En África dos hombres heterosexuales disfrutan de una noche llena de sexo y nuevas experiencias, con un amante negro que les rompió el culo

Me llamo África.

 

Tengo unos vecinos nuevos en el piso de abajo.

 

Son chinos. Jiji

 

Tienen un restaurante chino cerca de casa. Son una pareja de unos treinta años. Sin hijos

El es más bien delgado y menudo. Con cara redondeada y facciones suaves y agradables.

 

Mi novio y yo vamos a menudo a su restaurante y también cogemos comida para llevar.

 

Cuando voy sola a buscar comida el vecino chino me habla mucho. Se nota que le caigo bien. Más bien diría que le gusto.

 

A mí me hace gracia. Nunca lo he hecho con un chino y eso me da morbo. Así que mi perversa mente empezó a pensar sucio.

 

Últimamente al vecino le digo cosas insinuantes y el entra al trapo.

 

Hace poco me dijo que tenía que hacerme alguna comida especial. Algo diferente de los menús del restaurante.

 

Como yo sabía que si la hacia en su restaurante estaría su mujer o mi novio, no podría ejecutar mi perverso plan.

 

El restaurante cerraba por descanso semanal los lunes. Mi novio era camionero y los lunes por la mañana marchaba con el camión

 

Así empecé a convencer a Xuan, así se llamaba el chino, qué me tenía que hacer la comida en su casa.

 

Le dije que me gustaría que me hiciese una comida afrodisíaca.

 

El, evidentemente lo captó enseguida.

 

Un domingo que fui a buscar comida para llevar, me dijo, «te invito mañana a cenar.»

 

Yo le dije con picardía, los tres?

 

Y él respondió, no los dos, mi mujer se va a Barcelona a ver a su madre.

 

Ok. Le dije

 

Toda la noche estuve pensando que le iba a hacer a Xuan aquella noche.

 

Quedamos a las nueve en su casa.

 

Me estaba arreglando para la ocasión. Eran las nueve menos cuarto, cuando oigo que alguien abre la puerta.

 

Me cagué en todo. Había venido mi amante negro. Tenía llaves de casa ya que cuando no estaba mi novio me consolaba muchas noches.

 

Y venía el niño con ganas de marcha.

Ostias y ahora que hacía yo con este. No lo podía echar. No tenía excusa.

 

Rápidamente pensé algo.

 

Me fui al baño y cuando salí le dije a mi amante: me acaba de llamar Xuan y me ha dicho que nos invita a cenar.

 

Por supuesto Xuan no sabía nada. Jiji.

 

Bajamos a las nueve al piso de abajo.

 

Llamé al timbre y al abrir la puerta Xuan puso una cara de sorpresa. Inmensa.

 

Yo le guiñe el ojo y le dije, bueno venimos a cenar tal como nos has dicho.

 

Xuan conocía de vista a mi amante negro. Se llamaba Antonio. Pero no sabía que era mi amante.

 

Pasamos. Y mientras Antonio miraba con curiosidad los objetos chinos que decoraban la casa, yo me fui a la cocina diciendo «a ver Xuan que nos preparas» . Y con un gesto le dije a Xuan que fuera a la cocina.

 

Una vez allí y en voz baja le conté que mi amigo me había venido a ver y no lo podía sacar de encima.

 

Le conté un plan, cenaríamos, luego me deshacía de Antonio y quedábamos mas tarde los dos a tomar una copa. Que no dijera nada y que me siguiera el juego.

 

Bueno empezamos a cenar. Saco unas frutas desconocidas para mí y luego varios platos aparentemente normales pero yo sabía que tenían especias afrodisíacas.

 

Antonio no sabía nada pero yo me notaba mas cachonda de lo habitual, osea los demás también estarían bien puestos.

 

Durante toda la cena estuve pensando cómo sacar provecho de aquella complicada situación.

Xuan de vez en cuando se quitaba las zapatillas y deslizaba su pie entre mis piernas hasta tocarme con su dedo gordo la rajita.

 

Eso me ponía cachonda pero tenía que contener la situación para que Antonio no se dará cuenta.

 

Al final se me ocurrió una perversa idea. Recordé mi primera y única vez de BDSM con mi antiguo amante. Aquella vez dominó el y quedamos para que la siguiente vez fuera yo la que mandara. Pero aquel amante había ya desaparecido de mi colección Ya no me interesaba.

 

Yo aún conservaba varios de los juguetes que teníamos para nuestros juegos. La mayoría todavía sin estrenar.

 

Así que puse un plan en marcha. Un plan muy perverso.

Nada más acabar la cena dije: Bueno es tarde y mañana hay que trabajar. Yo me voy arriba a casa a dormir.

 

Antonio sube a casa a recoger tu mochila y a dormir.

 

Al salir le guiñe el ojo a Xuan y le lance un beso.

 

Subí arriba con Antonio. Y nada más cerrar la puerta se abalanzó sobre mí para besarme. Se notaba que iba muy caliente. Su sudor olía a sexo.

 

Pero le pare seco lo aparte de mí y le dije: Tu quieres follar conmigo esta noche?

 

Él asintió

 

Yo continúe. Pues si quieres follar tendrás que hacer todo lo que yo te diga, sin protestar, sin decir nada. Hoy mando yo y tú serás mi fiel sirviente.

 

Él estaba tan salido que hubiera aceptado cualquier cosa con tal de poseerme.

Ok. Le dije.

 

Desnúdate y échate boca arriba en la cama.

 

Saque los arneses para atarlo en la cama.

 

El dijo: pero que….

 

No le dejé terminar la frase. Te he dicho que no hables. Si dices algo más te vas de casa sin premio.

 

Lo ate bien atado. Totalmente inmovilizado.

 

Me fui al piso de abajo. Nada más abrir la puerta Xuan, me abalancé sobre el y le metí la lengua entera en su boca. Mientras le cogía los huevos con la mano.

 

La maniobra estaba clara, quería ponerlo muy cachondo para que aceptara todas mis condiciones sin rechistar.

 

Él me dijo: vamos a tomar algo?

 

Le contesté “si pero en mi casa”. Voy a ser muy directa contigo, ¿quieres follar conmigo esta noche?.

 

Él asintió sin pestañear, si por supuesto.

 

Pues bien, le dije, si quieres pasar una noche de locura, una experiencia diferente y emocionante, tendrás que hacer todo lo que yo te diga. Yo mando. Seré tu ama. Si protestas, te quejas, si no quieres hacer lo que yo te diga, te castigaré y te dejare sin premio.

 

Ok. Contesto.

 

No sabia lo que le esperaba.

 

Bien, ahora subamos a casa. Entraras sin hacer ruido y te desnudate. No habrás la boca.

 

Ok respondió.

 

Subimos a casa y siguió mis instrucciones.

 

Cuando se desnudó observé su cuerpo. Era menudo. Piel blanca sin pelo. Poca masa muscular. Y una polla pequeña.

 

Me dije vaya mierda de tío. Es lo contrario de Antonio.

 

Pero bueno. Que le íbamos a hacer. La suerte estaba echada.

Antes de entrar desde a la habitación le puse un collar de cuero con dos cadenas. Las cadenas se las ate a las muñecas por la espalda. Mientras le decía: tu confiá en mi.

 

Se le notaba excitado y a la vez confuso.

 

Entonces lo acompañe hasta la habitación y abrí la puerta.

 

Se pusieron los dos a gritar y a protestar. ESTO NO. YO CON UN TIO NO. etc etc.

 

Alce la voz y les mandé callar. Les dije: Vamos a ver, que os había dicho yo. Os habéis portado mal. No podíais protestar y ahora os voy a castigar.

 

Xuan hacia esfuerzos para huir, pero yo lo tenía cogido de la cadena y si intentaba moverse le tiraba hacia atrás del cuello.

 

Tanto insistía por marchar que tuve que atarlo también con las cadenas a la cama.

 

Así deje a los dos inmovilizados.

 

Me senté en un sillón delante de ellos y me desnude.

 

Y con calma me puse a masturbarme delante de ellos.

 

Abría las piernas y les mostraba mi chochito abierto. Me levantaba y me acercaba a ellos. Los besaba y acariciaba sus pollas. Dejaba que me olieran mi coño.

 

Poco a poco sus penes iban creciendo. Antonio lo tenía al medias, pero el de Xuan lo tenía al cien por cien. Era una polla de apenas doce o trece centímetros. Pero como tenía menos sangre que bombear estaba dura como el hierro. No se podía ni doblar.

 

Cuando ya estaban bien a tono, pare y les dije: Me deseáis verdad? .

 

Los dos asintieron.

 

Como os he dicho si os habéis portado mal, tendréis un castigo, saqué una fusta grande y la golpee contra mi mano. Si me obedecéis tendréis premio. El premio será poseerme.

 

Vamos a empezar. Como os habéis portado muy mal, el primer castigo que os impongo es que hagáis un 69.

 

Los dos empezaron a mover la cabeza negativamente.

 

Cogí la fusta y le di en la cara a Xuan y en los huevos a Antonio.

 

Primer aviso les dije.

 

Desaté a Xuan y le dije que se pusiera encima de Antonio en posición de 69.

Como llevaba las manos atadas a la espalda me miro y dijo: no puedo echarme encima de él, no tengo manos.

 

Ok le dije. Muévete un poco hacia atrás hasta poner tu culo en la cara de Antonio.

 

Cuando ya tenía su trasero a la altura le dije: ahora ponte de rodillas. Cuando estaba en esa posición le metí una hostia en la espalda y cayó boca abajo con su cabeza en la polla de Antonio.

 

Como estaban con las manos inmovilizadas les tuve que ayudar yo.

Primero le metí a Xuan la polla de Antonio en la boca. Tenía la polla bastante flácida. Luego le metí la polla de Xuan en la boca de Antonio. Y les dije. Ahora a chupar pollas y hasta que no estén tiesas no pasaremos al siguiente juego.

 

Yo me volví al sofá para observalos y masturbarme para calentarlos.

 

Saque una bomba de succión y me la puse en mi coño.

 

Empece a succionar una y otra vez. Mis vulva, mis labios vaginales, mi clítoris cada vez eran más grandes.

 

Mientras observaba la polla de Xuan dentro de la boca de Antonio. Una polla pequeña en aquella boca tan grande. Y esos labios tan grandes. Se me ocurrió una cosa.

 

Me levanté y le dije a Antonio: cometerla toda.

 

El dijo ya está.

 

No, está. Quiero que te metas la polla entera incluido los huevos.

 

Pero no puedo, dijo Antonio.

 

Como que no puedes. Ya verás como si.

 

Cogí y le tape la nariz para que no respirara. Cuando no pudo más y casi se asfixiaba abrió la bocaza para tomar aire. En ese momento cogí los huevos de Xuan y los metí en la inmensa boca de Antonio y le dejé respirar.

 

Ves como si que cabe le dije con sonrisa burlona.

 

Así los dejé un rato más.

 

Mientras. yo seguía bombeando mi vulva. Cada vez está más grande.

 

A Antonio le costaba empalmase, pero a Xuan se le puso enseguida tiesa.

 

Como veía que Antonio ya no iba a mas, decidí parar el juego.

 

Les dije: bueno no estoy satisfecha del todo. Tenéis que hacer una prueba más para poder poseerme.

Ahora os vais a tener que follar el uno al otro.

 

Xuan con cara de susto dijo: ¿por el culo? El la tiene muy grande y no podré.

 

Me eché a reír y le dije: noooo.

 

Mucho más fácil. Polla con polla.

 

Veréis os voy a enseñar.

 

Xuan, siéntate encima de las piernas de Antonio mirando hacia el. Pon tu polla delante dela suya.

 

Le desate las manos y le dije: como tu polla esta muy tiesa y la de Antonio solo a mitad, te voy a enseñar. Me acerque y les cogí las pollas de los dos. Metí la de Xuan, dura como la piedra, dentro del prepucio de Antonio.

Una polla grande, con mucha piel, y a medias, albergaba totalmente la polla de Xuan en su interior.

Ahora cogelas con las manos y métela y sácala dentro de la de Antonio.

 

Yo volví a mi sofá a contemplar la escena mientras hinchaba mi coño.

 

Era un bonito espectáculo.

 

La polla del chino entraba dentro de la del negro y veía como se movía dentro del prepucio y empujaba el glande de Antonio.

 

Les dije: que tal par de maricones, ¿os gusta?.

 

No esta mal dijeron. Está todo mojado y caliente. Es suave como un coño dijo Xuan.

 

Xuan seguía muy tieso y a Antonio le debía gustar porque su pene iba creciendo creciendo hasta que al final creció tanto que la polla del chino no cabía

 

Mientras mi chocho se había hecho inmenso. Mi clítoris parecía un pene. Mis labios vaginales parecían los labios de un negro. La parte interior de mi vagina, la más próxima al exterior de había salido fuera y estaba roja, muy roja. Todos los terminales nerviosos estaban a punto de estallar.

 

Solo pasar el dedo con suavidad, hacia que viera las estrellas.

 

Ok parad les dije.

 

Xuan, levantate y ponte a un lado.

 

Me senté encima de Antonio de espaldas a el y me metí toda aquella gran polla en mi coño.

 

Nada más entrar me corrí. Estaba hipersensible.

 

Me tiré de espaldas sobre su pecho y abrimos los dos bien las piernas.

 

Ahora Xuan ponte delante mío y juega con mi coño.

 

Xuan con aquella pequeña polla de hierro empezó a jugar con mis labios vaginales y mi clítoris.

La polla de Antonio me llenaba toda la vagina y me corrí otra vez.

 

Tome unos segundos de descanso y le dije a Xuan: ahora métela tú también.

 

Parecía que no iba a caber pero como estaba tan dura se abrió paso en la de Antonio y dilató mi vagina.

 

Antonio debajo mio apenas se podía mover, solo la hinchaba y deshinchaba Pero la de Xuan era como un cuerno duro. Entraba por la parte superior directa sobre mi punto A, la base interna de mi clítoris y yo veía como mi pubis de elevaba con cada embestida de aquella cosa tan dura.

 

Veía como en mi pienso discurría aquel gusano. Parecía un alíen que iba reventar mi piel y salir hacia fuera.

 

No pude aguantar y me volví a correr.

 

Antonio gritaba, imploraba que parasemos un poco. No aguanto decía. Vosotros sabéis lo que es sentir las contracciones de la vagina y a la par una cosa dura que está recorriendo toda la polla desde la base hasta el capullo, una y otra vez. No lo aguanto. Parad un poco por favor.

 

Está bien mis criados. Tomad un respiro hasta que enfriamos un poco. Solo dejo treinta segundos.

Tiempo.

 

Antonio tú sigue dentro.

 

Xuan pon la polla encima de mi coño. Apretala sobre mis labios.

 

Cogí mis inmensos labios vaginales y envolví la polla del chino.

 

Envolvían su polla como si fuera un Kebab.

 

Yo cogía con mis dedos mis labios haciendo presión para mantener su polla envuelta.

 

Ahora Xuan empieza a mover tu polla de adelante a atrás, como si follaras mi vagina.

 

Veía como su pollita de hierro recorría mi vulva y salía su glande por arriba. Acababa golpeando mi clítoris que estaba hinchado y tenía forma de pequeña polla.

 

Mi vagina de convulsionaba, mi clítoris reventaba.

 

Yo presionaba cada vez más con mis manos la polla de Xuan contra mis labios. Soñaba que entraba por mi clítoris como antes había entrado dentro de la polla del negro.

 

Xuan no pudo más y empezó a escupir leche. La primera llegó hasta mis tetas. Seguía follándome y cada embestida lanzaba más semen. Mi ombligo. Mi tripa. Mi cuello.

 

No comprendía como una cosa tan pequeña echaba tanto liquido.

 

Tenía semen por todo mi cuerpo. Mi cuerpo se movía como una serpiente.

 

Solo este moviendo hizo que el negro se corriera.

No dijo nada el cabrón, pero note su líquido ardiendo dentro de mi.

 

Buff. Maravilloso

 

Pero no había que dar tregua.

 

Con voz de mando dije:

 

Xuan cabrón, mira como me has puesto.

 

Le cogí del collar y le dije: ahora limpiarlo Chupa toda tu mierda hasta que quede todo limpio.

 

Chupo todo mi cuerpo hasta que no dejo rastro.

 

Mientras Antonio seguía dentro. Notaba como su polla seguía escupiendo semen dentro de mi.

Xuan, perro, vete. Sal de encima mío. Tengo que darle su premio a Antonio.

 

La polla de Antonio salió de mi coño y quedó muerta.

 

Yo apreté mi esfínter para que su leche no saliera de mi vagina.

 

Me puse de pie y le dije a Antonio: ¿Te acuerdas que siempre me dices que quieres correrte en mi boca? Y yo siempre me niego porque me da asco.

 

Pues ahora vas a ver tu.

 

Me senté en su cara. Puse mi coño en su boca y le ordene «abre la boca o te tapo la nariz»

 

La abrió sin protestar. La abrió todo lo que pudo.

 

Yo empuje hacia afuera y fui sacando todo el semen en su boca.

 

Mientras le decía » negro de mierda. Te gusta maricón Te gusta beber tu propia leche».

 

Le daba bofetadas en la cara.

 

Había follado tanto. Estaba mi sexo tan irritado. Hacia tanta fuerza para sacar todo el semen de aquel cabrón me había metido dentro, que mi coño tiraba pedos. Mi culo tiraba pedos. Hasta que al final del esfuerzo mi uretra no aguanto y me mee en su boca.

 

Mi pis se le salía por los lados.

 

Yo enfada de grite: cabrón me estás manchado la cama. Tragarlo maricón de mierda.

 

Le abofeteaba la cara con fuerza y le insultaba

 

Ahhhh. Pero Xuan tú qué haces ahí callado.

 

No he acabado contigo.

 

Me tumbé boca arriba en la cama y le ordene:

 

Ahora vas a limpiar con tu lengua la polla del negro. Limpiarle bien el prepucio y limpiale bien el culo. Cuando acabes me limpiaras bien el coño con tu lengua. Por dentro y por fuera. Mete la lengua bien adentro.

 

Así lo hizo como dócil perro.

 

Cuando acabaron la limpieza les dije que ahora tenían que limpiarme toda la casa desnudos.

 

Lo hicieron con sumisión.

 

De vez en cuando le insultaba y les pegaba con la fusta.

 

Cuando acabaron de limpiar cogí su ropa y la tire por el hueco de la escalera.

 

Eran las tres de la mañana.

 

Iros de aquí maricones de mierda, les espeté.

 

Salieron de casa desnudos.

 

Como despedida les dije “que os jodan”.

 

Al día siguiente estaba enferma y no pude ir a trabajar.

 

Me había follado dos pollas a la vez. Tenía dos coños. Y me había gustado más el externo que el interno.

Tenía ahora que pensar cual era la próxima que iba a hacer.