Donde la melodía sonaba acompañada de un rifi rafe de una relajante brisa, que aproximaba al mar, unido al golpear de las olas

Era una tarde tranquila a mitad de la primavera… Donde la melodía sonaba acompañada de un rifi rafe de una relajante brisa, que aproximaba al mar, unido al golpear de las olas, en el momento en que topezaban con la escollera.
Yo solía situarme delante de ún mirador sentada de forma cómoda en un sofá de chinilla rojo con anchos apoyabrazos…
Mujeres esperando tu llamada, quieren follarte. .
Escuchaba esa melodía que poco a poquito se iba introduciendo…
Mi imaginación y la satisfacción de ese instante me hacían disfrutar… Más que disfrutar era un estado de arrebato y disfrute.
Había una olorcita excitante que conocía muy bien… Gran parte de esa olor la emanaba mi pareja que reposadamente y sosegado se dejaba llevar y se abandonaba a los brazos del dios Morfeo…
Yo lo estaba observando y lo desvestía con la vista, con mis ganas de palparlo y de acercarme a él…
Mas quería que ese momento fuese más que hacer el amor… Deseaba gozar de sus arrumacos… Saborear cada uno de sus besos.
Proseguía plácidamente en mi trono… Yo vestía un corto vestido moteado con un escote considerable que dejaba entrever todo mi busto y como se desplazaba al compás de mi expiración.
La música ya estaba muy dentro de mí… Extendí mi ser y me deje dominar por la comodidad… Me recliné y deje mi extremidad izquierda posada en el piso… Mientras mi mata derecha subió al reposa brazos…
Mis extremidades se quedaron entre abiertas dejando ver una gran parte de mi ropa interior…
Desde mi trono miraba a mi marido y me imagine como podía provocar a su atención sin que se diera cuenta.
Y con los dedos pequeños de mi pie me fui acostando hasta el momento en que mi amor entreabrio los ojos y me vió, fijo su vista en mí como entre sueños, como si no creyese lo que estaba frente a él.
Seguro que él estaría soñando con algún momento vivido… Su cara marcaba el deseo como si se lo estuviese pasando bastante bien, estoy segura que se encontraba caliente aunque no me lo dijera, sus ojos me afirmaban que sí.
Gire despacio mi butaca hasta ponerme delante a él… Y fui quitando mis patas bastante lento para que pudiera mirar bastante mejor lo que iba hacer.
Mis deditos sacaron del sujetador mis pechos quedando encima de aquel escote…
Subí un tanto mi vestidito y mi lencería se quedó a plena vista… Unas braguitas color rojo que hacían más bonito mi dorado cuerpo.
Los dedos fueron acariciando desde mis gemelos. Subiendo un poco despacio por mis piernas hasta alcanzar al filo de mis
braguitas…
Y muy lento me despoje de esa prenda… En ese momento la vista era integra quedando mi raja totalmente destapado.
Relatos
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Por ese mirador se dejaba pasar una delicada corriente con perfume de océano que al rozar mi bello me hacía disfrutar…
Me chupaba los labios y esperaba que mis dedos tocaran mi raja…
Me apetecía.
Mas de golpe y sin esperarlo mi marido empezó a arrastrarse por el suelo hasta alcanzarme.
lamió mis pies… Lamió mis piernas… Y fue lamiendo mis bonitos jamones, hasta alcanzar a mi coño exhalando mi olorcito una y otra y otra vez como si le fuera en ello la vida, su cabeza se puso entre mis piernas, su respiración daba en mí raja…
Que se abrazaba a la vez con la calidez que irradiaba mi almeja…
El continuaba inspirando, gimiendo y pillando contundentemente con sus fuertes manos mis muslos.
De de esta forma me hice un hueco con mi pierna derecha y mi talón llego hasta su tranca, noté que estaba caliente, tieso… Y lo toqué mientras que pude…
Mi hombre continuaba con su ir y volver a mí coñete y con la puntita de su lengua fue lamiendo mi ombligo…
Mi pelvis, mi vello vaginal… Hasta localizar mí chocho y su lenguilla le dedicó todas sus ganas y caricias…
Yo me retorcía de goce susurrándole que no se parara.
Y como un riachuelo fue saliendo mi lubricante natural hacia su garganta que la fue rellenando muy poquito a poco…
Y como su lengüecilla andaba con trabajo mis manos sujetaron su cabeza atrayéndola hacia mí potorro a fin de que no dejara de mordisquear, de catar, de deleitarse de tan esplendida delicia.
Mis ubres se ponían duros… Mis pezoncetes estaban tiesos y mis dedos se fueron a tocar mis hermosos melones, tocando con cariño mis duros pezoncillos…
En este mismo instante solo era un cuerpo gozando el uno del otro sin descanso.
Sus manos se acomodaron por detrás de [mi cuerpo agarrando mi culo y acercándolo a mi cara que estaba totalmente mojada por el elixir de mi sexo…
Como supe, retire su lengua de tan sensible lugar y me encantó besarle en la lengua, chuparle sus labios…
Con mi lengua recorrí su boca saboreando con él lo que en ese momento el paladeaba, deseé saber lo que el percibia cuando comia de mi… El aroma de mi elixir, saber por el hecho de que se trastornaba tanto, cuando lo podía alcanzar…
Entrar en su obsesión y compartirlo juntos.
Mi excitación iba subiendo poco a poco y quería más… Mi corazón trabajaba de forma fuerte y hacían que mis tetas
se moviesen mucho más temblorosas.
Relatos
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Y sin que nos diéramos cuenta de súbito cambiamos de postura… Él estaba acostado en el sillón y yo de cuclillas entre sus piernas…
Mi lengua realizó exactamente el mismo paseo que antes su boca continuó… Con la punta acaricie sus dedos, acaricie sus pies… Sus piernas hasta llegar a sus muslos…
Que separe lentamente hasta poder relamer su rabo…
Yo asimismo quería saborear y gozar de sus manjares y que su herramienta, estallara en mi boca, que lo quería con ganas…
Sus dedos aguantaron mi cara y no permitían que me fuera de su pene… Mas ya harta deseé complazerme aún más.
Y de esta manera me levante y desplazando mis piernas me puse arriba de mi novio,
su zipote, tieso muy excitado dejaba ver su liquidito deseando salir a escupitajos.
Se percibió un grito de placer al meter su pollon, en mi pepitilla…
Se oyó un gemido escandaloso, desde los dedos de los pies fui apreciando ese hormigueo que causa el disfrutar de forma plena, esa corriente subía de manera lenta por mis gemelos, seguido a mis muslos, hasta llegar a mi cintura, ese hormigueo excitaba mi coño y mientras que poco a poco cabalgaba arriba de mi hombre me tocaba las ubres…
Sus tetas que tanto le gustan que pilladas con mis manos, arrime mis botones hasta su boca para que los degustara, pues sus manos nada podían hacer porque estaban enganchadas de forma fuerte en mi zaga…
De forma fuerte mas al unísono con calma apurando el ritmo de mis movimientos.
De esta forma fui obligando mi cuerpo al de él… Mientras esa soplo de goce iba saturando cada poro de mi cuerpo, con ganas fue lamiendo mis melones, relamiendo sus labios toda vez que se separaba de ellas.
A lo largo de unos intensos minutos mi cuerpo se movia sobre el suyo… Dejando que los flujos nos mojaran por completo, dejando caer todo ese elixir entre sus muslos y lo mios.
Así, así repetía susurrándome con gemidos, de este modo me gusta sentirte, loca y sensual y de esta manera nos tumbamos extasiados fundimos en un intenso beso mientras nuestros cuerpos no dejaban de retemblar.
Era una tarde larga a mediados de la primavera… Donde la pasión y el apetito nos provocaron a complacerse.