Comencé a besarla y ella a besarme a mi, luego comencé a quitarle la ropa. Empecé por su camiseta, mostrando los grandes pechos caídos que tenía

Esta historia me pasó hace un par de meses pero hoy me he encontrado con la chica.

Todo comenzó una noche en una discoteca, Sevilla Rock, estaba con mi amigo Ronaldo a la caza de alguna chica cuando vimos a una pibón de los quítate el sombrero. Era rubia con el pelo cardado que se notaba a leguas al igual que sus extensiones con más pintura que el tapón de la fanta. 1,70 m, no más de 60 kilos , con una buena delantera que  lucía en su apretado vestido negro con gusto ante la mirada de todos los varones de la discoteca., unos tacones negros, que necesitaba una escalera para subirse y bajarse, lo que le hacía unas piernas muy delgadas y a su lado una chica morena con el pelo recogido en una coleta  una camisa de los simpsons y unos vaqueros celestes, 1,80 m unos 80 kilos. Ronaldo al igual que todos los tíos empezó a intentar bailar con ella, mientras que ella bailaba con todos los buitres de la discoteca su amiga estaba a su lado sujetando el abrigo. Me acerqué a ella viéndola que lo pasaba mal, su amiga de diva insinuándose a todos mientras que ella estaba allí de perchero.

 No sabía que habían puesto el perchero aquí.- Le dije con tono jocoso.

 Es que mi amiga…- respondió ella.

 Ven y dejáis vuestros abrigos en el guardarropa.-

 Vale.- haciendo señas a su amiga la acompañé al guarda muebles, la amiga le hizo una señal que estaba su copa vacía.

Una vez en el guarda abrigo la volví a acercar,

 Por fin respiras con el calor que hace y tu con el abrigo.- le dije.- ¿ te puedo invitar a una copa?

 Vale.

 Simón.

 Vero.

Estuvimos tomándonos una copas mientras que su amiga bailaba con las mitad de los tíos de la discoteca. Al rato vino la amiga totalmente acalorada.

 Tía ¿donde te metes?.- dijo secándose el sudor con un klinex.

 Rebeca, este es Simón, Simón, Rebeca.- Dijo Vero.

 Encantado.- fui a darle dos besos pero ella me puso la mano y seguía secándose el calor.

 ¿ te puedo invitar a una copa?

 Un gin tonic, por favor.- respondió

 alguna marcha de Ginebra.- le pregunté

 Me da igual la que sea.- respondió.

Los tíos de la pista de baile que la habían seguido con la mirada al verla acompañada por mi perdieron el interés, Ronaldo sin embargo que me vio se acercó saludó a las dos chicas las cuales le presenté. Estuvimos pagando copas y hablando con ellas, Ronaldo cada vez se acercaba más a Rebeca y yo mientras conversaba con Vero.

 Creo que estoy muy pedo.- Dijo Rebeca.

 ¿Si quieres nos vamos a otro sitio?.- Respondió Ronaldo.- Conozco un local que acaban de abrir que es la mar de tranquilo.

 Vale.- Respondió Rebeca.- ¿Tenéis coche?.

 Sí.-  respondí.

 Bueno vamos al aseo y nos vemos en la puerta.- Dijo rebeca.

De camino al coche me dijo Ronaldo “ para ti la fea”, algo que me quedé en blanco ya que él no era precisamente un adonis .

Cuando llegaron las chicas nos fuimos a “ Caipiriña” un local que está en un pueblo a 5 kilómetros de Sevilla Rock. En el local nos pusimos cerca de la chimenea en un sofá que había. No nos habíamos tomado la segunda copa de Mojito cuando Rebeca y Ronaldo empezaron a liarse, Yo miraba a Vero y Vero a mi. Ronaldo intentaba tocarle los pechos pero ella no se dejaba diciendo “ aquí, no” . Ronaldo desistió de tocarle los pechos y se medio incorporó.

 Que tal si nos vamos a mi casa a terminar esta fiesta.- Rebeca mientras se medio colocaba los pechos asintió con la cabeza.

 Por mi no hay problema.

 Por mi tampoco.

Pagamos la cuenta y fuimos a casa de Ronaldo el cual vivía con su padres los cuales se habían ido de fin de semana a esquiar a la nieve.

Nada más entrar Ronaldo se llevó a Rebeca a la habitación de sus padres mientras que Vero y yo nos quedamos en el salón.

Estando yo de pie Vero se acercó a mí y empezó a tocarme la entrepierna buscando mi polla, me aparté un poco pero luego me acerqué para notar su mano. Comencé a besarla y ella a besarme a mi, luego comencé a quitarle la ropa. Empecé por su camiseta, mostrando los grandes pechos caídos que tenía, ella se los tapaba pero yo le quité la mano y tome no en mis manos y comencé a besarlo, luego tomé el otro y también lo besé, mientras besaba el otro pecho le quité los corchetes del sujetador y desplazandolo se lo quité. Volvió a taparse los pechos. Yo la miré a los ojos y me quité mi camiseta mostrándole que también tenía mis michelines todos por la cerveza.

La volvía a besar haciendo que se tumbara en el suelo del salón, luego le quité el vaquero y las bragas dejando su moreno y tierno chocho a la vista. Me desabroche el cinturón y luego saqué mi polla para su deleite. Ella se incorporó y comenzó a tocarme la polla y luego comenzó a lamerla, tras ello se la metio en la boca empezando una mamada exquisita, Vero se metía la polla hasta más adentro luego la sacaba, era como ver el truco del tragasables.

Una vez  humedecida la llevé hasta una habitación y la tumbé en la cama y abriendo las piernas se la comencé a meter. Ella era virgen, así que poco a poco comencé  a meterle la polla poco a poco metiendo cada vez más carne, ella gemía de placer, o al menos eso me daba la impresion, luego continue follandomela una y otra vez, ella gritaba y contenía la respiración con cada embestida, finalmente por la excitación acabé corriéndome, con la delicadeza de sacarla de su coño antes de correrme pero con la mala fortuna que todo cayó en el suelo del salón de la casa de los padres de Ronaldo.

Los dos nos fuimos a una habitación donde volvimos a follar una vez más.

A la mañana siguiente aparecieron Rebeca y Ronaldo, Rebeca con la misma ropa de la noche anterior pero muy demacrada, nos fuimos a desayunar a un bar y luego las dejamos en sus casas, una vez dejadas me dijo Ronaldo.

 Menuda estrecha  me ha tenido toda la noche comiéndole el coño y cuando le he dicho comerme la polla nada de nada, y de follar ni hablamos, Menuda estrecha.

Yo no dije nada. Hoy me he encontrado a Vero no ha perdido ni un solo kilo y se ve bien, tiene dos hijos y un marido encantador cuando me despedí de ella me dio las gracias, no se porque la desvirgué o porque le hice amarse a sí misma