Ana llega a un punto en su vida en donde necesita un cambio profundo

Apenas pude entrar y cerrar la puerta ni siquiera tenía la certeza de haber puesto el cerrojo, pero no importaba solo importaba ella excitada con la respiración agitada y deseándome. Era cuestión de minutos antes de que notaran nuestra ausencia y ella lo sabía, se subió el vestido por encima de la cintura pero la tela tan ceñida daba una apariencia escultural a su figura yo le bajé la parte de arriba y en cuestión de segundos el elegante vestido rojo quedó reducido a un cinturón grueso cubriendo poco más que su vientre. La besé con fuerza y ella correspondía con el aliento pegado a mi boca como una droga de la que no podía escapar la apoyé en el lavamanos, la suavidad de su piel me enloquecía, era una de esas personas que te gustan a penas las ves y quieres amarla ya. Yo no creo que la amara pero si la iba a follar “duro y parejo” según diría una amiga, mis manos iban por cuenta propia tocando sus pechos duros expectantes, sus pezones me hacían saber que ya no podía esperar más, bajé desde su boca lentamente por su cuello su olor inundaba mi ser y me hacía mojar más. Acomodó mi cabello hacia atrás, y acariciaba mi cuello buscando bajar a mis senos pero algo se lo impedía, su miedo a dejarse llevar por completo quizás queriendo reservar ese pedacito de señora recatada y heterosexual que en ese momento no aparecía por ningún lado.

Me levanté y quité los primeros botones de mi camisa eso la desesperó más porque estaba muy excitada al fin tomó las riendas y me tomó de las manos para casi arrancarme la camisa, con fuerza hizo abrir los demás botones estoy segura que voló uno que otro, sonreí y la miré con los ojos inyectados de deseo me mordí los labios y la volví a besar tan carnosos labios y su lengua juguetona me llevaban al infinito. Ella pasaba sus manos por mis senos y mi vientre solo acariciando yo me calentaba cada vez más y apretaba su trasero, sus glúteos suaves prisioneros de una tanga negra. Introduje mi dedo medio entre el hilo y su trasero dio un saltito, no esperaba sentir ese contacto y la apreté a mi boca para seguir besándola, al tiempo le bajé la tanga, pude sentir la blonda empapada me separé de ella y se la mostré, sentí su olor embriagante.

— que querías? Así me tienes…

Fue lo único que dijo antes de que bajara mi mano, palpé su sexo con suavidad tenía una fina línea de pelo recortado con tanta precisión que era digno de un premio, le gusta cuidarse y que la vean bien, por eso a sus cuarenta y tantos sus piernas se ven torneadas, trabajadas, sus senos y glúteos firmes y su piel cuidada. El solo roce de mi mano la hizo gemir y a mi casi me hace flaquear las piernas. Metí la mano para masturbarme mientras con la otra acariciaba su vagina, estaba empapada, podía sentir mis manos resbalar por sus labios, me dediqué a tocar su clítoris hinchado, muy caliente ella gemía intentando contenerse. La besé para silenciarla y metió la mano en mi pantalón, sentí una corriente recorrer mi piel.

Con su poca experiencia me iba a provocar un orgasmo en segundos así que traté de controlarme, bajé a chupar sus senos, pasaba la lengua de arriba abajo, los besé, los lamí con tanto deseo mordía apenas los pezones y ella daba un salto.

–quiero que me cojas ya, hazme tuya de una vez—

Esas palabras dinamitaron en mi la pasión, la senté en el lavamanos y me bajé el pantalón lo más que pude, ella abrió sus piernas expectante ya solo jadeaba estaba por tener un orgasmo. Nos posicionamos de tal manera que nuestros sexos rozaran a la perfección, la tomé de la cintura y comencé un vaivén sin despegar nuestros cuerpos

–ah… ah…

Ya no dejaba de jadear ni le importaba quien detrás de la puerta escuchara, se meneaba bien, se desinhibió de tal forma que ella me halaba hacia sí misma y aruñaba mi espalda, empezó a besarme el cuello, no parábamos de movernos, me hizo un chupón en el pecho. Los movimientos se hicieron más rápidos, casi podía oír nuestros sexos empapados rozando, me moví para subir su trasero un poco más y tener más movilidad.

–si… ah… que rico! Dame así…

Le metí un par de dedos en su cuevita, estaba tan mojada que casi se los chupó mis dedos entraban y salían rápido, ahora si escuchaba el sonido inundado de su vagina, al tiempo que nos movíamos para rozarnos.

–ah si… cógeme como a una puta… si…

No pudo más su cuerpo se envolvió en espasmos, mis dedos los aprisionaba su vagina estaba teniendo un orgasmo, me aruño la espalda muy fuerte y solté un gemido ahogado porque también me vine en ese momento, no soporté más, su cuerpo sudado pegado al mío, ver sus senos grandes moverse de esa forma, ella pidiéndome más solo pude aumentar los movimientos rozarla más y quedarme pegadita a ella, apretándole el trasero.

Tardé unos minutos en recomponerme, las piernas me temblaban, pude ver la importancia del día de piernas en el gym, ella me abrazó, todavía en el lavamanos sentada desnuda, con su vagina rozando la mía y yo con los pantalones en los pies como una tonta. Me besó el pecho, yo le levanté el rostro para besarle la boca. Era en definitiva uno de los mejores orgasmos que he tenido y ella una amante ideal.

La noche definitivamente sería buena, aun si la boda no se llevaba a cabo.

Anastasia

¡¡¡Anastasiaaa!!!

Eso fue lo último que escuché en el momento que la luz cegadora me impactó, solo sé que estaba muy agitada y habían demasiadas personas alrededor. Mi retina se expandió tanto en un segundo que de repente no escuché nada y entre en un vacío total. Desperté en la fría habitación de lo que supongo es un hospital, tengo un cable pequeño conectado a mi dedo índice y me siento mareada, miro a los lados y no veo a nadie intenté incorporarme pero estoy tan débil que vuelvo a caer para darme cuenta que si está alguien conmigo; me sujeta y me acomoda de nuevo en la camilla.

Ilse: Tranquila, estás bien, estás a salvo…

Esas palabras no me calmaron pero si el sonido de su voz que me era familiar, me costó un par de minutos volver a la realidad para saber quien soy y saber quien era ella. Ilse ha sido mi asistente por más de 10 años, estaba en el colegio cuando la conocí y es casi de mi edad por eso nunca la vi como empleada sino más bien como una amiga. Mi vida caótica me llevó a necesitar asistente desde que cumplí 17 y sigue siendo caótica puesto que ahora la necesito aún más.

Ilse: tu padre llamó, dijo que rodaran cabezas por el incidente de anoche, que tienen identificados los paparazzi y también para quien trabajan así que lo que se vienen son unas semanas de demandas…

Anastasia: que pasó? Como llegué aquí?

Ilse: lo siento, se me pasó por alto… No lo recuerdas? Ayer en la cena benéfica…

Anastasia: cual cena? Ah la de la fundación…

Ilse: exacto! Después de la cena, habían muchos paparazzi esperando que salieras del evento, te tomaron fotos, te preguntaron cosas, tu sabes lo de siempre, pero eran demasiados, empezaron a empujar, a moverse, los guardaespaldas a tratar de apartarlos y pronto se salió de control, no se quien dio el primer golpe pero se formó una pelea en la que saliste herida.

Anastasia: me duele mucho la cabeza y solo recuerdo un flash…

Ilse: si seguramente, lo importante es que no pasó a mayores…

En ese momento comencé a recordar, ni siquiera sé cómo olvidé como pasó, hace tiempo viene hartándome todo esto, yo no pedí nacer en la familia que nací, de haber podido elegir habría pedido un padre panadero y una madre cocinera tal vez, me sentiría libre, feliz, sin ataduras, sin tener que actuar de la forma que todos esperan. Mis padres han sido lo mejor que he tenido pero al mismo tiempo ser la hija de un magnate es represivo, no te puedes expresar libremente sin aparecer en primera plana del diario más amarillista del país.

Anastasia: quiero vacaciones?

Ilse: jajaja vacaciones de que?

Anastasia: de mi vida… quiero salir de vacaciones de ser “la heredera de la familia Uhlenbroc”

Ilse: jajaja vamos! Eso es muy difícil pero te puedo abrir una semana para que despejes la mente, déjame revisar la agenda –revisando el Ipad— creo que puedo abrir un hueco y darte unos días en Bahamas o Cabo, no se que dices…

Anastasia: quiero un año…

Ilse: jajaja muy graciosa, por cierto, el desfile Armani es este viernes, no has confirmado atuendo

Anastasia: puedes arreglarlo?

Ilse: uhmm… compraste algo para la cena que al final no usaste puede ser ese…

Anastasia: me refiero al año sabático…

Ilse: es en serio?

Anastasia: si…

Ilse: no puede ser en serio…

Mi expresión de seriedad la confundió tanto, nunca se lo habría esperado.

Ilse: a ver, quieres “vacacionar de tu vida” un año? Eso existe? Se puede hacer eso? Porque yo quiero “vacacionar de mi esposo” cuando se pone intenso con la economía… Ana tu estás al frente de una multinacional de miles de millones de euros, eres la vicepresidenta del grupo Uhlenbroc justo debajo del presidente que es tu padre hijo del fundador que es tu abuelo, si recuerdas eso?

Anastasia: pero quiero un año para mi, para Anastasia, no para el grupo, o para la familia, o para la casta porque es así como he venido viviendo, no recuerdo que fue lo último que hice por placer, porque me gustaba hacerlo, ya ni equitación puedo practicar sin que se me acerque alguien de alguna fundación o grupo de elite

Ilse: es que es tu vida ana, no puedes pretender de un día al otro ser alguien que no eres…

Anastasia: ¡¡¡yo no sé quién soy!!! –grité–

Grité tan fuerte que se asomó una enfermera, Ilse se quedó pasmada mirándome, no me reconocía y seguramente pensó que el golpe me había afectado pero a veces esas explosiones nos hacen decir verdades que ni sabíamos que existían.

Anastasia: perdón, no debí… discúlpame es que me siento tan abrumada…

Ilse: tranquila, creo que has tenido mucho por hoy…

Ellen

Se que a muchas personas les conmueven las bodas, “son la máxima expresión del amor” dicen para mi son la máxima expresión de que la gente quiere que les vean irse a vivir con alguien y que luego cuando les den ganas de estar con otra persona sentir la presión de todos los invitados de la boda encima y que eso les ayude a contener las ganas de ser infiel, lo malo es que a veces ni esa presión puede con el instinto más básico del ser humano. Hago mis cavilaciones mientras camino por el salón una que otra persona me reconoce y la saludo.

—Ellen!!! Cómo estás? Me encantó la última novela!!! Te destacaste…

++Me alegra que te haya gustado… es… me siento halagada…

En realidad me sentía un poco incómoda, no lo reconocía y parecía alguien tan agradable

—Le dije a Sarah, estoy seguro que veremos a Ellen en la boda, después de todo es su asistente quien se casa jajaja

++jajaja imposible perdérmelo no

Deseaba que alguien llegara y le dijera el nombre o al menos que se apareciera Beatriz, mi manager a llevarme lejos. Algo más tenía que decirle pero no sabía que.

++y Sarah? Dónde está? –pensaba Dios que no esté muerta, porque eso si sería una cag***–

—Se tuvo que quedar, sabes su vínculo con el bebé es distinto al que tuvo como Matti…

++ah ok… la mujeres y los niños no? Jeje

—jajajaja si claro, los niños jajaja…

Esa risa me dio la impresión de que no estábamos en la misma sintonía, lo bueno es que se alejó y yo hice como que me llamaban, me di la vuelta para conseguir una copa, la verdad es que la ceremonia fue bonita, dijeron sus propios votos, muy emotivos, muy de ellos. La mamá de la novia se veía regia, se veía como si terminara de follar en el baño, justo así, es extraño como sentirse deseada hace que una mujer tengo cierto brillo en la mirada o un aura diferente, yo que sé.

–Conoces los gemelos de Frank?

+ah?

–Jajaja eso pensé… por cierto creo que no nos han presentado, soy Amanda la hermana de Emily

Ellen: ah mucho gusto soy Ellen yo…

Amanda: si ya se, eres la jefa de mi hermana…

Ellen: vaya! Mi fama me precede… espero que no diga que soy una bruja…

Amanda: en realidad te admira mucho, aceptó el trabajo por eso…

Ellen: me halaga pero solo soy una escritora más…

Amanda: bueno creo que estás por encima de lo ordinario…

Ellen: no… conseguí que me publicaran que no es lo mismo…

Amanda: no pienso igual pero en fin… ya conseguiste quien reemplace a Emily?

Ellen: no, de hecho Denisse está buscando a alguien pero soy bastante específica con lo que quiero

Amanda: y puedo saber que quieres?

Quería decirle que sus “melones” en la boca, el vestido era bastante sobrio pero el escote dejaba a más de uno con ganas de seguir el rastro sensual de su piel y esos labios rojos, casi no la oía hablar pero seguía cada movimiento de su boca imaginando lo dulce que sería besarla.

Ellen: en este momento quiero tantas cosas… tal vez no deberías preguntar tanto

Amanda: jajaja entre esas cosas no quieres tomar aire afuera?

Ellen: claro, vamos…

La noche cayó lentamente y el aire era agradable, los jardines del lugar eran tan prolijos que provocaba quedarse horas contemplándolos, claro de no tener a Amanda cerca, me acerqué a un rosal, habían distintos colores y por un momento recordé los olores de mi infancia, cuando mamá cultivaba una sola especie de rosas, la única que sobrevivía al calor incesante de las llanuras, fue un segundo de nostalgia y luego sus dedos fríos en mis manos ofreciéndome un trago. Salí de mi “flash back” y ahí estaba ella con su bella sonrisa.

Amanda: en que pensabas?

Ellen: en… la belleza

Amanda: la belleza? No me diga que es tan banal dra

Ellen: jajaja Dra.?

Amanda: si… así oí que dijo uno de los invitados, “le llaman la dra de las novelas…”

Ellen: jajaja peor apodo no pudo colocarme

Amanda: no eres doctora? No te consideras doctora en… que se yo, novelas?

No podía dejar de ver su escote, tenía el reflejo maleducado de mirar más debajo de su mentón y ni siquiera se porque, sus senos no eran grandes y aun así me eran tan difícil de ignorar. Ella se dio cuenta de lo obvio y recostada en la barandilla del rosal sonrió dejándome al descubierto, era como decir “se que los ves, se que te gustan” Me acerqué, porque algo tenía que hacer al respecto.

Ellen: quieres jugar a los doctores?

Ni siquiera la dejé responder, la tomé de la cintura y la besé, esos labios me estaban quemando aun sin probarlos.