Internet Y Yo: Historias Reales

Historia I Hola mi nombre es Dany, tengo 39 años, lo que voy a relatarles es verídico 100 x 100. Son mis experiencias sexuales por Internet. Me animé a escribir pues creo que puede servirle a otra persona indecisa e incrédula de los beneficios de la Web. Soy de Argentina, ciudad de La Plata, mi cuerpo no es atlético, soy delgado, tampoco soy alto, y dicen mis amigas del Chat que no soy feo.

Debo de decir que soy una persona muy sexual, con formación oriental (en cuanto a sexo) ya que además de mi trabajo habitual soy una persona que ha estudiado toda su vida las ciencias ocultas, como el Tarot, la Parapsicología. Mitología Egipcia, entre otras cosas. Siento que la sexualidad debe ser libre, mas allá de lo que te pueden enseñar en tu iglesia. A edad temprana veía a los sacerdotes con curiosidad, ya que no se puede ir en contra de lo que creo Dios, la sexualidad, es como si te dijeran que comer es pecado. ¿Podrías dejar de hacerlo? Me case muy joven, 18 años, mis amigos siempre se burlan de ese tema, ya que mi mujer es hermosa y me dicen que solo un mago como yo podía hacer que se enamorara de mi.

Ella, mi mujer, es todo lo contrario a mi, si bien disfruto de nuestro sexo, ella se ha estancado en esta materia, lo que produce en mi una falta de apetito hacia ella.

A través de mi página Web (relacionada con el Tarot) comencé a recibir consultas sobre sexo, y propuestas de todo tipo, las cuales no las tenía en cuenta. Un día comencé a chatear y descubrí un mundo distinto, después del lógico derecho de piso, comencé a ser popular, así conocí por este medio a muchas mujeres, lógicamente, no me interesaba acostarme con una, por el solo hecho de tener una relación sexual, si se daba debía ser a mi modo, lógicamente. Sabia que habría una mujer con las mismas ideas mías.

Me es muy beneficioso ser franco y frontal, pues así no tendría encuentros con desilusiones por gustos distintos.

Esta primera historia que voy a relatarles, no fue la primera, pero si la que mas disfrute.

Era un sábado tipo nueve de la noche, yo ya tenia mi club de amigas en el Chat, así que cuando una desconocida me jalaba a privado, siempre desconfié, pues la tomaba como a alguien ocultando su identidad para sacarme alguna cosa.

De pronto una tal Mónica me jala, las preguntas de rigor, tenia dudas si me conocía, así que no le di mucha lata. Se puso mal, diciéndome quien me creía que era? Que una mujer como ella, no merecía ese desplante, así que le corte de una.

Esto la enfureció mas, me jalaba y yo le cortaba, así un buen rato. Hasta que salio del cuarto. A la hora, entra de nuevo y escribe cosas en la general, para que yo la lea, la llevo a privado y le digo que si quiere conocerme me dé su teléfono, así me sacaba la duda si la conocía o no. Sin dudarlo me lo dio, me había equivocado, era de una localidad de Argentina, bastante lejana, Santa Fe. La llamo – Hola – – Hola dice ella. (Me gusto la voz), bueno le dije, sigamos por el Chat.,- En Argentina las comunicaciones vía celular a larga distancia son CARISIMASSSSSS, jajá jajá.

Al conectarnos, comenzamos a conocernos, ella 30 años, casada, con líos en la casa. La conversación fue la de rutina, quedamos en conectarnos al otro día.

El Domingo por la mañana estaba solo en casa, me despertó el celular, eran las 10, era ella.

– Mónica – Hola, te jode que te halla llamado? – Yo – Si, ya que soy casado y no te di ni el número, ni mi permiso.

-Mónica – Lo que pasa es que me quedo tu número cuando llamaste y no cerré un ojo en toda la noche, pensando en vos.

– Yo – ¿Te burlas? como pensando en mi?, si no me conoces.

– Mónica – Anoche fue mi primera vez en el Chat, y se que eres un buen tipo.

– Yo – Gracias, pero te apresuras, ¿Qué sabes de mi? -Mónica- Sé – Yo – OK (ma si…) – Mónica – quiero viajar y conocerte.

– Yo – ja ja ja.

– Mónica – enserio…

– Yo – estas reloca, ¿siempre haces lo mismo? – Mónica – Nunca.

– Yo – crees que soy un tipo común?, no quiero hacerte viajar 600 Km. y que te desengañes.

– Mónica – Común? a que te refieres ? – Yo – Sexualmente, no creo que estés a la altura.

– Mó

nica – Ja ja ja – Yo – Bueno te dejo, a la noche me conecto.

Al llegar la noche, me conecto como habitualmente, hable con mis amigas, hasta que entro ella, – Mónica – Hoy me asustaste – Yo – por? – Mónica – Por lo de común, que tendría que hacer? – Yo – gozar.., sentir…, dejarte llevar.

– Mónica -¿me vas a lastimar? – Yo – ¿Quieres qué te lastime? – Mónica – No (se hizo un breve silencio).

– Mónica -Ok., pero hay cosas que no me gustan.

– Yo – ¿Esas cosas, las has probado? – Mónica – No, y no creo que me gusten, – Yo -¿Tan fuertes son? – Mónica – Nunca le voy a entregar la cola a un hombre ya que es antinatural y doloroso, jamás probare su esperma, ya que es repugnante.

– Yo – Lo primero que quiero que sepas que esto es de a dos, ok? – Mónica – ¿Me lo juras? – Yo – Te lo prometo, además te aclaro, podría hacer lo que quiera una vez que estemos juntos, pero no me satisfacería, de que sirve que lo hagas por que a mi me gusta, le esencia del sexo es el poder y ello se obtiene en la unión de la pareja en todo sentido.

– Mónica – Ok.

– Yo – Bueno ahora envíame una foto, para conocerte.

– Mónica – no tengo ni idea, como se hace, pero en la semana te la hago enviar.

– Yo – Ok, la esperare.

Así siguió la charla, luego los e mail, llego su foto, era una mujer agradable, las charlas telefónicas eran diarias.

Hasta que combinamos un encuentro. Nos reuniríamos en Buenos Aires, cuatro días.

Al llegar es día, era un viernes, viaje a Baires, el transporte de ella llegaba a las 16 hs.. Ya habíamos hecho las reservas en un hotel.

Llegó, estaba muy bien vestida, se notaba una mujer formal, tal cual lo había imaginado. Tomamos un taxi y nos fuimos derecho al hotel. En el camino hablamos poco, se la notaba tensionada, o por la situación o por que no le hubiera gustado yo.

Entramos en la habitación, luego de registrarnos, ella comenzó a desempacar, – Mónica – Te traje algunas cosas, una botella de whisky de regalo, yo no tomo, aclaró, un vaso y dos copas. Traje un equipo de mate, tomamos? – Yo – Gracias. Yo si tomo whisky, un poco., dale tomemos mate.

Nos sentamos en la cama, charlamos, tomábamos mate nos distendimos.

– Yo – Sabes Mónica, me encanta que estés acá, eres muy linda.

– Mónica – Yo también estoy a gusto con vos, aunque asustada, pero con ganas.

Comenzamos a besarnos, mientras lo hacíamos trataba de percibir que tipo de mujer era ya que se la notaba nerviosa, titubeante. Decidí hacer un alto pues quería que al hacerlo estuviera con todos los sentidos puestos en su sexualidad y no en falsos pudores, esos como – ¿Qué pensara de mi? y todas esas cuestiones de educación que le imponen a las mujeres que lo único que hacen es castrarlas. Además la dejaría pensando, ¿por que no me hace el amor? si ya habíamos comenzado!.

– Yo – Voy al baño, ya vengo. Abrí la ducha, me di un baño, ¿Me servís un whisky? -le dije Entró al baño con la copa, solo tenia una toalla cubriéndose, – Bueno… que linda que sos..! le dije. Ella se metió en el duchador, sacándose la toalla, yo mientras me peinaba la observaba por el espejo, ella disimuladamente me provocaba, enjabonándose el cuerpo de una manera sensual. Tiene un muy buen cuerpo, sobresaliendo en el, sus pechos, grandes, rosados, con unos pezones bien marcados, luego los descubrí bien firmes y duros y con una sensibilidad nunca vista por mi en mujer alguna. Aunque soy adorador de todo el cuerpo femenino en especial de las colas, creo que sus tetas fueron las que me permitieron apoderarme de ella y gozar y hacerla desfallecer de placer.

Cuando cerró la ducha, tomé el toallón y comencé a secarla a medida que masajeaba su cuerpo notaba como se excitaba, la abracé y bese con pasión, nuestras lenguas entablaron una lucha de reconocimiento, nuestros ojos cerrados, nuestros sentidos puestos en el gozo infinito. Mientras nos besábamos mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo, al rozar con ellas sus pezones, dejo escapar un gemido, que no deje pasar desapercibido, al acariciar su espalda, sentía como se apretaba hacia mí, refregándose, lujuriosamente.

La lleve al cuarto, hicimos el amor por espacio de unas dos horas. No fue de una manera salvaje, fue solo un sexo de reconocimiento y ruptura de falsos pudores. Teníamos cuatro d&iacut

e;as. Le propuse salir a comer algo, caminar un poco, charlar, lo hicimos, aprovechamos para conocernos un poco mas y recordar nuestras charlas vía mail, Chat etc.

Al volver al hotel, comenzaría la mejor parte de esta historia, que quiero contarles con lujo de detalles, si es que a esta altura de mi relato aun siguen leyéndome, de solo recordarlo tengo una terrible erección, que no se como calmaré, pues estoy solo.

Entramos en la habitación, comencé a desenvolver algunos artículos que había llevado, velas, incienso, etc. Ella me miraba, sin decir palabra ya que sabia de mis inclinaciones esotéricas. Le pedí que se sacara la ropa de calle, vistiera con ropas insinuantes y pintara la cara de forma muy sensual.

Apague las luces del cuarto, encendí varias velas y el incienso, esto le daba a la habitación un aire místico.

– Mónica – Amor..! que lindo ambiente que creaste , será una noche inolvidable para los dos.

Le pedí servir unas copas de whisky, a lo que respondió yo no tomo eso, solo cerveza. – Dale acompáñame con un sorbo, es parte de la magia, le dije.

Estaba realmente muy deseable, de solo verla la lujuria me invadía, haría todo lo posible por contagiarla. Tomamos una copa, a lo cual ella dijo – Mmm… me voy a servir otra, es raro pero me gustó por primera vez,- – Yo – espera, yo te la sirvo, tome un trago de mi copa, sin tragarlo me acerque a ella y le di de beber, el beso ardiente, embebido de alcohol y saliva, nos produjo una excitación impresionante, recuerdo que al verla acostada, entregada a nuestra lujuria, me fascinó, como el artista, trataba de crear una obra solo guiándome por la libido, sin realizar actos preestablecidos.

Comencé a desnudarla, me reconozco fetichista de las prendas intimas de la mujer, solo la deje con su diminuta bombacha, que por delante tenia solo un triangulito de tela que tapaba su conchita, y por detrás también diminuta, se le metía dentro de las nalgas, excitándome mas, ya que gozaba de una hermosa cola. – Cuanta belleza..! Desperdiciada por tu esposo le comente.

– Mónica – Riéndose, Dios le da pan al que no tiene dientes.

Tome la botella de whisky y le derrame un poco sobre los pechos, comenzando a beberlo, ella se retorcía de placer, cuando le chupaba el pezón me apretaba la cabeza contra sus tetas para que no dejara de hacerlo, cuando me separaba un poco me decía, – Mira como las tengo, hace algo-, me concentre en ellas, ya no chupaba pues parecía enfriarse, a medida que mas le apretaba el pezón con mis labios mas gemía. Era como si esta mujer tuviera el clítoris en el pezón, pero para satisfacerlo, debía apretarlo casi lastimándola. Era una llave, mas le excitaba el pezón, mas cosas quería.

– Mónica – Sssss, no se que me pasa, estoy ardiendo..! quiero hacer cosas que nunca hice…haz lo que quieras Dani, por favor..

Esto me volvía loco de placer, una mujer que me gustaba y excitaba, una historia muy fuerte. Describir las posturas que hicimos seria interminable y no sé si seria exacto, pues en una situación así, me siento en contacto con una divinidad, en un estado alfa y no se tiene mucha conciencia real. A esta altura nuestro rendimiento ya era superlativo, llevábamos varias horas de sexo. Tengo la suerte de haberme entrenado vía Tántrica en el control de la eyaculación, sino seria imposible satisfacer a semejante mujer.

– Mónica – te voy a dar algo que nunca pensé entregar, – Yo – Shhhh, solo bésame..

Se dio vuelta, ofreciéndome su virginal colita, juro que casi tuve una eyaculacion, pero por suerte pude reprimirla, quería seguir gozando con ella.

Al apoyar mi pene en su ano, esgrimió un quejido, seria muy doloroso para ella, al primer intento de penetración, se bloqueo y contrajo sus músculos. Haciendo imposible que la pudiera poseer. Me acosté boca arriba, la hice ponerse sentada arriba mío, me decía que así era más doloroso, pero use mis mañas, comencé por una caricia a sus pezones, para convertirlos en pellizcos, eso solo la hacia acabar, mas le apretaba, mas se excitaba, mas se relajaba, sola se sentó sobre mi pene, teniéndolo con una mano, apuntando a su cola, lo fue introduciendo despacio, ahora no parecía una cola virgen, pues la excitación hizo que se dilatara hasta un punto sorprendente. Al sentir mi pene en su colita, se sintió poseída y liberada, lo galo

paba como una chica de 20 años, ¡ Que vitalidad…! así estuvo por espacio de media hora, el cansancio comenzó a apoderarse de mi, quería hacer un alto, para recuperar energías. Me propuse acabar. Pero debido a tanto mete y saca y a los pelos de su sexo, refregando mi pene en ellos, ya me dolía un poco, lo tenia ardiendo.

– Yo – Mónica, descansemos un rato amor..

– Mónica – ¿después si..

– Yo – Tenemos tiempo, es sábado recién, hace un día que estamos haciéndolo.

– Mónica – Bueno quédate quietito que yo quiero probarlo con mi boca – Yo – Después.

– Mónica – Un ratito sí? – Yo – Bueno Se bajo, comenzó a chuparme el pene, no sabia hacerlo bien, me raspaba mucho con sus dientes, debido a mi ardor, me producía dolor mas que placer. Tuve que frenarla y muy didácticamente enseñarle a hacerlo. Así estuvo por largo rato, yo ya no la estimulaba, solo prestaba mi pene erecto que aun no había descargado. Ya era hora… quería hacerlo en su boca, no se como reaccionaria, ya que le resultaba asqueroso.

– Yo – Amor… quiero acabarte, quiero que veas el fruto de tu pasión. Sácalo un poco de tu boca y comenzó a fregarlo. Al decirle esto comenzó una masturbación lenta, que podría hacerme acabar en 20 días. Estire mi mano hacia su pezón, comenzando a pellizcarlo, esto produjo un aceleramiento en su masturbación, – Yo – Amor, voy a terminar…Al decirle esto, ella sola oriento mi pene a su boca, siguiendo el ritmo de la masturbación. Mientras tanto yo, ya en el camino de la explosión, no solo pellizcaba su pezón, sino también introducía varios dedos en su conchita, a lo que ella respondía con un movimiento pelviano. Cuando eyaculé parecía interminable el semen, sorprendentemente ella no dejó escapar nada, ya que lo que se caía de su boca, lo juntaba y volvía a tragar.

Creen que terminó la noche…, ni la noche ni mi encuentro, faltaban mas de dos días aun. pero como temo aburrirlos la continuación será para los interesados vía mail, pues lo que sigue es muy fuerte.

Saludos