Desvirgue a mi joven vecina abusando de ella

Hola, soy Héctor, vivo en un edificio de apartamentos en un 4to piso, mi vecina Juana está divorciada solemos hablar siempre, su hija María tiene 19 años, una jovencita de 1,60 aproximadamente, delgada, ojos café, blanca, cabello largo rubio, tiene seños pequeños, y un culo hermoso bien parado. Cuando regresa de su estudio con su falda de tablas muy corta ya que repitió el año y aun no termino se la ve muy sexy y tiene siempre un delicioso olor a fresa que me enloquece.

Me he dado cuenta que suele mirarme, pero cuando la miro escapa a mi mirada, ese día yo iba tomar el ascensor y ella también estaba esperándolo, como siempre con una falda muy cortita y una camisa que hacia resaltar sus pechos, al acercarme la salude:

– Hola María como estas

– Bien don Héctor

El ascensor llego al piso y apurada por abrir la puerta plegadiza del mismo se apretó el dedo:

– Ayy maldita puerta – su dedo sangraba

– Ven entremos a mi departamento que te curare

Ella me siguió, entramos, busque un desinfectante y luego puse una bandita para proteger la herida, note que mientras la curaba su cara enrojecía, yo también sentí una excitación un poco morbosa por sentir su piel en mis manos, esa diferencia de años entre ambos, podía ser mi nieta, era muy excitante.

– Que te pasa, estas acalorada o te puso nerviosa la lastimadura

– Es que tenía que salir con unas amigas y ya se habrán ido porque se me hizo tarde.

La mire y no sabía que hacer la tenía ahí ante mí, solos los dos, temí por su reacción pero no dude en abrazarla y besarla, ella se resistía queriéndose separar de mí, pero yo sabía que no era eso lo que deseaba

– Que hace don Héctor, usted está abusando de mí, déjeme ir

– Sé que te gusto nena, siempre me echas unas buenas miradas excitantes – no dejaba de abrazarla y sentir sus pechos contra los míos me hizo poner dura la verga

– No diga eso yo soy joven para usted – si tiene razón que a veces lo miraba pero eso era solo una fantasía, me atraen los maduros pero no quiero hacer nada

– Pues cumplamos tu fantasía – empecé a manosear su cuerpo, ella se quejaba como que no lo deseaba, pero yo sentía que lo hacía para disimular su deseo.

– Déjeme, estará en un problema si se entera mi madre

No haciendo caso a sus palabras, estábamos frente a un sillón, la empuje, cayo sentada, me arrodille y levante su faldita, una pequeña tanga negra quedo ante mi vista, la hice a un lado y metí mi cabeza entre sus piernas, mi boca tocaba sus labios vaginales, mi lengua empezó a moverse rápidamente abriéndolos en una forma salvaje, metí dos dedos en su vagina, los mismos se resistían de entrar, de repente entraron y sentí que se bañaban en jugos

– Que me hace, déjeme, ahhhh, ahhhhh

Si bien pedía que la dejara, cada vez gozaba más, su cuerpo temblaba, yo lamia y succionaba su hinchado clítoris, mis dedos la cogían, ella no pudo más y acabo en un delicioso orgasmo, saque mis dedos y de su hermosa concha brotaban jugos, miro mis dedos y estaban manchados de sangre:

– María tú eras virgen

– Si sus dedos acaban de desvirgarme, ya está satisfecho déjeme ir

Note que a pesar de lo que decía, no hacia ademan de levantarse, fui al baño tome una toalla mojada en su extremos y limpie su sus labios vaginales de los restos de sangre.

Aprovechando que había quedado extasiada me quite el pantalón y el slip aceleradamente, de uno de los bolsillos tome un preservativo que siempre llevaba y me lo puse en mi verga que estaba muy dura y caliente.

Me arrodille frente a ella le quite su tanga y mi verga quedaba enfrentada a su concha, ella me miro y dijo

– No que va a hacerme, ya se abusó de mí, ha roto el himen que cerraba mi conchita y lo que tiene ahí me va a lastimar, tan grande y duro

Ella decía eso pero no cerraba las piernas, las mantenía bien abiertas, la penetre despaciosamente, me costó un poco porque su vagina aún estaba muy cerrada y empecé a moverme dentro de ella, María respondía moviéndose también.

Desabroche su camisa, levante su sostén dejando sus pechos a la vista, eran medianos y muy parados, una hermosa aureola coronada por unos pezones muy duros que empecé a acariciar. Note que le gustaba mucho que se los tocara, los retorcía, los apretaba.

Ya ella se había entregado, gozábamos los dos

– Uff se ha salido con sus deseos, me está haciendo gozar, nunca sentí nada así cuando me masturbo

– Disfruta pequeña, conmigo aprenderás muchas cosas – ella gemía su rostro dejaba ver lo excitada y caliente que estaba

– Mmmm aaaaaahhhhhh, me estoy agitando mucho, que es esto que me está pasando don Héctor

– Vas a tener un delicioso orgasmo, como nunca lo has tenido.

Mi verga entraba y salida, la estrecha vagina me hacía gozar mucho a mí también, llego el momento que ella exploto, sentí que la punta de mi verga era apretada fuertemente por una convulsión de su vagina, ya no pude más acabe y mi gemido fue tan fuerte como el de ella.

Saque mi verga y vi que de su interior brotaban muchos jugos ahora si casi blanquecinos, me di cuenta que le había gustado mucho y me anime a preguntarle

– Te ha gustado María

– Si me ha gustado pero usted abuso de mí y de alguna forma tendrá que pagar ese abuso

– Vaya niña pero si te gusto estamos a mano yo también lo disfrute

– He pensado que hay una forma de que pague lo que ha hecho y no se lo cuente a mi madre

Yo no imaginaba que es lo que ella estaba pensando pero me preocupaba, así que me entregue a lo que ella fuese a pedirme

– Usted deberá hacer lo que yo le pido, le guste o no

– Si, lo hare pequeña, espero poder cumplir con tus deseos

– Sé que podrá, mire yo entro seguido al chat y ahí me suelen contar algo que me intriga y quiero que usted lo haga como yo le pido

– Bueno dímelo, que me tienes preocupado pensando que es

– Lo debe hacer tal cual, si no lo hace así hablare

– Quédate tranquila, hare lo que me pidas

– Escúcheme bien porque lo debe hacer tal cual, como usted ya comprobó yo era virgen, nunca había estado con un chico, solo he hecho jueguitos yo sola, en mi concha nunca metía nada porque quería que la abriese un hombre pero en mi culo suelo jugar me excita mucho, he metido algunas cositas

– Dime como cuales

– No se apresure, escúcheme, ahora viene la propuesta tiene que ser tal cual se la pido, le entregare mi culo, me pondré en cuatro

Yo no entendía nada mi castigo era comerme su culo

– Cuando me tenga en cuatro pondrá un poco de crema en mi culo se dará cuenta que lo tengo bien cerrado a pesar de jugar con él, su verga deberá estar bien dura, deberá tomarme del cabello, penetrarme de golpe y darme nalgadas yo mientras acariciare mi concha, no puede acabar antes que yo lo haga

Me gustaba el castigo, más que castigo iba a ser un premio, no se lo demostré.

– Me cuesta pequeña porque yo no así, pero te lo hare tal cual pides

– Bueno prepárese entonces

Ella se quitó la faldita, se arrodillo en el sillón, se tomó del respaldo dejando su rico culo en pompa hacia mi vista, mi verga ya se había endurecido de nuevo, me puse un preservativo, me acorde de la crema fui hasta el baño tenía un gel especial para lubricar. Cuando volví ella ya se estaba acariciando el clítoris, me puse bastante gel en el dedo y se lo aplique en la puerta de su ano.

Puse mi verga ya preparada para entrar, ella ya se novia excitada, la tome de su largo cabello con una mano y con la otra le di dos nalgadas, presionando y metiéndome de golpe

– Aaaayyyyy , me lo rompes, sigue lo quiero así

Yo tiraba de su pelo, la nalgueaba y mi verga ya entraba bien a fondo , se sentía muy apretada, ella a veces se quejaba pero también gemía, los dos estábamos muy agitados, con su mano acariciaba el clítoris, estaba haciendo algo que a mí me gustaba mucho pero a pedido de ella

Yo ya no podía pero aguantaba, tenía que aguantarme ella me dijo que no podía acabar antes, de pronto gimió fuertemente y tuvo un gran orgasmo, sin esperar acabe dejando salir mi leche, seguro mis vecinos pensaron que traje una de mis amigas para divertirme porque ella gimió y grito mucho. Salí de adentro de ella, me saque el preservativo lleno de leche la di vuelta y le dije

– Estas conforme, esto deseabas

– Papito yo deseaba todo lo que me diste, siempre lo quise hacer con vos pero a partir de ahora tendrás que hacerlo siempre que desee sino yo voy a contar lo que me hiciste

– Bueno nena me estas chantajeando, cumpliré lo que me pides

Ella se vistió y se fue, le costaba un poco caminar, la había desvirgado de ambos lados, fue el mejor chantaje que me podrían hacer en mi vida.