La verga de mi amante me tiene hechizada en todo sentido

Hola, mi historia comienza hace unos tres años, soy una mujer casada y con hijos, aunque la idea de ser infiel soñaba excitante jamás pensé que sería igual en la realidad así que para mi no era una opción.

Todo empezó un día en un evento de mi trabajo, esa tarde conocí a un chico. No era mucho de mi agrado pero note que se fijaba más de la cuenta en mi.

Intento acercarse y platicar pero siempre tuve un trato distante con el. Con el pasar de los días recibí un mensaje de texto, explicaba que era el y que quería ser mi amigo. Durante un tiempo nos escribimos obviamente en secreto. Me trataba muy bien, y un día me invitó a salir en buen plan. Yo acepté, fue a verme al trabajo y conversamos y eso se volvió una costumbre rara.

Un viernes yo planee salir con mis amigas a un bar, y sorpresa el también estaba ahí por una amiga en común, estoy segura que el pensaba que era la perfecta ocasión para pasar de nivel conmigo. Y toda la noche estuvo echo el galán.

Tomamos unos tragos y bailamos, pasamos muy bien, el bar iba a cerrar y se ofreció a dejarnos en casa a mis amigas y a mi, como la que vivo más lejos me quede al último sola con el, en el camino se insinuó muchas veces que quería acostarse conmigo, me propuso parar en un Motel, obviamente le neguemos veces, mi marido estaba llamando y tenia que llegar pronto a casa. Faltando 2 calles para mi casa frenó el carro de golpe y me pidió un beso, con el fin de que se calmara se lo di, y le pedí que continúe, a lo que me dijo

– Solo una cosa más, te tengo una sorpresa, cierra los ojos.-

Lo hice. Luego tomo mi mano y sin darme cuenta tenía una verga súper grande que no pude dejar de mirar, jamás había visto algo así, en ese momento sin saber que hacer senti mi vagina muy húmeda, ese monstruo tenía 25 cm y era muy gruesa, y muy cabezona. Recuerdo que me dijo si quería probar.

No le respondí, sentía que no era yo, no me importó nada y comencé a mamar, tenía.mis dos manos ocupada y aún así entraba mucho en mi boca, sentí sus jugos y apretaba sus bolas.

En ese momento llamo mi esposo, pero no podía soltar mi chupete así que conteste sin dejar de chupar, el me pregunto que se me oía agitada y extraña, y antes que se diera cuenta solte ese huevote. Mi amante aprovcho y mientras yo hablaba, más bien peleaba el me desnudó, dejó mis tetotas al aire y empezó a chuparse. Mientras yo me aguantaba los gemidos. Bruscamente me garro de la cintura y me volteo dejando total abierto mi culo. Y susurró al oído. – dile que te voy a romper la vagina-

Yo estaba re mojada y dilatada pero aun así le costó abrirse paso a esa pijota, no aguante y me salió un aaaaahhh muy profundo. Trate de tapar el teléfono y colgué. Ya no podía más esa vergota me estaba destruyendo la concha y me encantaba

Solo decía- no pares, dame más huevo- cogerme como puta-

Soy tu perra- cuando sentí que se venía, me di la vuelta y empezó a mamar hasta que no pudo más y me baño la cara con semen, era muy lechosa su verga así que lo que no me baño en la cara me lo tragué, para borrar la evidencia. Fue esa noche que descubrí que el tamaño si importa y que a las mujeres nos vuelve locas un buen paquete. Obviamente no iba a ser la última vez que me atoraba con ese pene.

La la hora de que hable con mi esposo llegue a casa. Pero ya se había dormido, así que solo le besé con un pico y con una sonrisa y la chucha abierta me fui a dormir.