casa, mi padre estaba cortando el césped y arreglando los arbustos. Subí a mi dormitorio para cambiarme. Oí sollozos y una conversación que no lograba entender era en el dormitorio de mi hermano y parecían él y mi madre. La puerta estaba solo entornada, me acerqué en silencio y miré, mi hermano sollozaba sentado en el borde de la cama, y mi mamá de pie delante de él envuelta en la toalla de baño, Le estaba diciendo que era normal pero que eso no se hacía. Enseguida comprendí que le había pillado en el pasillo espiándola y meneándosela.

Mi madre le decía que si quería ver a su madre desnuda eso no tenía importancia y que no estaba bien que la espiara, y diciendo esto se soltó la toalla frente a él y quedó desnuda. Mi hermano avergonzado casi no levantaba la vista, mi mamá le cogió del mentón y levantándole la cabeza le dijo: Mírame ahora y no andes espiando si quieres ver como es tu madre.

Yo escondida veía el culo de mi madre y veía como mi hermano recorría con su mirada las tetas y el coño de mamá que quedaba justo frente a sus ojos. Pronto vi, y me imagino que mi madre también, como bajo el pantaloncito que llevaba Juan se empezaba a levantar un bulto enorme.

En ese instante mi hermano abalanzó su cara sobre el coño de mi madre cogiéndola por las caderas y empezó a besárselo, ella trataba de separarlo, pero mi hermano, es un chico grande y fuerte, la agarraba y apretaba de las caderas mientras con su lengua chupaba el coño de mami. ¡Párate!, le decía bajito, mi padre estaba en el jardín, mientras trataba de separarle la cara de su pubis, ¡Espera tranquilízate! ¡Esto que haces no esta bien! ¿No querrás que grite y se entere tu padre? le dijo.

Quizás no debería haberme desnudado, ya he visto como te has puesto, continuó, pero lo que estas haciendo no está bien soy tu madre. Se que estás muy excitado, te lo he notado y yo tengo la culpa, ven levántate y déjame que te ayude a relajarte. Mi hermano se puso en pie, y mi madre lentamente le bajó el pantalón, la polla de mi hermano saltó como un resorte dura, grande, gorda y babeante. No pude evitar volverme a mojar al verla.

Mi mama sin mirarla, con los ojos semicerrados se la empezó a tocar, se la cogió con la mano y se la meneaba suavemente, mi hermano miraba fijamente las tetas de mamá y las empezó a acariciar, mamá no dijo nada, seguía con los ojos cerrados subiendo y bajando su mano por aquel poste que tenia mi hermano.

En eso dejó de oírse el ruido del cortacésped, mamá se sobresaltó, ¡Tu padre! Dijo ¿Qué pensará si nos ve así? Ven a la ventana y mirando tras las cortinas vio que mi padre seguía allí cortando, mi hermano le siguió con su polla tiesa y se volvió a colocar frente a ella. Ambos volvieron a lo mismo, ella subiendo y bajando por aquel palo duro y tieso, mientras ahora con la cabeza girada miraba por la ventana, y él, sobándole cada vez más profusamente las tetas. Juan aprovechando que no decía nada por el sobe, bajó su mano y la metió entre los muslos de mamá, ella no hizo ningún gesto, siguió mirando tras la cortina. Mi hermano metió sus dedos en la vagina de mami, los metía y sacaba, eso me hizo pensar que ella estaba mojada y abierta como lo estaba yo.

¡Mamá quiero follarte! ¡Déjame por favor! Le dijo mi hermano.

Ella no dijo nada, se mordía los labios, estaba caliente se lo notaba yo, se volvió de espaldas mirando frente al ventanal, se apoyó en la repisa, abrió sus muslos, le dijo que se colocara tras de ella, metiendo su mano bajo sus muslos alcanzó la polla de mi hermano y se la llevó hasta sus labios, hasta la entrada de su vagina se acomodó un poco y mi hermano sin decir más empujó hasta clavársela entera. La oí gemir a ella y mi hermano entraba y salía de ella, mientras ella cogida a la repisa, en silencio, con sus hermosas tetas balanceándose mirando a mi padre cortar el césped, aguantaba las embestidas agitadas de mi hermano.

Yo con mi vestido recogido en la cintura y mi mano metida bajo la braga estaba a punto de correrme, veía a mi hermano resoplar mientras con furor clavaba una y otra vez su enorme polla en mami. Con un grito, que casi lo oye mi padre, se vació en el coño de mamá llenándolo con un torrente de leche caliente, creo que ella se había corrido ya. Mientras mi madre permanecía en silencio, inmóvil, apoyada en la ventana, la polla de mi hermano se iba escurriendo de la vagina de ella, avergonzado se giró rápidamente y salió tan deprisa de la habitación que me pilló en el pasillo con el vestido recogido en la cintura, las bragas a medio bajar y mis dedos dentro de mi vagina.

No nos dijimos nada nos miramos y rápidamente se encerró en el baño. Mi mami seguía allí inmóvil, inclinada sobre la ventana, como ausente, mirando tras las cortinas a mi padre regar el jardín. Había puesto su mano bajo el coño para que la leche que le iba saliendo y escurriéndosele por los muslos no cayera al suelo.

Yo rápidamente me subí las bragas bajé mi vestido y salí de la casa para que mamá no supiese ni que había estado allí. Desde entonces ya no veo a mi hermano igual y creo que él a mi tampoco.

Ya veremos.