El Spa Intercambio de parejas

Por fin teníamos un fin de semana para nosotros solos, así que decidimos irnos a una ciudad de la costa de Andalucía.

Cuando llegamos al hotel nos informaron que teníamos una sesión de spa gratis y que podíamos disfrutarla cuando quisiéramos.

De camino a la habitación nos cruzamos con otra pareja de unos 40 años (lo mismo que nosotros) muy atractivos que se alojaban en la habitación contigua.

Instalados en la habitación y después de darnos una ducha, Sara y yo Oscar follamos como hacía tiempo que no ocurría. Estábamos muy excitados y entre grandes y fuertes gemidos llegamos a tener varios orgasmos.

Tras esto, decidimos utilizar la sesión gratuita de spa. Era ya bastante tarde y solo quedaban dos horas antes del cierre. Después de cambiarnos en los vestuarios (cada uno en el suyo), pude ver a Sara con un bikini que resaltaba su pelo castaño, sus ojos claros; su 95 de pecho y su culo portentoso, mientras una chica nos explicaba como debíamos hacer el circuito. Ya en el interior, estábamos solos, nos dirigimos hacia la piscina de agua caliente con chorros en cascada, allí comenzamos de nuevo el calentamiento. Acariciaba sus tetas y lentamente bajaba hasta tocar su pubis mientras besaba su cuello. En ese momento entró la pareja de la habitación de al lado:

– Sara: Para que nos van a ver.

– Oscar: Da igual, si no nos conocen.

No paraban de mirarnos. Después de pasar por casi todo el circuito, decidimos entrar en el baño turco, es como una sauna pero más grande y con muchos vapores. Apenas había visibilidad ya que la luz era muy tenue (apenas se veía) y la cantidad de vapor la dificultaba aún más.

Nos sentamos en un lugar desde el cual controlábamos la puerta:

– Oscar: Estoy muy cachondo ¿y si follamos aquí?

– Sara: Estas loco.

Después de besarle el pecho sin quitarle el sujetador:

– Sara: Me estas poniendo cachonda, déjalo ya..

– Oscar: Mira como tengo ya la polla, me va a reventar, esto ya no tiene vuelta atrás.

Eché a un lado su bikini y comencé a acariciar su coñito, estaba bastante mojado. Ella abrió sus piernas para que yo no tuviera problemas mientras la masturbaba, suspiraba con leves gemidos ya que no quería que nadie la pudiera escuchar. La puerta se abrió, entro la atractiva pareja. Ella morena con un cuerpo de infarto se sentó junto a mí, más o menos a un metro de distancia, mi estado de excitación era tan grande que no me dejaba pensar bien. Disimuladamente lleve mi mano de nuevo hasta la entrepierna de Sara y aparté de nuevo el bikini, ella paro mi mano pero insistí. Su coño seguía muy mojado, no gemía pero su respiración estaba muy alterada.

– Vecina (susurrándome al oído): Hemos escuchado vuestros gemidos mientras follabais esta tarde.

– Oscar: Tienes buen oído.

– Vecina: No tanto, es que sois muy ruidosos.

– Vecina: Nos habéis puesto muy cachondos, y ahora aún más, ya que hemos estado contemplando el magreo que os estáis dando.

Lentamente movió su mano hacia mi bañador, y comenzó a pajearme con mucha suavidad. Sara que pudo ver (y oír) lo sucedido estaba más excitada que nunca y fuerte respiración se convirtió en gemidos. La vecina hizo un gesto a su marido, que se fue hacia Sara, saco su generosa polla y la puso en su boca. Ella estaba tan cachonda que enseguida comenzó a lamerla. La vecina, mientras seguía masturbándome, se bajó, aparto mi mano y comenzó a comer el coño a Sara, que a estas alturas parecía haber tenido más de un orgasmo. Me situé detrás de la vecina, saque mi polla, baje su bikini y comencé a follarla, el tío hizo lo propio con Sara, que entre gemidos decía “Me encanta este spa”.

– Vecino: Vamos a follarnos a Eva con una doble penetración.

Mientras el la follaba el coño yo le follaba el culo, Sara se masturbaba hasta que puso su coño en la boca de Eva.

Finalmente mientras estaban de rodillas y nos chupaban la polla, Eva a mí y Sara al vecino, nos corrimos en sus bocas.

Tras esto se presentaron.

– Vecinos: Yo soy Toni y ella Eva, ha sido un placer que espero se pueda repetir.

Se marcharon y nosotros comentamos que había sido el mejor polvo de nuestra vida.