Había tenido una noche alocada, llena de drogas y alcohol. Quede solo con mi compañero de piso y tuvimos una experiencia gay muy satisfactoria

Cuando tenía 20 años, para poder pagarme los estudios, alquilé una de las dos habitaciones libres del piso en el que vivía a un chico de 18 años que comenzaba la carrera de informática. Ivan.

 

Iván era un chaval guapo, moreno y más o menos de mi estatura (unos 1,75 o más o menos), delgado y aunque no hacía deporte habitualmente tenía un cuerpo bonito.

 

Las primeras semanas casi no teníamos relación dentro del piso, básicamente porque no coincidimos demasiado. Todos los días, de lunes a viernes, eran iguales. Nos levantábamos a la misma hora, entrábamos los dos al baño y para ducharnos y demás (hay dos baños diferentes en el piso) y cuando salíamos tomábamos un café rápido y nos íbamos a la universidad. Cuando acababan las clases yo volvía al piso para comer y me iba a trabajar. El comía en la universidad y luego se iba también a trabajar. Cuando terminaba de trabajar, normalmente yo quedaba con amigos si no tenía que estudiar, igual que el. Así que la gran mayoría de días nos veíamos un rato por la noche y luego cada uno se iba a dormir a su habitación.

 

Los fines de semana, su novia y él se turnaban para dormir en un piso u otro, así que un fin de semana dormían en mi piso, y otro dormían en el suyo. Cuando estaban en mi piso se les escuchaba follaba follar claramente cada noche y veces por el dia. Era un tanto morboso escucharles desde el salón, el cual estaba paralelo a su habitación.

 

El primer y el segundo mes, la cosa siguió este patrón con normalidad, hasta que un día mientras desayunamos me comentó que como el próximo viernes era festivo, si me importaba que trajera a unos amigos y a su chica a cenar a casa.

 

– Habíamos pensado que si no te importa, el jueves por la noche,  podríamos cenar aquí, tomar unas cervezas y fumar un poco y ya irnos de fiesta aprovechando que el viernes es fiesta, por supuesto estás invitado.

– Claro, no te preocupes, mientras no me lo dejéis todo enguarrado haced lo que querais, estais en vuestra casa. – Le dije – .

– Gracias tronco. Y por último, cómo vamos a beber bastante, te importaría si se quedan mis colegas a dormir aquí y luego se van por la mañana temprano? No los vas ni a ver cuando te levantes.

– Ahí tengo una habitación libre, la cama no tiene sabanas ni nada, pero si quiere alguien dormir ahí con un cojín del sofá y una manta, no me importa mientras todo quede recogido por la mañana.

– Perfecto tio, muchas gracias.

 

La semana siguió su curso hasta el jueves, cuando salí de trabajar llegué a casa y como aún no habían llegado aproveché para quitar cuatro cosas de en medio, dejé un cojín en la habitación y una manta y me fuí a duchar. Cuando terminé de ducharme salí del baño con una toalla y me encontré con Ivan y un amigo suyo.

 

– Hola soy Carlos! Que tal?

– Hola encantado yo soy Marcos. – Nos dimos la mano -.

– Si que habéis venido pronto.

– Si, me ha venido a buscar al trabajo y hemos venido en su coche, ahora vendrá Laura – Dijo Ivan -.

 

Laura era la novia de Ivan. No había cruzado demasiadas palabras con ella. Los fines de semana que pasaban aquí no nos veíamos casi por yo me iba con mis amigos.

 

– Vale perfecto. – Dije – Yo ahora me vestiré y salgo. Cenais ahora? Por que puedo acoplarme a vosotros para cenar si me dejáis. Jajaja.

– Claro tio, cena con nosotros y luego te invitamos a unas birras. Gracias por dejarnos venir aquí por cierto. – Dijo Marcos -.

 

Eso hice. Fuí a mi habitación y me puse ropa cómoda para estar por casa. Un pantalón de chándal y una camiseta de manga corta ancha. Mientras me vestía sentí como venían los demás.

 

Salí a saludar a todos. Había llegado Laura y dos amigos más, Javi y Manel.

 

En total éramos 6, trajeron una bolsa llena de cervezas y otra llena de comida, generalmente eran pizzas y patatas fritas. Una cena de amigos vaya.

 

Cenamos con tranquilidad, Iván y Laura iban calentando y trayendo las pizzas. Cuando terminamos empezamos a beber cervezas y uno de sus amigos, no recuerdo su nombre, empezó a liarse unos porros y fueron pasándolo entre ellos.

 

– Quieres fumar? – Me dijo uno de ellos -.

– Vale, venga, porque no.

 

Le dí unas caladas al porro, que estaba bastante fuerte y comencé a toser como si fuese a morirme. Todos los demás se reían y yo al final también comencé a reírme.

 

– Joder, hacía tiempo que no fumaba jajaja.

 

Todos reímos y seguimos fumando y bebiendo cervezas.

 

Pasaron un par de horas y cuando se hizo tarde, todos se fueron de fiesta ya bastante a tono.

 

– Mañana por la mañana recogemos todo esto si no te importa.

– Tranquilos, que vaya bien la fiesta.

 

Se despidieron de mi, me dieron las gracias por dejarles dormir en mi piso, y se fueron. Y como ya me había quedado solo, recogí lo que había encima del sofá, me puse una pelicula y me quede dormido.

 

Cuando entraron por la puerta todos me desperté en el sofá. Me levante y los salude de nuevo.

 

– Me he dormido en el sofá. Os lo dejo calentito.

 

Todos iban bastante borrachos, yo fuí a beber agua y me fuí al baño a mear, cuando salí estaban ya todos acostados. Que rápido pensé, y mientras me dirigia a mi habitación salió Marcos del otro baño, muy muy borracho.

 

– Que tal la noche? – Pregunté -.

– Pues muy borracho y sin ligar nada, no hay manera, las tías pasan de mi puta cara tio. – Se rió -.

– Jajaja, Igual es por lo ciego que vas, no?

– Puede ser. – dijo riendo -. Encima voy super cachondo tio, he tomando bastante cristal y estoy que trino.

 

Me descojoné de risa.

 

– Oye tio, me queda algo de hierba, nos fumamos el ultimo porro?

– Tenía pensado irme a dormir pero bueno, vale, se me ha quitado un poco el sueño.

 

Fuimos al balcón, abrimos una lata de cerveza cada uno y Marcos se lió y encendió el porro en un momento.

 

– Hace dos meses mi ex novia y yo cortamos, después de 4 años, nos aburriamos, a veces nos vemos y follamos y nada más, como colegas que follan, ahora es mi mejor amiga y a veces follamos. Ojala pudiera follarmela ahora, me encanta como me la chupa tio ¿sabes? No hay muchas tías que se metan la polla hasta la garganta, la mayoría es como que la chupan un poco mal, no saben, si yo fuese una tia creo que la chuparía bien. Ella me deja correrme cuando tenía su nariz tocando mi barriga, una locura. Joder. No puedo dejar de pensar en sexo tío, a ti no te pasa a veces?

– Eso nos pasa a todos, pero si vas tan ciego es normal.- Dije sin poder parar de reir.

– Y tu, tienes novia? – Preguntó dándole una calada al porro -.

– Pues ahora mismo no, hace años que estoy soltero. Mi ultima relación duró 1 año. También la chupaba bien, la verdad.

– Y qué pasó?

– Pues nada, lo típico, no nos aguantabamos y al final lo tuvimos que dejar.

– Ya, putas mujeres, siempre exprimiendonos y cuando nos aborrecen nos tiran a la basura.

– Bueno en mi caso fue con un chico. – Le dije -.

 

Me miró serio, y se comenzó a partir de risa.

 

– Hostia, perdona, no sabía que eras gay tio. – Dijo riendo -. Perdona eh.

– Jajaja, no soy gay, soy bisexual, también me molan las tías. De hecho he estado con mas tias que tios.

 

Seguimos hablando, nos hicimos un segundo porro y la conversación subió de tono.

– Oye entonces como es chuparle la polla a otro tio? – Dijo riendo -.

– Pues no sabría explicartelo, como explicas tu como es comerle el coño a una tia?

– Tienes razón. Y a ti que te gusta dar o recibir?

– Las dos cosas, y no me preguntes que se siente que te veo venir. – Dije riendo -.

– Justo te lo iba a preguntar ahora! -. Dijo riendo -.

– Si tanta curiosidad tienes chupamela y así te haces una idea. – Dije bromeando -.

– Sacate la polla y te la como aqui en el balcon jajaja! -. Dijo riendo mucho -.

 

Me levanté de la silla, me puse delante suyo y me saqué la polla.

 

– Qué te pensabas que no iba a tener huevos? – Le dije -.

 

Creí que todo se iba a quedar en una broma, pero entonces me agarró la polla.

 

– No se lo digas a nadie tío, voy muy ciego y quiero tengo curiosidad.

– No sabia que te ibas a animar tan fácilmente! – Rei -.

– Callate. – Dijo mirándome la polla -. Es la primera vez que cojo una polla que no es la mia.

 

Comenzó a pajearme la polla hasta que se me puso dura, la situación me dió realmente muchisimo morbo y me puse muy cachondo.

 

– Te gusta mi rabo? – Le dije con una voz susurrante -.

– Callate gilipollas.

 

Siguió pajeandome de cerca hasta que la tuve dura del todo y se la metió en la boca.

Empezó a chuparmela muy bruscamente sin saber, no me estaba gustando demasiado asi que le agarre la cabeza e hice que fuera más lento.

 

– No vayas tan a saco tio – Le dije -.

Me comenzo a pajear y a lamer el capullo lentamente, ahora si que me estaba gustando, se había tranquilizado y comenzaba a chuparmela bien de verdad.

 

– Ahora si que lo haces bien – Susurré entre quejidos de placer. –

 

Siguió haciendo su trabajo con mi polla perfectamente, intentó varias veces metersela toda hasta el fondo pero no podía. Yo seguí disfrutando en silencio entre silenciosos gemidos y el sonido de la mamada en el balcón hasta que noté que me iba a correr. El morbo de estar desbirgando la boca a un hetero en el balcón a las 6 de la madrugada me hizo excitarme demasiado.

 

– Tío me voy a correr, solo te aviso.

 

Marcos siguió mamando, yo pensaba que me iba a dejar correrme en su boca y eso me excitaba muchisimo, pero cuando notó que me iba a correr se saco mi polla ensalibada de la boca y comenzó a pajearme muy rápido apuntando hacia la barandilla del balcón. Me corrí muchísimo, no paraba de correrme a borbotones, deje toda la barandilla llena de semen goteando lentamente hacia el suelo y hacia el vacío.

 

Me miró y apretó mi polla sacandole hasta la última gota de leche que había en el conducto de mi polla.

 

– Tengo la mano llena de tu puto semen.

– Joder, me has dejado seco tio, en serio no lo habías hecho nunca?

– No, nunca.

 

Mire su pantalón y estaba empalmado de verdad, parecía que se le iba a salir la polla por la bragueta del pantalón.

 

– Tio, estoy cachondo, chupamela ahora tu a mi. – Dijo mientras se limpiaba mi semen de las manos en la camiseta.

 

Se sentó en la silla y se sacó la polla. Tenía una polla bastante grande, con el capullo más bien lila y estaba tan dura que le palpitaba.

 

En seguida me arrodillé delante suyo y comencé a mamarsela directamente. Poco a poco me metía la polla hasta el fondo de la garganta cómo podía, yo veía que eso le encantaba, estaba realmente cachondo.

 

– Que tal es que te la chupe un tio? – Le dije sonriendo -.

– Callate joder

 

Sonreí y seguí mamando lo mejor que podía, en pocos minutos podía saborear el precum que chorreaba de su polla. Entonces comencé a pajearlo con rapidez y de su polla empezaron a brotar chorros de semen en mi boca mientras el gemia lo mas silenciosamente que podía. Cuando terminó de correrse me apartó lentamente, lo miré y me tragué toda su leche.

 

– Joder tio, que asco, no se porque te miro. – Dijo -.

– Callate ya tio, si me la has chupado con ganas cabron, ahora me vas a hacer ascos?

 

Se sentó, agarró su cerveza y comenzó a beber como si no hubiera un mañana, se acabó media lata de golpe.

 

– Tio notaba sabor a polla aún, joder, me voy a ir a dormir.

– Ahora te has rayado? – Le dije -.

– Se la acabo de chupar a otro tio, esto para mi no es normal.

– Bueno, vamos a dormir, mañana será otro día, pero no te rayes, reconoce que te ha gustado y ya está.

 

Seguimos en el balcón unos 10 o 15 minutos más, acabandonos la cerveza y lo que quedaba del porro. Yo miraba la barandilla llena de semen goteando hacia la calle.

 

– No le digas esto a nadie porfavor. – Me dijo muy serio -.

– No, tranquilo, no le diré nada a nadie.

 

Salimos del balcón, y Marcos fué a dormir al sofá que quedaba libre pues ya estaba la cama ocupada. Le di una manta y puse otra manta al lado del otro amigo de Iván.

 

Yo me fuí a mi cama, me desnudé, me tapé y me quede dormido en pocos minutos.

 

A la mañana siguiente, me desperté tarde, casi era la hora de comer, cuando salí de la habitación me dirigí al salón y estaba todo limpio y recogido, solo quedaban Ivan y Laura en el sofá viendo la tele y tomando café.

 

– Que tal la noche? – Les pregunté.

– Pues bien, había mucha gente, por todos los garitos. – Me dijo Laura -.

– Sí, yo me puse super ciego, cuando llegue no me podia ni dormir, me daba todo vueltas de lo ciego que iba, me tuve que levantar al rato para ir al lavabo a vomitar.- Dijo Ivan. – Cuando volvía a la cama vi a dos en el balcón aún tomándose la última, no se quien serian, estos cabrones beben demasiado.

 

Me reí haciéndome el tonto.

 

– Joder, si que venían fuerte, yo cuando llegasteis me fui directo a dormir, me quedé dormido en el sofá y me desperté cuando llegasteis.

– Ah sí? Ni me acuerdo, iba tan ciego…- Dijo Ivan. – Tengo una resaca increible.

– Yo igual, estoy que me muero hoy – Dijo Laura.

 

Me hice un café y me fuí a tomarmelo en el balcón fumando un cigarro. Me fijé en la barandilla y vi el semen seco ya en el suelo de la barandilla. Comencé a recordar la noche y empecé a ponerme un poco cachondo, pero me senté en la silla y comencé a relajarme con mi café.