Elías el hijo de la tendera que me chantajea para tener sexo

Cerca de mi casa había una tienda, la dueña era doña Juanita, una señora muy linda, muy amable, la señora trabaja muy duro, rara vez la tienda estaba cerrada, era un persona admirable.

Doña Juanita, tenía un hijo llamado Elías, era un verdadero vago, solo se aparecía en la tienda para quitarle el dinero a su mamá. Doña Juanita era madre soltera. Elías tenía 20 años, y fue tratado de educar por su madre, aunque nunca lo logró y por Rosendo el hermano de Juanita. Siempre pensé que si Elías era un bueno para nada, fue gracias a su tío, él le llevaba 25 años a Elías, osea que Rosendo tenía 45 años.

Más de una vez mientras caminaba por la calle ellos me veían con mucho deseo, si bien me gusta mucho el sexo, y normalmente no le niego las nalgas a nadie, estos dos vagos me parecían insoportables. Odiaba la forma en que doña Juanita era tratada por ellos, el simple hecho de verlos me ponía de muy mal humor.

Un día iba con mi esposo a la tienda, pasamos cerca de esos dos tipos y Elías le pidió una moneda a mi esposo. Arturo se enojó y le dijo que era muy joven para pedir dinero, que trabajara, Elías se rió y nosotros seguimos nuestro camino. Durante el camino le platiqué a Armando sobre lo pésimas personas que eran esos dos.

Unas tres semanas después de haberlos visto con mi marido, un jueves en la tarde llegué a unas cuadras de mi casa con mi tío Armando, veníamos de un motel, me había dado una rica cogida. Me dejaba una cuadras antes, pues siempre en el carro de daba una última fajada. Al bajar del carro, vi a Elías como a unos 10 metros. Mi tío arrancó y se fue. Yo empecé a caminar hacia mi casa. Él se iba acercando a mí.

Elías –Hola preciosa, ¿qué no me vas a saludar?

Yo –No me molestes.

Me jaló del brazo.

E -¿Quieres que tu marido se enteré que lo engañas?

Y –Estás loco, yo no lo engaño.

E –Entonces ¿por qué ese señor te estaba fajando en el carro?

Y- No tienes pruebas de lo que dices.

E –Claro que sí.

Sacó su cel y me enseño un pequeño video, donde mi tío y yo fajábamos ricamente.

Y –Está bien, tú ganas ¿qué quieres?

E- Sexo, simplemente sexo.

Y –Mejor te doy dinero, te servirá más que un rato de placer.

E –No, o te acuestas conmigo o tu marido ve este video.

Y –Te puedo dar muy buen dinero, como para que le pagues a una escort y quede algo para ti, al final tendrás sexo y dinero.

E –No, ya te dije o coges conmigo o tu esposo ve este video.

Ya molesta le grite

Y –Está bien, haremos lo que tú quieras, pero que quede claro, solo será una vez y borras el video.

E –Muy bien, mañana en la mañana te daré más instrucciones.

Elías se fue, yo camine a mi casa, sabía que él podría hacer copias del video, que el chantaje podría seguir por mucho tiempo. Lo que más me preocupaba es que Arturo supiera quien era el hombre del video, mi tío Armando. Sería muy malo que él se enterara que lo engaño, pero sería peor que viera que mi amante es mi tío, el escandalo sería enorme. ¿Qué podía hacer?, ¿Cómo salir de esto? Me sentía muy preocupada, ¿qué pasaría si por saber aquello se supiera de todos mis amantes? Sentí que estaba metida en un enorme problema. En mi casa estuve pensando en cómo salir de esto, después de un rato se me ocurrió algo para tratar de salir de esto. Le hable a mi tío Armando le explique el problema, él me dijo que lo iba a buscar con algunas personas y lo golpearían. Le dije que lo mejor era esperar a ver qué pasaba después de tener sexo con el muchacho. Le platique que aunque Elías me caía muy mal, simplemente sería uno de los tantos hombres con los que me había acostado, y solo eso; ver como reaccionaba ese joven después del sexo, que si me chantajeaba una vez más, entonces le avisaría para que él le pusiera un alto, mi tío aceptó mi idea.

Al siguiente día Elías fue a mi casa, me llevó una carta, en ella estaban las instrucciones, según me dijo. Yo le pregunté que donde nos veríamos me dijo el nombre de un motel que no conocía, le dije que solo lo haría en un lugar que yo conocía, que si no, no había trato, quiso saber dónde, le dije que nos veríamos en determinado punto y de ahí iríamos al lugar que yo quisiera, el aceptó. Lo llevaría al Monarca, sabía que era un lugar seguro.

Revise las otras instrucciones de Elías, teníamos que vernos dos días después, llevar dinero para pagar un hotel y algunas bebidas, tomar pastillas pues él quería hacerlo sin condón.

Pasaron los dos días, nos veríamos en determinado punto a las 11, llegué en mi carro, él se subió, puso una mano en una de mis piernas.

E –Que rica estás, hoy te voy a dar una buena cogida.

Quite su mano de mi pierna, lo vi con coraje y con voz firme le dije.

Y –El hecho de que lo vayamos a hacer no quiere decir que me puedes tratar como a una cualquiera, y compórtate nos pueden ver.

E –Hoy eres mía y lo voy a disfrutar.

Y –Pero espérate a que lleguemos al hotel, y por mii seguridad dame tu cel, no quiero que me vayas a salir con una de tus cosas.

Me dio su cel, seguí manejando, ya ninguno habló, llegamos al hotel.

Me dieron la llave, al entrar al cuarto Elías se desnudó y brincó a la cama, su pene estaba parado, era de lo más normal.

E – Ya desnúdate, ven a la cama.

No me quedo de otra me quite la ropa, y me acosté a su lado, se puso encima de mí, empezó a besarme, después bajo a mis senos los chupo todos, hizo que mis pezones se endurecieran.

E –Te está gustando, se nota que la estás pasando bien.

Pensé si tengo que hacerlo con él trataré de disfrutar un poco. Él se detuvo, me dijo que pidiera una botella de vodka. La pedí, nos la llevaron. Elías la destapo, yo estaba acostada, él echo un poco en mis senos y los chupo, eso me gustó, pero me encantó cuando echo en mi vagina y después se lo bebió, solté algunos pequeños gemidos. Acariciaba mis piernas mientras su lengua pasaba por toda mi vagina, mi clítoris era succionado, Elías me estaba dando un rico sexo oral.

Cada vez me excitaba más, sentía que me salía de este mundo, era tan rico y tan placentero como me chupaba que me hizo llegar al orgasmo.

Y –Sí, así, aaaaaaahhhhhhhhhh.

Me quede acostada un rato mientras él se servía vodka, recupere el aliento y le dije

Y –Recuerda que solo lo haremos una vez así que disfrútalo.

E –Mira Pamela, está bien solo será una vez, tú tienes mi celular, no hay forma de chantajearte más pero quiero que me hagas un favor.

Y -¿Qué favor?

E- Qué hablemos muy sucio, me encanta decir y que me digan guarrerías en el sexo.

Y –Está bien, yo no acostumbro a hacerlo pero te daré ese gusto (mentía es una de las cosas que más me excita, como ya todos ustedes saben), ¿Cómo que te digo?

E- Cosas como verga, cógeme, soy tu puta y cosas así.

Y- Muy bien, espero no fallar.

Se acercó otra vez a la cama, con su vaso en la mano, tomo su pene y se masturbo cuando lo tuvo bien parado, echo vodka en su pene.

E –Mámamelo.

Y -Sí, que hermosa verga tienes.

Él sonrío, yo tomé su pene con la mano derecha, le chupe la cabeza con la punta de la lengua, el gimió, le di un pequeño masaje con la punta de mi lengua en su cabeza, el me jalo y me la metió toda en la boca, apenas le di dos chupadas cuando se vino.

E –Que rico mamas, que suerte tienen tu marido y tu amante.

Y –Yo soy la de la suerte porque tú tienes una vergota que sabe deliciosa.

E- Eso me excita, sigue hablando así.

Y –Jamás había probado una así, que rica la tienes.

Le di un beso en el pene, él estaba como loco y yo disfrutaba del poder que tengo sobre los hombres en la cama.

Ahora fui yo la que se paró y se sirvió una copa, había una pequeña mesa vacía, donde me senté, abrí mis piernas y mientras tomaba mi bebida, me abría la vagina el me veía, su pene empezaba otra vez a ponerse en forma.

Y –Que pasa papi, listo para clavarme esa rica verga.

E –Sí, te la voy a clavar toda.

Me baje de la mesa, camine hacia él, estaba sentado, lo hice acostarse, me pare con las piernas abiertas encima de él, poco a poco fui bajando, hasta que alcance a agarrar su verga, la apunte hacia mi vagina y seguí bajando hasta metérmela toda.

Y –Que rico, que grande la tienes, que verga.

Él empezó a moverse, realmente como dije antes su pene era de lo más normal, se movía como cualquier otro, no tenía nada especial, pero pues le prometí hablar sucio lo que incluía para mi mentirle y decirle el excelente amante que era, y es que aunque los hombres cojan mal, cuando escuchan que son lo máximo, mejoran un poquito, pero solo un poquito. Me gusta ver esa cara de tontos que ponen al sentirse los mejores amantes del mundo. Aunque ustedes que conocen mis aventuras saben que también he tenido amantes que realmente son maravillosos, unos verdaderos hombres, unos sementales.

E –Eres un mujerón, jamás pensé que iba a tener una hembra así en la cama.

Empecé a moverme en círculos, le acariciaba el pecho mientras, lo veía a los ojos y me mordía los labios, el tocaba mis senos y después mis nalgas. Estuvimos unos minutos más en esa posición.

E –Te quiero de perrito, como la perra que eres.

Y –Lo que tú ordenes papi, soy tu puta deseosa de verga.

Me puse en cuatro, el me tomo de la cintura y de una vez me la dejo ir toda, grite.

Y –Aaaaaaaaahhhhhhhhh que rico, dame duro.

E –Toma puta, toma verga.

Y –Sí la quiero toda, clávamela hasta dentro, hazme tu puta.

Yo me movía de atrás hacia adelante, el medio una nalgada suave, y siguió nalgueándome cada vez más fuerte hasta que se escuchaba por todo el cuarto. Nos movíamos muy rápido mientras la cama brincaba y crujía, la cabecera golpeaba contra la pared. Volvió a tomarme muy fuerte de la cintura, me jalo hacia él y eyaculó dentro de mí.

Se salió de mí, se acostó, yo también me acosté a su lado, me sonrió y me dio las gracias, me dijo dónde estaba el video y como borrarlo, nos vestimos y nos fuimos, lo deje en el lugar que lo recogí, obviamente no permití que me fajara antes de bajarse, no me iba a arriesgar.