Follando a mi mejor amigo sin que se de cuenta

Vamos a ponerle el nombre Javier a mi amigo. Él y yo nos conocemos desde que teníamos 16 años. Ahora ambos tenemos 28 años y nos hemos vuelto a encontrar para saber de la vida del otro.

Nos reunimos este verano en mi casa que se encuentra frente al mar en un lugar muy tranquilo sin vecinos cerca. En ese entonces, él tenía uno año con una chica, mientras que yo solo tuve una hace muchos años y desde ahí nunca sospechó de mí, a menos que nunca me lo haya dicho.

Me di cuenta que me gustaban los hombres con él mismo, habíamos terminado de jugar un partido de basket en eduación física y habíamos sido los últimos en entrar al baño de la escuela a cambiarse. Entonces, como no había vestidores ni puertas, ambos nos metímos a una ducha que tenía cortina por si alguien más entraba y para que no nos vieran desnudos. Como éramos hombres y amigos, teníamos confianza. Yo me volteé, me quité el short y la ropa y me puse el calzoncillo. En eso, justo volteo y Javier recién se estaba quitando su ropa mojada y brillosa y fue cuando le vi su pene, el cual estaba flácido, pero era grande. No lo dejé de ver hasta que se subió su ropa interior y solo se veía un gran bulto; no se dio cuenta de que lo estaba viendo impresionado. Desde ahí, solo pensaba en él y me masturbaba con fantasías sucias y bien gays. También, cada vez que hacíamos deporte o teníamos que cambiarnos, le decía para que nos cambiemos juntos en la ducha para verlo nuevamente. Solo que a veces no se quitaba el calzoncillo proque no traía otro. Así que a partir de ahí yo llevaba uno aparte para dárselo y verle su entrepierna.

Una vez fuimos a su casa para estar en su piscina y me quedé a dormir esa noche. Cuando estabamos en el agua, estaba recontra excitado, pensando que mi pene y el suyo estaban conectados por el agua y estabamos ambos sin calzoncillo, es decir, lo único que los separaba era la tela del short de baño.

Luego cuando entraba a bañarse, buscaba su cesto de ropa sucia y olía toda su ropa, mucha de su ropa interior estaba con manchas blancas amarillentas, de semen de haber estado masturbándose. Durante la noche no pude dormir, con la polla bien dura durmiendo en el piso con sábanas y él arriba mío en su cama. Nunca le dije nada a nadie y mucho menos a él, pues pensaba que seguro me equivoqué y eran las hormonas de la edad, tuve unos meses con un chica cuando tenía 21 años, pero no funcionó.

Volviendo a donde estaba, habíamos coordinado para juntarnos ambos en mi casa para tomar unas cervezas en la terraza mientras conversabamos. Ese mismo día, como una fantasía porno, compré en una farmacia un líquido tranquilizante o adormecedor, pensando que podía ser el día que pueda disfrutar al máximo del sexo gay con alguien con quien tanto quise y ver cómo resultaba. Pero en el fondo, sabía que no iba a hacer, pero lo compré por tan solo imaginarlo. Estuvimos conversando un buen tiempo sobre nuestros tiempos pasados de jóvenes y que él estaba muy feliz con su novia.

Cuando hablábamos, no dejé de ojear por ratos su entrepierna, pero estaba todo normal, no se veía nada peculiar; yo estaba yo intranquilo que no sabía qué hacer. No dejaba de imaginarme cómo debe estar de grande, sucio, sudado de tanto calor que hacía y sus huevos apestoso para olerlo sin parar.

Fue entonces que me fui a la cocina y pensé en servirle un vaso de alcohol con aquel tranquilizante para ver qué sucedía, sin intenciones de nada. Entonces se lo di y a los cinco minutos, empezó a sentirse cansado y a bostezar. Me dijo que seguro era por mucho tiempo que tiene en aquel trabajo que lo tiene últimamente que no tiene sin tiempo para nada, que ya no pasa tiempo ni con su familia ni novia.

Entonces le ofrecí descansar en mi cuarto hasta que recupere las energías y él accedió, agradeciendome.

Lo acompañé hasta mi alcoba, se echó, prácticamente moribundo, en el medio y me preguntó si se podía quitar la ropa de encima, puesto que hacía demasiado calor y éramos hombres, no había nada de raro que no tuviéramos. Yo muy emocionado por dentro le dije que sí, lo ayudé a quitarse los zapatos y pantalón y se quedó en tan solo calzoncillo, con su gran bulto debajo y no sabía si era el tiempo que no lo veía o su pene había crecido un poco más. Yo pienso que el efecto de aquel líquido le hizo quedar como drogado y deseó por eso quedarse a dormir de esa forma. Entonces lo dejé y me fui a la cocina, tenía la polla bien parada, me la acomodaba me lado a lado, sin poder tranquilizarme y sabía que era mi oportunidad sin que ni su novia y ni nadie ni él se enterara.

Subí las escaleras sin poder creer en lo que estaba apunto de hacer. Tomé unas cuerdas y amarré sus brazos y piernas a la cama. Y llegó el momento que más ansiaba, quitarle su ropa interior.

Salió de ahí su pene y a pesar de estar dormido, igual era grande y se me caían las babas y saliva por querer saborearlo, tocarlo y olerlo.

Por si acaso lo llamé, pero no me contestó, estaba bien dormido.

Yo estaba tan caliente que mi calzoncillo ya estaba mojado.

Entonces cerré la puerta por si acaso y me quité la ropa.

Sabía que tenía más de una hora y media antes que el efecto acabe. Entonces me fui hacia él, lo miré, tomé su pene y lo empecé a masturbar, le pasé mi lengua desde sus huevos que tenían un olor peculiar oloroso, pero rico para mí, hasta su pene y lo metí todo en mi boca. No paré de succionarlo por más de 10 minutos, que ya estaba su piel como si hubiera estado abajo del agua por mucho tiempo, el placer había llegado a mí y yo me había corrido en mi cama sin casi haberme tocado.

Luego, mientras pensaba en qué más hacer, su pene volvió a estar flácido y fue entonces que se me ocurrió ponerme debajo de él lo cual fue complicado deslizarse por abajo de él porque estaba amarrado a la cama, pero no tan fuerte, entonces, ahí tomé mi pene lleno de semen y me empecé a moverlo para sobarlo con su trasero mientras que acariciaba su cuerpo y besaba su cuello. Me imaginaba lo suertudo que soy y que me lo estoy comiendo a mi antojo y quitándoselo a su novia que hace mucho que no tienen relaciones, pero sí tiene una gay y conmigo, solo conmigo, lo cual me excitaba cada vez más.

Fue el momento que tenía de penetrarlo, para de una vez bajarle la dureza a mi pene que creía que explotaría de tanta excitación que tenía. Fue un poco complicado porque estaba bien apretadito su culo, traté de meterselo poco a poco hasta que su ano vaya tomando la forma de mi pene que no era muy grande, pero sí grueso. Entonces fue entrando hasta que llegó al final y lo sentí todo por dentro.

Me empecé a mover, metiendo mi pene sin parar, todo electrico, que en vez de meterlo, solo me movía de tanto desfogue, por todo su ano y en eso veo que su pene solito se para y pone duro. Continue así por 15 minutos y me corrí. Me quedé echado debajo de él, con mi pene dentro suyo y que se iba encogiendo con el paso de los minutos. Había soltado toda mi energía sexual. Luego me puse encima de él y le empecé a chupar el huevo mientras que le puse mi pene en su boca y comencé a meterselo sin parar.

Hice lo que quise y lo disfruté tanto que recordaba el día que de chicos le vi el pene por primera vez y deseé chuparselo sin parar cada vez que lo veía.

Después, me senté sobre él y coloqué mi culo sobre su pene hasta que entró por completo e hice un gemido que se habrá escuchado por toda la zona, pero felizmente no habían vecinos cerca ni gente caminando a esa hora, por eso no tenía problema. Estaba bien duro, pero solo duró unas cuantas sentadas, ya que no estaba consciente para mantenerlo así de fuerte.

Al final de tantas poses distintas que hice con él, coloqué ambas pollas juntas y las empecé a masturbar, primero salió mi semen ecima de su pecho y vellos púbicos y al rato el de él y me lo chupé por completo. Lo lamí por todos lados y rápidamente le tomé una foto desnudo con su polla bien parada, limpiarlo, desatarlo y ponerle su calzoncillo como estaba.

Eran las 6pm y a las 7:15pm llamó su novia, le contesté y dije que estaba descansando y me mandó saludos.

El sexo había durado aproximadamente 35 minutos.

Despertó Javier al rato y me preguntó cuantas horas había dormido y me comentó con vergüenza que le dolía un poco el trasero (se lo tocaba con dolor), no sabía porqué y me preguntó si le podía prestar un calzoncillo, ya que durmiendo parece que se le ensució (su semen que siguió botando mientras dormía), es decir, no se dio cuenta de nada y yo estaba temblando de los nervios por si se enteraba o sospechara.

Le dije que me deje su ropa interior que yo se la lavaba y era que yo quería seguir masturbándome con su rico olor natural de hombre mientras veía su foto desnudo.

Se fue y acordamos vernos de nuevo en una siguiente ocasión y nunca supo que tuvo su primer sexo gay (que yo sepa), su ano bien penetrado y su pene entró hasta adentro de mi culo.

Me gustaría que se dé una ocasión parecida y poder tener la oportunidad de repetirlo, pero que esté despierto y que sea parte del sexo conmigo.