FOLLANDO CON MI PROFESORA FAVORITA: Que buena q esta mi profesora, aunque en verdad es un poco cachonda y ya se sabe lo que pasa cuando son asi

Yo llegaba de vendimiar. Había faltado a clase durante dos semanas y todavía no conocía a los profesores q me habían asignado para ese año. Mis compañeros me decían que teníamos unos profesores muy majos, pero no me comentaron nada de la profesora de inglés. Cuando llegué a clase de inglés por primera vez fui a hablar con ella para preguntarle si podía asistir a clase de oyente, ya que esa asignatura ya la había aprobado el año pasado y estaba repitiendo Cou con una asignatura.

Cuando me acerqué y le vi su carita de ángel, me fascinó. Parecía salida de un sueño, era rubia, sobre 1’60 (como a mí me gustan que sean manejables), un culito precioso, perfecto para tener ya cerca de los 30 años, unos pechos pequeños pero muy bonitos con las blusas que llevaba. Ella no me puso ninguna pega, solo me dijo que no quería que me pelara las clases por causas injustificadas. Yo le dije que no se preocupara, que no me las pelaría mientras ella fuera mi profesora, que me había caído bien. Fue entonces cuando ella me miró y me dijo: Eso espero guapetón, y me miró a los ojos y sonrió de forma picara. Yo también la miré y le sonreí.

Conforme pasó el curso, todos los de clase empezamos a hablar de ella y ha contar lo que seriamos capaz de hacerle si ella quisiera. No había ninguno que no dijera alguna burrada. Cuando se giraba y escribía en la pizarra todos mirábamos su pedazo de culo y decíamos cosas en voz alta para que se diera por aludida, pero ella se hacía la despistada y no decía nada. Un día yo le dije a un compañero que se estaba poniendo como los quicos ya que se sentó en la primera fila que está a menos de un metro de la pizarra.

Ella me escuchó y me pregunto que qué había dicho, yo le dije que no había dicho nada, pero por lo visto ella lo escuchó muy bien y me miró con una sonrisa en la cara que nunca le había visto a nadie. Me dijo: luego te esperas que tengo que hablar contigo. Yo me asusté un poco. Cuando todos salieron de la clase yo me quedé sentado en mi sitio, ella vino hacia mí y me preguntó: ¿Qué has dicho, a ver si es lo que yo había oído? Yo le dije que nada pero ella me dijo que no me preocupara que no pasaba nada, que solo quería saber si todavía tenia buen oído. Yo ya no me corte y se lo dije. Ella me preguntó que por qué había dicho eso. Yo le dije que tenia un culo precioso y que todos la mirábamos cuando ella escribía en la pizarra. Ella me dijo que se lo imaginaba, que era justo lo que ella pensaba, y dándome una palmadita en el culo me dijo: Pues el tuyo no esta nada mal!!! Salimos de la clase y ella se fue a su siguiente clase.

Dos semanas más tarde, era una clase por la tarde, ella nos iba a entregar los exámenes, fue enseñando los exámenes uno a uno, la cosa se hacia muy lenta por lo que no me dio tiempo a que me lo enseñara. Ella me miró y me dijo, si quieres que te enseñe el examen, quedaté que ahora no tengo clase y tu creo que tampoco, y es que eran las 6:30 de la tarde. Yo acepté y me quedé para ver mi examen y sobre todo poder observarla mas tiempo de lo que dura una clase y que solo hablara conmigo. Cuando me enseñó el examen me miro a los ojos y me dijo, podías haberlo hecho mejor, se nota q no has estudiado nada. Luego me dijo, espero q todo lo hagas mejor que este examen, y se empezó a reír. Yo también sonreí y le dije que el próximo lo haría mejor.

Ya eran las 6:45 y ya era de noche. Salimos juntos por el pasillo y bajamos hasta la calle juntos. Ahí nos separamos, ella se fue a por su coche y yo me fui andando por la calle hacia la parada del autobús. Estando en la parada llegó ella y me pregunto si quería que me acercara a mi casa. Yo no le contesté y levanté mis hombros aprobando la pregunta. Ella me abrió la puerta desde adentro y yo subí al coche. Yo le dirigía por la ciudad hacia mi casa, por fin llegamos allí, pero ella no paró y siguió hasta un descampao que se encuentra un poco mas adelante. Allí todo era oscuridad, yo me imaginé lo que ella quería y le acaricié un pecho a la vez que le besaba en su boca. Ella no puso ninguna resistencia y me dijo: por fin ocurre esto. Yo no quise hablar y llevé mi mano directamente hacia su coñito, lo debía de tener afeitado debido a lo que toqué. Pero no me entretuve con adivinanzas y directamente le desabroché su camisa. Quedaron ante mí sus preciosos pechos cubiertos por el sostén. Le abracé y se lo desabroché, produciendo en mi una sensación que hizo que se me empalmara la polla. Acerqué mi cara a esos preciosos pechos y le chupé los pezones mientras ella solo hacia que suspirar.

De pronto llevó su mano a mi entrepierna y me apretó mi paquete haciéndome un poco de daño, pero como comprenderán no dije nada. Ella soltó el cordón de mis pantalones del chandal y metió la mano agarrando mi polla con fuerza y empezando a menearla. Yo estaba muy cachondo, por lo que le dije que fuéramos al asiento de atrás. Ella dio un salto y se colocó atrás. Yo salí del coche y entre por la puerta trasera. Allí atrás estabamos más anchos, ella siguió con lo que estaba haciendo y me cogió la polla otra vez, esta vez sacándola del pantalón y dándome un enorme beso en el capullo, mientras decía: me encanta tu polla, y no se lo pensó y me la comió entera. Yo estaba nervioso por si nos veía alguien, pero ella parecía ser una experta en estos temas. Cuando me iba a correr le dije que parara, que no quería correrme en su boca, que quería hacerlo dentro de ella, a lo que ella me dijo: En los dos sitios, y siguió con la mamada. Yo no me pude contener y descargue todo en su boca, ella se lo tragó y me limpió la polla enterita. Ahora era mi turno, yo no podía decepcionarla, ya que parece ser q ella había puesto muchas ilusiones en follar conmigo.

Empecé por bajarle los pantalones y las braguitas y acabé quitándoselos por completo. Ella se abrió de patas en el asiento y yo empecé a comerla su coñito, el cual estaba super húmedo. Se notaba en el ambiente que estaba disfrutando con lo que le estaba haciendo, pues no paraba de suspirar a cada paso de mi lengua por sus labios. Ella me apartó la cabeza, por lo visto iba a correrse, pero yo volví a insistir en aquello y se vino encima de mí. Yo ya no podía mas, me cogí la polla que estaba como una piedra y coloqué mi capullo a la entrada de su coñito y apreté introduciendo mi polla entera dentro de ella. Ella gritó y yo temí por si alguien la había escuchado, pero parece que no había nadie por allí.

Yo me la follaba de forma muy brusca como si la quisiera partir en dos. Mientras me la follaba le decía: Te gusta profesora, yo pensaba que tu enseñabas inglés pero ya veo que en realidad no eres mas que una putita. Al decirle aquello, ella gimió y tuvo un orgasmo en ese mismo instante. Al momento ella se daba la vuelta con la cabeza en la bandeja del coche y dejándome abiertos sus dos preciosos agujeros por los que tanto había suspirado. Yo nunca le había dado por el culo a ninguna chica con las que había estado, por lo que por miedo a lo que me dijera, le perforé de nuevo su coñito, pero esta vez desde atrás, como si fuéramos dos perritos. A mí esta postura me encanta, por lo que después de 2 minutos así estuve a punto de correrme de nuevo, pero ella se sacó mi polla del coño y me dijo: Quiero que te corras en mi culo.

Yo me sorprendí ante esta reacción, era realmente puta. Pero no me lo pensé y le lubriqué su culito con la cantidad de jugos que todavía seguían emanando por su coñito. Puse mi capullo a la entrada de su culo y lo perforé de un empujón. Que bien me había salido, parecía que fuera un experto, aunque tengo que reconocer que me hizo un poco de daño, pero fue un dolor placentero por lo que no me preocupé, y seguí perforando aquel agujero que tanto deseaban todos los de mi clase.

Después de casi 5 minutos de mete-saca constante, llegó el momento en el que me corrí dentro de ella. Ella se giró y cogió mi polla como si de un helado se tratase y empezó a darle vueltas dentro de su boca produciéndome a mi un intenso placer. La dejó bien limpia y se vistió. Subió en el asiento del conductor y dándome un beso en la mejilla y una palmadita en el culo me dijo: Mañana nos vemos en el instituto. Y se largó. Los próximos días yo no acudí a sus clases y cuando se estaba acabando el curso, me acerqué por allí. ¿Cuál fue mi sorpresa? La tía no me permitió entrar a clase y me dijo que no fuera más, ya que yo no había cumplido con mi palabra. Si estas leyendo esta historia me gustaría que vinieras a explicarme esa reacción pues yo pienso que no estabas enfadada por la no asistencia a clase, sino porque no te follé mas a menudo, aunque ya vi que eso no fue un gran problema, pues vi subiendo a tu coche a mi amigo. Seguro que le hiciste lo mismo.

Ya le preguntaré dónde le llevaste y como terminó todo.