Fui enculado en público luego de tomar una copa

Estaba viendo una actuación de música en directo en el Pub Salón que había en la avenida de la Marina en La Coruña, cuando me encontré con un viejo con el que ya había estado en una ocasión y al que en multitud de ocasiones me había topado con él en los aseos públicos.

Siempre iba a mirar a los aseos públicos, tenía esa costumbre, le gustaba ser voyeur, y que le dejasen mirar. Hoy se que seguramente era porque tenía disfunción eréctil, y el pobre se conformaba con ver como le daban por el culo a jovencitos. Eso le encantaba, ver a jovencitos siendo enculados le excitaba.

Así fue como lo conocí un día. Luego en una ocasión que lo encontré en el paseo de la playa del Orzán, una noche que andaba yo en busca de quien me follara, al él reconocerme de haberme visto por los aseos, me vino siguiendo, hasta que yo para excitarlo más, poniéndome a hacer que meaba justo en el rompeolas que separa las playas del Orzán y Riazor, dejé que se fuese acercando y viera mi polla totalmente erecta. Al ver él que yo estaba empalmado y dejándolo que me viera, se fue acercando hasta que, poniéndose a mi lado, dejé que me metiera mano mientras yo le acariciaba la entrepierna por encima del pantalón.

Tienes a donde ir, le dije viendo que él no se decidía a hacer nada más que acariciarme la polla. Temblando me dijo con aquella vocecita que tenía que sí. Así que, guardándome la polla, fuimos los 2 andando hasta la calle de San Andrés. Bajamos por la Rúa Alta, y justo al llegar a San Andrés, giramos a la izquierda, pegado al edificio donde estaba la peña taurina de La Coruña, había un viejo comercio de encajes. Allí fue a donde me llevó. Abrió la puerta del viejo comercio, y luego de pasar los 2, cerró la puerta con llave, y allí en medio de aquel viejo comercio, fue donde después de desnudarme y acariciarme todo el cuerpo, empezó a restregarme su polla.

Apenas se le ponía dura, por lo que era imposible que me la metiera por el culo, solo conseguí hacerlo soltar un líquido preseminal, y que se restregara a mí mientras él me pajeaba.

Aquel día me di cuenta el porque siempre actuaba de voyeur, al pobre apenas se le podía poner dura la verga. Después de correrme, me agaché chupándole la polla, hasta que ya no le salía nada por la verga y apenas se le levantaba. Nos vestimos y salimos de aquel viejo comercio, me dio las gracias, marchando yo todavía más caliente de lo que había estado.

Desde ese día, cuando nos encontrábamos, siempre me saludaba con una inclinación de cabeza y diciendo buenos días o lo que fuese. Hasta ese día que coincidimos en el Pub Salón.

Al principio me saludó como hacía siempre, luego de ver la actuación musical, al ver que yo me iba, salió conmigo. Al principio no me importó, luego al ver que seguía andando a mi lado y no se despegaba de mí, empecé a pensar en si querría estar conmigo como en aquella ocasión, y la verdad es que no me apetecía mucho, lo que quería y necesitaba era que me empotraran bien empotrado, y no terminar con una pajilla y restregado por la polla del viejo aquel. Necesitaba una buena polla que me abriera de piernas y me diera una buena culeada, pensaba yo en aquellos momentos. Joder lo que menos sospechaba, era que por culpa del viejo aquel, iba a terminar aquel día siendo bien follado y por encima en público y con espectadores.

Cuando íbamos andando por la avenida de la Marina dirección a los cantones, al llegar a la altura del edificio de obras del puerto, yo me disponía a cruzar en el semáforo, para la acera de enfrente. Quería cruzar ahí para luego ir hacia los jardines de Méndez Núñez, y de esa manera acceder a los jardines de manera más discreta, todavía me daba algo de miedo que me vieran cruzar algún conocido hacia los jardines si lo hacía en los semáforos de los cantones. Allí había más movimiento de gente y vehículos, y cualquiera que te conociera, podía ver para donde cruzabas.

Al ver la dirección que yo tomaba, el viejo voyeur, me dijo que me invitaba a una copa, que quería enseñarme un sitio que me iba a gustar. Dudando en si aceptar la copa o no, ya que ya iba algo contentillo, viendo que todavía era algo temprano, cerca de las 2 de la madrugada, le dije que bueno.

¿Donde es? Le pregunté.

Es aquí, dijo señalando para el callejón de la estacada; este es un metido que hay antes de llegar a los soportales que quedan enfrente del edificio de correos; allí yo solo conocía el restaurante Coral, luego sabía que había algún negocio más, pero los desconocía, y mucho menos a donde terminó llevándome.

Cuando entramos aquello me pareció un puticlub, hasta el ambiente que había me llamó la atención. Nos fuimos hacia la barra, donde luego de saludarnos un camarero bastante apuesto, el cual después de saludar cordialmente al viejo voyeur, nos preguntó sin dejar de darme un buen repaso, que íbamos a beber. El viejo voyeur pidió un gin-tonic, y yo una Coca-Cola con ron.

Mientras aquel apuesto camarero nos servía las copas, pude fijarme en el sitio. Además de un pequeño escenario donde se podían hacer actuaciones, había mesas con sillas y pegado a la pared asientos tipo sofá. La luz no era muy fuerte en aquellas mesas, todo parecía estar enfocado para que se sentaran parejas pudiendo tener cierta intimidad, vamos que se metieran mano sin que nadie se escandalizase.

Apenas había gente, éramos 4 pelagatos. En la barra algo más alejados de nosotros había 2 hombres ya algo maduros junto a un joven que me pareció gay, ya que vestía un pantalón de cuero, y luego más pegado a nosotros, estaba lo que en principio pensé que era una mujer, pudiendo darme cuenta más tarde que no se trataba de una mujer, sino que era claramente un travestí. Lo supe cuando apareció saliendo del fondo de aquel negocio, otra mujer, que tampoco resultó ser tal cosa, que, sino que se trataba de otro travestí, pero esto no lo supe hasta mucho más tarde, y es que el cabrón además de ser bien pero que bien guapo, realmente parecía una mujer.

Cuando nos vieron ambas supuestas mujeres, se acercaron a nosotros, primero saludaron al viejo voyeur, para luego saludarme a mí. Ahí fue cuando pude ver que uno de ellos era claramente un travestí, era demasiada pluma la que soltaba, además las facciones de su cara le delataban ante mis ojos.

Empezaron manteniendo una conversación con el viejo voyeur, para luego continuar conmigo, la que pensaba que era una mujer, me abrazaba rodeándome con su brazo por la cintura, mientras el travestí, no dejaba de hacerle carantoñas al viejo voyeur. Los 4 bebíamos de nuestras respectivas copas mientras sonaba una suave música de fondo. La que pensaba que era una mujer, no dejaba de meterme mano, apretaba los cachetes de mi culo y acariciaba mi abdomen y pecho sin ningún reparo, la cabrona me estaba poniendo a mil, yo la dejaba porque sabía que de mí no iba a conseguir nada y el travestí no me gustaba, nunca me habían gustado los travestís, yo quería que me follaran, no follar yo, que iluso era y que poco conocía de aquel ambiente.

Ya estábamos terminando de beber las copas, cuando el travestí consiguió que el viejo voyeur invitara a otras, pero ahora incluyendo las de ellas. Nos las sirvieron, sin antes de conseguir que nos fuéramos a sentar a una de las mesas. Yo me tuve que sentar en aquella especie de sofá que quedaba pegado a la pared, y el viejo voyeur junto al travestí frente a nosotros.

La que yo pensaba que era una mujer, ya me tenía más que sobado, entre el efecto que ya me empezaban a hacer las copas que había bebido, y el magreo que me estaba dando, me tenían enrojecido y sudando. Pensaba en que en cuanto saliera de allí, iba a ir directo a los jardines de Méndez Núñez e ir directo a lo que le llamábamos urgencias, al primer hombre que me encontrara, le iba dejar que me diera por el culo. No me importaba que me pusiera en pelotas y allí mismo me abriera de piernas dándome por el culo, no me iba a importar que me vieran como me daban por el culo ni hostias. Empezaba a estar tan pero que tan caliente y desinhibido, que ya todo me empezaba a importar poco. Era claro que el efecto de aquellas bebidas ya estaba empezando a afectarme.

Además del efecto de las bebidas, el que claramente se veía que era un travestí, le pasó una botellita de Popper al que estaba conmigo, haciéndome esnifar. Joder, si ya estaba caliente y algo perjudicado por la bebida, ahora con el Popper, estaba ya medio eufórico.

Ya me besaba sin ningún pudor, la cabrona me tenía a mil, me estaba comiendo la boca, saboreaba y jugaba con mi lengua, metiéndome luego ella la suya, haciendo que me llegara a las amígdalas.

Dios, ya tenía los labios enrojecidos e hinchados de tanto que me los había mordido y succionado y la cabrona no me dejaba.

Viendo cómo me tenía, poco a poco fue aflojándome el cinturón, cuando me di cuenta, ya me estaba desabrochando los botones del pantalón, quise reaccionar, pero ella no me dejó, mientras me seguía comiendo la boca, apartó mis manos con la suya, metiendo por dentro de mi pantalón y slip, la otra mano, apoderándose de mi polla.

Dios que hija de puta, pensaba yo, notando como su mano agarraba mi polla y genitales, empezando a bajarme el pantalón junto al slip.

Viendo que no conseguía hacer nada, llevé mi mano a su entrepierna, con la clara intención de meterle la mano y meterle la misma en el chocho. Le levanté la faldita que llevaba y cuando empecé a meter mi mano por sus braguitas, me llevé la sorpresa de mi vida. Dios, que era aquello que estaba tocando, joder, aquello era una polla erecta, y menudo pedazo de rabo que era aquello. Aquella era una verga mucho más grande que la mía, la hostia menudo cipote tenía en medio de las piernas aquella que pensaba yo que era una tía.

Joder aquel era otro travestí, y menudo travestí, el cabrón era bien pero que bien guapo.

Quedé paralizado al notar aquel tremendo bulto, diciéndome ella, tranquilo, no te asustes, al ver que me había quedado parado.

Anda cariño, sigue jugando con ella ya verás como te va a gustar. ¿No quieres probarla?, me decía terminando de bajarme los pantalones junto al slip.

Yo sin poder reaccionar, dejé que me bajara el pantalón junto al slip, quedándome paralizado, sin saber que hacer. Cuando por fin reaccioné, ya me tenía desnudo de cintura para abajo, con un empalme de campeonato, dándome cuenta de que aquello no era una tía, sino todo un macho por el rabo que yo estaba tocando.

Empezó entonces a acariciarme, diciéndome si no se la quería chupar, a la vez que me animaba empujándome hacia su entrepierna.

Dejándome llevar, me fui agachando, hasta conseguir llevar aquella verga a mi boca.

Poco a poco empecé a chuparle aquella verga, mientras él sin perder tiempo, fue sacándome la camiseta que llevaba puesta.

Joder estaba chupándole la polla a un travestí, allí sentado en aquel puticlub, mientras me estaba dejando desnudar por ella, públicamente.

El otro travestí, al ver como ya me tenía, mientras yo le chupaba la polla a su amigo a la vez que este me iba quitando la camiseta, dejándome desnudo por completo, se puso de rodillas empezando a chuparme la polla a la vez que me quitaba los zapatos y terminaba por sacarme el pantalón y slip, dejándome ahora sí en plena pelota picada, como Dios me trajo al mundo.

Dios, no lo podía creer, que hostias estaba haciendo, estaba en un local público a las 3 de la madrugada, dejándome poner en pelotas por 2 travestis, que no sabía que iban hacer conmigo.

¿Y el viejo voyeur, en que hostias encajaba el puñetero del viejo, me habría llevado allí sabiendo lo que me iba a pasar, o no? Me preguntaba sabiendo que el viejo estaba disfrutando, viendo cómo me tenían aquellos 2 travestís.

Y los otros clientes, ¿Qué estarían haciendo, estarían viendo el espectáculo que les estábamos dando? Me preguntaba, sin poder reaccionar. Bueno que fuese lo que Dios quisiera, si hasta ahora el camarero aquel que estaba tan bueno, no había venido a decirnos nada, era porque aquello seguramente ya lo habrían hecho más veces, al fin y al cabo, aquello era un puticlub, donde seguramente aquello era normal, por algo estaba tan apartado y apenas se sabía nada de él.

Cuando quise darme cuenta, ya me tenían desnudo por completo, haciéndome chupar la verga de aquel travestí, mientras el otro chupaba mi polla. Cuando quise descansar un poco, parando de chuparle la polla al travestí, Este haciéndome incorporar sobre el asiento, volvió a hacerme inhalar de la botellita de Popper, excitándome aún más.

Sin que me diera tiempo a reaccionar, ni que pensara lo que estaba haciendo, el travestí que pensé que era una mujer, después de levantarme del asiento y empezar a morrearme de nuevo, me fue llevando fuera de la mesa, una vez fuera de la mesa, me hizo que me agachara a la vez que levantaba la faldita que llevaba puesta, viendo que el cabrón ya se había quitado las braguitas, y ahora tenía delante mía aquel pedazo de rabo que se gastaba el muy cabrón. Sujetándome por la cabeza mientras me tenía inclinado, llevó aquella verga hacia mi boca, haciendo que le volviera a chupar la polla.

Abrí la boca, metiéndome todo lo que pude aquel pedazo de rabo que se gastaba el muy cabrón, empezando a chuparlo.

Dios, yo cada vez estaba más caliente, me aferraba a aquella verga, chupándola como si fuese el mejor de los manjares. Me sujetaba con una mano a su cintura, mientras con la otra mano iba acariciando aquellos huevos, a la vez que le chupaba la polla, mientras él, con sus manos sobre mi cabeza, empujaba esta haciéndome tragar más su polla, a la vez que iba soltando improperios de todo tipo.

¡Ohhh siií! Siií, así maricón así, cómela toda, anda cómela toda cariño, gritaba metiendo todo lo que podía su polla en mi boca.

Dios, de repente sentí recorrerme un escalofrío por todo el cuerpo, al notar como el otro travestí metía su mano por medio de mis piernas, haciendo que me abriera un poco más, mientras me acariciaba los huevos y polla, cuando de repente sentí como llevaba su lengua a mi hoyito, empezando a lamerlo.

¡Ufff! Aquello no lo podía creer, estaba chupándole la polla a un travestí, y que pedazo de polla, mientras otro travelo me estaba lamiendo el ano, a la vez que me acariciaba los genitales.

Mientras yo seguía chupándole la verga a aquel travestí, el otro iba preparando mi agujerito, ya no solo lo lamía, ya había empezado a ir metiendo sus dedos, haciendo que mi esfínter se fuese abriendo e irme dilatando. Estaba claro que aquellos tenían la intención de darme por el culo

Cuando se cansó de que le chupara la polla, sabiendo que ya tenía el culito dilatado y listo para ser sodomizado, haciéndome colocar a 4 patas sobre aquella especie de sofá, el travestí al que le estaba chupando la polla, colocándose detrás mía, mientras el otro me hacía inhalar de nuevo de la botellita de Popper, colocó su verga en la entrada de mi caliente agujerito, y dando un movimiento de caderas, me enterró de un golpe toda la verga en el culo.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité notando como aquella verga que había estado chupando, me entraba por el culo.

Ya cariño, ya, ya está, ya la tienes toda dentro, me decía esperando a que mi culito se acostumbrara a aquel intruso que acababa de profanar mi cuerpo.

Cuando vio que mi cuerpo se relajaba, empezó poco a poco a mover sus caderas, empezando a follarme.

Así cariño, así, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh maricón que culito más rico! Gritaba sin parar de culearme.

Mientras me estaba dando por el culo, el otro travestí, me acariciaba la espalda a la vez que se estaba pajeando delante de mi cara.

Dios, aquello no podía ser, me estaban dando por el culo teniéndome desnudo por completo a 4 patas sobre aquella especie de sofá, en aquel puticlub, con un travelo pajeándose delante de mi cara mientras me acariciaba, siendo visto por todos los que allí estaban.

Estando así siendo enculado públicamente, pude ver al viejo voyeur, como miraba con lascivia como me estaban dando por el culo, el muy cabrón estaba disfrutando, verle aquella mirada de lascivia viendo como yo estaba siendo follado, me excitó aún más.

De pronto me di cuenta de donde estaba, por lo que, apartando la mirada del viejo voyeur, miré hacia la barra donde estaban aquellos otros clientes, pudiendo ver que todos, incluido aquel apuesto camarero, no perdían detalle de la follada que me estaban dando.

Dios que vergüenza sentí de repente, todos estaban viendo como me daban por el culo teniéndome a 4 patas en aquella especie de sofá, estando totalmente desnudo. Tuve que bajar la mirada, mientras seguía siendo enculado.

La verdad es que estaba disfrutando, notaba la polla del travestí como me taladraba el culo una y otra vez, escuchándose el golpeteo que daba su pelvis al chocar contra mi culo con cada culeada que me daba, plof, plof plof plof, plof, plof plof plof, y sus pelotas pegarse a la entrada de mi ano, y ver aquella otra polla delante de mí, como era meneada por el otro travestí, a la vez que me acariciaba la cabeza y cara con su mano.

Joder, me daba vergüenza, pero estaba tan caliente y excitado, y estaba sintiendo tanto gusto, que no pude hacer nada, solo dejar que me siguieran follando, al menos nadie de aquella gente que me estaba viendo, me conocían.

Cuando volvía a levantar los ojos para mirar hacia la barra desde donde me estaban viendo, el travestí que se pajeaba delante de mi cara empezó a convulsionarse, empezando a jadear suspirando fuertemente, a la vez que este se pegaba más a mí, con la clara intención de que yo abriera la boca y metiera su verga en ella. Acercó su verga a mi cara, y pegándola a mis labios, empezó a eyacular. Soltó varios trallazos de semen que dieron en mi cara y labios antes de que yo pudiera abrir la boca. Viendo como aquella verga empezaba a expulsar el semen que contenían sus huevos por mi cara, abrí la boca, dejando que terminara de eyacular dentro de ella, pudiendo saborear aquel esperma que terminaba de salir de aquella verga.

Dios que placer estaba sintiendo, sentía mi polla soltar gotas de semen, como la verga del travestí se desinflaba en mi boca, y como el que me estaba dando por el culo, apuraba cada vez más las culeadas que me daba, cuando empezó a gritar que se corría.

Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh que gusto! Gritaba llenando mi culo de leche.

Dejó clavada su polla en lo más hondo de mis entrañas, mientras su polla terminaba de soltar todo el esperma con el que me había preñado.

Cuando terminó de eyacular, dejando su polla clavada en lo más profundo de mi culo, empezó a acariciar mi espalda y cachetes, mientras se recuperaba de la follada que acababa de darme.

Cuando por fin sacó su polla de mi culo, sin poder asimilar todo lo que había pasado, empecé a recoger mi ropa y vestirme. Estaba todo pringado de leche, tenía semen por la cara, mi polla toda pringada y aún goteando, y el culo abierto y preñado de leche. Iba a empezar a vestirme, cuando el travestí que acababa de darme por el culo, ayudándome a coger la ropa, me agarró por el brazo, llevándome con él así desnudo como estaba.

Al pasar por delante de los clientes que estaban en la barra y habían visto todo el espectáculo, uno de ellos al pasar por delante de ellos, me dio una palmadita en el culo, diciendo, que culito más rico.

Dios que vergüenza me dio. Pero estoy seguro de que si en lugar de darme la palmadita, me para e intenta follarme en aquel momento, estoy seguro de que lo hubiera dejado que me preñara e hiciera suyo. Aún estaba demasiado excitado y caliente.

El travestí que me había follado y que me llevaba cogido del brazo, me llevó metiéndome en los aseos, donde allí me dijo que me lavara un poco.

Anda cariño, lávate la cara y límpiate un poco antes de vestirte, me decía viendo lo excitado y caliente que me había dejado. Mientras abría el grifo para lavarme un poco la cara, él llevando su mano a mi entrepierna, agarró mi pringada polla y mientras yo me agachaba para lavarme la cara, después de dejar toda mi ropa en el suelo, empezó a menearme la polla.

¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí a la vez que me sujetaba al lavabo, dejando que me acariciara la polla.

Anda maricón, córrete en mi mano, anda que con lo caliente que estás, es un peligro dejarte así.

No hizo falta que me acariciara mucho, nada más sentir su mano empezar a ordeñar mi polla, empezaron a temblarme las piernas, a la vez que gritaba que me corría.

¡Ohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh! Me corro, ¡ooohhh ohhh! Gritaba empezando a eyacular sobre la mano del travestí.

Así cariño, así, suelta tu lechita, me decía pajeándome mientras yo derramaba mi semen en su mano.

Cuando ya no salía nada de mi polla, el travestí, después de lavarse las manos, dejando que yo me lavara la cara y limpiara un poco la polla y culito, me ayudó a vestir, saliendo luego ambos de aquel aseo.

Volvimos a pasar por delante de aquellos clientes que habían visto como me daban por el culo, yendo a sentarnos donde nos estaban esperando el otro travestí junto al viejo voyeur.

Bebimos otras copas, y después de algo más de media hora, salimos el viejo voyeur y yo de aquel puticlub, a donde me había llevado invitándome a tomar una copa. Esta vez ya no lo dudé, nada más salir me despedí del viejo, no fuese a querer llevarme a otro sitio.

Me marché derechito para mi casa, iba bien follado, llevaba el culito bien preñado de leche y con los huevos recién descargados.