Ese año fue el mejor cumpleaños de mi vida, nunca voy a olvidar lo bien que la pase teniendo sexo

Todo el mundo tiene recuerdos señalados: el primer beso, el primer novio, la pérdida de la virginidad, … La fecha que yo recuerdo con más satisfacción es el día que cumplí 21 años, al no ser una fecha redonda normalmente nadie se acuerda del día que llegó a esa edad pero para mí ese fue el día que cumplí muchas de mis fantasías e incluso aquellas que nunca había soñado.

Había quedado con mis amigas para celebrarlo por todo lo alto, sería una sorpresa, no querían decirme que tenían planeado, qué haríamos ni donde iríamos, pero conociéndolas sabía que sería una noche para recordar.

Shaira, mi mejor amiga, me dijo que fuera a su casa y luego nos reuniríamos con el resto del grupo; Shaira es nigeriana, vino a España muy jovencita junto con su madre y su hermano mayor, a pesar de tener una infancia y adolescencia difícil (su madre murió cuando ella tenía 15 años) es una chica alegre, siempre tiene una sonrisa en la boca y un montón de chicos detrás de ella porque es preciosa, un diosa de ébano con carnes duras y curvas peligrosas. Nos conocimos en el colegio y desde entonces hemos sido inseparables, juntas hemos compartido nuestros mejores y peores momentos.

Como he dicho anteriormente, había quedado con mi amiga en su casa, era un día soleado y hacía mucho calor, llevaba un top y unos mini shorts muy ajustados, Shaira me había dicho que ella me daría el vestido para la fiesta, fui en metro pero desde la salida hasta su casa había unos cinco minutos y ninguna sombra, llegué a su portal casi sudando y llamé al interfono

– Hola, ¿quién es?

Me sorprendí porque esperaba escuchar a Shaira pero me recibió una llamada masculina

– Hola, perdón creo que me he equivocado, quería visitar a Shaira

– Hola, ¿eres Sofía?, soy Enam, el hermano de Shaira. Sube, te estaba esperando

Se abrió la puerta y entré al edificio. Qué raro, pensaba que estaríamos solas Shaira y yo, mientras bajaba el ascensor le di vueltas, que tonta había sido seguro que estaban todas allí para darme una sorpresa, ¿cómo no lo había pensado antes?, pero de todas formas, si iba a ser una fiesta de chicas ¿porque estaba su hermano?, sabía que se había ido a trabajar a Londres hacía 3 años, ¿quizá había venido de vacaciones?, entonces no haríamos la fiesta aquí. Seguí dándole vueltas mientras el ascensor subía, entre el calor y los nervios por no saber que estaba pasando, estaba sudando cada vez más.

Finalmente, el ascensor llegó a su destino. Respiré hondo y me dije: ‘Vamos Sofía, déjate de tonterías y disfruta con la sorpresa’. Salí del ascensor y llamé a la puerta. La puerta se abrió y ante mí apareció un Adonis negro en pantalones cortos y el pecho descubierto, me quedé helada a pesar de las gotas de sudor que me caían por la cara, cómo había cambiado Enam desde que no lo veía, al irse a Londres era un chico normalito pero ahora me encontraba ante un hombre guapo, fibroso y al que me entregaría sin ningún tipo de condición.

– Sofía, ¿te encuentras bien?

– ¿Qué? – ¡Oh!, me había quedado embobada mirando su pectorales mientras me hablaba y no me había enterado, espero que no se haya dado cuenta

– ¿Te pasa algo? – su boca dibujó una sonrisa, ¡se ha dado cuenta! – Ven, entra en casa.

– No, estoy bien, es que he venido por el sol y tengo mucho calor

– Sí, hace mucho calor, estoy acostumbrado a otro clima y este calor junto con la humedad hace que no pare de sudar

– ¿Cómo te va por Londres?

– Bien, hay mucho trabajo que no quiere hacer nadie y pagan mucho mejor que aquí

No sabía ni de qué hablar, en mi cabeza sólo había una frase: ‘Mírale a la cara, no le mires el paquete. Mírale a la cara, no le mires el paquete’, pero mi vista no le hacía caso y de sus labios carnosos bajaban a su musculado pecho para subir a sus ojos y bajar inconscientemente hacía sus shorts que, a pesar de ser anchos, apretaban un buen rabo

– ¿Dónde está Shaira? – tenía que cambiar de tema o sino Shaira me encontraría cabalgando sobre su hermano

– No está, ha tenido que salir un momento pero no te preocupes me ha dicho que cuando vinieras pasaras por su habitación y abrieras el regalo que tiene sobre la cama.

– Ahh, vale, pues voy a ver que es

Al girarme e ir hacia la habitación, por el rabillo del ojo vi como Enam miraba mi culo, vaya así que yo también le ponía a él, esto no iba a acabar bien. Entré en la habitación y saqué el móvil para escribirle un WhatsApp a Shaira

‘Shaira, ¿Dónde estás?, tu hermano es muy majo pero me habías dicho que viniera a esta hora porque estarías en casa’

Vi la caja en la cama y la abrí, había un vestido de tirantes rojo, un poco corto y con mucho escote, mientras lo sacaba de la caja recibí contestación del WhatsApp

‘Lo siento, pero me ha salido una urgencia. Mi hermano no te está tratando bien?’

‘Sí, es muy majo. Estoy viendo el vestido. Es un poco atrevido, no?’

‘Nop. Atrevida eres tu ;). Voy a tardar una media hora. Vete poniendo el vestido y cuando llegue nos vamos.

‘Media hora?’, ‘Por favor, ven rápido que estar sola con tu hermano me pone nerviosa’.

‘Tranquila, no te va a hacer nada’

‘Si quién me da más miedo soy yo, no él’ ‘Por favor, ven pronto’

‘Jeje ;)’

Al desvestirme me di cuenta que el top estaba empapado y que se marcaban mis pezones (ohhh, he estado así delante de Enam y no me ha dado cuenta), después me quité los zapatos y el mini short quedándome sólo en braguitas. Me puse el vestido, gracias a la Madre Naturaleza mis pechos son generosos aunque no demasiado grandes y el escote me iba perfecto y de largo, bueno, me llegaba por encima de las rodillas, aunque cuando me sentase o me inclinase un poco, mis braguitas estarían a la vista de los ojos más indiscretos. La verdad es que me gustaba mucho ese vestido, era provocativo pero sin ser obsceno.

Toc, toc

– Sofía, ¿estás ahí?

– Sí, Enam. Un momento, ya salgo

– Guau, estas preciosa

– Gracias, ¿no te parece un poco provocativo?

– No, el vestido no es provocativo pero la diosa que lo viste sí lo es

Ese comentario me pilló de improviso, aunque era normal que llegase: mi embobamiento mirando su cuerpo, mi embobamiento mirando su paquete, mi top sudado y transparentando mis pezones erectos, un hombre caliente, una mujer ardiendo, … sólo podía acabar así.

Se acercó a mí, él era más alto que yo así que su manos me cogieron por el culo y me subió para que nuestras bocas estuvieran a la altura, nuestros labios se unieron y se abrieron para liberar a nuestras lenguas que empezaron a jugar, los ojos cerrados, mi culo entre sus grandes manos, mis piernas le rodearon la cintura y noté su enorme miembro, aunque todavía fláccido, en mi entrepierna.

Mientras nuestras bocas se conocían, él fue andando hasta el sillón, se arrodilló y me dejó sentada en él

– Mi hermana me contó que una de tus fantasías sexuales es follar con un negro con una gran polla, pues aquí tienes tu segundo regalo.

Y diciendo esto, se bajaba los pantalones y dejaba al descubierto sus atributos sexuales, mis ojos no daban crédito a lo que veía, era la polla más grande que había visto en mi vida y todavía no estaba erecta. Me arrodillé delante suyo, con la mano derecha cogí su tranca y empecé a estimularla; mientras tanto, mi lengua lamía uno de sus huevos que eran directamente proporcionales a tamaño de su pene, mi boca se abrió para engullir su huevo derecho, lo succioné , mmm, esos huevos estaban llenos de leche que sería toda mía. Mi trabajo manual ya estaba surgiendo efecto, las venas de su “maravilla” se iban llenando de sangre, poniéndola cada más dura, más gorda, más larga; dejé salir su testículo babeado de mi boca, mi lengua pasó por su escroto y lentamente empezó a lamer su polla desde la base para ir subiendo, sin prisas pero sin pausa, hacía la cima de esa montaña infinita, de ese volcán lleno de lava caliente para llegar hasta el cráter y saborear su prepucio, mi lengua recorría su capullo en el sentido horario provocando que ese palo negro aumentara de tamaño. A continuación, mis labios empezaron a cubrir la punta del tótem, su mano en mi cabeza, su polla penetrando mi boca, milímetro a milímetro, cada vez un poco más, su mano empujando mi cabeza, su polla follando mi boca, mi nariz intentado coger todo el aire posible porque mi boca está llena de una verga negra, mi mano en sus huevos, mis ojos lloran, aprieto indicando que hemos llegado al tope, su polla llena de babas saliendo entre mis labios.

– Ummm, vaya mamada me has hecho. Ahora me toca a mí comer.

– Vale, espera que me quito el vestido, no lo quiero manchar

Me quité el vestido y las braguitas, una vez desnuda me senté en el sillón, abrí mis piernas y dejé a la vista mi sexo depilado (menos mal que conozco las fiestas de Shaira y me había rasurado el día anterior), Enam se arrodilla delante de mí, empieza besando mis muslos, suavemente, primero el derecho, luego el izquierdo, avanzando hacía su objetivo, sus fuertes manos rodeando mis piernas, su labios cada vez más cerca, hasta llegar besando a mi monte de Venus y bajar su húmeda lengua hasta mi entrepierna, su lengua lame mi rajita, con sus dedos abre mis labios vaginales y deja al descubierto mi clítoris, lo mira, me escupe, lo chupa, lo lame, lo rodea con sus labios, mi cuerpo se estremece de placer, mientras su boca sigue jugando con mi pollita, su dedo índice se introduce lentamente en mi boca, lo chupo, lo lubrico bien porque sé que es un dedo muy travieso y le gustan las profundidades del sexo femenino, saca su dedo mojado y lo introduce lentamente en mi interior, mmmm, estoy a su merced, me tiene en un grado muy alto de éxtasis y sólo soy capaz de gemir, mmm, una vez lubricada mi vagina un segundo dedo entra en la cueva, mmmm, no puedo más, alcanzo el orgasmo y mi cuerpo tiembla de placer.

– Mmmm, ahhhh, ¿te han dicho alguna vez que tienes unos dedos que parecen pollas?

– No, ¿te ha gustado?

– Siii, me ha encantado

– ¿Estas lista para recibir al GRAN hermano?

– Sí, pero ten cuidado

– Lo tendré, vamos a mi cama

Me cogió de la mano y me llevó a su habitación, una vez allí me estiré en la cama, me abrí de piernas y él se arrodilló entre ellas, estaba asustada por su gran tamaño pero ansiosa por empezar, fue metiendo poco a poco su erecta polla en mi vagina, la verdad es que después del trabajo bucal mi chochito estaba muy húmedo y entraba fácilmente, hubo un momento que le dije basta y dejo de meter, se apoyó en sus brazos y su cara quedo delante de la mía, sus ojos mirando los míos, su pecho sudado contra mis pezones erectos, su palo llenando mi agujero, nuestros cuerpos unidos en uno, su polla entrando y saliendo de mi coño, rítmicamente, su polla ensanchando mi vagina, mis gemidos de placer provocando una embestida mayor que la anterior. ¿Dolor, placer?, no era capaz de distinguir cual era sentimiento que me provocaba, lo que sí distinguía eran las embestidas que me provocaba esa gran, dura, mojada, negra polla y de repente el volcán explotó, notaba cómo su caliente semen llenaba mi vagina provocándome un brutal orgasmo. Durante unos instantes, perdí la noción del tiempo, no sabía dónde estaba, todo mi cuerpo temblaba de placer. Poco a poco, fuimos recobrando el aliento

– ¿Te ha gustado el regalo de cumpleaños?

– El mejor que me han hecho en toda mi vida. Voy a ducharme antes de que venga tu hermana

Me levanté de la cama y fui hacia el baño, antes de salir de la habitación me giré para mirar a Enam y tuve que resistir el impulso de lanzarme otra vez entre sus brazos, no sabía cuánto tiempo había pasado disfrutando de mi regalo pero Shaira debería llegar ya pronto y aunque había sido idea suya no era cuestión que nos encontrara juntos.

Antes de entrar al baño, pasé por el comedor para coger el vestido, mi chochito todavía estaba húmedo, por mis muslos bajaban gotitas de semen mezcladas con mis propios fluidos, cuando me estaba metiendo en la ducha oí que Enam estaba hablando por teléfono, seguro que estaba diciendo a Shaira que ya podía volver, lastima, si llego a saber que tenía que llamarla hubiera repetido.

Abrí el grifo y el agua empezó a caer sobre mí, estaba fría, o a lo mejor es que yo seguía muy caliente. Me enjaboné los pechos que habían sido chupados, los pezones que habían sido mordisqueados, la barriga que había sido besada, el coñito que había sido besado, chupado, excitado y penetrado, terminé con un dedo en mi boca que había chupado, lamido, rodeado y follado esa gran polla.

Un timbre me devolvió a la realidad, cómo podía seguir tan cachonda después de lo que había disfrutado, supuse que sería Shaira y salí de la ducha, mientras me secaba oí varias voces pero ninguna era la de Shaira, que extraño.

Una vez seca, me puse el vestido. Oh, me he olvidado de coger las braguitas, deben seguir en el comedor.

Abrí la puerta muerta de vergüenza (¿cómo podía tener vergüenza después de lo que había pasado?), pero la situación que me encontré me dejó estupefacta, con la boca abierta: 3 machos negros desnudos

– Sofía, te presento a Ade y Kendi, cómo no hay 2 sin 3, aquí va tu tercer regalo. Mi hermana me dijo que otra fantasía era hacer un trio, por eso le he pedido a un amigo que viniera, aunque al final también se ha apuntado su hermano. ¿Te atreves con los 3?

Seguía en shock, no sólo había follado con una enorme polla negra, ahora tenía 3 a mi disposición.

– Sí, no puedo rechazar una propuesta como esta – dije mientras me quitaba el vestido, otra vez – pero id con cuidado, si en algún momento me siento incómoda lo dejamos, ¿vale?

– Tranquila, queremos que recuerdes tu cumpleaños agradablemente, tú pones los límites.

Me puse de rodillas y me rodearon, uno delante y los otros dos a cada lado, no me lo podía creer, a escasos centímetros de mi cara había 3 enormes vergas fláccidas con 6 huevos gordos llenos de leche. Con la mano derecha cogí el miembro de Enam, con la derecha el pene de Kendi y en mi boca se metió la polla de Ade, notaba cómo las ardientes lanzas de obsidiana iban aumentando de tamaño entre mis dedos, cada vez más larga, cada vez más duras, cómo engordaba entre mis labios. Tenía tanto entre elegir, ahora tocaba un testículo a Ade, mientras succionaba un huevo a Kendi y acariciaba el capullo de Enam, luego chupaba un glande, tocaba un escroto, manoseaba un falo, … hasta terminar con 3 astas levantadas

– ¿Quién quieres que te folle primero?

– Me da igual el orden pero os voy a extraer hasta la última gota de esperma

Fuimos a la cama, me eché en la cama, Kendi me cogió por los pies y me movió hasta que mi culo llegó al final de la cama y mis piernas quedaron fuera de ella, abrió mi coñito con sus dedos, escupió y empezó a meter su verga en mi vagina, lentamente, mi vagina estaba bien lubricada, sin dolor pero notando cada centímetro de su polla en mi interior, cerré los ojos, arqueé el cuerpo, noté que alguien subía a la cama y se ponía encima, abrí los ojos, era Ade que colocaba su palo entre mis pechos y empezaba a follarlos. Sin darme cuenta, ante mis ojos apareció el pene que faltaba, lleno de venas hinchadas finalizando en 2 cojones enormes, Enam me folló la boca. Kendi explotó en mi interior, noté cómo su leche caliente llenaba mi vagina.

A continuación, Ade se echó en la cama con su erecto rabo mirando al techo, me puse de rodillas a su altura y descendí poco a poco, a pesar de lo húmeda que estaba por mis fluidos y los externos, notaba como su pollón iba entrando en mi vagina, Kendi puso su polla a la altura de mi boca y le limpié los restos de esperma que quedaban. Enam se quedó mirando esta vez, esperando su turno. La estaca de Ade cada vez entraba más adentro, cada embestida era más profunda y finalmente descargó su semen en una última embestida que me hizo gritar de placer

– Aahhh, sííí, llena mi bollito con tu nata

Al sacar su polla de mi coño, su blanco esperma junto mis flujos bajaban por mis piernas

– Ahora es mi turno – dijo Enam

Me puso a 4 patas y me penetró sin dificultad, estaba totalmente mojada, húmeda, lubricada, excitada, me follaba como un perro en celo, sus cojones golpeando mi monte de Venus, sus manos en mi cintura, empujando fuerte. Ade puso su polla delante y limpié su sable, Kendi acercó la suya y dos pollas follaron mi boca, sólo podía respirar por la nariz, se me caían las babas y finalmente Enam expulsó su carga.

– ¿Te han follado alguna vez por el culo? – preguntó Ade

– ¿Qué? – contesté sorprendida yo

– ¿No te gustaría ser penetrada por tus 3 agujeros a la vez? – insistió Ade

– Boca, coño y culo – explicitó Kendi, aunque ya me había quedado claro

– Nunca me han dado por culo y la verdad con esos miembros me da un poco de miedo

– Tranquila, sólo necesitas estar bien lubricada y con todo lo que sale de tu coño ya lo estas

– Vale, pero si me duele lo dejamos

Me eché sobre la cama, con mi culo en pompa y mis 3 regalos mirándolo, noté un dedo acariciando mi año, ¡relájate!, me escupieron cada uno para que entrara más fácilmente, el dedo entró y fue ensanchando mi agujero, nunca había practicado sexo anal, ni siquiera me lo había planteado pero hoy era un día para experimentar.

Ade se sentó en el sillón con su pene otra vez erecto y metió la puntita, poco a poco, no me podía creer que ese miembro cupiera en mi recto pero este se iba ensanchando cada vez más permitiendo que su polla fuera desapareciendo en mi agujero negro, me dolía un poco pero me gustaba, lo hacían con tacto, sin forzar, no querían hacerme daño y que la fiesta terminase, cuando ya estaba bastante profunda, Kendi introdujo su verja en mi chochito. ¡Ohhh!, nunca había sentido tanto placer, dos pollas follándome a la vez, mi culito virgen siendo profanado por primera vez, gemía, chillaba, lloraba, disfrutaba y finalmente, cuando Enam volvió a estar empalmado, mi boca también fue follada.

Tenía los ojos cerrados, sólo sentía placer, en mi coño, en mi culo, en mi boca, mis agujeros llenos por 3 increíbles vergas duras como el sílice, negras como el ónix, mi cuerpo golpeado por 6 testículos, gordos como uvas y llenos de un líquido superior a más caro vino de Rioja, notaba sus pulsaciones, sus corazones bombeando sangre para mantener esas maravillas erectas y finalmente una explosión coordinada de esperma para llenarme de blanca leche todos mis orificios.

Había perdido la noción del tiempo, quería vivir en ese momento en un bucle sin fin, un orgasmo detrás de otro, alcanzar el clímax una y otra vez. Su esperma manchó mi cara, mis pechos, mi barriga, mis muslos. La fiesta llegaba a su fin y no había parte de mi cuerpo que no quisiera ser bendecido con la lava de esos volcanes en erupción.

Nunca podré agradecer lo suficiente a Shaira su regalo de cumpleaños