Lara es la mejor amiga de mi novia, me hablo para arreglar mi relación con Belén. Terminamos en mi departamento disfrutando de nuestros cuerpos

Las relaciones a distancia no funcionan como deberían.

La distancia entre Madrid y Coruña era un auténtico problema en la relación con mi novia. Viajes caros, poco tiempo disponible y demasiados estímulos convertían la fidelidad en toda una proeza.

Las cosas no iban bien,  nuestros amigos sabían que las cosas no iban bien, y Lara, su mejor amiga, decidió intentar arreglarlo.

-Hola-me escribió una tarde al WhatsApp.

-Hola Lara ¿qué tal?-contesté.

-He hablado con Belén-me dijo.-las cosas están peor entre vosotros.

-Ya ves, la distancia es un problema, ninguno de los dos la sabe llevar bien y nos pasamos el poco tiempo que hablamos de discusión en discusión-añadí.

-Es una pena, ella está pasándolo mal, pero no sabe qué hacer ya…-escribió.

-Gracias por tu interés Lara, pero no sé si tendrá solución ya….la distancia es un asco, yo tampoco lo estoy pasando muy bien-contesté automáticamente.

-Jolín, no me digas eso ¡que soy su mejor amiga y quiero veros bien a los dos!-continuó Lara.

-Ya no sé qué intentar, nos vemos de pascuas a ramos y ya estamos cansados de estar solos-seguí.

-¡Pero qué dices! si tienes un montón de amigos- dijo Lara.

-No son amigos lo que necesito ahora Lara…-escribí intentando que se diese cuenta cuál era el verdadero problema.

-Ya sé que los amigos no pueden llenar el hueco de Belén, pero al menos pueden distraerte una temporada- contestó Lara.

-Claro, pero cada uno ya va a su bola- escribí.

-Pues vaya, bueno, si te apetece tomar algo un día de estos me dices, que no soporto ver a Belén así-añadió Lara.

-Te escribo el fin de semana para tomar unas cervezas Lara, gracias por la oferta, un beso- y cerré la conversación.

Lara parecía dispuesta a intentar arreglar mi relación con Belén, la pobrecilla estaba (seguramente bajo las órdenes o la buena intención de Belén) intentado ayudar a su mejor amiga. Lara es la mejor amiga de mi novia Belén desde el instituto, es bajita, delgadita, de pelo moreno, tiene buenos pechos y la cadera bastante ancha. Es una chica algo tímida, pero muy agradable.

El trabajo de Lara estaba cerca de mi casa. Así que pensé que sería buena idea escribirle algún día para tomar algo por la zona. Al jueves siguiente Lara salía de trabajar a las siete de la tarde, y quedamos cerca de su trabajo para tomar algo.

Era una cervecería normal, a medio camino entre su trabajo y mi casa, me pegué una ducha después del trabajo y allí me dirigí. Cuando llegué, Lara me escribió que ya estaba saliendo. A los cinco minutos apareció sonriente.

Nos pedimos un par de pintas y empezamos a charlar. Nos hablamos de nuestro trabajo, de los compañeros de piso, de amigos….pero todavía no había salido el tema de Belén, mi novia. Lara estaba haciendo bien eso de distraerme para que no pensase en mi relación. Pero obviamente ese momento tenía que llegar. Ya íbamos por la segunda pinta.

-¿Ves como no es tan difícil distraerse un rato?- dijo Lara sonriente.

-Claro Lara, si está muy bien quedar un día y distraerse un rato, pero al final seguimos solos y cansados de echarnos de menos- contesté algo serio.

-¡Oye! así que solo sirvo para distraerte un rato, serás sinvergüenza-dijo entre risas.

-Jajaja, no es eso, pero ahora tú te vas a casa con tu novio y yo me voy solo, No pretendo dar pena, pero es lo que hay- añadí algo seco.

-Bueno…no te creas que tengo muchas ganas de irme a casa con Jaime…-respondió bajando la voz y desviando la mirada.

Jaime era el novio de Lara, un pijo con BMW que se pasaba los fines de semana en el palco del Bernabéu y presumía de sueldazo. Nunca entendí como una chica tan maja y humilde como ella había acabado con un tipo así, vivían juntos y parecían la parejita ideal.

La contestación de Lara me pilló desprevenido, no tenía ni idea de que las cosas en su relación no iban bien. Supongo que las dos cervezas le habían ayudado a soltar la lengua. Su inesperada respuesta me obligó a indagar…

-¡Vaya! ¿Tampoco vosotros estáis bien? -contesté sorprendido- no tenía ni idea ¿qué os pasa?

-Pues no lo sé, pero cada día pasa más de mí, ya nunca sale conmigo, solo con sus amigos. En casa está a su bola, con el ordenador o viendo series. Yo llego tarde de trabajar, hablamos cuatro palabras y a dormir. La mitad de los fines de semana me los paso sola o con alguna amiga- me explicó Lara.

-ups, no tenía ni idea, Belén no me ha dicho nada…pues ya somos dos -contesté intentado relajar la situación.

Hablamos un poco más de su situación, a mí me sonaba a que el capullo de su novio seguramente se estuviese tirando a alguna niña estirada de su trabajo, o simplemente era un cretino. Después de contarnos nuestros problemas Lara siguió:

-¿oye te apetece picar algo o nos tomamos otra? no tengo ganas de ir a casa y ponerme a cocinar la cena -preguntó Lara.

-Pues la verdad es que tengo más hambre que ganas de otra cerveza, pero aquí las tapas no son muy buenas -dije.

-¿Pues dónde vamos? yo no suelo quedarme mucho después del trabajo y no conozco esta zona -contestó Lara.

-¿Y si te subes a mi casa? No hay mucho donde escoger por aquí -respondí serio. La verdad es que por la zona no había ningún sitio decente y en casa podía preparar un par de pizzas rápido y tenía cerveza.

-¡Hecho! y seguimos hablando. Cualquier cosa menos volver a casa a cocinar -dijo alegre.

Nos dirigimos a mi casa, hay unos 5 minutos caminando. Seguimos hablando del imbécil de su novio, al parecer un par de amigos suyos se han quedado solteros y claro, como buen amigo que es él, los está acompañando en su nueva soltería.

Al poco de llegar metimos una pizza en el horno, servimos otro par de cervezas y le hice un tour por la casa. Nunca había estado y le pareció muy bonita. Es una casa normal, pero Lara es tan maja que sería incapaz de decir otra cosa.

Nos comimos las pizzas en el sofá y hablamos. Ese día mi compañero estaba estudiando en un centro de estudios hasta tarde, así que nadie nos molestaba. Lara siguió quejándose de su novio hasta que animada por las cervezas me confesó:

-Al menos cuando ves a Belén, os lo pasáis bien en la cama -dijo dando a entender que su situación sexual no era para nada satisfactoria.

-Bueno -contesté intentando restar importancia a eso- será que os veis todos los días y te crees que estás de sequía, pero créeme, sequía es lo mío.

-No, hace más de dos meses que no me toca, nos metemos en la cama, buenas noches y a dormir. Al menos a Belén y a ti todavía os queda eso -añadió algo enfadada.

-La verdad es que es de lo poco que nos queda, tienes razón. Cuando nos vemos es de las pocas cosas que funcionan -contesté resignado.

-Y vaya si funcionan… -dijo algo avergonzada pero atrevida (sin duda por las cervezas que ya habían su efecto).

-¡Pero bueno! ¿Qué sabes tú de eso? así que Belén tiene la lengua larga -dije sorprendido.

-Si Belén tiene la lengua larga y tu otra cosa…jajajaja -contestó entre risas- la verdad es que siempre me dijo que en la cama funcionáis muy bien, y que últimamente es lo que mantiene la pareja unida.

Tengo que reconocer que Lara me había pillado desprevenido, con 4 cervezas se estaba soltando de lo lindo. Y parece que Belén había contado con todo detalle nuestras actuaciones. Si bien no es algo increíble o espectacular, siempre habíamos conectado muy bien, Belén estaba (o eso creía) plenamente satisfecha, nos encantaba probar posturas, nos encantaba el sexo oral, los juguetitos, en lugares arriesgados…vamos era lo más entretenido y el único pegamento que le quedaba a nuestra relación. Y Lara estaba al corriente de todo eso.

-Vaya vaya… ¿y qué te ha contado si se puede saber? -dije animando la conversación.

-Lo que haces con esa boca…y con lo que tienes entre las piernas. Que si no llega a ser por eso, lo vuestro ya estaba terminado -contestó siguiéndome la corriente.

-Vaya, gracias, ahora sé que sin sexo no soy nada -añadí haciéndome el ofendido.

-No seas tontooo, pero si lo haces bien se reconoce y punto -contestó dándome un empujoncito con el hombro- ojalá al menos yo tuviera esa suerte.

-Pues Lara -contesté con atrevimiento- tienes un cuerpazo de envidia, tiene que ser una delicia comerte y follarte, tu novio es un maldito cretino.

Estábamos sentados en el sofá y noté que cada vez nos tocábamos más y nuestras manos se movían mas. La conversación empezó a ponerse caliente y la verdad es que me lo estaba pasando bien y disfrutaba con cada confesión.

-Belén siempre me riñe, ella es más atrevida y seguro que pone de su parte -siguió Lara- dice que yo soy una frígida y que no hago «nada» con mi chico.

-Es verdad que Belén es bastante fiera en la cama, desde el primer día me dejó sorprendido y las cosas siempre fueron genial -respondí- el sexo oral era y es brutal con ella.

-¿Ves? esa es una de las cosas que a mí no se me dan bien o no me atrevo a hacer bien -respondió Lara dándome un golpecito en la pierna- nunca hemos conseguido nada con la boca, al principio lo intentábamos, pero poco a poco lo dejamos de hacer.

-¡Venga ya! si no es tan difícil, solo hay que poner un poco de ganas por ambas partes…si con la boca es lo mejor -dije haciéndome el sorprendido- a mi es lo que más me gusta hacer y que me hagan.

-Ya me ha contado Belén ya…será nuestra torpeza…pero el caso es que ya no tengo ni ganas de intentarlo con él -contestó Lara.

-Porque eres la mejor amiga de mi novia Lara, sino, no dejaba que te fueses sin una buena comida de coño -dije con atrevimiento- eso lo deberían de disfrutar todas las mujeres.

-¿Cómo que porque soy la mejor amiga de Belén? ¿Qué pasa que si fuese otra si me lo harías? -Dijo entre enfado y risa- No Manu, eso no puede ser ¡te daría igual ser infiel si ella no se enterase!

-Jolín no es eso, pero al menos deberías de saber lo que es una buena comida de coño -Dije acercándome a ella- que ya tenemos 30 años Lara.

-Jajajaja es broma, me estaba metiendo contigo- respondió pinchándome con el dedo en las costillas.

-Espero que no le digas nada a Belén nada de esta conversación -dije más calmado, aunque desde hacía un par de minutos que mi polla estaba que reventaba dentro de los pantalones.

-Nooo, tranquilo, confía en mí. Solo intento ayudar. Además… -dijo pegándose a mí un poquito más y eliminando cualquier espacio entre nosotros- si tú me hicieses una de tus comidas de coño…yo no podría devolvértelo en condiciones -terminó mirándome la bragueta.

-Claro que podrías Lara ¿Pero tú has visto qué boquita tienes? -dije mientras ponía una mano en su muslo- tiene que ser una delicia meter ahí la polla y dejarte hacer.

-¡Serás sinvergüenza! -dijo dándome un manotazo en el pecho- ni mi novio me habla así nunca.

Pero Lara no estaba para nada ofendida, se estaba divirtiendo y calentando. Paré su mano después del manotazo y volví a poner la mía sobre su muslo, esta vez más cerca de su entrepierna, a lo que Lara respondió abriendo ligeramente las piernas y riéndose mientras dejaba caer un poco su cabeza sobre mí.

-Porque ya te dije que tu novio no sabe aprovechar lo que tiene en casa -respondí en voz baja mientras sujetaba su cabeza y me acercaba despacito a su boca.

Ella se paró a mirarme y no dijo nada, tan solo cerró un poco los ojos y abrió ligeramente la boca. Enseguida empecé a darle mordisquitos por los labios y nuestras lenguas empezaron a juguetear.

La recosté sobre el sofá y me dispuse a hacer lo que tan caliente la había puesto. Comencé a bajar por su cuello dándole besitos, le quité la camiseta y llené mi boca con aquellos maravillosos pechos. Después bajé a su barriguita y seguí dando besitos y mordiscos por la barriga y el ombligo. Lara se arqueaba y daba ligeros gemidos.

-Vamos a mi habitación -le dije, y la cogí en volandas, la llevé hasta mi cama y la tiré encima de la cama.

Le quité las zapatillas, los pantalones y me acerqué con cuidado a su entrepierna. Empecé dándole besos alrededor de unas preciosas braguitas de encaje blanco que llevaba. Después poco a poco me acercaba más a su rajita, ya húmeda, aparté las bragas a un lado con la mano y empecé a dar lametones a aquel maravilloso coño.

Estaba más empapado de lo que me esperaba, sus fluidos inundaron mi boca al instante, algo despertó dentro de mí y empecé a devorar aquel coño como si llevase una semana sin probar bocado, estaba hambriento y daba auténticos bocados a sus labios y su clítoris.

Con mi lengua recorría su coño de arriba abajo, succionaba su clítoris y mezclaba mi saliva con sus fluidos. Lara estaba totalmente fuera de sí, empezaba a gemir de manera descontrolada y tenía la espalda totalmente arqueada.

Aumenté la velocidad de mis bocados y apreté mi boca más todavía contra su coño, quería que lo disfrutase como nunca.

Lara empezó a hacer movimientos con la cadera hacia arriba y hacia abajo, estaba frotando su coño contra mi boca mientras yo devoraba aquel precioso coñito depilado.

Después de un minuto de gemidos incontrolados, un calambre recorrió su cuerpo y un brutal gemido de liberación salió de su garganta. No había duda de que se había corrido como nunca.

Me tumbé a su lado y me sequé los fluidos de mi boca, nos empezamos a comer la boca el uno al otro y yo esperaba mi recompensa.

De pronto sonó el móvil de Lara, era el imbécil de Jaime, lo cogió y fue al baño a hablar.

Volvió a los dos minutos, el cretino la estaba esperando para cenar al parecer y tenía que irse.

-Esto no se puede quedar así Lara -le dije imaginándome que me iba a quedar sin mi mamada- ¿Me vas a dejar a medias?

-Lo siento pero tengo que irme -dijo con la cara un poco desencajada y cierto nerviosismo- ya son las once de la noche, se nos ha pasado el tiempo volando.

La acompañé hasta la puerta y nos despedimos entre la prisa repentina y su nerviosismo.

-Hasta otra Lara -dije sin esperanzas.

Lara miró mi paquete, estaba totalmente abultado, se acercó a mí me lo apretó con una mano y me susurró al oído- todavía tienes que metérmela en la boca y dejarme hacer ¿recuerdas?

Y sin más, se dio media vuelta y se subió al ascensor.