Dispuesta a lo que sea con tal de ganar

Los concursos de belleza no son solo un gran número de mujeres hermosas reunidas, llevan su tiempo, su esfuerzo y mucha preparación, horas antes de que llegue el público, las participantes están todas juntas en la zona que tienen habilitada como camerino. Cada una tiene su pequeño espacio para poner sus cosas pero ninguna pared ni puerta las separa.

Muchas mujeres reunidas pero todas diferentes, cada una preparándose como mejor puede, el movimiento y la actividad es frenética, y aunque están cerca se preocupan poco por las demás, por eso no es de extrañar que una de ellas se escabullera por un pequeño ventanuco.

Está prohibido que las participantes entren en contacto con los miembros del jurado para evitar influencias en la votación. Infringir la norma significaba la expulsión.

Pero a la belleza morena que acababa de salir por el ventanuco no parecía importarle, y avanzo por un jardincito interior poco cuidado y con unos bancos de piedra bastante desgastados, directa hacia la zona vip donde estaría reunido el jurado.

Era alta, ¿sus medidas?, casi perfectas, ¿su pelo? moreno rizado, exquisitamente peinado y ondulado, ¿ su cara? preciosa, todas las líneas de su rostro eran curvas y armoniosas, enmarcando sus grandes ojos y su carnosa boca, iba maquillada de tal forma que resaltaba sus virtudes tapando sus defectos.

Se movía con gracia felina, atravesando rápidamente el patio, llevaba puesta una camiseta y unos pantalones sencillos pero que se adaptaban perfectamente a su cuerpo. Llego a una puerta y abrió con cuidado.

Vio a un hombre de mediana edad, alto, calvo y con gafas de pasta, una poblada barba de color castaño cubría su cara, vestía pantalones de pana y un jersey marrón. Un intelectual pensó. ¿Jurado? lo dijo suavemente pero asegurándose de que la oyera.

El hombre primero asintió y luego se sobresalto ella no podía estar ahí, pero no grito ni aviso a nadie. Ella se acerco a él y le hablo de miedos, inseguridades, su necesidad de apoyo, de sus compañeras, de cómo las sonrisas escondían cuchillos. El hombre se limito a escuchar y asentir, ella siguió hablando, de vergüenza, de timidez , de falta de intimidad.

El hombre a fin pareció comprender y la llevo a otra puerta, que abrió caballeroso, era un baño, no es lo que ella esperaba pero valdría.

El hombre se sorprendió un poco cuando le cogió de la mano y ella le introdujo en el baño pero más se sorprendió cuando ella se arrodillo y con un par de movimientos rápidos, le saco la polla y se la metió en la boca, ella le cogió de las manos suavemente, no quería que se la estropease el peinado.

Aunque mamaba sin manos, sus movimientos eran rápidos y certeros, su húmeda lengua acariciaba el glande sin parar. El hombre no dijo nada pero su polla se puso durísima, la chica se puso en cuclillas y trago mas, su cabeza se movía rítmicamente, primero hacia delante tragándosela casi entera y luego hacia atrás hasta que casi se la sacaba entera pero siempre paraba antes, ni una vez salió su polla de la boca.

Estuvieron así un rato, entonces la chica sin dejar de mamar , levanto la mirada y clavo sus profundos ojos negros en los de él, una mirada ardiente, llena de pasión y deseo, el hombre hizo lo posible por aguantar, no fue suficiente, chorros de semen empezaron a llenar la boca de la chica, se lo trago todo, no quería que se la estropease el maquillaje.

La chica se levanto tosiendo fuertemente, el hombre la dio un pañuelo de papel y ella se limpio dándole la espalda, tiro el papel a la papelera y se despidió segura de su apoyo. Volvió por donde había venido y ocupo su sitio, nadie había notado su ausencia.

Por fin empezó el concurso, lo primero, desfile en vestido de gala, ella sabía que tenía un voto así que desfilo segura, con paso firme, dejando ver su elegancia natural y supero el corte sin problemas.

Al cambiarse al traje de baño y ver al resto de las competidoras, las dudas empezaron a apoderarse de ella. Un solo voto quizás no fuera suficiente.

Aprovechando un descanso volvió a salir por el ventanuco, no tuvo que ir muy lejos, sentado en un banco de piedra estaba el hombre de antes fumándose un cigarro.

Se puso enfrente de el de pie, solo llevaba el bikini, ella le hablo de la competencia, de la igualdad entre participantes, de la importancia de tener el mayor número de apoyos posible, él la respondió que el gusto es personal ,que cada uno tenía su favorita, ella le replico que podría convencerlos si quisiera, al hombre no le pareció bien.

Así que la chica, sin dejar de mirarle a los ojos, se aparto el bañador mostrándole su coño rasurado. El hombre dijo que sí, que haría todo lo posible por convencerlos mientras se bajaba los pantalones.

La chica vio que el tenia la poya totalmente dura y no perdió el tiempo, se sentó encima de él, clavándosela hasta el fondo, se aparto la parte de arriba mostrándole sus grandes y redondos pechos, el se lanzo con las dos manos a masajeárselos, ella se hecho un poco hacia atrás y puso sus brazos rectos contra su pecho, formaron una v con sus cuerpos. Ella tenía que alejarle de su pelo y su maquillaje, no tendría tiempo para recomponerlo.

Era una postura complicada, pero ella aparte de genética , tenía muchas horas de gimnasio y se notaba, le cabalgaba rápidamente, sin pausa, se movía ágil y flexiblemente, mientras gemía suavemente, estaba tardando más que con la mamada y no tenía mucho tiempo, pero no cedió y siguió moviéndose sinuosa como una cobra, hasta que sintió como se corría.

Al sentir la corrida, se levanto de inmediato y se recoloco el bikini, el hombre la acerco un pañuelo que uso para limpiarse, y se despidió de el moviendo la mano, segura de que tenía más apoyos.

Paso el corte, ella estaba eufórica, pensó en volver a verle pero ahora eran menos y era imposible escabullirse sin que la vieran. La prueba final era un pequeño discurso, busco con la mirada al jurado pero la luz de los focos no la dejaban ver nada, hablo con aplomo y seguridad, entonándolo como había practicado, fue un discurso de los que se esperan en un concurso de belleza, exactamente igual al de las participantes anteriores y posteriores.

Los presentadores anunciaron los nombres de las tres finalistas, su nombre estaba entre ellos. Avanzo al centro del plato, a la vez que sus dos rivales, las tres se cogieron de la mano, y esperaron nerviosas el veredicto, el nombre que no querían oír es el primero, era el tercer puesto, pero ella estaba segura de que su nombre sería el segundo, el del primer puesto.

Hubo un momento de silencio, generando tensión, un nombre, el suyo.

Sonrió como se esperaba de ella y recibió la banda y un ramo de flores. Siguió sonriendo pero estaba muerta por dentro, sonó otro nombre, aplausos, sonreía y aplaudió y se juntaron las tres llorando, hubo una pequeña sesión de fotos y mantuvo la compostura y permaneció aparentemente alegre.

Al llegar al camerino se derrumbo, no lloro, estaba demasiado vacía para ello, se fue desmaquillándose y cambiándose lentamente, sin hablar con nadie, lo hizo tan despacio que era la única que quedaba en el camerino.

Oyó un ruido era el hombre con una flor, también estaba triste, intento consolarla, darla ánimos, ella no respondía, solo miraba hacia abajo, él la hablo de otras oportunidades, se movía en el mundillo y creía que ella tenía algo.

La chica se puso a llorar, el hombre para consolarla la dio un beso corto, que se convirtió en un beso largo, la levanto y la tumbo en una mesa, ella le pregunto si aguantaría y él, dando un golpe fuerte a la mesa, la contesto que segurísimo.

Mientras ella se quitaba la parte de arriba, él la bajo los pantalones y el tanga. Acerco su cara a su coño, ella pensó que la picaría con esa barba, pero saco la lengua y lamio su clítoris con delicadeza, siguió y siguió, hasta que su coño estuvo completamente mojado. ¡Métemela! y se la metió de golpe, empezó a bombear fuertemente, la mesa se movía y todo el cuerpo de la chica con ella, ya no la importaba el maquillaje, ni su peinado, y dejo caer los brazos al costado de la mesa, dejándose llevar, disfrutándolo, el seguía incansable y la chica tuvo un largo orgasmo, el hombre aunque estaba rojo por el esfuerzo mantenía el ritmo, así que la chica acerco su mano al coño y se masajeo el clítoris con furia. Tubo dos orgasmos cortos, muy rápidos, muy seguidos y por fin el hombre acabo, ella cruzo las piernas por su cintura, atrapándole y atrayéndole hacia sí, sintiendo dentro de ella hasta el último de sus espasmos. Se quedaron abrazados un rato.

Se separaron y se vistieron, estaban relajados, felices y sonrientes, se dieron un corto beso de despedida y la promesa de volverse a ver. El hombre se dirigía a la puerta, cuando se volvió y pregunto ¿Como sabias mi apellido?