Atrapada En El Ascensor, avi me bombeaba muy despacio para que no se notara y yo, loca ya como estaba de deseo

Esta historia que os voy a contar me sucedió hace escasamente un año en un edificio de diferentes empresas y oficinas, cuando iba a visitar a una amiga. No me describiré como una chica guapa, sino más bien como una chica del montón, mido 1.71, peso 65 kgs, 25 años, tengo los ojos color miel, melena larga y rizada natural, 90 de pecho y bastante ancha de caderas, por lo que se deduce, tengo un culo objeto de muchas miradas y siempre he recibido palmadas en él, hasta de mis amigas, aunque en mi sincera opinión, es muy grande y respingón.

Bueno dicho esto paso a contaros lo que me sucedió aquella mañana en la que yo estaba de vacaciones.

Aquella mañana fui a visitar a mi amiga Raquel, ella trabaja en una oficina en un edificio de Barcelona. Es un edificio lleno de gente a todas horas con amplios halls y ventanales enormes, que desde fuera lucen como si fuesen espejos ahumados. Yo, como no quise ir de sport pero tampoco muy formal, y me puse una faldita de cuadros de aspecto muy juvenil, casi infantil pensé y una camisita blanca entallada.

Ese día me sentía especialmente bien y sentía también como me observaban por la calle, y yo alucinaba porque la falda no era tan corta, pero si me sentaba bastante bien, he de reconocer.

Bueno crucé andando buena parte de la ciudad pues quería hacer tiempo ya que hasta las 3 no saldría del trabajo, pero me había prometido escaparse un ratito en cuanto yo llegase a buscarla. Eran las 9 de la mañana y me parecía excesivamente temprano, pues hasta las 3 distaban muchas horas.

Llegué al edifico de oficinas donde trabaja mi amiga sobre las 11, y aunque ya había estado otras veces, me pareció tremendamente amplio, superbrillante y decorado con un gusto exquisito. Me dirigí a los ascensores y allí pulsé el botón de la planta 22 donde estaba mi amiga. Me fijé en mis compañeros de ascensor, el chico que iba con su caja de herramientas y en el chico que iba trajeado de pies a cabeza. No había nadie más y era extraño, aunque no demasiado por la hora ya que todavía no habría salido la gente a tomar el café de media mañana, pensé yo. De repente en el 6º piso el ascensor empezó a hacer ruidos extraños y finalmente se paró. Todos nos miramos un segundo antes de apagarse la luz.

Qué situación más extraña!! Pregunté en voz alta si alguien sabía que habría que hacer en esos casos pues a mí era la primera vez que me sucedía y aparte de no saber donde narices se encontraba el botón de emergencia, estaba bastante asustada. Los que antes me habían parecido atractivos hablaron y yo más me asusté a pesar de sus palabras de ánimo. Si tranquila dijo uno, esto no es la primera vez que pasa en este ascensor, por eso somos muy pocos los que nos arriesgamos.

Yo sé perfectamente donde estamos y enseguida vendrán los de mantenimiento.

Fue el chico de la caja de herramientas el que dijo, yo puedo hacer algo.

Intentó a tientas, pues las luces de emergencia apenas nos arrojaba sombras de nuestras siluetas, abrir la caja de lo que él llamó alimentación principal, y al tocar con unos cables que dijo que parecía conocer, saltó un chispazo. Peor todavía y encima demasiada oscuridad. Pensó que quizá llevaba una linterna, pero la había dejado olvidada en su furgoneta, sin luz, y ninguno fumaba, no podría hacer nada.

El hombre trajeado, pulsó el botón de emergencia y este ni siquiera sonó, quizá inutilizado tras el chispazo, por lo que decidió llamar por su móvil, pero al estar atrapados entre dos pisos había perdido la cobertura. Pasó el tiempo y nadie aparecía por lo que para hacer menos angustiosa la espera, nos presentamos. El chico del traje se llamaba Jose Antonio, y era notario!! Si apenas llegaría a los 30 años, y me dijo que no, que tenía 36 años, pero que había tenido mucha suerte.

El chico de la caja de herramientas se llamaba Javier, y habían llamado a su empresa para solucionar un problema en la fontanería general, e iba a inspeccionar el piso 15

ya que pensaba, había una fuga en las cañerías debido al exceso de consumo en ese lugar. Yo, iba a visitar a mi amiga Raquel que trabaja en Consulting. Hablábamos como si no sucediese nada pero yo temblaba de miedo, ¿y si de repente sucedía lo que yo no quería? Luego me relajé y pensé; va eso solo sucede en las películas.

Hablábamos de nuestros trabajos, del calor que perseguía actualmente a la ciudad… Nos dio tiempo hasta hablar de música, de cine, de como ocupábamos el tiempo los fines de semana y éramos tan diferentes todos…. De repente, noté como una mano se me apoyó en la espalda, era Javier, el chico moreno, y muy alto de apenas 20 años según nos contó, y aunque me estremecí seguí hablando como si no pasara nada. PUM!! El ascensor repentinamente se movió como si fuese a funcionar, pero nada.

Fue un golpe seco y yo en la total oscuridad, grité y me aferré a Javier instintivamente. Me cobijó en sus brazos y cuando me di cuenta me separé. No quería que sucediese nada anormal. Jose Antonio me preguntó si me encontraba bien y yo histérica de nervios empecé a aporrear la puerta y a gritar, no quiero morir aquí!! Sacadnos de aquí, estamos encerrados y ambos me calmaron, acercándose a mí y diciéndome que no se me oiría en ningún sitio, que estábamos entre dos pisos y el edificio estaba muy bien aislado, pero que se habrían dado cuenta enseguida de que un ascensor estaba parado y enviarían a los de mantenimiento enseguida a ver que sucedía.

Solo podíamos esperar pues era cuestión de momentos que nos sacasen de allí. Me tranquilicé a medias y con esos dos cuerpos de hombre cerca me sentí en una mezcla de excitación y miedo. Javier se acercó a mi un poco más y me abrazó. Sí, me abrazó y yo alucinando le devolví el abrazo y le di las gracias realmente lo necesitaba.

Sin poderlo evitar, le acerqué los labios hasta que pude sentir su aliento en mi garganta y aunque dudé un instante, lo más silenciosamente que pude le besé suavemente. Me importó lo que pudiese pensar Jose Antonio, el Notario, que pensaría de una chica como yo?? Y que más da, estaba disfrutando el momento. Javier ni corto ni perezoso me devolvió el beso y jugueteamos con nuestras lenguas, mientras Jose Antonio carraspeaba. Se sentiría realmente incómodo, y yo dándome el palo con Javier.

Me separé y aunque buscó mi boca no se la volví a ofrecer. Al contrario, no le hacía mucho caso y ya hablaba con Jose Antonio cuando sentí una mano desde atrás subiendo por mi pierna, levantándome lentamente la falda, y notando el sexo abultado de Javier apoyado en mi culo. Me acaloré instintivamente, pero pensé; no se nos ve.

Jose me hablaba lento, muy dulce y cada vez en un tono más agradable, o esa sensación me dio a mí y sobre todo con mucha paciencia, me explicaba como estaba montado el sistema de seguridad y lo poco que tardarían en sacarnos. A todo esto Javier estaba bastante callado, explorando la parte trasera de mi cuerpo, y de repente sentí que me deslizaba mis braguitas blancas de algodón por mi culo y algo caliente que yo pensé sería su mano se acercaba a mi sexo. Era su polla, y lo mejor de todo era que yo lo deseaba, estaba completamente húmeda y necesitaba su sexo encajando en el mío.

Le resultó un poco difícil debido a la postura y que como yo, quería ser discreto y que el Notario no se enterase. Cuando ingresó en mi cuerpo, emití un ligero gemido que camuflé luego con tos, aprovechando para echarme un poco hacia atrás y así clavarme en ese pene maravilloso que comenzaba a poseerme lentamente. De repente me di cuenta que Jose estaba muy cerca de mí y temí que se diese cuenta que estábamos enganchados Javi y yo, allí mismo y ante la duda decidí lanzarme y como si no me diese cuenta me apoyé en su cuerpo, con tan buena suerte que noté como su sexo estaba completamente tieso dentro de su pantalón, me separé enseguida y le dije, uy disculpa no era mi intención, a lo que el me dijo, pues podría ser tu intención si tu quisieras.

Mientras Javi me bombeaba muy despacio para que no se notara y yo, loca ya como estaba de deseo, de ganas de moverme, comencé a gemir y a moverme con ganas y con fuerza, en círculos sobre su sexo y agachándome me bajé su polla y me la acerqué a la cara y me la introdujo en al boca. Chupé con ganas, de la punta a los huevos y me la tragué casi toda, aunque al apoyarme con una mano pude notar que un buen trozo estaba fuera.

Javier me bombeaba ya con soltura y no sé exactamente en que momento ni quien me desabrochó la camisa y me soltó mi sujetador, pero sentí como cuatro manos recorrían mis pechos y mi cuello, enredándose en mis pezones.

Vaya sensación, la de ser dominada por dos hombres. No me había pasado en mi vida y me encantaba la novedad. Cuando noté que el pene de Jose Antonio comenzaba a palpitar me detuve, a lo que me dijo que siguiese y casi me obligó a comérsela entera otra vez, y como yo estaba disfrutando tanto como él se la terminé de mamar, soltando él sus jugos a borbotones dentro de mi boca sobresaliendo por la comisura de mis labios.

No quise soltarle y seguí chupando, limpiándole su verga y continuando con la mamada, aunque me era difícil ya que controlaba mi cabeza con sus manos y me impedía moverme a mi gusto, pero enseguida noté como se endurecía nuevamente. Javi iba amasando mis pechos y en un momento dado note como empezaba a lubricar mi ano con sus dedos. Sentí como introducía uno primero, y luego dos y reconozco que me encantó la sensación, instantes después tuve un orgasmo como nunca.

Javi me dio la vuelta y sentí como se agachó buscando mi sexo y lamió mi clítoris como un verdadero experto y me introdujo a la vez un dedo en mi vagina. Jose Antonio recorrió mi espalda a besos, produciéndome pequeñas descargas de cosquillas y placer hasta que llegó a mi ano. También se agachó y empezó a lubricarlo con la lengua, ummmmmmmm, que rico era lo que me estaban haciendo, y en pocos instantes volví a tener otro orgasmo. Ambos pararon y Javi me bajó la cabeza para que se la comiese, le había tocado su turno y no podía esperar mucho tiempo más.

Jose aprovechando la postura, cuando notó mi culo muy cerca de su verga, me la introdujo en mi coñito ultra lubricado de un golpe seco. Menuda estocada. Cómo gemí!!, y eso que tenía la polla dura de Javi a punto de reventar en mi boca, lo cual pareció ser la gota que colmó el vaso, nunca mejor dicho. Explotó en una mezcla de grito y gemido lo que me hizo estremecerme y a mi vez empecé a moverme más rápido con el sexo de Jose y tuve otro orgasmo más.

Uffffff, me sentía cansada pero Jose no quería detenerse y yo gozaba y gozaba mientras terminaba de lamerle la polla a Javier, que dura y que rica estaba otra vez!! Es que son todos los hombres así?? Pensé… Jose le dijo a Javier que se esperase un rato, y que nos dejara a nosotros solos un segundo, con lo cual Javi se separó de mí y quedamos Jose y yo. Me dio la vuelta y me introdujo su pene de frente, mientras me abrazaba y me besaba el cuello y lamía mis lóbulos de las orejas.

Creí enloquecer, no podía dejar de gemir y jadear, mientras le gritaba que me diese más, más mucho más arañando su espalda con la fuerza de sentirme poseída como estaba. Con esto pude vislumbrar que Javi se estaba pajeando, pues la semipenumbra apenas nos dejaba ver nada, pero le oía.

Yo gozaba y gozaba con Jose, me comía mis pechos, me recorría con su lengua juguetona y mordisqueaba mis labios. Estaba gozando como nunca, sentía que lo estaba dando todo y ya no me importaba el ascensor ni esa parada tan afortunada. Javi no pudo seguir solo, se arrodilló y comenzó a lubricar la entrada de mi ano y apoyando sus manos en mis caderas se paró a la entrada y poco a poco fue introduciendo su sexo en mi culo. Aaaaaaaaaa dueleeeeee, despacito que soy virgen por ahí.

Cuando la introdujo entera sentí dolor, pero Jose me estaba matando de placer y esa mezcla de dolor y placer dejó paso a puro y único placer. Dos hombres en mi!!! No lo había visto ni en la tele, que ricura. Sentía como se movían cada uno a su compás hasta que poco a poco adaptamos nuestros ritmos y conseguimos entendernos. Pensar que sus pollas me llenaban y se rozaban en mi interior me extasiaba, no podía estar más ocupada, acariciando, besando y jugando con las bocas y las lenguas, que delicioso era todo hasta que empecé a sentir como el sexo de Javi palpitaba dentro de mi y les grité: vamos a corrernos todos juntos yaaaaaaaaaaaaaa y los tres nos vaciamos a la vez.

No queríamos soltarnos, estábamos jadeantes, cansados y yo un poco dolorida. Fueron retirando sus pollas y yo gocé ese ligero instante en que salían. Ooo, que rico ha sido. Chicos me ha encantado me habéis hecho gozar como loca, y dicho esto les di a ambos un beso lento, muy lento y húmedo. Era el premio por ser tan buenos amantes. Me abrazaron y así permanecimos un rato, los tres abrazados sintiendo nuestros cuerpos ya vestidos. ¿Cuánto tiempo había pasado desde el parón??

Un rato después, sentimos ruidos y unas voces preguntaban si había alguien en el ascensor y si nos encontrábamos bien. Todos gritamos que si, que éramos tres y estábamos bien. Enseguida nos sacarían. Les miré en la oscuridad y temí que los de mantenimiento se diesen cuenta del olor a sexo que impregnaba tan estrecho lugar pero estábamos todos bastante recompuestos y llevábamos a un Notario, que nos haría parecer serios a todos, jajajajajaja.

Cuando nos sacaron y vimos la hora, todos flipábamos, eran las 2 de la tarde. Jose Antonio había perdido su reunión y a Javier lo estaban buscando por todo el edificio muy preocupados. Tres horas de encierro!! Madre mía, pero que bien aprovechadas. Cuando se abrieron las puertas todos nos miraban con caras de intriga y no hacían más que preguntarnos que tal estábamos.

Miré a mis dos chicos, realmente eran muy sexys, y con un guiño nos despedimos. Subí en otro ascensor hasta el piso 22 a buscar a Raquel y allí estaba hecha un manojo de nervios. Pensaba que me habría perdido, o que me había pasado algo y cuando le conté lo del encierro en el ascensor me preguntó, ¿tomamos el ascensor estropeado para bajar…?

Muchos besos