Disfrutando de mi sexualidad siendo la perra de mi papi

Papá adora que yo le trabaje su culo con mi boca.

Lo lamo, lo chupo, hundo mi lengua todo lo que puedo en ese lugar prohibido y placentero. Quiero ese esfínter que abro para mí.

Amo a papá. Soy su puta y le doy los placeres que mi madre le niega.

Últimamente y gracias al porno que miro, le coloco unas bandas elásticas que se lo mantienen bien abierto y así mis manos quedan libres para jugar con su larga verga y sus huevos.

A veces, se nos une mamá que lo mama y papá enloquece, gimiendo y gruñendo de placer.

Generalmente, yo lo masturbo, con mi boca en su culo, y masajeando su verga con una mano, hasta hacerlo eyacular.

Hoy le hice un masaje en la próstata.

Puse mucho lubricante afuera y hacia adentro del culo.

Metí mis dedos y con el mayor la localicé. La toqué suavemente y después, cuando entre gemidos me decía “ sigue” “ más “ “me gusta, hija” me afirmé e hice el masaje cada vez más fuerte, apretando bastante. La tremenda erección que tenía papá me confirmó que estaba en el terreno adecuado. Después de un largo masaje tuvo un orgasmo muy fuerte y largo, sin que nadie lo tocara en su pene.

Me dijo que había sido el mejor orgasmo, el más profundo que tuvo y me pidió que lo siguiera haciendo en nuestros frecuentes encuentros sexuales.

Quiero que se sienta libre de vivir su sexualidad conmigo.

Una vez me dijo que parara de chupar porque estaba sintiendo molestias intestinales.

Ganas de cagar, porque mi lengua y la succión de mi boca eran mucho.

No bajé el ritmo y le dije con la voz ronca y suave que no se contuviera

Dale papá, disfruta, no te contengas. Yo recibo lo que venga de ti, y seguí chupando como una ventosa, literalmente le mamaba el culo.

Un fluido espeso y caliente salía de su culo a mi boca. Con un gusto amargo .

Lo fui tragando. Me calienta tanto cuando ocurre, que chupo con más fuerza para provocarlo. En realidad no se si es su mierda que sale o algún otro fluido. Ocurre sólo a veces y no es mucho, así que lo disfruto para mi placer.

Hija, por favorrrrr basta, me vas a hacer cagar en tu boca, me suplica entre gemidos, pero no se retira, lo cual me indica que está muy caliente y quiere que siga.

Y como yo quiero seguir, ocurre lo que imaginan.

Somos pervertidos? No, no lo somos.

Somos padre e hija, adultos, que nos amamos carnalmente y disfrutamos de nuestro amor

A propósito, mi nombre es Andrea, tengo 19 años y papá me dice “ mi puta”.

Estoy enamorada de él. Aunque a mamá le moleste un poco, tenemos sexo varias veces por semana. Esas noches calientes las paso en su cama y mi madre en la mía. Excepto cuando decide unirse para complacer a papá. Hacemos un trío. Tal vez después les cuente, estimados lectores.

Si es que les interesa, claro. No los quiero aburrir.