La hija de mis jefes trabaja en la tienda durante el verano, aprovecho y le doy algunas clases de sexo, aunque nos llevamos una sorpresa inesperada cuando aparecen los padres

Hola.

 

Quien haya leído alguno de mis relatos sabrá que me llamo África y tengo 25 años.

 

Trabajo en una tienda de ropa.

 

En esta ocasión voy a relatar unos hechos acaecidos el verano pasado. Concretamente a finales de Agosto.

 

Los dueños de la tienda tienes varias tiendas y el personal a veces vamos rotando de una a otra.

 

Los dueños tienen dos hijos. Una chica de 21 años que estudia medicina y un chico de 18 años.

 

La chica en verano ayuda en las tiendas y aquel mes de Agosto le tocaba trabajar conmigo.

 

Ella es agradable, una chica inteligente. Muy puesta con sus estudios.

 

Físicamente no es ni guapa ni fea. Ni alta ni baja, ni gorda ni delgada. Tiene tetas normales, culo normal. Osea un estándar

 

Aquel verano empezamos a intimar. Ella se sentía a gusto conmigo y me contaba sus problemas, sus vivencias.

 

Se quejaba que ligaba muy poco. Que los chicos no se fijaban mucho en ella, excepto los buitres, claro, los que disparan a todo lo que se menea.

 

Y claro entre que se pasaba todo el día estudiando. No le gustaban los chicos malos. No tenia vicios graves. Y no sabia explotar sus encantos….Pues no se comía nada.

 

Encima sus pocas experiencias sexuales fueron un fracaso.

 

La primera con quince años, cuando perdió la virginidad, fue con un primo suyo de 16 años. Os podéis imaginar, El la metió sin mas y eyaculo a la tercera embestida. Y fin. Osea un drama. Ella no se entero de nada. Sin comentarios. Cosas de juventud e inexperiencia.

 

La segunda vez fue a los 18 años. Como seguía sin comerse nada decidió una noche con cuatro copas encima que tenia que follar. Se enrollo en una disco de la playa con un chico negro de buena planta y se lo follo en la playa.

 

Aquella experiencia fue algo mejor. Por lo menos tenia en morbo de la noche, la arena, el ruido del mar. Tampoco le apasiono mucho pero bueno por lo menos se entero de lo que era una polla.

 

Pero la noche loca le costo cara. A los dos días le picaban los bajos. El negro le había pasado una gonorrea. Suerte que al estudiar medicina algo sabia y no dijo nada a sus padres. Le costo una semana de antibióticos y la suerte de no haberse quedado embarazada.

 

Así que se dijo que de noches locas mejor ni tocar.

 

Mas tarde en la facultad, típico, conoció a un chico que estudiaba con ella. Era un buen chico, de los que a ella le gustaban. Empezaron a intimar pero le parecía raro que el chico no atacara. La tenia a dos velas. Ella quería un poco mas de marcha.

 

Cual era el problema, el niño era de una familia del Opus y su ideal era virgen hasta el matrimonio.

 

Al año siguiente al cambiar de curso ya no coincidieron y aprovechando la coyuntura le dio pasaporte.

 

Yo le contaba cositas miás y ella alucinaba. Me envidiaba. Me pedía consejos, De como ligar mas. Etc. Al contarle mis experiencias con chicas se le caía la baba. Me decía que le gustaría probar alguna vez. Jiji. Yo por adentros pensaba con maldad…”si un día te pillo te vas a enterar tu”

 

Le conté que escribía relatos cortos eróticos y me pidió que algún día le pasara uno.

Como por el móvil se lee mal le imprimí uno en papel. Creo que fue el primero que había escrito yo.

 

Era sábado por la tarde. Sobre las ocho y media de la tarde. Cerrábamos a las nueve.

En la calle las terrazas estaban llenas. Había mucho ruido y música

 

Ella puso el escrito sobre el mostrador y de pie apoyando los codos sobre el mostrador lo leyó con avidez.

 

Yo de vez en cuando mientras estaba recogiendo para cerrar la miraba de soslayo y veía como cruzaba las piernas y contoneaba las caderas.

 

Ya muy guarra estaba masturbándose con los muslos.

 

Cuando acabo eran casi las nueve, hora de cierre.

 

La mire y le pregunte si le había gustado.

 

Estaba colorada, sofocada mas bien.

 

Se puso detrás del mostrador y me dijo: “me ha gustado mucho, me he puesto muy caliente” “Ven y mira”.

 

Me acerque al mostrador. No había nadie en la tienda. Ella se separo el pantalón elástico y lo bajo un poco por delante.

 

Me enseño su chocito, estaba completamente erguido y mojado. Muy mojado, Se había pegado una buena corrida, de aquellas pegajosas como un moco.

 

No me pude reprimir y metí la mano para tocarlo. Estaba caliente, inflamado, suave, le toque de arriba a abajo para ver que forma tenia. Ella casi se cae cuando le tocaba.

 

Espera le dije. Vamos a cerrar.

 

Pensé para mis adentros…Y eres miá, te voy a follar como nunca te han follado y te haré cómplice de mi. Vas a ser mi corderito, jijiji (risa maligna)

 

Cerramos la puerta, apagamos las luces excepto las de escaparate.

 

Me abalance sobre ella, le metí la mano por el pantalón Le frote todo su chocho con mi mano. Desde el culo hasta el monte de venus. Con fuerza, apretando, agarrándolo, empujado hasta hacerle mover las caderas. La bese y le metí la lengua hasta el fondo, haciéndole tornillo.

 

Note como se estaba corriendo, su pelvis daba espasmos y mi mano parecía que la había metido en un bote de jabón liquido.

 

Vamos al al almacén le dije.

 

El almacén estaba al fondo de la tienda, la puerta era amplia, y por dentro era espacioso. Había estanterías metálicas, cajas, burros con colgadores, maniquíes y otros trastos.

 

Hicimos hueco detrás de unas estanterías y colocamos en el suelo unos trozos de moqueta que se usaban para los escaparates.

 

Nos echamos largas y me puse encima de ella. Mandaba yo.

 

Ella no sabia. Le iba a dar una máster class.

 

Empezamos a revolcarnos, a besarnos como si se fuera a acabar el mundo mañana.

 

Entre retozones nos íbamos desnudando, poco a poco. Nos tocábamos, tetas, culo, coño, pies espada, TODO.

 

Al quitarle las bragas y separar las piernas salido un chorro de liquido de su coño, como si se meara. Era su flujo retenido en la vagina.

 

Una vez desnudas del todo hice que se pusiera boca abajo.

 

Me recosté sobre ella, Frote mis tetas contra su espalda hasta llegar a sus nalgas.

 

Luego subí otra vez besandole la espalda hasta llegar a su cuello,

 

Cogí su cabeza la levante hacia atrás y se la gire hacia la izquierda para pasar mi lengua por sus labios. Mientras mi mano se deslizaba por la canal de su culo hasta alcanzar su chocho.

 

Ella separaba las piernas y elevaba su culo para facilitarme mis tocamientos.

 

Le metí el dedo gordo dentro de su vagina y con el indice le frotaba su clítoris infamado. Empujaba para adentro, frotaba, fuerte, mas fuerte. Hasta que no pudo mas empezó a gritar y a convulsionar todo el cuerpo hasta que cayo exhausta

 

Quedo tendida sin fuerzas.

 

Se giro boca arriba y encendimos un cigarro.

 

Le pregunte si le había gustado.

 

Me miro, sonrió y cayo.

 

Hay silencios que dicen mucho.

 

Gire la cabeza y le dije: “todavía no hemos acabado” Puso cara de estupefacción. Yo no me he ido.

 

Ahora vas a hacer que yo me vaya. Trabajame mi chichi con tu lengua.

 

Abrí la piernas y ella metió su cabeza y comenzó a chuparme.

 

No tenia ni puta idea. Un desastre.

 

Levanta la cabeza le dije. Mira esto va a ser complicado, mejor te doy clases otro día.

 

Me estaba cortando el calentón.

 

Le dije: “sabes que, mejor vamos a hacer unas tijeras, jiji”

 

Le explique como funcionaba.

 

Entrelazamos nuestras piernas en cruz. Coño con coño, largas las dos. Agarrándonos los pies con las manos y tirando hacia arriba para que nuestros chochos estuvieran bien juntos y apretados. Empezamos a mover las caderas, Notábamos como cada vez estaban nuestras partes mas calientes, nuestras entrepiernas estaban sudando, Nuestras vaginas rezumaban líquidos Todo estaba mojado y resbaladizo.

 

Espera vamos a cambiar de posición esta esta impracticable de mojado.

 

Le puse unos pantalones enrollados para elevar su culo y puse mi coño contra el suyo. Nuestras piernas en tijera pero yo elevada, Sentada sobre su coño.

 

Empece a moverme en círculos y luego a golpear mi choco contra el suyo. Después a frotar otra vez y así sucesivamente hasta que me corrí Al acabarme yo abrí mi choco y deje caer todo mi flujo sobre su vulva. Con ese flujo le frote en círculos su clítoris, alternado con golpecitos hasta que hice que se corriera ella.

 

Volvimos a quedar tiradas sin fuerzas.

 

Parecía que todo había acabado, hasta que de repente…. Hostia oímos como se abría la persiana de entrada.

 

Me cago en todo. Se nos había pasado el tiempo volando y no nos habíamos acordado que sus padres pasaban a recoger el dinero y lo metían en la caja fuerte los fines de semana.

 

Y el relato erótico sobre el mostrador. Y nosotras dentro.

 

Nuestros corazones latían a 200, parecía como si se fuera a salir por la boca.

 

Nos quedamos tiradas largas boca abajo, mirando por debajo de la estantería Aguantando la respiración para no hacer ruido.

 

Entro la jefa, sola. Ella tenia 47 años. Bien llevados. Se parecía bastante a su hija. Al no tener grandes tetas ni grandes culos, no había nada que se cayera.

 

Se fue al mostrador abrió la caja fuerte que solo abrían ellos, ni su hija la abría Cogió el dinero del cajón, lo contó y lo metió dentro de la caja.

 

Al coger el dinero se percato del papel con el relato que estaba sobre el mostrador.

 

Encendió la luz del mostrador y lo leyó

 

Iba vestida con un vestido corto camisero y un cinturón.

 

Estaba de espaldas a nosotros. Lo veíamos todo. Empezó a mover las piernas. Luego se quito el tanga y empezó a tocarse. Se movía nerviosa. Le estaba gustando.

 

Se desabrocho el cinturón.

 

Cogió un maniquí y lo acerco al mostrador.

 

Después fue a la caja fuerte y saco un maletín. Lo puso sobre el mostrador. Lo abrió y saco un arnes con una polla.

 

La hostia. Por eso no querían que nadie tocara la caja. Solo ellos.

 

Su hija estaba con la boca abierta, no creía lo que estaba viendo.

 

Cogió el arnés se lo puso al maniquí y lo sentó sobre una silla.

 

Se desnudo, cogió un poco de gel del maletín y se lo puso a la polla y en su coño.

 

Se puso frente al maniquí y se sentó encima de el. Primero se froto la poya contra su sexo. Le puso mas lubricante y se la metió en el coño.

 

Estaba de espaldas a nosotros y veíamos su culo elevarse y bajar una y otra vez para que entrara la polla en su vagina.

 

Cuando estaba abajo apretaba y movía sus caderas para sentir la polla bien adentro.

 

Su hija seguía si hablar. Con los ojos abiertos.

 

A mi me empezaba a gustar la situación. El morbo. Ver aquella imagen de la vieja y el maniquí La vulva abrazando la polla de silicosis Y como entraba y salia lentamente.

 

Y en estas que se vuelve a abrir la persiana.

 

Hostia puta, ahora el padre. Aquí se iba a liar gorda.

 

El padre era un señor de unos cincuenta años. Un poco regordete. Muy callado y reservado. Pero la empresa la manejaba el, y no debía de ser malo porque le iban bien las cosas.

 

Entro y la jefa ni se inmuto, siguió follándose al maniquí

 

El no dijo nada, ni se sorprendió

 

Se acerco y le dijo que te pasa?.

 

Ella le dijo lo del relato y que se había puesto muy caliente.

 

El fue a leer el relato.

 

Ella cambio el maniquí al suelo, lo echo largo y se sentó a ahorcajadas sobre el.

 

Continuo follándoselo delante nuestro.

 

Era inaudito.

 

Cuando acabo de leerlo le dijo a ella: ¿quieres que juguemos?

 

Ella respondió afirmativamente dejo el maniquí, le quito el arnés y se lo puso ella,

 

El jefe se desnudo y se puso a cuatro patas en el suelo.

 

Ella fue al maletín y saco un bozal de bola, un collar con riendas, un plug anal de cola de caballo y una fusta.

 

Le puso el collar, el bozal y el plug.

 

Luego se subió a su espalda y comenzó a pegarle con la fusta en las nalgas diciendo arre, animal, arre.

 

El comenzó a caminar a cuatro patas de rodillas por toda la tienda.

 

Y NOSOTRAS, jiji. La hija estaba absorta pero de aquella estupefacción inicial paso a estar mas relajada. Yo diría que hasta le gustaba. Estaba empezando a moverlas nalgas.

 

Yo me senté y me quede mirando aquel culo, aquella espalda, aquellas pernas. Y empece a pensar que cochinada podía hacer yo en aquella situación.

 

Pensé y pensé, mire el bolso. Ya esta IDEA.

 

Tenia un cepillo del pelo en el bolso. De esos anchos en forma de pala, de puás gruesas, separadas, plástico blando, con bolitas rosas en cada una de las puntas.

 

El mango era de extremo redondeado, luego se ensanchaba y se volvía a estrechar al final cerca ya del cepillo. Esto tenia que entrar con suavidad, pensé

 

Lo saque del bolso.

 

Metí la mano por la raja del culo de la hija hasta que encontré su rajita. La muy guarra la llevaba bien mojada. Le estaba gustando ver a sus padres en aquella escena. Quien no ha soñado ver a sus padres follar?.

 

Estaba ella tan absorta que casi no se inmuto cuando le metí el cepillo en su chochito.

 

Empece a mover mete saca y ella empezó a moverse y a emitir gemidos.

Le tape la boca y le hice el ademan que se callara.

 

Me incorpore y me senté sobre su culo. Puse las puás del cepillo boca arriba y lo puse sobre mi sexo. Lo cubría todo todo.

 

Frote toda mi vulva sobre aquellas tiesas y a la vez suaves puás Eran maravillosas.

 

Me elevaba un poco y frotaba mi chochito hacia adelante. Esto hacia que a su vez empujar el mango del cepillo hacia el perineo de la chica. Luego al soltar el mango volvía a su posición sobre el punto G de ella. Entonces ella se retorcía de placer.

 

Así una y otra vez.

 

Mientras sus padres habían dejado de cabalgar. La madre el quito el plug al padre.

 

El se recostó sobre un taburete y abrió su culo, La jefa cogió un poco de gel, Lo unto en la polla y se la metió entera y sin compasión. Debían de estar acostumbrados porque el apenas dio un respingo y no dijo nada. Ningún síntoma de dolor.

 

Se puso a darle por detrás al jefe mientras le insultaba. Le cogía la polla con la mano y se la estiraba con fuerza hacia abajo. Como si ordeñara una vaca.

 

Una y otra vez. Hasta que realmente le ordeño y eyaculo.

 

Yo seguía follandome a la niña.

 

Mi vulva estaba ya roja y escaldada de tanto frotar. Notaba que la hija estaba muy excitada.

 

Iba a gritar. Le tape la boca y empuje con todas mis fuerzas, una, dos, a la tercera embestida ella re revolvió como una serpiente. Seguí un poco mas y caí rendida encima de ella. Ya no me quedaba ni flujo. Me corrí en seco.

 

Ellos recogieron todo y marcharon tan tranquilos.

 

Nosotras nos vestimos y salimos casi corriendo y sin despedirnos.

 

Umm el hermano pequeño parece que era tímido y virgen. Me parece que me lo tengo que trajinar.