Karl y Eva eran hermanos además de socios en la empresa que estaban iniciando, eran dos magníficos ejemplares de belleza masculina y femenina

Esta historia es verdadera, trataré de dramatizarla y darle un tinte novelesco, pero siempre respetando el gran amor que llegaron a sentir el uno por el otro estos personajes.

He cambiado los nombres como es lógico suponer, y solo espero poder describir a cabalidad algo tan complejo y destructivo como lo fue el amor que nació entre estos dos hermanos.

Por motivos de trabajo, viajaba continuamente al interior del país; conocí muchos lugares he hice muchos amigos también. Un buen día, viajábamos un pequeño grupo de personas en misión de trabajo. El camino a través de la cordillera era monótono, sólo veíamos montañas, la nieve que cubría los picos, rocas y el polvo del camino. Cuando he aquí que al coronar una gran pendiente, a nuestra vista, abajo y a lo lejos se divisó un pequeño valle; del frío extremo de la cordillera pasamos como por encanto a un clima templado y soleado, nuestro estado de ánimo cambió por completo y de mutuo acuerdo decidimos pernoctar esa noche en aquel pueblito y continuar viaje al día siguiente.

La gente era sumamente hospitalaria, habían desarrollado un pequeño paraíso turístico, con alojamiento, restaurante, piscinas de aguas termales y un club de esparcimiento. El clima en aquel hermoso lugar era el de una eterna primavera, el ambiente era idílico y relajante. Decidimos buscar alojamiento para asearnos, cambiarnos y buscar un buen lugar donde cenar, pues traíamos hambre de lobos; así que preguntamos si había un buen hotel u hostal en aquel lugar…notamos con perplejidad que el ambiente se enrareció de improviso, las risas cesaron y los lugareños con los que habíamos entablado conversación rehuían nuestras miradas y no sabían contestar a nuestra pregunta…

– Qué pasa?…preguntamos Uno de ellos tomó la palabra y nos dijo:

-Si gustan pueden repartirse y hospedarse en las casas de algunos vecinos, sería para nosotros un honor tenerlos como huéspedes.

– Es extraño que no haya una hostal aunque sea en un lugar tan turístico como este…le manifestamos.

Después de titubear un poco, y consultar con la vista a sus demás compañeros, por fin el lugareño se decidió a hablar:

– Si tenemos una hostal, y está en perfectas condiciones para brindar un excelente servicio, tiene todas sus habitaciones disponibles. Con gusto los llevaremos allí, pero una vez que se aseen y cambien sus vestimentas los llevaremos a que coman algo. Una vez hayan finalizado, agradeceríamos mucho nos acompañaran al porche de mi casa a tomar una copa de anisado y fumar un buen cigarro, y allí si gustan les explicaré el porque nuestro hermoso hostal no tiene un solo huésped y la historia que hay detrás de todo eso. Si después de escuchar la historia, aún desean pasar la noche allí, pues ya será decisión suya… He aquí la historia que nos relataron y que presento ante ustedes para su consideración: Karl y Eva eran oriundos de Alemania, habían descubierto por casualidad ese pequeño paraíso y les había encantando, les gustaba la aventura; y de ese modo habían recorrido muchísimos lugares alrededor del mundo… a pesar de su juventud. Pero ese pequeño pueblo los atrapó con su belleza y decidieron quedarse a vivir allí. Viajaron de regreso a su país, y al poco tiempo se aparecieron en el pueblo cargados de maletas y acompañados por algunas personas. Se dedicaron a recorrer el pueblo como buscando algo, tomando medidas, examinando suelos y hablando con las autoridades del pueblo. Pronto se corrió la noticia, los gringos locos tenían pensado construir un pequeño hotel en el lugar, confiaban en que con algunos arreglos y con la participación comunitaria, se podría convertir aquel lugar escondido entre las montañas en un atractivo turístico para las personas que buscaban paz y tranquilidad, además de la salud perdida.

Karl y Eva eran hermanos además de socios en la empresa que estaban iniciando, eran dos magníficos ejemplares de belleza masculina y femenina (si se le puede llamar de esa manera). Ella era alta, de un cuerpo esbelto pero bien formado y macizo por los deportes que practicaba desde niña, cabellera rubia, ojos azules como el cielo y una

voz ronca y sensual; unos senos grandes, redondos y desafiantes y unas caderas rotundas y provocadoras. Karl era mas alto aún que su hermana, sumamente apuesto y tan rubio como ella, sus ojos eran verdes y su contextura era atlética, tenía 28 años y era un año mayor que su hermana. Siempre habían sido muy unidos, más que hermanos parecían compinches y camaradas.

Mientras empezaban las labores de construcción de su proyecto hotelero, buscaron un lugar donde alojarse, es así que alquilaron una pequeña casa que constaba de un dormitorio, una pequeña sala comedor, una cocina y un baño y de este modo empezaron su convivencia en el pueblo.

– Hey hermanito, ayúdame a desempacar las cosas…le gritó Eva a su hermano desde el dormitorio.

-La verdad no se como vamos a hacer, esta habitación es muy pequeña como para poder meter dos camas en ella… Dijo Karl… Mmmmmmmm, ya sé….tu usarás la cama y yo dormiré en la sala, en la bolsa de dormir. Dijo él luego de pensarlo un buen rato.

– No es justo…Respondió ella… las obras durarán meses, no puedes dormir tan incómodamente por tanto tiempo, te puedes causar algún daño.

– La cama es grande, es una cama matrimonial, puedes dormir conmigo…después de todo somos hermanos…que te parece? Karl titubeó un poco, pero como la idea de dormir en el suelo durante tan largo tiempo no era cosa que le emocionara demasiado, terminó por aceptar.

Ese día había sido muy duro y estaban llenos de polvo y cansancio, así que luego de comer algo ligero, decidieron tomarse una ducha e irse a descansar temprano, ya que los días subsiguientes serían igual o más duros aún que el presente.

– Karl, préstame una de tus camisetas; la voy a usar como pijama…Dijo Eva saliendo de la ducha…es más cómodo que un camisón…además que con camisón se me vería todo; y no quiero darte un show gratuito…dijo riendo y guiñando un ojo pícaramente.

-Toma uno cualquiera de mi cajón y no me molestes….

Cuando Karl salió de la ducha, Eva ya había caído rendida del cansancio y dormía plácidamente. Sin hacer ruido, apagó las luces y se metió entre las sábanas. Al poco rato, el cansancio lo venció también y cayó en un profundo sueño.

Karl abrió los ojos repentinamente, algo lo había despertado, pero no sabía qué. Cuando su mente se despejó; notó que su hermana estaba acurrucada contra su pecho, y una de sus piernas estaba cruzada sobre la cadera de él, directamente sobre su ingle…eso era lo que lo había despertado, el roce de la piel de su hermana le había provocado una semi erección, aún estando dormido; pues había quedado directamente en contacto con su pene, y este había reaccionado. Además sentía los pezones duros de Eva sobre su pecho y la blandura de sus senos; y el olor fresco de su cabellera desparramada sobre su pecho también. Karl se sentía confundido….era su hermana, pero no podía dejar de sentirse excitado por su cercanía…jamás le había pasado eso, siempre la había visto como a su hermanita querida, su compañera de juegos, travesuras y aventuras…pero he aquí que por primera vez en su vida…la veía como mujer. Estuvo mucho tiempo así, sin atreverse a mover…con la mente llena de sentimientos encontrados, hasta que el cansancio le ganó y volvió a dormirse.

El día siguiente fue sumamente duro y agotador y le ayudó a olvidar lo que había acontecido la noche anterior…hasta que llegó la hora del descanso nocturno. Como la noche anterior, Eva no tardó en quedarse dormida…pero Karl no podía, sentía su cuerpo molido, pero era incapaz de conciliar el sueño, solo hacía observar a su hermana dormida, iluminada por la luz de la luna que se filtraba por la ventana…era tan hermosa…se la quedó mirando con dulzura infinita y trató de desechar los pensamientos que lo habían estado perturbando. La noche era calurosa, así que habían prescindido de las cobijas; y mientras Karl la observaba, Eva se rebulló entre sueños y se dio vuelta, quedando de lado y de espaldas a él, subiéndosele en la acción la camiseta…casi hasta la cintura. Karl quedó paralizado de la sorpresa, ella no tenía nada debajo, la visión de sus salgas perfectas quedó ante él…y sin poderlo remediar, sintió como su sexo volvía a reaccionar ante la excitación que ganaba su cuerpo y mente. Lentamente se giró en la cama y quedó de costado también, a espaldas de ella…la luz de la luna iluminaba aquel maravilloso trasero, la blancura de sus nalgas contrastaba con el resto de su piel…bronceada por el ejercicio al aire libre. De pronto se llevó un susto de muerte, murmurando entre sueños, su hermana volvió a moverse, quedando esta vez casi en posición fetal…Karl miraba casi hipnotizado esas piernas perfectas y esos muslos maravillosos, la curva de sus caderas y la abertura entre las nalgas, semi abiertas ahora debido a la postura forzada que había asumido el cuerpo de su hermana. Comenzó a sudar y a tiritar, no era posible que estuviera sintiendo eso…si era su propia hermana; pero la excitación le ganaba mas y mas. No supo cuanto tiempo estuvo así, contemplando el cuerpo casi desnudo de Eva…de pronto, su mano se fue alargando en dirección al cuerpo de su hermana dormida, muy lentamente posó su mano sobre las caderas de ella, al no notar ningún movimiento de parte de ella, fue recorriendo su contorno, sintiendo su suavidad…luego la bajó hasta su muslo…lo recorrió hasta donde daba su brazo y luego la volvió a subir…siempre lentamente, casi rozándolo con la punta de los dedos. Volvió a titubear y se detuvo cuando su mano se acercó a la entrepierna de ella, retiró su mano y se quedó dubitativo; no se atrevía a ir más allá, pero esa visión lo tenía trastornado, así que volvió a dirigir su mano, esta vez hacia la intimidad de Eva…con un miedo terrible. Sintió los vellos del sexo de su hermana…eran cortos y rizados y un poco ásperos al tacto. Atreviéndose a más, adelantó uno de sus dedos, hasta sentir la tibieza y suavidad de los labios entreabiertos de su sexo…lo recorrió lo mas suavemente que pudo, de arriba abajo…profundizando un poquito cada vez, solo levemente…de pronto sintió su dedo húmedo y pegajoso, al mismo tiempo que un suspiro se escapaba de la garganta de su hermana…ella lo estaba disfrutando en sueños, pero eso aumentaba el peligro que se despertara y lo encontrara en esa situación por demás comprometedora e inexplicable…así que se retiró, le bajó cuidadosamente la camiseta, y contemplándola …se quedó dormido.

Esta situación se repitió prácticamente a diario, Karl sólo vivía para esos momentos…cuando su hermana se quedaba profundamente dormida y el aprovechaba para acariciarla, pero siempre con un miedo terrible que pudiera descubrirlo…y con un gran sentimiento de culpabilidad que lo corroía por dentro….

– Karl apúrate, que vamos a llegar tarde al club…era el cumpleaños de Karl, y su hermana le había invitado a cenar y bailar. Los pobladores habían aprendido a quererlos, por su carácter alegre y su espíritu emprendedor…esa noche rieron, bailaron y bebieron a discreción…De regreso a casa, iban conversando acerca de sus sueños y proyectos, bromeando y riendo…los dos habían bebido demasiado. Al llegar a casa, se ducharon por turnos y se metieron a la cama…

– Mañana es Domingo, así que podré dormir hasta tarde….dijo Eva…buenas noches hermanito.

Pero Karl no podía dormir, daba vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, hasta que desesperado, decidió levantarse y salir al porche, encendió un cigarrillo y se puso a contemplar las estrellas, mientras su cabeza era un caos de sentimientos encontrados&estuvo cerca de una hora en esa posición, hasta que dando un profundo suspiro, ingresó a la casa a tratar de descansar aunque sea un poco. Al entrar al dormitorio, contempló a su hermana echada casi bocabajo y con la camiseta subida casi hasta el nacimiento de sus nalgas, tenía una pierna estirada a lo largo y la otra flexionada, dejando entrever a la luz que se filtraba por la ventana, el contorno oscuro de su sexo&esta vez su sexo reaccionó de inmediato. Se acercó al cuerpo de su hermana&el alcohol ingerido lo hacía ser mas audaz&lentamente subió la camiseta hasta dejarla arrollada a la altura de su cintura&depositó un tierno beso en la suavidad de sus nalgas y sus dedos buscaron ansiosos la calidez y humedad del sexo de Eva. Su dedos separaron los rizos de su vello púbico y su dedo índice penetró gentilmente en su intimidad. Notó su sexo húmedo y viscoso, retiró su mano y la llevó a su nariz olfateando con deleite los fluidos de su hermana. Karl vio como Eva se movía y adoptaba la posición fetal, dejando ante sus ojos la visión absoluta de su sexo entreabierto y brillante de humedad, y la pequeña mancha oscura que marcaba la entrada de su ano. Y si se atreviera?…con mucha suavidad subió a la cama y se acomodó tras Eva…liberó su pene y lo colocó entre las nalgas de ella…quedándose quieto unos instantes. Poco a poco se fue moviendo, dejando resbalar muy suavemente su pene a lo largo del sexo de su hermana, que cada vez se notaba más y más húmedo y viscoso. Eva emitió un suspiro y se movió ligeramente, echando el trasero un poco hacia atrás&logrando con esto que el pene de su hermano resbalara dentro de ella. Karl se quedó paralizado de la sorpresa, sólo había entrado prácticamente la cabeza del pene…pero la sensación era indescriptible&podía sentir el calor y la suavidad del sexo de su hermana y era una sensación tan maravillosa&esperó un rato aún a ver si ella hacía algún otro movimiento, pero al notar que seguía dormida profundamente, se decidió y empujó sus caderas muy lentamente, sintiendo como el sexo de su hermana se abría acomodándose al grosor y longitud de su pene. Hasta que notó que su ingle chocaba contra las nalgas de ella&la había penetrado completamente&podía sentir la viscosidad cada vez mayor de su interior, y como esa humedad empapaba sus caderas y muslos. Empezó un suave vaivén de caderas, metiendo y sacando su pene casi completamente, sintiendo la estrechez de esa vagina&En determinado momento le pareció sentir que su hermanaba se quejaba levemente&se volvió a quedar quieto un momento, pero al no notar ninguna señal, continuó el suave bombeo dentro de su hermana&esta vez un poco más rápido. Y definitivamente el sexo de Eva ya rezumaba líquidos, haciendo mas fácil y placentera la penetración&.pero&no se lo había imaginado, claramente vio como las manos de Eva se aferraban a la almohada a la vez que enterraba el rostro en ella…su hermana estaba despierta. Esto prácticamente lo enloqueció, levantó el muslo de Eva para tener mas facilidad de penetración y esta vez aumentó el ritmo de penetración, con una violencia tremenda. Con cada golpe de caderas prácticamente levantaba en el aire a su hermana&sacaba su pene casi por completo y lo volvía a enterrar de golpe&cada vez a un ritmo mas endiablado&ya nadie lo podría d sacudían su cuerpo…

– Que te pasa hermanita?

– Déjame…le respondió ella, empujándolo con una mano…y cubriendo su desnudez con una sábana, abandonó el lecho y salió de la habitación corriendo y sollozando.

Karl se quedó confundido y atontado, sentado en la cama y sin atinar a hacer nada…pero al ver que Eva no volvía, saltó de la cama y la buscó por la casa sin encontrarla. Unos sollozos apagados lo guiaron al baño…allí encontró a su hermana recostada en un rincón, tapando su cuerpo desnudo con la sábana, mientras unos sollozos desgarradores la hacían estremecer de dolor….

– Que he hecho?…

– Que hice dios mío?…que hice?…