Encuentro a mi amigo masturbándose y decido darle una mano

“La media noche es siempre interesante; los pensamientos invaden las mentes agotadas y el sueño intenta envolvernos con su manto, o al menos eso intenta, porque en ocasiones los recuerdos y las fantasías afloran, ahuyentando cualquier posibilidad de reencontrarse con el mundo onírico. “

– ¿Otra vez escribiendo diarios? Le preguntó Marselle a su hermana Alexia, – ¿Qué sucede ahora? Le dijo en tono de preocupación mientras tomaba su cabello para hacerle una trenza.

– Es Gabriel… respondió Alexia con desilusión,

– Ah, seguramente es él y su exnovia ¿o no?

– Así es, hoy Gabriel me dejó muchas veces sola por irse tras ella, luego de salir del salón, en el almuerzo y a la salida, ¡maldita sea!, odio ver como aprovecha cada instante para acariciarla, para tocar su cabello, ¿acaso no sabe que es terminar?

– Por supuesto que lo sabe Alexia, replicó Marselle, lo que sucede es que aún la ama.

– ¡No Marselle, no la ama! simplemente está tratando de justificar su dependencia emocional fingiendo que tiene todo bajo control y que habla con ella porque son amigos… eso es lo que he pensado.

– Ve a dormir tonta, y deja de pensar en ese idiota… sabes, idiotas hay miles, busca otro para desvelarte, respondió Marselle mientras caminaba hacia la salida de la habitación de su hermana.

“Es así como he descubierto que tengo celos” escribió Alexia, y con furia cerró su diario, apagó las luces y caminó desanimada hacia su cama … la esperaba otro patético día de colegio.

Era un martes, y todo transcurría con normalidad. Gabriel se había sentado a un lado de su exnovia, Alexia no podía prestar atención a la clase por analizar cada movimiento que Gabriel daba. Él volteaba a verla y le sonreía tímidamente, ella hacía lo mismo, se tomaban las manos y reían.

– Maldita sea, maldita sea, ¿ahora qué sigue? ¿debería decirle al profesor que están irrespetando su clase? No… no están haciendo nada, diablos, debo calmarme, parezco una idiota.

Alexia frunció el seño y bajó la cabeza, al hacerlo observó que sus piernas estaban demasiado juntas, trató de apartar su vista, pero no pudo, un destello de luz proveniente de los tortolos llegó a sus ojos, es ahí donde notó que la mano de la chica posaba sobre la pierna de Gabriel, el brillo del reloj la delataba.

Alexia respiró hondo, y parpadeó varias veces para aclarar su vista, no podía creer que la chica ahora tocaba su entrepierna, Gabriel abrió las piernas y en eso Alexia notó que tenía una gran erección, la chica trataba de masturbar su miembro, pero no lo lograba debido al material del pantalón y su estilo ajustado.

El timbre para el descanso sonó y Gabriel salió rápidamente. Los celos de Alexia se habían convertido en excitación, tomó sus cosas rápidamente y comenzó a caminar buscando al chico. Él esperó a su exnovia en la salida del salón, se dijeron algo al oído y tomaron caminos diferentes, Alexia decidió seguir a Gabriel y en todo el camino pudo aclarar su mente, no eran celos, en absoluto, era el morbo, era envidia que sentía por la chica, porque nadie había sido así con Alexia y su único amigo, él que ella más quería estaba disfrutando del amor, amor inmerso en el egoísmo y sí, la dependencia emocional.

Cruzó varios pasillos, pasó por varias oficinas y luego por los salones destinados al almacenamiento de pupitres antiguos, Gabriel no se daba cuenta de que Alexia lo estaba siguiendo, y sin voltear a ver entró en un baño abandonado.

Alexia pensó en sí debía entrar, tenía un plan en mente, pero tenía miedo de que Gabriel la descubriera, sin embargo, entró a hurtadillas y se escondió en el baño contiguo al que había entrado su amigo, temblando de la emoción se subió al retrete, puso las manos en la división de ambos baños y observó a Gabriel.

Tenía una erección notable, tal vez más que cuando estaban en el salón, él tenía las manos en el cierre, el cual se bajó completamente para dar paso a un gran miembro, Gabriel estaba tan excitado que su pene se curveaba hacia atrás, y de su cabeza salía tanto líquido, que caía, traslucido y viscoso sobre el retrete.

Gabriel comenzó a masturbarse lentamente, y mientras lo hacía cerraba sus ojos, su rostro era la esencia del placer. Alexia miraba fijamente su pene, sin conciencia levantó su falda y llevó su mano derecha directo a su calzoncito, el cual, para su sorpresa estaba bastante húmedo, comenzó a tocar su clítoris… un dedo, luego dos y luego tres, la cantidad perfecta para comenzar a disfrutar al 100%, sus jugos empaparon toda su mano, su cuerpo estaba tan caliente que había comenzado a temblar, y sus mejillas comenzaron a ruborizarse, mientras su clítoris palpitaba de excitación, ella se sentía poseída, y no pudo evitar liberar toda su energía en un fuerte gemido, había llegado al orgasmo.

Alexia recobró la conciencia, la sensación de placer se hundió súbitamente al notar que Gabriel la miraba fijamente, tal como si hubiera cometido un crimen. Ella bajó del retrete, apenas podía caminar puesto que sus piernas temblaban y su vagina seguía secretando líquido, con vergüenza abrió el baño, quería correr, quería olvidar ese episodio que, aunque placentero, sabía que iba a tener consecuencias, Gabriel ya no iba a ser más su amigo, podía incluso jurarlo.

No pudo correr, Gabriel estaba frente a ella, Alexia iba a empujarlo cuando él la tomó de los hombros y la llevó hacia atrás, ahora estaban los dos en el mismo baño. – ¿por qué me espiabas? ¿qué te pasa? Le dijo Gabriel con un tono de decepción, -lo siento Gabriel, la verdad es que ni siquiera yo sé porqué lo hice, supongo que me dejé llevar por lo que había visto antes, ví como tu exnovia te tocaba y me gustó verte, lo siento.

Alexia, no me molesta para nada, no debes disculparte, perdóname por haber sido distante estos días, todo tiene su razón… – ¿y cuál es esa razón? Replicó Alexia con ansiedad. En realidad, dijo Gabriel, he comenzado a sentir cosas por ti, y habló con mi exnovia para quitarme el sentimiento, tu y yo somos amigos, y no debemos dañar la amistad.

Alexia sintió que el alma le volvía al cuerpo, al parecer Gabriel era todo suyo, y era el momento perfecto para terminar lo que ambos habían comenzado por separado.

¿…Entonces no podías quitarte el sentimiento? Dijo Alexia, aprovechandose de los sentimientos de Gabriel y recordando el morbo y lo excitada que estaba, acercando su boca a la boca de su amigo le dijo ¿por qué no dejas que fluya? y lo besó apasionadamente por casi un minuto. Sus lenguas se frotaban entre sí mientras sus cuerpos se acercaban, Alexia tenía unos senos prominentes, los cuales apretaban el pecho de Gabriel, y así mismo su pene, el cual se había mantenido erecto durante todo el rato, apretaba el vientre de Alexia. Ella estaba excitada de nuevo, ahora podía sentir el pene de su amigo, era suyo, por lo cual podía tocarlo, bajó sus manos y desabrochó el pantalón con rapidez, al tocarlo, Gabriel gimió suavemente, apartando su boca de Alexia, es ahí donde ella decidió inclinarse y verlo de cerca.

Sin pensarlo, se lo metió todo a la boca, Gabriel gimió fuerte y con agresividad tomó del cabello a Alexia, llevando su cabeza hacia lo más profundo de su pene, ella comenzó a atorarse, pero al parecer lo disfrutaba mucho pues no puso resistencia. Alexia sacó esa verga, palpitante y mojada, y comenzó a lamer su cabeza en círculos, y a chuparla con fuerza, Gabriel temblaba y gemía casi gritando, en eso dijo, me veengo, me veeeengo, meeee…. Y todo su semen cayó sobre el rostro de Alexia, ella se limpió con una mano comenzó a lamerla con intensidad, Gabriel la besó con la misma pasión de antes.

Salieron del baño, se rieron y regresaron a clase. Esta vez Gabriel se sentó junto a Alexia, él tocaba disimuladamente su pierna, al salir del colegio fueron a la casa de Alexia a hacer una tarea, entraron a su habitación, ya se imaginarán lo que pasó después, quizá lo cuente en otra oportunidad.